La peluquería Cool, ubicada en pleno corazón de Puente Arce, se ha convertido en un pequeño referente local para quienes buscan un cuidado del cabello que combine estilo, técnica y un ambiente agradable. Desde fuera ya transmite esa esencia moderna que le da nombre: un espacio fresco, luminoso y pensado para que cada visita se sienta como un respiro dentro de la rutina. No es simplemente un lugar donde cortarse el pelo, sino un salón donde cada detalle está orientado a que el cliente se marche con la sensación de haber invertido su tiempo en algo que realmente merece la pena.

Lugar, Bo. San Julián, 20, 39478 Arce, Cantabria.
Teléfono: 942 58 97 03
Al entrar en Cool, lo primero que llama la atención es la cercanía del equipo. El trato es directo y natural, sin prisas ni protocolos artificiales. Se nota que disfrutan de su trabajo y que ponen el mismo empeño en un corte rápido que en un cambio de imagen más complejo. Antes de tocar una tijera, escuchan con atención lo que busca cada persona, analizan el tipo de cabello, la textura y hasta los hábitos del día a día para dar un resultado que encaje de verdad con su estilo de vida. Esa personalización es una de las claves por las que tantos vecinos de Puente Arce repiten.

El salón destaca también por su filosofía de mantener un equilibrio entre tendencia y funcionalidad. En Cool dominan las técnicas clásicas, pero no dejan de lado las novedades que marcan el ritmo en el mundo de la peluquería. Ya sea un degradado limpio, un corte contemporáneo, un peinado más arriesgado o un color bien trabajado, la prioridad siempre es que el acabado se vea profesional, favorecedor y duradero. Su especial cuidado con los detalles —desde los contornos hasta el acabado final— convierte incluso los estilos más sencillos en algo con personalidad propia.


Otro de los puntos fuertes de Cool es su forma de trabajar el color. En un tiempo en que mucha gente busca resultados naturales y fáciles de mantener, el salón se ha especializado en tonos que respetan la estructura del cabello y que aportan luminosidad sin castigar. Mechas, matices, baños de color o transformaciones más intensas se realizan siempre con productos de calidad y con una técnica que evita el desgaste excesivo. El objetivo es que el cabello se vea sano, brillante y con un movimiento que hable por sí solo.
El ambiente del local acompaña a toda esta experiencia. Cool es un espacio donde se respira tranquilidad, con una estética cuidada pero sin pretensiones, pensado para que cada cliente pueda desconectar mientras le atienden. La música suave, los detalles decorativos y la limpieza constante crean una sensación de comodidad que hace que el tiempo pase rápido. Mucha gente comenta que, más que una peluquería, es un sitio al que apetece volver porque te hacen sentir en casa.
Además, la peluquería Cool apuesta por una atención honesta. Si algo no favorece o no encaja con la forma del rostro o el tipo de cabello, lo dicen abiertamente, buscando siempre alternativas que sí funcionen. Esa sinceridad, unida a su experiencia, ha generado una relación de confianza con clientes de todas las edades: desde quienes buscan un look atrevido hasta quienes prefieren mantener su estilo de siempre pero con un acabado impecable.
Con el paso del tiempo, Cool se ha consolidado como una peluquería que aporta identidad a Puente Arce. No solo por su calidad profesional, sino por la manera en que se integra en el día a día del pueblo. Es un lugar recurrente para prepararse para eventos, para hacerse un retoque rápido o simplemente para sentirse mejor con uno mismo. La combinación de técnica, buen ambiente y un trato cercano ha hecho que su nombre esté cada vez más presente cuando alguien busca una peluquería de confianza.
La peluquería Cool representa esa mezcla perfecta entre profesionalidad y estilo que tanta gente valora. Un salón moderno pero accesible, donde el cliente es siempre el centro y donde cada trabajo se realiza con cuidado y dedicación. Para quienes viven en Puente Arce o pasan por la zona, es una opción que destaca por su constancia, su calidad y esa manera de hacer las cosas que, sin dudas, hace honor a su nombre.



























