En este artículo, patrocinado por reformas de tejados en Cantabria (656332827), queremos recordar algunas de las cosas más increíbles que se han encontrado durante distintas reformas por todo el mundo y en todas las épocas. Los operarios a menudo se pueden dar de bruces con historias mafiosas como enterramientos masivos o cadáveres emparedados o todo tipo de descubrimientos inesperados al tirar una pared o un tejado. También es muy frecuente encontrar armas o tesoros. Recuerdos de una época en la que alguien pasó por apuros y tuvo que cubrirse las espaldas, aunque es probable que algo malo le pasara a esas personas si no pudieron volver a por sus pertenencias tan preciadas. ¿Caerían presos y esperaron recuperar su libertad para volver a por sus cosas, pero no les fue posible y murieron antes? ¿Resultaron asesinados por esas personas de las que estaban huyendo o contra las que pensaban defenderse? Los misterios de estos tesoros ocultos son tan inquietantes como las preguntas que surgen cuando aparecen cuerpos enterrados.
Descubre el Tesoro de Valsadornín en el Museo de Palencia. Este fascinante tesoro, compuesto por miles de monedas almacenadas en una vasija de bronce, es uno de los hallazgos arqueológicos más destacados de la Hispania romana. Su pérdida, ya que su misterioso propietario nunca pudo recuperarlo, se sitúa en torno al año 270 d.C., a partir de las monedas más recientes, acuñadas por Claudio II en Roma en 269. Pertenece a un período marcado por la conocida «crisis del siglo III». Con toda probabilidad era un millonario intentando esconder su fortuna de bandidos o enemigos que lo acosaban y pensaba regresar luego a por ello, pero la muerte debió sorprenderlo antes de que pudiera lograr este objetivo.
También pudiera ser un botín de guerra o el pago acumulado a funcionarios y tropas del Imperio, pero en todo caso estamos en las mismas: el tesorero no se fiaba de nadie y nadie vino a recuperarlo una vez que esta persona pasó a la Historia.
Milenios después, el tesoro fue descubierto de manera fortuita durante otra gran crisis española: durante la Guerra Civil, el 19 de agosto de 1937, se produjo el hallazgo por parte de los hermanos Eusebia y Tomás Roldán García. Era un día de tormenta, y según su relato, caminaban por el paraje de Valdiquecho, cerca del antiguo camino que conecta Valsadornín y Gramedo, cuando se toparon con una olla con monedas parcialmente expuesta por el agua. La recogieron y la llevaron a casa. Días después, el tesoro fue depositado en el Museo de Palencia, aunque, como ocurre a menudo con este tipo de hallazgos, llegó incompleto, con una cantidad indeterminada de piezas que fueron repartidas entre diversas personas, así como la parte superior del recipiente y la tapa. En la actualidad, el museo alberga aproximadamente 11,000 monedas. Se estima que unas 8,000 de ellas permanecen agrupadas en el interior de la vasija, mientras que 2,421 ejemplares sueltos fueron restaurados a mediados del siglo XX, constituyendo la base de estudio para analizar la composición del conjunto.
Reformas de tejados en Cantabria
656332827
Recientemente, arqueólogos que realizaban una encuesta rutinaria en Núremberg antes de una construcción hicieron un sorprendente descubrimiento: una colección de huesos humanos. Inicialmente, sospecharon que los restos podían pertenecer a víctimas del indiscriminado y genocida bombardeo de Núremberg en 1943, durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, la datación por radiocarbono reveló que los huesos eran mucho más antiguos.
A medida que el equipo continuó su excavación, descubrieron cientos de esqueletos, junto con cerámica y monedas que datan de principios del siglo XVII. Esto los llevó a concluir que probablemente se habían topado con fosas comunes llenas de víctimas de la peste. Los hallazgos no solo arrojan luz sobre el trágico impacto de la epidemia en la población de Núremberg, sino que también proporcionan valiosos conocimientos sobre el contexto histórico de la época.
Desde 2015, las excavaciones arqueológicas han desenterrado los restos de dos torres que contienen cientos de cráneos de hombres, mujeres y niños, todos unidos por una mezcla de cal, arena y gravilla de tezontle. Este hallazgo pone en cuestión la idea de que solo los guerreros capturados eran sacrificados en honor a Huitzilopochtli, el dios mexica del Sol. Los descubrimientos en el Gran Tzompantli demuestran que las ceremonias incluían víctimas de ambos sexos y de todas las edades, lo que proporciona una nueva perspectiva sobre los rituales de sacrificio en la cultura mexica.
El mosaico romano más grande del mundo no se encuentra en un museo, sino en un hotel, y es accesible al público de manera gratuita. Este impresionante mosaico, que abarca 836 m² y se conserva en perfectas condiciones, fue descubierto en 2011 en Antakya, Turquía, la antigua ciudad de Antioquía.
El hallazgo tuvo lugar durante las excavaciones para la construcción de un hotel, lo que llevó a la creación de un espectacular Hotel-Museo. El sótano del hotel se ha convertido en un verdadero Parque Arqueológico, gestionado por arqueólogos del país, donde los visitantes pueden admirar el impresionante mosaico.
Se cree que estos restos forman parte del antiguo Foro de Antioquía. Entre las joyas del conjunto se encuentra el Mosaico de Pegaso, que destaca por su belleza y detalle, añadiendo aún más valor a este extraordinario descubrimiento arqueológico.
Macabro descubrimiento: 51 guerreros vikingos decapitados, encontrados apilados en una antigua fosa común en Gran Bretaña.
En un asombroso hallazgo arqueológico, los restos de 51 jóvenes vikingos fueron desenterrados cerca de Weymouth, Reino Unido, ofreciendo nuevas perspectivas sobre los brutales enfrentamientos entre anglosajones e invasores nórdicos a principios del siglo XI.
Los arqueólogos quedaron impactados al descubrir una fosa común llena de los cuerpos desnudos y decapitados de estos guerreros, con sus cabezas cuidadosamente colocadas a un lado. Este sitio escalofriante, que data de hace aproximadamente mil años, fue descubierto en junio de 2009 durante una prospección previa a la construcción realizada por Oxford Archaeology. ¿Se trataba de verdad de un enfrentamiento entre los invasores nórdicos y los sometidos anglosajones y britanos locales o de un ajuste de cuentas entre los propios vikingos? No es tan raro que los propios ocupantes de un país, a la hora de repartirse el botín, terminen a golpes entre ellos. Esto podría explicar la decapitación de estos guerreros, tal vez alzados en armas contra el jefe vikingo local y castigados en consecuencia.
Una estatua de vudú real de un celopático encontrada en unas excavaciones
La muñeca del Louvre fue descubierta dentro de un jarrón de terracota, acompañada por una tableta de plomo que contenía un hechizo de unión. Los arqueólogos estiman que esta figura de arcilla data del siglo III o IV antes de Cristo. Aunque la estatua fue encontrada durante excavaciones cerca de Tebas, en Egipto, su origen es griego, como lo confirma la inscripción en la placa de plomo.
La estatua muestra a una figura de rodillas, con las piernas y los brazos atados a la espalda. Como si esto no fuera suficiente, la figura está atravesada por 13 clavos: uno en la parte superior de la cabeza, otro en la boca, uno en cada ojo y oído, uno en el pecho, otro en las palmas de las manos, otro en los pies, y dos más en el interior. A primera vista, parece lógico suponer que esta figura se usaba para una maldición, similar a una muñeca vudú.
Sin embargo, al leer la inscripción en la tableta, descubrimos que esta «muñeca» fue creada por un hombre con la intención de hacer que su amada se enamorara de él.
La inscripción en griego dice lo siguiente:
«Gran Ptolemais, que Ayas, hija de Origen, me ame. No permitas que coma ni beba hasta que venga a mí, y no dejes que conozca a ningún otro hombre excepto a mí. Haz con ella lo que desees hasta que acepte estar a solas conmigo. Mientras yo viva, que ella me escuche, me ame y siempre diga la verdad.»
Actualmente, esta figura de arcilla se exhibe en el Museo del Louvre en París, en la sala dedicada al antiguo Egipto.
Animales prehistóricos encontrados en reformas de tejados en Madrid y Austria
Durante la remodelación de su bodega en Gobelsburg, Austria, Andreas Pernerstorfer se encontró con un hallazgo sorprendente: los esqueletos de tres mamuts de la Edad de Piedra. Los restos, superpuestos entre sí, fueron descubiertos en una zona que ya había mostrado indicios de asentamientos prehistóricos, con hallazgos anteriores de joyas y artefactos de pedernal. El Instituto Arqueológico de la Academia Austríaca de Ciencias, a través de los arqueólogos Hannah Parow-Souchon y Thomas Einwögerer, está investigando el sitio, que presenta una densa capa de huesos, un hallazgo sin precedentes en Austria. Se cree que el lugar pudo haber sido una trampa de caza utilizada por humanos prehistóricos para capturar a estos enormes animales. Los huesos serán restaurados y exhibidos en el Museo de Historia Natural de Viena.
Reformas de tejados en Guadalajara y Madrid
Dirección: Calle Canal Alto número 74, Marchamalo, Guadalajara. 19180
Teléfono: 649 673 074
Elefantes prehistóricos en Madrid: En Villa de Vallecas, durante obras para un centro logístico de bomberos, paleontólogos hallaron restos fósiles de ocho ejemplares de Gomphotherium angustidens, una especie de elefante prehistórico. Este descubrimiento, que incluye mandíbulas, colmillos, fémures y húmeros, data de hace 14 millones de años. Los fósiles han sido trasladados al Museo Arqueológico Regional para su estudio. Estos antepasados del elefante africano habitaban Europa y África, llegando a medir 5 metros de largo y pesar 2,5 toneladas. Se estima que estos animales median cerca de unos 5 metros de largo y unos 3 de altura.
Además, estos elefantes atávicos poseían cuatro colmillos en su cabeza: dos superiores, divergentes y curvados hacia abajo, con dos inferiores que son más cortos que los superiores. Esta especie habitaba en el centro y sur de Europa y también en la enorme región que va desde la península arábiga, el noreste de África, desde Túnez hasta Kenia. Al parecer, los ejemplares encontrados se habrían trasladado a la zona de lo que hoy se conoce como Villa de Vallecas, tal vez en busca de agua y alimentos, y allí mismo fallecieron por la falta de tales alimentos.
Los elefantes que habitaron Vallecas hace 14 millones de años
Un hallazgo sorprendente ha tenido lugar en el polígono de La Atalayuela, en el distrito de Villa de Vallecas. Lo que comenzó como una obra municipal en un descampado cercano a una gasolinera y un restaurante de comida rápida, terminó con el descubrimiento de un antiguo cementerio de elefantes primitivos. En la excavación, un equipo de paleontólogos y arqueólogos ha encontrado restos fósiles de Gomphotherium angustidens, una especie que vivió en la zona hace 14 millones de años.
Los restos hallados incluyen mandíbulas, colmillos, fémures, húmeros y caderas completas de ocho ejemplares. Estos elefantes, antecesores lejanos de los actuales elefantes africanos, alcanzaban los tres metros de altura y cinco de longitud, con un peso de hasta 2,5 toneladas. El Gomphotherium, parte de la familia de los mastodontes, tenía cuatro colmillos: dos superiores curvados hacia abajo y dos inferiores más cortos. Su trompa era más pequeña que la de los elefantes actuales y compartían su hábitat con tortugas gigantes, grandes carnívoros, y antepasados de caballos, ciervos y jabalíes.
El Gomphotherium angustidens vivió durante el Mioceno, hace entre 16 y 5 millones de años, en regiones como Europa, la península arábiga y el noreste de África. En España, se han encontrado restos de esta especie en áreas cercanas como Somosaguas y Carpetana en Madrid, así como en Villafeliche, Zaragoza.
¿Qué les sucedió a los elefantes de Vallecas?
El equipo responsable de la excavación, dirigido por Alessandro Giusto y Jorge Morín, cree que estos elefantes se refugiaron en la zona de Vallecas debido a un periodo de aridez y descenso de temperaturas que ocurrió hace 14 millones de años. Al encontrar un reducto de agua y alimento, la manada se estableció allí, pero la falta de recursos terminó con la vida de varios miembros. Posteriormente, una riada cubrió sus cuerpos, lo que favoreció su fosilización. Esto ocurrió mucho antes de que los primeros homínidos llegaran a la región, ya que los restos más antiguos de europeos en la península no datan hasta hace 1,4 millones de años, según los descubrimientos de Atapuerca.
Los trabajos de excavación comenzaron en marzo y concluyeron en agosto, cubriendo una superficie de 800 m². Además de proporcionar información valiosa sobre la fauna de la época, la excavación ha permitido recuperar un importante patrimonio. Los fósiles han sido trasladados al Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid, en Alcalá de Henares, para su conservación. Algunos de los restos también se encuentran en estudio en el Museo Nacional de Ciencias Naturales para ser analizados en detalle.
Este hallazgo constituye un hito en la paleontología de Madrid, revelando la rica historia prehistórica de una zona que, siglos después, sería devastada por los horrores de la Guerra Civil.
Reformas de tejados económicas en Madrid y Guadalajara
Dirección: Calle Canal Alto número 74, Marchamalo, Guadalajara. 19180
Teléfono: 649 673 074
Un muro de 300 pies de altura en Bolivia fue descubierto con más de 5,000 huellas de dinosaurios, pertenecientes a 10 especies diferentes, en más de 462 senderos distintos, que datan de hace 65 millones de años.
Hallan una nueva esfinge de 2,000 años en Egipto
Algunos descubrimientos arqueológicos extraordinarios surgen de atrevidas incursiones en tumbas ocultas. Otros, como el reciente hallazgo de una notable esfinge en Egipto, son fruto de algo tan simple como el mantenimiento de drenajes. La estatua de piedra arenisca, que se estima tiene más de 2,000 años de antigüedad, salió a la luz durante trabajos para reducir el nivel de agua subterránea en un antiguo templo.
Un arqueólogo sostiene el molde de yeso de un niño de Pompeya
La erupción del Vesubio cubrió de ceniza a personas, animales y objetos en Pompeya, Herculano y otras áreas cercanas. Con el tiempo, la materia orgánica de las víctimas se descompuso, pero la capa de ceniza endurecida permaneció intacta. Dentro de estas capas, lo único que quedaba eran los huesos y las cavidades que antes ocupaba la materia orgánica. En 1863, Giuseppe Fiorelli, entonces director del yacimiento, sugirió llenar esas cavidades con yeso, lo que permitiría revelar con detalle las posturas, expresiones y hasta las actividades de los habitantes de Pompeya en sus últimos momentos. Gracias a esta técnica, se han creado moldes tanto de objetos como de cuerpos humanos. Se cree que el niño de la fotografía murió en brazos de su madre.
Los habitantes de la cercana Herculano murieron sepultados por un torrente de lava y lodo, pero la mayoría de habitantes de Pompeya soportaron una lluvia de cenizas y fragmentos despedidos por el volcán durante horas antes de caer asfixiados por una nube de vapores tóxicos.
Una excavación descubre los restos del último rey inglés caído en batalla
En agosto de 1485, el rey Ricardo III fue muerto en la batalla de Bosworth entre los Tudor y los York. Su cuerpo fue llevado de regreso a Leicester, donde fue expuesto durante unos días antes de ser enterrado por los frailes grises, una orden franciscana, en la iglesia de su convento. En agosto de 2012, exactamente 527 años después de la muerte del rey Ricardo III, el Ayuntamiento de Leicester, la Universidad de Leicester y la Sociedad Ricardo III lanzaron el proyecto «Buscando a Ricardo». Esta excavación arqueológica tenía como objetivo encontrar los restos de Ricardo III y la iglesia de los frailes grises bajo un aparcamiento en Leicester. Esta excavación llevó a uno de los mayores relatos de investigación arqueológica jamás contados, que inspiró la comedia dramática británica La Reina Perdida, estrenada en cines de todo el mundo en otoño de 2022.
Increíblemente, los restos de Ricardo III fueron descubiertos en la primera zanja excavada, solo seis horas después de comenzar la excavación planeada para dos semanas. Tras una exhaustiva investigación y análisis, cinco meses después, la Universidad de Leicester confirmó con un 99.999% de precisión que el esqueleto desenterrado en la primera zanja era, de hecho, Ricardo III. Una conocida leyenda local sugería que los huesos de Ricardo III habían sido desenterrados y arrojados de manera humillante al río Soar por una multitud durante la Reforma (una placa de piedra victoriana cerca de Bow Bridge conmemora esta leyenda). Sin embargo, algunos investigadores, incluido David Baldwin, un tutor de la Universidad de Leicester, argumentaron que los restos de Ricardo III seguían enterrados en la zona de Greyfriars en Leicester. El historiador John Ashdown-Hill, junto con la investigadora Philippa Langley, avanzó más tarde esta teoría, proponiendo una ubicación más precisa: el extremo norte de un aparcamiento municipal en Greyfriars, entonces utilizado por el departamento de Servicios Sociales.
En la primavera de 2011, Philippa Langley se acercó al Ayuntamiento de Leicester y a los Servicios Arqueológicos de la Universidad de Leicester (ULAS) para proponer una excavación en el aparcamiento de los Servicios Sociales de Greyfriars. A pesar de las escasas probabilidades de encontrar a Ricardo III, ULAS estaba deseoso de localizar la antigua iglesia de los frailes grises. Con el apoyo financiero de la Universidad de Leicester y fondos adicionales recaudados por Philippa Langley y la Sociedad Ricardo III, se aprobó la excavación para el verano de 2012. En agosto de 2012, comenzó el cuidadoso proceso de excavación. En los días que siguieron, los arqueólogos descubrieron no solo la antigua iglesia de los frailes grises, sino también un esqueleto con heridas de batalla y una columna vertebral curva.
El esqueleto fue exhumado y comenzó el proceso de identificación formal. Expertos de la Universidad de Leicester utilizaron pruebas de ADN para vincular el esqueleto con los descendientes de Ricardo III. La datación por carbono situó los huesos entre 1455 y 1540, lo que coincide con la muerte de Ricardo III. Los huesos también fueron identificados como pertenecientes a un hombre de entre 20 y 30 años, coherente con la edad de Ricardo III al morir, 32 años. En febrero de 2013, tras un minucioso examen científico, la Universidad anunció al mundo que el esqueleto encontrado era, en efecto, Ricardo III. El estudio del esqueleto proporcionó nuevas perspectivas sobre la vida y muerte de Ricardo III, desafiando la representación hecha por algunos historiadores tudor, quienes lo describieron como «deforme». Aunque el esqueleto mostraba evidencia de escoliosis, no presentaba el brazo marchito u otras deformidades que a menudo se le atribuían. Sólo 20 meses después, en julio de 2014, se inauguró el Centro de Visitantes del Rey Ricardo III. En marzo de 2015, los restos mortales de Ricardo III fueron formalmente reenterrados en la Catedral de Leicester, ubicada frente al Centro de Visitantes.
Imagina tropezarte con un secreto de siglos de antigüedad enterrado bajo las bulliciosas calles de Londres: una cabeza momificada que pertenecía a un hombre cuyo apellido resonaba en los anales de la historia británica. En 1849, una excavación aparentemente ordinaria cerca de la Torre de Londres desenterró la cabeza de Henry Grey, primer duque de Suffolk. Conocido por su trágica conexión con la reina de los nueve días, Lady Jane Grey, este macabro hallazgo desató un misterio histórico.
Pero la historia no terminó allí. Después de su descubrimiento, la cabeza fue trasladada a St Botolph’s Aldgate, donde permaneció hasta que una excavación arqueológica en 1990 reveló su lugar de descanso oculto. La minuciosa excavación llevó a su eventual reentierro en el cementerio de la iglesia, cerrando un oscuro capítulo de la historia británica.
Henry Grey, quien enfrentó el hacha del verdugo en 1554, bajo las órdenes de María Tudor, ahora descansa una vez más—su viaje final marcado por la intriga y drama histórico. ¿Qué otros secretos yacen enterrados, en nuestro pasado, esperando a ser descubiertos?
Pompeya: una ciudad congelada en el tiempo. Esto es el calco de un cerdo encontrado en Villa Regina, Boscoreale. La carne de cerdo era muy apreciada en Pompeya, y manadas de cerdos como este, que se asemejaban más a jabalíes que a los cerdos domésticos de hoy en día, se alimentaban en los bosques que rodeaban la ciudad.
Durante la erupción del Vesubio en el año 79, miles de animales y personas perecieron, sepultados bajo cenizas y escombros sobrecalentados que luego se endurecieron. Al descomponerse los cuerpos de las víctimas, dejaron cavidades con su forma en la ceniza.
A partir de 1858, los arqueólogos comenzaron a rellenar estas cavidades con yeso de París, un método ideado por el arqueólogo Giuseppe Fiorelli, director de las excavaciones de Pompeya, que permitía crear calcos detallados de las víctimas.
Este abuelo inglés descubrió un pozo de 500 años de antigüedad y 5 metros de profundidad bajo su sala de estar en Plymouth, Devon, Inglaterra. Junto con el pozo, halló una espada de la Edad de Bronce, datada en el siglo XVI a. C., y una moneda del año 1725 d. C.
Según los investigadores, este pozo perteneció a una familia adinerada o noble, ya que solo las familias de alto estatus podían permitirse un pozo privado, probablemente ubicado en el sótano de su casa, durante la época medieval y medieval tardía.
La masacre en la cárcel La Modelo de Bogotá, ocurrida el 27 de abril del año 2000, es uno de los episodios más violentos en la historia de las prisiones de Colombia. Ese día, un recluso llamado Carlos Andrés Giraldo fue hallado muerto y descuartizado en bolsas negras dentro de una alcantarilla del penal. Giraldo, acusado de hurto y homicidio agravado, era cercano a los paramilitares que controlaban el ala sur de la cárcel.
El inicio del conflicto
El asesinato de Giraldo provocó una violenta confrontación entre los paramilitares y otros reclusos. Poco después del hallazgo del cuerpo, un paramilitar infiltrado fue asesinado en el patio cuatro, lo que desató una batalla campal. Los líderes paramilitares ordenaron cerrar la cárcel y los reclusos de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), que ocupaban los patios tres, cuatro y cinco, comenzaron a disparar contra sus enemigos en el ala cuatro. Se reporta que alrededor de las 10 p.m. de ese día, 42 hombres fueron obligados a rendirse, y aquellos que se negaron fueron ejecutados con tiros de gracia.
La intervención policial
La violencia continuó hasta el 29 de abril, cuando la Policía Nacional, bajo la dirección del entonces ministro de Defensa Rómulo González, intervino para retomar el control de la cárcel. La operación incluyó una caravana de 12 camiones y 1.200 hombres del Comando de Operativos Especiales de la Policía, quienes lograron pacificar el penal tras 36 horas de enfrentamientos. Durante la operación, se incautaron armas, pistolas, granadas, explosivos, celulares y más de 2.000 cuchillos.
Las consecuencias y la investigación
El conflicto dejó un saldo de 32 muertos y 17 heridos. Las investigaciones sobre los hechos y las responsabilidades tomaron años y arrojaron pocos resultados inmediatos. En medio de este caos, la periodista Jineth Bedoya se convirtió en la única reportera en ingresar a La Modelo tras la masacre, documentando los eventos entre 1999 y 2003. El 25 de mayo de 2000, Bedoya fue secuestrada en la puerta de la cárcel mientras investigaba los sucesos; fue llevada a una bodega cercana y luego a Villavicencio, donde fue víctima de tortura y abuso.
Un evento que marcó la historia penitenciaria de Colombia
La masacre de La Modelo se inscribió como un testimonio brutal de la violencia y el control paramilitar dentro del sistema penitenciario colombiano. La intervención estatal reveló la magnitud del poder que grupos armados ilegales tenían sobre las cárceles y expuso las profundas fallas en la administración y seguridad carcelaria del país. A lo largo de los años, la masacre ha sido recordada no solo por la violencia extrema, sino también por la lucha de víctimas y periodistas como Bedoya, quienes buscaron justicia y verdad frente a estos crímenes.
Montecasino, la mansión de los hermanos Castaño ubicada en El Poblado, Medellín, es hoy un monumento en ruinas que evoca una de las épocas más violentas y oscuras de Colombia. Esta propiedad, que en su momento fue un centro de operaciones de los Castaño y otros paramilitares, se encuentra abandonada y sin intervención de las autoridades, pese a su valor histórico y financiero.
Montecasino: epicentro del crimen. En los años 80 y 90, Montecasino no solo fue una lujosa residencia, sino también el escenario de decisiones y acciones criminales de gran envergadura. Fidel Castaño, conocido por su apodo «Rambo» y fundador de las Autodefensas Campesinas, dirigía la mansión. En sus salones, decorados con arte europeo y rodeados de seguridad extrema, se definieron asesinatos y vendettas que marcaron la historia del narcotráfico y el paramilitarismo en Colombia.
Uno de los momentos más notables en Montecasino fue la reunión en la que se gestó la creación de «Los Pepes» (Perseguidos por Pablo Escobar), un grupo conformado por enemigos del capo, incluyendo paramilitares y el cartel de Cali, que juraron derrocar a Escobar. Según Jhon Jairo Velásquez Vásquez, alias ‘Popeye’, mano derecha de Escobar, en Montecasino se celebraron reuniones de la cúpula de la mafia, rodeados de obras de arte y lujo.
Un símbolo en disputa
A pesar de su importancia histórica y económica, con un valor estimado de 35 millones de dólares, Montecasino ha sido abandonado y olvidado por las autoridades. La Dirección de Estupefacientes y la Fiscalía tienen conocimiento de la mansión, pero no se ha avanzado en su incautación o uso para la reparación de víctimas. Según exparamilitares como Jesús Ignacio Roldán, alias ‘Monoleche’, la propiedad está en medio de una disputa entre testaferros y aún no se ha definido su destino.
Entrenamiento para magnicidios
Montecasino también fue un lugar de entrenamiento para sicarios involucrados en magnicidios emblemáticos del país. Carlos Castaño, uno de los hermanos y líderes paramilitares, entrenó allí al sicario que asesinaría a Carlos Pizarro, líder del M-19, en 1989. Según testimonios, el entrenamiento se realizaba en Montecasino debido a su privacidad, protegida por muros y bosques, lo que lo hacía perfecto para preparar operaciones clandestinas.
El legado de Montecasino
Hoy, Montecasino permanece en ruinas, una sombra de lo que fue en sus años de esplendor criminal. La mansión, que en su tiempo rivalizaba con otros íconos del narcotráfico como el edificio Mónaco de Pablo Escobar y la hacienda Cuernavaca de Gonzalo Rodríguez Gacha, sigue siendo un recordatorio físico de la violencia y corrupción que dominaron una época en Colombia. A pesar de su deterioro, Montecasino sigue siendo un lugar de memoria para aquellos que recuerdan los crímenes y excesos que allí se perpetraron, y un reto para el Estado colombiano en la lucha por rescatar y redirigir los bienes del pasado paramilitar hacia la reparación de sus víctimas.
Reformas de tejados en Cantabria
656332827