La apertura de un nuevo local de juegos de azar en la calle Hermanos Calderón, en la zona que conecta los barrios santanderinos de Peñacastillo y Nueva Montaña, ha desatado la indignación de familias y colectivos ciudadanos. Aunque el proyecto cumple con la normativa vigente y cuenta con la licencia correspondiente, vecinos y asociaciones de madres y padres denuncian que se trata de un modelo de negocio que “se beneficia a costa de hundir a muchas familias”. La luz verde a un nuevo salón de apuestas en Peñacastillo y Nueva Montaña, pese al rechazo vecinal, no ha podido evitarse porque desgraciadamente el local cumple con la legislación vigente.

Las obras comenzaron a principios de septiembre, pero desde su anuncio ya se habían generado protestas. La Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (FAMPA Cantabria) recuerda que, aunque la distancia legal con los centros educativos se respeta, la ubicación escogida supone un “punto de paso diario” para numerosos estudiantes de los institutos cercanos, lo que consideran un riesgo añadido.
Rechazo de familias y asociaciones
FAMPA ha expresado su “profunda indignación” ante lo que califica como “falta de acción” tanto del Gobierno de Cantabria como del propio Ayuntamiento de Santander. A pesar de que el local cuenta con la cobertura legal necesaria, la federación insiste en que existe un rechazo ciudadano unánime desde que se conocieron los primeros trámites administrativos el pasado año.
Padres y madres subrayan que las instituciones “han decidido mirar hacia otro lado”, favoreciendo la consolidación de un negocio que, en su opinión, fomenta la ludopatía y la precariedad económica de muchas familias.
Exigen respuestas a las instituciones
Ante esta situación, FAMPA ha registrado tres escritos dirigidos a las consejerías de Presidencia y Educación, así como al propio Consistorio, solicitando explicaciones sobre el cumplimiento de una proposición no de ley aprobada en el Parlamento de Cantabria hace dos años.
Dicha iniciativa parlamentaria instaba al Ejecutivo regional a desarrollar programas de concienciación en los centros educativos sobre los riesgos de las adicciones, impulsar campañas de prevención de la ludopatía y revisar las distancias mínimas exigidas para la instalación de nuevos locales de juego.
Un problema creciente en Cantabria
En relación con esta última medida, la Ley del Juego de Cantabria contempla la posibilidad de revisar dichas distancias cuando en municipios de más de 150.000 habitantes exista una concentración superior a un local por cada 7.000 residentes. Según FAMPA, esta situación ya se da en Santander y, de hecho, en otras localidades de la comunidad la densidad de casas de apuestas es todavía mayor.


Un hombre joven cae a las vías en la estación de Ópera de Madrid
En la imagen vemos el campamento nocturno de una persona en situación de Calle en plena Gran Vía. ¿Hasta cuándo mirarán hacia otro lado las autoridades en impedir este tipo de hábitos, tan perjudiciales para estas personas?


Al parecer, el joven caído al Metro de Ópera ha salido con vida del incidente, aunque el personal de Policía presente no quiso aclarar si se trataba de un accidente o de otra cosa.
Había un gran despliegue de emergencias y policía en la plaza, junto a la boca del Metro, y el herido fue sacado en camilla con la típica inmovilización absoluta después de un accidente grave.
Metro indemnizará con 293.000 euros a un joven que perdió ambas piernas en Ópera
La Sala de lo Civil del Tribunal Supremo ha confirmado que Metro de Madrid deberá pagar 293.000 euros a un joven que sufrió la amputación de ambas piernas tras caer entre dos vagones en la estación de Ópera en 2006 y ser arrollado por un tren. La decisión del Supremo desestima los recursos presentados tanto por Metro como por el propio afectado contra la sentencia de la Audiencia de Madrid.
El Tribunal considera que Metro de Madrid incurrió en responsabilidad al no implementar medidas de seguridad que evitaran la caída en el espacio existente entre los vagones. Según la sentencia, se trataba de un riesgo «cualificado, previsible y evitable».
No obstante, el Supremo también rechazó parcialmente el recurso del joven, al entender que su propia conducta contribuyó al accidente. La Audiencia de Madrid había señalado que el joven se encontraba despistado y confundido: se había bajado del tren en una estación equivocada y, al darse cuenta, regresó al convoy en movimiento, cayendo justo entre dos vagones y siendo arrollado. Este accidente resultó en la amputación de ambas piernas.