Un montón de edificios emblemáticos de nuestra ciudad están siendo vaciados para una reestructuración profunda. La lista es tan larga que nos dejaríamos aquí alguno y si empezamos a intentar incluir todos. Pero es reseñable que tantos edificios imponentes de nuestra ciudad se han visto involucrados en reformas profundas y algunos de los más importantes desescombros de Santander en toda su historia.
Ahora mismo está empezada la renovación de la fachada de la sede del Banco de España de Santander, pero mucho antes empezó la interminable obra de la sede del Banco Santander. Y justo detrás, en la llamada calle del martillo, otra sede decimonónica de banco santanderino de toda la vida también se encontraba hasta hace poco inmersa en una renovación absoluta.
Siguiendo con la lista interminable podemos irnos al cercano Club de Regatas de Santander, también de origen decimonónico. La renovación lo ha convertido en un hotel y la reforma que han sufrido algunos de sus espacios ha hecho que el edificio pierda un poco de su encanto victoriano de siempre.
También el Hotel Coliseum pasó por la piqueta y se vivió uno de los dos escombros más grandes en la historia de Santander, siendo el cine más importante de toda la ciudad en toda su historia. Aunque si hay un desescombro en Santander que ha dejado huella es sin duda el del Hotel Bahía, que dejó un saldo de muertos en su día por un lamentable accidente en forma de desprendimiento. Fue un momento terrible de nuestra historia que dejó una buena muestra de lo peligrosa que es nuestra profesión, además de dura desde el punto de vista físico y de planificación.
En la opinión de Carlos Osma, gerente de Grupo Multiservicios Osma, algunos episodios lamentables que han tenido lugar durante desescombros en Santander y en otros lugares son recordatorios de lo importante que es asignar los trabajos delicados a las personas adecuadas.
Esto también nos tiene que recordar que no cualquiera vale para llevar a cabo un desescombro, aunque mucha gente pretende minusvalorar esta tarea. Pasa a menudo cuando nos llaman, que se piensan que pueden ahorrar en algo tan importante y delicado como es un desescombro. Máxime si estamos hablando de un desescombro de Santander, donde han ocurrido tantas desgracias y episodios de comportamientos ilícitos que se han cobrado incluso víctimas o el derribo completo de edificios, como el de la calle del Sol. No se puede ahorrar en estas cosas cuando está en juego la seguridad de los trabajadores y de todos los vecinos. Y eso sin contar con el valor de las propiedades que se pueden dañar para siempre si tocamos los muros equivocados o los cimientos.