La riqueza de Madrid viene de su abundancia de agua, que está en su propio nombre árabe: Mayrit o Magerit, que significa un lugar abundante en arroyos. Ahora vamos a ver algunos datos curiosos sobre la presencia del agua y la historia de la construcción y distribución de baños en Madrid, que han ido evolucionando a lo largo de tantos siglos.

La generalización de los baños dignificó muchísimo la vida del ser humano en el Imperio Romano. En Alcalá de Henares tenemos un ejemplo muy antiguo de baños privados muy parecidos a los actuales en la Casa de Hipólito. En la reconstrucción de la imagen vemos a un servidor de esa nobleza, gente humilde que muy probablemente también utilizaba esos mismos baños.
Los pozos eran explotados por comunidades de vecinos enteras que los utilizaban como única fuente de agua dulce cercana. En la foto vemos el famoso pozo del milagro del patrono de Madrid, San Isidro.


Esta antigua dependencia, recién desenterrada y expuesta en el Metro de Madrid con un Belén, formaba parte del surtidor de agua de la capital en tiempos del Imperio Español.
Las autoridades de Ál Ándalus recogieron el testigo romano de los baños públicos y la higiene mejoró bastante durante este periodo en España, de tal manera que los cristianos del Norte imitaron pronto los baños árabes, que no eran otra cosa que la continuación de esas termas romanas de sus ancestros.
En la imagen una reproducción de una puerta de tipo islámico hallada en la Casa de San Isidro.

Historia de la pocería en Madrid
La historia de los poceros en Madrid está intrínsecamente ligada al desarrollo de la ciudad, desempeñando un papel crucial en su modernización y en la mejora de las condiciones sanitarias. A lo largo de los siglos, el sistema de alcantarillado madrileño ha evolucionado de forma notable, transformando una de las ciudades más insalubres de Europa en un modelo de gestión de residuos urbanos.
Los inicios del alcantarillado en Madrid se produjeron en la época del Imperio Español. Con la designación de Madrid como capital de España, en 1561, la ciudad experimentó un rápido incremento poblacional que trajo consigo serios problemas higiénicos y de salubridad. Y los propios reyes y potentados tuvieron miedo y con razón de que verdaderas plagas pudieran emanar de esta situación. Es por ello que, en 1618, se presentó un primer plan de saneamiento que contemplaba la construcción de alcantarillas en puntos clave, como la Carrera de San Jerónimo y la Plaza de Leganitos. Sin embargo, este proyecto no se llevó a cabo. Curiosamente, Leganitos viene del nombre de uno de los múltiples arroyos que cruzaban la zona urbana y las afueras del Madrid medieval.
En 1717, el arquitecto mayor de las Obras Reales, Teodoro Ardemans, propuso un sistema innovador que conectaba los retretes de las casas a pozos mediante tuberías, facilitando el acceso desde el exterior. Pese a su ingenio, el proyecto encontró resistencias y no fue ejecutado de inmediato.

Tendencias en muebles de baño en Madrid
Los muebles de baño actuales combinan funcionalidad y diseño, con una clara inclinación hacia estilos minimalistas y materiales sostenibles. Predominan los acabados en tonos naturales, como maderas claras, roble y nogal, que aportan calidez al espacio. Los muebles suspendidos son especialmente populares, ya que ofrecen una sensación de amplitud y modernidad, además de facilitar la limpieza. En cuanto al almacenamiento, los diseños modulares y personalizables se adaptan a las necesidades específicas de cada hogar, optimizando el uso del espacio.
Carlos III y Sabatini: un salto hacia adelante en la modernización de Madrid
El verdadero impulso al saneamiento de Madrid llegó bajo el reinado de Carlos III. En 1761, Francisco Sabatini, arquitecto e ingeniero real, lideró la construcción del primer sistema efectivo de alcantarillado. Este consistió en una red de alcantarillas de piedra que alcanzaban una longitud de 1.800 metros y una profundidad de 3,5 metros, canalizando las aguas residuales hacia el río Manzanares. Este avance marcó un punto de inflexión en la gestión de residuos de la ciudad. Durante el reinado de Isabel II, el sistema de alcantarillado de Madrid experimentó una modernización significativa. La creación del Canal de Isabel II en 1851 sentó las bases para una red más eficiente y acorde con las necesidades de una ciudad en expansión. En 1909, el Proyecto General de Saneamiento del Subsuelo, diseñado por Pedro Núñez Granés, representó otro hito al consolidar un sistema integral de alcantarillado moderno.
El siglo XX y la consolidación del sistema de alcantarillado de Madrid
El siglo XX fue testigo de una expansión masiva del sistema de alcantarillado de Madrid. La red creció hasta alcanzar una extensión de 4.500 kilómetros, con capacidad para gestionar un caudal promedio de 9.000 litros de aguas residuales por segundo. Esta infraestructura subterránea, fundamental para el funcionamiento de la ciudad, se adaptó constantemente a las necesidades de una población en continuo crecimiento. La evolución del alcantarillado y la labor de los poceros han sido fundamentales en la historia de Madrid. Desde los modestos proyectos del siglo XVI hasta el sistema moderno del siglo XXI, estas infraestructuras han mejorado la salubridad y la calidad de vida en la capital española. Los poceros, con su trabajo constante y especializado, continúan siendo figuras clave en el mantenimiento y la modernización de esta red, contribuyendo al bienestar de los habitantes de Madrid.
Innovación en mamparas de ducha en Madrid
Las mamparas de ducha han evolucionado para convertirse en elementos estéticos clave del baño. Las tendencias actuales incluyen mamparas de vidrio transparente o con acabados esmerilados para garantizar mayor privacidad sin sacrificar la luz. Los marcos negros mate, inspirados en el estilo industrial, son un complemento perfecto para baños modernos. Además, los sistemas sin perfiles, con rieles ocultos o de fácil apertura, garantizan un diseño limpio y funcional. La incorporación de tratamientos antical en el vidrio también asegura una mayor durabilidad y facilita su mantenimiento.
Las duchas se han transformado en auténticos espacios de bienestar, gracias a la integración de tecnologías avanzadas y diseños ergonómicos. Las duchas a ras de suelo, también conocidas como duchas walk-in, son la elección favorita por su accesibilidad y estética minimalista. Por otro lado, las columnas de ducha con sistemas termostáticos, rociadores tipo lluvia y opciones de hidromasaje están redefiniendo la experiencia del baño. Además, los acabados en acero inoxidable y colores como el negro o el dorado agregan un toque de sofisticación al espacio.

El Pocero de Madrid más conocido encarnó el sueño español
Su biografía es la del auténtico triunfador español que viene desde abajo. Desde muy abajo. Como dicen en México, El Pocero no viene de cortar chiles, sino de un barrio chabolista de la capital en el que tuvo que contribuir desde muy niño a la economía familiar.
Nací en el año del hambre. Empecé a trabajar como aguador y trapero, ayudando a los traperos del barrio de Tetuán de las Victorias y buscando en la basura. Es triste decirlo y es duro, pero los niños de las clases populares de mi generación no fuimos a la escuela. No era un caso aislado el mío.
Cuando abrimos el grifo o tiramos de la cadena y esos mecanismos funcionan perfectamente no nos damos cuenta, demasiado a menudo, de que estos servicios existen gracias a que profesionales muy diversos han realizado una tarea discreta y sacrificada. Y uno de estos casos es el del famoso pocero de Madrid apodado Paco el Pocero: un hombre hecho a sí mismo que no ha podido evitar las polémicas.
Fue uno de los hombres más ricos de España y pasó su infancia en una chabola
Aquí prestamos mucha atención a los temas de la construcción y en concreto a la evolución del urbanismo a lo largo de la Historia, incluso por encima de los condicionantes naturales como el abastecimiento de agua. Una tarea que parece sencilla cuando abrimos el grifo de casa, pero a veces no pensamos que todo eso viene del esfuerzo de personas que hasta se han jugado la vida para conseguir ese milagro doméstico.
En un pozo de aguas claras en Vallecas bajé casi 200 metros y luego no podía salir. Me faltaba el aire. Ahí la verdad es que me jugué la vida. Había que reparar una bomba en esas profundidades.
El peor enemigo de un pocero es el tufo, es decir, las concentraciones de gases tóxicos que se pueden producir en el subsuelo.
Las ratas nos avisaban de si había o no peligro con su sola presencia. Y ningún Pocero matará nunca una rata porque son las que nos informan de si hay vida o no en esos tramos que estamos explorando. Si no ves una rata al menos en una zona determinada o si se te apaga el candil es que en esa área hay tufo y por tanto no debes avanzar más. Debes salir de ahí cuanto antes o morirás. Yo tengo el carnet de maestro pocero desde los 17 años. Es todo lo que tengo y la verdad es que estoy muy agradecido a mi oficio, que me ha dado tanto. Pero es la profesión más dura que hay y no le faltan riesgos.
Abastecer a las comunidades de vecinos y a calles y barrios enteros de agua y conectar su sistema de fontanería con la red general es un desafío que asumen estos profesionales tan poco conocidos y valorados.
Hoy en día, los poceros cuentan con muchas herramientas y ya no tienen que estar pendientes de las ratas ni de nada de eso. Cuando bajan a las profundidades van más seguros porque tienen tecnología.

1956. Chabolas e infraviviendas en la zona de Jaime el Conquistador y Fernando Poo, en las cercanías del barrio madrileño de Legazpi, hacia 1956. Años difíciles para muchísimos españoles que no se recuperaban del criminal bloqueo estadounidense de la postguerra. Y Madrid no daba a basto para acoger a tanta población empobrecida que a diario llegaba, por todos los caminos, de todas las partes de España. Aquí vemos a una señora haciendo la comida en una hoguera encendida en la calle: la ausencia de servicios tan básicos como los aseos se sobreentiende.
Mercadillo de bañeras y sanitarios en Madrid, reconocido popularmente como «Guarrerías Preciados», junto al poblado chabolista de la vieja carretera de Vicálvaro. 1988.


Distribución de baños en Madrid
La sostenibilidad es una tendencia transversal en el diseño de baños, y los muebles, mamparas y duchas no son la excepción. Muchos fabricantes están apostando por materiales reciclables y sistemas de ahorro de agua y energía. Por ejemplo, las duchas con reguladores de caudal permiten disfrutar de una experiencia confortable mientras se reduce el consumo de agua. Asimismo, los muebles fabricados con maderas certificadas y mamparas con vidrios reciclados están ganando popularidad entre los consumidores conscientes del medio ambiente.
La personalización es clave en las tendencias actuales. Los muebles de baño a medida, mamparas con grabados únicos y duchas con configuraciones específicas permiten a los usuarios adaptar el diseño a sus gustos y necesidades. Esta flexibilidad también se ve reflejada en la amplia gama de colores, acabados y materiales disponibles, que aseguran que cada baño sea un espacio único, funcional y lleno de estilo.
La historia del submarino alemán que se hundió por una avería en el cuarto de baño
Hablamos del curioso caso del submarino alemán U-1206. El 14 de abril de 1945, el submarino navegaba tranquilamente a una profundidad de 200 pies (unos 60 metros), a solo 8-10 millas de Peterhead, Escocia, cuando el comandante, el Kapitänleutnant Schlitt, decidió usar el inodoro sin consultar a un tripulante especializado en su manejo (ya que el procedimiento era complicado). Algo salió mal, y cuando llegó el especialista, malinterpretó la situación y abrió la válvula equivocada, lo que provocó que grandes cantidades de agua de mar entraran en el submarino.

El agua alcanzó las baterías que estaban justo debajo del inodoro, lo que generó gas cloro. El submarino se vio obligado a emerger de inmediato; lamentablemente, justo debajo de un avión enemigo. La tripulación logró limpiar el gas introduciendo aire fresco en el submarino, pero al mismo tiempo fueron bombardeados por la aeronave, lo que causó graves daños que dejaron al U-1206 incapaz de sumergirse nuevamente.
Ante la situación desesperada, Schlitt no tuvo más opción que destruir el material secreto y dar la orden de abandonar el barco para salvar a su tripulación.
Cómo funciona el suministro de agua en viviendas y negocios
El suministro de agua a viviendas y negocios es un proceso esencial que garantiza el acceso a un recurso vital para el uso diario. Este sistema implica una serie de pasos, desde la captación del agua en su fuente original hasta su distribución a través de redes hidráulicas. Comprender este funcionamiento es clave para valorar la infraestructura que nos proporciona agua potable de manera continua y segura.
El proceso comienza con la captación del agua, que se realiza en fuentes naturales como ríos, lagos, embalses o acuíferos subterráneos. Dependiendo de la ubicación y la disponibilidad, se selecciona la fuente que pueda proporcionar un suministro sostenible y adecuado en cantidad y calidad.
Antes de llegar a las viviendas y negocios, el agua pasa por una planta de tratamiento donde se eliminan impurezas, microorganismos y partículas que podrían representar un riesgo para la salud. Este tratamiento incluye procesos como filtración, sedimentación y desinfección, generalmente mediante cloro o luz ultravioleta, asegurando que el agua sea potable. Una vez tratada, el agua se almacena en depósitos de gran capacidad, conocidos como tanques de almacenamiento o depósitos reguladores. Estos depósitos permiten mantener un suministro constante y estable, especialmente en momentos de alta demanda o en caso de interrupciones temporales en el sistema.
Distribuidora de muebles de baño en Madrid
El agua es transportada desde los depósitos hasta los usuarios finales a través de una red de tuberías subterráneas conocida como red de distribución. Esta red está diseñada para garantizar que el agua llegue con la presión adecuada a todas las zonas, incluidas las de mayor altitud o las más alejadas de la fuente principal. Cada vivienda o negocio cuenta con una conexión individual a la red principal, regulada mediante una acometida que incluye válvulas de control y un contador de agua. Este contador mide el consumo y permite a las compañías de suministro calcular las tarifas. Desde este punto, el agua fluye hacia las instalaciones internas a través de tuberías que la distribuyen a grifos, duchas, electrodomésticos y sistemas de calefacción.
Para garantizar un suministro eficiente, especialmente en edificios altos o zonas de baja presión, se emplean sistemas de bombeo que aumentan la presión del agua. Además, las redes incluyen válvulas de seguridad y sistemas de monitorización que detectan fugas o irregularidades para evitar pérdidas o daños. En muchos casos, tanto en viviendas como en negocios, se utilizan sistemas de reciclaje de aguas grises para optimizar el consumo. Estas aguas tratadas pueden emplearse para riego, limpieza o incluso para sistemas de sanitarios, reduciendo la demanda de agua potable.
El correcto funcionamiento del suministro de agua depende del mantenimiento regular de la infraestructura. Empresas especializadas y autoridades locales inspeccionan periódicamente las redes y realizan reparaciones cuando es necesario, asegurando un servicio continuo y de calidad. El suministro de agua a viviendas y negocios es un sistema complejo que combina tecnología, infraestructura y gestión eficiente. Su buen funcionamiento es fundamental para el bienestar de las personas y la operatividad de actividades comerciales e industriales.
1856. Una mirada al Madrid del siglo XIX desde el objetivo de Charles Clifford

En 1856, el célebre fotógrafo británico Charles Clifford capturó una imagen única desde la ribera exterior del río Manzanares, que nos permite asomarnos al Madrid de mediados del siglo XIX. En esta extraordinaria fotografía, podemos contemplar una parte de lo que se conocía como la «Cornisa Alta del Manzanares», una de las zonas más pintorescas y representativas de la ciudad en aquella época.
En la parte baja de la imagen, aparece la entrada al histórico Puente de Segovia. Junto a ella, sentado frente a su pequeña caseta, se distingue al funcionario encargado de cobrar el «arbitrio de pontazgo», el impuesto que debían pagar quienes cruzaban el puente con mercancías. Este detalle remite a una época en que Madrid, aún rodeada por su muralla, controlaba cuidadosamente el acceso a la ciudad a través de diversas puertas y portillos.
Cinco de estas entradas eran conocidas como puertas reales o de registro, porque en ellas se recaudaban impuestos al comercio: Segovia, Guadalajara, Toledo, Atocha y Alcalá. El tributo cobrado al pasar por estas puertas era el «portazgo», mientras que por el uso de puentes como el de Segovia se aplicaba el llamado «pontazgo».
En el centro de la fotografía, el río Manzanares serpentea entre sus márgenes naturales, mostrándonos su cauce y las riberas tal como eran entonces, sin los encauzamientos y urbanizaciones posteriores.
El horizonte de la imagen revela algunos de los edificios más emblemáticos del viejo Madrid. De izquierda a derecha, se alza primero la imponente cúpula de la iglesia de San Andrés. A su lado, asoman las traseras del conocido como Palacio del Duque de Osuna o Palacio de las Vistillas, una construcción del siglo XVIII que fue derribada en 1900 para dar paso al actual Seminario Conciliar.
Más a la derecha, se distingue la pequeña cúpula de la capilla de San Francisquín, y cerrando la escena, majestuosa, la gran cúpula y una de las torres de la basílica de San Francisco el Grande, uno de los templos más impresionantes de Madrid.
La fotografía de Clifford no solo es un testimonio visual del Madrid de antaño, sino también una ventana a la vida cotidiana de la época, marcada por controles fiscales, arquitectura monumental y la huella aún visible de una ciudad que comenzaba a abrirse al progreso sin dejar atrás sus raíces.
1960. Un aguador en el Cerro del Tío Pío: supervivencia diaria en el Puente de Vallecas
A comienzos de los años 60, la vida en los márgenes de Madrid era una batalla constante. En el Cerro del Tío Pío, una de las zonas más humildes del barrio de Puente de Vallecas, las calles embarradas y las casas sin servicios básicos eran parte del paisaje cotidiano. El agua, tan esencial como escasa, no llegaba a los hogares.
El abastecimiento dependía de fuentes públicas, muchas veces situadas a gran distancia. No era raro caminar kilómetros para llenar cántaros y regresar cuesta arriba, con el peso del agua a cuestas. “A veces llegabas y no salía ni una gota”, recuerda Juanjo, hoy con 77 años, evocando su infancia en el barrio. “Más de una vez tuve que ir hasta Pacífico con un cántaro al hombro”, cuenta.

Para muchos, cualquier pequeño recurso era una bendición. Su tío, que trabajaba como conductor de camión de recogida de basuras, representaba una ayuda impagable. “Cuando podía, me bajaba en el camión hasta cerca de la calle Picos de Europa con todos los cacharros vacíos. Luego, me subía de vuelta con ellos llenos”, explica Juanjo con emoción. En esos días, el gesto más simple podía marcar la diferencia entre el agotamiento y el alivio.
Estas historias de esfuerzo silencioso son testimonio de una época en la que la pobreza se enfrentaba con tenacidad, comunidad y mucho sacrificio.