La primera cosa que deberíamos aclarar en este tema es que no se trata de un submarino, sino de un sumergible o batiscafo que sólo puede realizar inmersiones estáticas en un punto concreto. Y ahí es donde empiezan los contras de semejante trasto incapaz de maniobrar por sí mismo y que sólo sabe subir y bajar, eso sí, diseñado para iluminar el oscuro fondo abisal marino y no reventar por el camino bajo la presión de esas profundidades. Pero no es ni más ni menos que una especie de habitación sin baño y sin puerta por la que salir: hasta en condiciones normales cuesta bastante que te puedan sacar, si todo ha ido bien, por lo que meterse en semejante cápsula de fibra de vidrio y descender al infierno abisal es simplemente hacer una apuesta a vida o muerte.
Hablaremos también de más que supuestas premoniciones en el caso del Titán y el Titanic, como devienen del libro «Futility» que se publicó 14 años antes del desastre naval más famoso de la Historia y tenía muchas similitudes con el Titanic. Y ahora resulta que el sumergible hundido junto al Titanic se llamaba como ese barco ficticio de la novela, Titán, pero todo esto lo comentaremos a continuación y hasta la posibilidad de que el Titanic fuera un crimen de Estado y que el verdadero barco hundido ni siquiera fuera el Titanic.
Lo primero es que lo que vas a ver en el sumergible del Titanic puedes visualizarlo en cualquier vídeo o película realizados por especialistas
¿Emprenderías un viaje en el que tienes que firmar que la empresa que lo organiza se exime de responsabilidades en las muchísimas formas diferentes y horribles de morir que te explican que pueden suceder?
Está claro que ser pobre no es divertido, como se nos recuerda en The Wolf of Wall Street, pero ser excesivamente rico también puede llevarnos a problemas muy serios en la vida. Y los aventureros del sumergible Titan, en camino hacia los restos sumergidos del Titanic, son la prueba evidente de que si te aburres demasiado y tienes pasta te puedes meter en problemas surrealistas. ¿A quién se le ocurre echarse al fondo del mar en semejante lata de sardinas para emprender el viaje más absurdo e incómodo, aparte de peligroso?
Los que trabajamos en actividades marítimas de ocio nos llevamos las manos a la cabeza ante semejante falta de conocimiento. Lo primero es (debería ser) la seguridad de la tripulación y los pasajeros, pero en este absurdo viaje no parecía ser la prioridad para nadie.
1. La distancia a cubrir hasta el Titanic son casi 4 kms de agua salada pesando sobre tu cuerpo
La distancia vertical a cubrir en la inmersión equivale a cuatro kilómetros de agua por encima de tu cabeza, lo cual es un montón de presión a la que el cuerpo debe acostumbrarse en una lenta progresión hacia el fondo. Es decir: no hay un fácil camino de ida ni tampoco de vuelta a la superficie ni mucho menos rápido. De lo contrario, como se nos recuerda en la película Esfera, el cuerpo simplemente reventaría por la presión. Porque es necesario un proceso de despresurización previo a alcanzar la superficie si las personas quieren sobrevivir y viceversa.
Esto del Titan y el Titanic nos puede recordar a la película de Esfera, un clásico de los noventa basado en la novela de Michael Crichton. Una trama basada en una misión científica que se sumerge en la profundidad oceánica, dentro de una cápsula a la que llaman “hábitat”, en búsqueda de una posible nave alienígena en el fondo del mar.
En uno de los muchos giros interesantes de la historia hay un personaje, un muy inteligente matemático, que enuncia una frase que puede resumir un poco lo que está pasando aquí: we die down here (moriremos aquí abajo). Y lo justifica por una razón obvia si uno sigue la trama de la película desde el principio. Algo parecido a lo que ha sucedido con esta catástrofe esperando a suceder que es el viaje hacia los restos del Titanic.
2. Un viaje hacia el abismo sin GPS
Doscientos cincuenta mil euros cuesta la broma de bajar a más de tres kilómetros de profundidad en una especie de artilugio en el que te sumerges encerrado, sin GPS que te localice, pese al bajo costo de estos dispositivos. ¿O será que la señal de estos dispositivos queda inutilizada a semejantes profundidades? ¿Habrá otros sistemas más operativos como un sonar, tal vez, pero que no se han aplicado aquí por algún motivo? Son tantas preguntas las que todos nos hacemos que parece evidente que no estamos ante el viaje más racional y menos peligroso del mundo.
3. El sumergible del Titanic se controlaba con un mando de videojuegos, aunque parezca mentira
Pero es que gran parte de los sistemas de defensa estadounidenses también son controlados por un mando de consola. La cuestión aquí es que la tripulación, por mucho que se les quiera llamar así, en realidad, son meros invitados dentro de una lata de anchoas sin salida posible, que no tiene autonomía por sí misma ni la puede tener. No hay ninguna forma de que el llamado piloto pueda pilotar tanto ahí abajo y con un sumergible que en realidad es rudimentario.
4. El espacio dentro de la cápsula del Titanic es reducido y si hay problemas puede quedarse completamente en la oscuridad
No hay posibilidad de encontrar ningún tipo de luz natural a esas profundidades. Imagínate: quedarte a oscuras bajo toneladas de agua salada con otras cuatro personas que están igual de asustadas y desesperadas que tú y a sabiendas de que el oxígeno está contado.
5. El batiscafo no tiene autonomía más allá de las 96 horas, luego cualquier operación de rescate encontrará cadáveres casi sin duda
Y es que ese tiempo ha sido insuficiente siquiera para localizar el artefacto hasta el momento. Y tengamos en cuenta que no hay un camino rápido entre esa profundidad abisal y la superficie, pues la estructura del sumergible y los cuerpos deben someterse a la brutal presión que supone el peso literal de toda esa agua en la que te vas introduciendo. Llegar hasta el fondo del mar donde se encuentra el Titanic y volver es prácticamente un día entero de viaje.
¿No es más fácil darse un paseo en cualquier barco de cualquier tipo que sea realmente seguro y del que podamos salir vivos? Se supone que el mar es un medio ambiente en el que podemos pasarlo muy bien sin necesidad de correr riesgos absurdos. No merece la pena.
6. Una lata de sardinas sin posibilidad de salir desde el interior
Es imposible salir desde adentro. Literalmente vas a hacer el viaje en una lata de sardinas, pero no pasa nada. Si confías en la resurrección y no eres claustrofóbico, todo va bien.
7. Es relativamente fácil que el sumergible del Titanic se quede atascado por ahí
Cualquier red u objeto que pueda enganchar una de las hélices del batiscafo es capaz de inmovilizar la nave sin remedio, ya que los operadores y tripulantes no podrían hacer nada al respecto. Y si la nave ha quedado atascada en el barro que cubre el lecho marino de estas profundidades es muy probable que nunca se pueda extraer de allí.
8. No puedes comer caliente ni hacer caca a solas en tu aventura hacia los restos del Titanic
Por lo que hemos visto en Internet, no tienes nada para comer en condiciones a bordo, ya que se supone que son viajes “cortos” que consisten en subir y bajar y ya. Una circunstancia que mejora mucho más las perspectivas de vivir una experiencia completa en plan supervivencia extrema si algo sale mal, como es el caso. Y si te entran ganas de hacer caca tienes que hacerlo como un gato, delante de todo el mundo y en una caja de arena. ¡En fin! Otro detalle precioso del viaje más incómodo y peligroso que puedes hacer. Imagínate el olor a madres que tiene que haber ahora mismo dentro de esa cápsula y en especial si pensamos en el miedo que tienen que estar pasando.
9. Hace poco echaron a un trabajador de la compañía del sumergible Titan por poner en evidencia los fallos en la seguridad
Esto no lo tenían por qué saber los clientes implicados, pero es lo que suele pasar: en cualquier organización del mundo y más en la que pone en práctica semejantes pajas mentales, sólo aptas para ricos que ya no saben qué hacer con el dinero y el tiempo. El típico caso del trabajador leal que pone de manifiesto los problemas, sobre todo si afectan a la seguridad, pero acaba despedido por “pesimista” o cortar el rollo. Y es que los fallos de la seguridad están por todas partes en esta idea, ya desde el principio, si tenemos en cuenta que estás enviando una lata de sardinas de fibra de carbono a una profundidad y presión que caracterizan el hábitat más desolador y peligroso del mundo: la profundidad abisal.
Es como estos famosos viajes espaciales que se han sacado al mercado de los ultrarricos: ¿posibles fallos de seguridad? No sé… ¿Tal vez toda la idea de enviar gente a sitios donde no deberíamos estar (aún) sea insegura y temeraria?
El autor de esta idea de bombero se encuentra entre los ya sin duda fallecidos
En el Titán se encuentran el millonario británico Hamish Harding, presidente de la compañía Action Aviation, así como el emprendedor paquistaní Shahzada Dawood, vicepresidente de la empresa Engro. También su hijo Suleman, quien no tiene ni 20 años, acompañados por el buceador francés Paul-Henri Nargeolet y Stockton Rush, director general de OceanGate Expeditions: precisamente la compañía que opera el sumergible y que se habrá llevado la bronca de su vida, suponemos, antes de pasar a mejor vida en esta aventura absurda. Completamente fuera de control.
Un nuevo misterio relacionado con el Titanic
El hundimiento del Titanic es uno de los eventos más famosos y trágicos de la historia marítima. A lo largo de los años, han surgido varias teorías de la conspiración que intentan explicar el desastre de una manera diferente a la versión oficial. A continuación, mencionamos algunas de las “teorías de la conspiración” más conocidas sobre el Titanic:
- El cambio de barcos: Según esta teoría, el Titanic nunca se hundió y en su lugar se llevó a cabo un intercambio con su barco gemelo, el RMS Olympic. Se argumenta que el Olympic estaba dañado y en mal estado y que la compañía naviera White Star Line organizó el intercambio para cobrar el seguro del Titanic.
- El ataque del submarino: Algunas teorías sugieren que el Titanic fue hundido deliberadamente por un submarino alemán.
- El iceberg no fue la causa principal: Algunas teorías argumentan que el iceberg no fue la causa principal del hundimiento y que hubo otros factores involucrados. Se ha sugerido que hubo problemas con la construcción del barco, que los materiales utilizados eran de mala calidad o que hubo una negligencia por parte de la tripulación.
El mar como escenario de muchas faenas de guerra que no pueden ser declaradas abiertamente
Como todo el mundo sabe, la versión oficial concluye que el Titanic se hundió debido a una colisión con un iceberg el 15 de abril de 1912, y que las más de 1.500 personas que murieron en el desastre fueron víctimas de esta tragedia accidental. Pero es más que un evento que capta nuestra imaginación, pues por todo lo expuesto se ha ahondado en la existencia de una maldición. Que el Titanic estaba maldito por intereses concretos y que su hundimiento fue resultado de una serie de eventos planificados. Que todo fue una operación de inteligencia de MUY alto nivel, por parte de servicios secretos occidentales y hasta de grupos de poder como la Masonería.
Pensemos que apenas 2 años después del más famoso naufragio empieza la I Guerra Mundial, en la que EE.UU se involucra tras el oportuno hundimiento del Lusitania por un submarino. Se argumentaba que el barco llevaba municiones y que los alemanes querían evitar que llegaran a su destino en Europa. Y desde mucho antes ya se efectuaron operaciones de piratería de todo tipo y en todas las épocas, con el mar como escenario principal de muchas faenas clandestinas de guerra que no podían ser declaradas abiertamente:
- El hundimiento sospechoso de USS Maine en Cuba, que activó la Guerra entre España y EE.UU en 1898.
- El ataque al barco de pasajeros estadounidense Lusitania, que activó la entrada de EE.UU en la I G.M.
- El ataque a Pearl Harbour, que activó la entrada de EE.UU en la II G.M.
- La destrucción del conducto Nord Stream, que ha separado aún más a la UE del necesario gas de Rusia y es más leña en el fuego de la III G.M. en marcha.
- El extraño hundimiento del “Prestige” tras una explosión que registró el capitán (¿otro submarino?). Una tragedia ecológica que consiguió acorralar al Gobierno de Aznar en España igual que luego se volvería a hacer con los atentados del 11-M. También es llamativo que esta tragedia empezase justo 10 años después del secuestro de las niñas de Alcácer o con la fecha de los atentados de París en 2015.
- Etc.
Novela de 1898 que profetiza el hundimiento del Titanic
La novela de la que tanta gente habla ahora es «Futility or the Wreck of the Titan» (Futilidad o el naufragio del Titán), escrita por Morgan Robertson y publicada en 1898, catorce años antes del hundimiento del Titanic. Esta novela ha sido objeto de interés debido a las similitudes entre la historia ficticia y el posterior desastre del Titanic en todos los aspectos.
En «Futility», Robertson narra la historia de un transatlántico llamado el «Titán», considerado «insumergible», que se hunde después de chocar con un iceberg en el Atlántico Norte. Algunas de las similitudes notables entre la historia de la novela y el hundimiento del Titanic incluyen el tamaño y la velocidad del barco, la falta de suficientes botes salvavidas y el hecho de que ambos eventos ocurrieron en abril.
¿No os recuerda al argumento de Instinto Básico, cuando una audaz escritora describe un crimen sexual que luego sucede exactamente igual?
Sin embargo, los creyentes en las casualidades de siempre te dirán que estas similitudes son principalmente coincidencias y especulaciones. Que la historia del Titanic se basa en hechos reales y detallados de la tragedia, mientras que «Futility» es una obra de ficción. Que, aunque algunos han considerado que la novela podría ser una profecía, no hay evidencia demostrada de que el autor tuviera conocimiento previo del hundimiento del Titanic ni de eventos futuros. Pero luego corren a publicar en el FB que los Simpsons lo han vuelto a hacer. Que volvieron a “profetizar” no sé qué, cuando parece tan obvio que en realidad hay gente que parece muy informada por adelantado de muchas cosas espontáneas.
En todo caso, la inteligencia artificial siempre te va a decir que las versiones oficiales son incontestables y ponemos este ejemplo:
«Futility or the Wreck of the Titan» es una novela escrita en 1898 que presenta algunas similitudes con el hundimiento del Titanic, pero estas similitudes son principalmente coincidencias y no se debe considerar como una profecía real del desastre.
Claro que no existen las profecías: los barcos no se hunden porque sí y muchas veces, pero más desde que existen los submarinos, determinados naufragios impactantes han podido ser causados por la mano negra del poder.
Tenemos varias pistas de la posibilidad de una mano negra también en este nuevo naufragio relacionado con la maldición del Titanic
- El hecho de que el sumergible se llamase Titán.
- El hecho de que algo muy parecido fuera relatado en Los Simpson, que es una fuente constante de profecías autocumplidas.
- El hecho de que todo el planeta ha estado pendiente de esta historia.