Ruanda en Cantabria. Solamente así se puede explicar lo inexplicable y una imagen vale más que mil palabras. Usuarios del tren tirados en medio de ninguna parte. Y una empresa de transporte es pública que es una auténtica basura. Que además no te da ninguna solución ni pide disculpas ni nada después de cagarla tanto en tantas veces consecutivas. El problema de los trenes en Cantabria empieza a ser ya de manicomio: ¿estamos en Camboya? ¿En manos de qué clase de inútiles se encuentran los servicios públicos?

El problema con los trenes en Cantabria viene de sus propios orígenes
Esto no puede seguir así. El problema con los trenes en Cantabria viene de sus propios orígenes, pues una mano negra siempre ha actuado para que tengamos este tercermundismo ferroviario en la región. Hasta 1896 había que hacer la ruta entre Santander y Bilbao, dos capitales tan importantes del norte, en una diligencia que tardaba mucho y que encarecía muchísimo el viaje. Y a partir de ahí todo han sido problemas. Pero los tiempos más recientes han sido los peores (parece mentira) y el Gobierno del PP, aunque tan desastroso como el anterior en general, no es nada comparado con lo que ha sido la presidencia de Revilla en cuanto a los retrasos en los trenes en Cantabria se refiere. La época de Revilla en cuanto a los trenes en Cantabria fue la peor de todas y lo dice uno que ha cogido mucho el tren toda la vida. Pero nunca había funcionado tan mal como en los últimos años. Y lo peor es que a veces los trenes revientan de lo viejos que son y se quedan tirados por ahí.
Es un problema de la gerencia política y operativa de una empresa de trenes

Y encima, la gente lo paga con los conductores, que no tienen nada que ver con este mantenimiento y que son unos pobres currantes que lo hacen de maravilla. Y estoy seguro de que también el personal del hangar lo hace muy bien, pero esto no es un problema de los currelas. Es un problema de la gerencia política y operativa de una empresa de trenes que reconoce sin ningún pudor que por culpa de sus malditas deficiencias se tiene que matar la gente en atropellos de trenes, justo en esta misma zona de la que estábamos hablando hace un momento y que conozco muy bien, pues por aquí he pasado cantidad de veces. La verdad es que es una vergüenza y lo último es que encima de todo haya muertos por culpa de unos ineptos incompetentes.
Una persona fallece atropellada por un tren en un paso a nivel en Bezana

Una persona perdió la vida este martes tras ser embestida por un tren en el paso a nivel de Otero, situado entre Adarzo (Santander) y Santa Cruz de Bezana, en la línea de ancho métrico que conecta Santander con Cabezón de la Sal.
La Delegación del Gobierno ha confirmado el suceso, aunque no ha facilitado más detalles sobre la identidad de la víctima.
Desde Adif han asegurado que las barreras semi automáticas del paso a nivel implicado funcionaban correctamente en el momento del accidente.
El trágico suceso ha provocado retrasos en la línea Santander-Cabezón de la Sal hasta pasadas las nueve de la noche. Durante varias horas, los trenes han tenido que circular por una única vía y a velocidad reducida.
La circulación normal por ambas vías se restableció a partir de las 21:15 horas, permitiendo a los convoyes recuperar de forma progresiva sus horarios habituales. Únicamente fue necesario realizar un transbordo para el tren directamente afectado por la incidencia.
La interminable odisea del Cercanías en Cantabria: retrasos y vagones repletos
Una nueva avería en uno de los trenes de la línea de Adarzo ha vuelto a complicar la jornada para los viajeros cántabros, que una vez más se han topado con convoyes abarrotados y una absoluta falta de información que ha desatado la confusión en estaciones como la de Santander.
Otra mañana caótica entre Torrelavega y Puente San Miguel. Los pasajeros del servicio de Cercanías de Cantabria arrancaron el día enfrentándose a nuevos problemas: una incidencia en un tren en Adarzo paralizó la circulación en plena hora punta, generando retrasos que a primera hora ya superaban los 15 minutos, según comunicó ADIF en su cuenta oficial de X.
Paciencia sin límite para los viajeros. A la espera de soluciones, los usuarios se vieron obligados a soportar largas esperas y trenes que circulaban con una ocupación al límite de su capacidad. Pablo Quinzaños lo resumía con resignación: “Esto es un día cualquiera. Hoy nos hemos quedado tirados en Adarzo y el tren de refuerzo que llegó traía solo dos vagones llenos de gente desde Torrelavega. Al final, mucha gente se quedó en tierra porque ya no cabía nadie más. Y así todos los días”.
“Lo de hoy es lo habitual”: trenes llenos y desinformación. Mario, que cada jornada se desplaza desde Santander hasta Bezana, describe la escena como una repetición de lo que vive a diario: “Ha sido el caos de siempre. Llegas a la estación y no sabes con qué te vas a encontrar. Hoy el tren iba tan lleno que en seis años nunca lo había visto así. Había pasajeros esperando desde antes de las ocho de la mañana”.
A la saturación de los vagones se suma la falta de datos claros para los viajeros. “Lo más grave es el desastre informativo que tienen montado”, denuncia Mario. “No hay personal que avise de nada y los paneles siguen anunciando trenes como si todo funcionara normalmente. Lo poco que sabemos es gracias a los maquinistas, que son los únicos que informan cuando pueden”.
Y si te vas a la vecina Bilbao o a Cataluña, peor aún: los problemas son mucho más graves cuando se ha puesto de moda saltar a los trenes de cualquier manera, por parte de personas que no están muy bien de la cabeza, lo que repercute en el resto de viajeros y no solamente en estas víctimas de sí mismos.
En la foto: un kamikaze que se carbonizó en una catenaria de Renfe en Cataluña.

Megafonía irreal y frustración creciente
La confusión se agrava con anuncios por megafonía que, lejos de aclarar la situación, desconciertan aún más a los usuarios: “Mientras estamos como sardinas en un tren parado durante una hora, la megafonía anuncia salidas de trenes que ni siquiera están en los andenes. Eso solo genera más mosqueo y más lío entre la gente”. Pero es sólo episodio más de una situación que para muchos viajeros se ha convertido en rutina: retrasos constantes, trenes a rebosar y una información que brilla por su ausencia.
El mantenimiento municipal en Cantabria: una asignatura pendiente
Carlos Osma comenta la vergüenza de servicios públicos que estamos teniendo en la región y, en concreto, en cuanto al mantenimiento municipal en Cantabria se refiere.

En nuestra empresa, dedicada desde hace años al mantenimiento municipal en Cantabria, conocemos de cerca la realidad de calles, parques, edificios públicos y redes urbanas que conforman el día a día de nuestros pueblos y ciudades. Sabemos que detrás de cada acera rota, cada farola apagada o cada zona verde descuidada, se esconden problemas de organización, falta de recursos y, muchas veces, una preocupante ausencia de planificación que termina perjudicando a los vecinos y la imagen de nuestros municipios.
Una de las principales deficiencias que detectamos en este campo es la falta de un plan de mantenimiento preventivo. Es frecuente que se actúe solo cuando surge la avería o el desperfecto, lo que genera costes más elevados y soluciones improvisadas que apenas resuelven el problema de raíz. Esta cultura del “arreglar cuando se rompe” provoca que instalaciones relativamente nuevas envejezcan prematuramente y se vuelvan ineficientes, mientras el gasto público aumenta año tras año sin ofrecer mejoras tangibles en la calidad de vida de los ciudadanos.
El mantenimiento municipal requiere de profesionales formados y actualizados
Otro problema habitual es la escasez de recursos destinados al mantenimiento. En muchas localidades de Cantabria, especialmente en núcleos rurales o zonas con población envejecida, las partidas presupuestarias para estos servicios son limitadas y, a menudo, se destinan a otras prioridades urgentes. Como consecuencia, se posponen reparaciones básicas, se acumulan pequeñas deficiencias que se agravan con el paso del tiempo y se crea una sensación de abandono que afecta directamente a la percepción de seguridad y bienestar de los vecinos.
A esta falta de medios se suma, en ocasiones, la carencia de personal especializado. El mantenimiento municipal requiere de profesionales formados y actualizados, capaces de afrontar tareas muy diversas: fontanería, electricidad, jardinería, albañilería, limpieza viaria, conservación de edificios… Sin embargo, no siempre se cuenta con equipos estables y bien dotados. La externalización sin control, la contratación temporal y la rotación constante de operarios dificultan la continuidad y la eficiencia de los trabajos, generando retrasos y soluciones de corta duración.
Los vecinos detectan incidencias a diario, pero no creen que van a conseguir nada por quejarse
Tampoco podemos ignorar la escasa comunicación entre las administraciones y los ciudadanos. En muchas ocasiones, los vecinos detectan incidencias a diario, pero no disponen de canales ágiles y efectivos para informar de ellas. O no creen que van a conseguir nada por quejarse. Las aplicaciones móviles, los formularios web o los teléfonos de atención al ciudadano, cuando existen, suelen estar infrautilizados o mal gestionados, de modo que problemas simples como un bache, una señal caída o una farola fundida tardan semanas en resolverse. La consecuencia es doble: el deterioro avanza y la confianza en la gestión municipal disminuye.

En Cantabria, las inclemencias del tiempo agravan aún más estas carencias. La humedad, la lluvia frecuente y los cambios bruscos de temperatura aceleran el desgaste de infraestructuras, fachadas y mobiliario urbano. Esto obliga a extremar la vigilancia y actuar de forma planificada y regular, algo que pocas veces se cumple con la periodicidad necesaria. Por eso insistimos en la importancia de la prevención: un mantenimiento bien organizado no solo ahorra dinero a medio plazo, sino que prolonga la vida útil de cada inversión pública.
Empresa de mantenimiento de municipios en Cantabria
En nuestra empresa de mantenimiento de municipios en Cantabria creemos firmemente que el mantenimiento municipal no debe verse como un gasto prescindible, sino como una inversión estratégica para conservar el valor de lo construido, garantizar la seguridad de los vecinos y proyectar una imagen cuidada y acogedora de cada municipio cántabro. Apostar por equipos técnicos cualificados, establecer calendarios de revisiones periódicas y fomentar la participación ciudadana son pasos imprescindibles para revertir las deficiencias que hoy, lamentablemente, aún vemos con demasiada frecuencia.
Desde nuestra experiencia, invitamos a ayuntamientos y entidades locales a reflexionar sobre la importancia de un mantenimiento municipal responsable y comprometido con la calidad. Solo así lograremos que nuestras calles, plazas, instalaciones deportivas, centros culturales y espacios verdes estén a la altura de lo que los cántabros merecen: entornos limpios, seguros, accesibles y bien cuidados que sean motivo de orgullo para todos.