El apasionante pasado del pueblo español se encuentra enterrado debajo de campos de cultivo y monte, pero también de aceras y cimientos de edificios. Por ello no es de extrañar que en cuanto se escarba un poquito en la tierra aparezcan vestigios variados de tantas civilizaciones como ha alojado nuestro país.
Si quieres una visita interesante de verdad por los misterios de Madrid, no lo dudes: escríbeme al 623191492 y estaré encantado de ser tu guía por los secretos que casi nadie conoce y que otros guías ni saben ni quieren contar. También soy especialista en contar los misterios de Santander, ciudad en la que me crié y de la cual procede mi familia.
Vestigios de visigodos y árabes bajo las aceras de Madrid
Y uno de los ejemplos más cosmopolitas y sugerentes lo tenemos en la propia capital del reino, bajo los cimientos de Madrid, donde podemos encontrar todo tipo de restos arqueológicos de varias civilizaciones consecutivas. Inclusive un cementerio árabe muy interesante, que nos habla de las distintas etapas de legado andalusí en nuestra capital, que por entonces no dejaba de ser una villa de cierta importancia, con un alcázar imponente que dominaba esa estratégica zona central de la meseta.
Restos de Al Andalus en el Madrid medieval
Por aquel entonces, los habitantes de Madrid no podían imaginar que millones de personas poblarían lo que iba a ser la capital de la toda la Hispanidad, una de las comunidades humanas más diversa, numerosa y extendida de toda la tierra, pero no dejaban de ser una sociedad muy variopinta, que representaba muy bien todas las etnias que convivían en Al Andalus. Juntos, sí, pero no revueltos, ya que había una con desconfianza entre unos y otros bastante pronunciada. De hecho, no vivían en los mismos barrios y había murallas levantadas entre ellos, con auténticos guetos donde vivían separadamente judíos y cristianos: los llamados mozárabes, que eran los descendientes de los indígenas españoles que no se convirtieron al Islam tras la invasión de Tarik en el 711.
Los no musulmanes tenían que pagar unos tributos especiales, como pasaba en los reinos cristianos con los que no compartían esa religión mayoritaria. Se convertían en ciudadanos de segunda a cambio de una tolerancia religiosa que no era gratis y tenían sus propios cementerios, unos y otros, donde nos han legado incluso el testimonio más físico de su paso por el mundo: sus propios cadáveres, enterrados a la manera característica de sus diversas culturas.
Por ejemplo, en el caso de los musulmanes, se entierran los cuerpos mirando a la Meca, pero esto no siempre sucedía con las tumbas medievales que se han encontrado en el centro de Madrid.
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Distintos estilos funerarios en el cementerio musulmán medieval de Madrid
La razón de esto es la evolución del Islam en Al Andalus, pues al principio de la conquista musulmana no todos los creyentes observaban al pie de la letra las tradiciones islámicas. De hecho, la mayoría de musulmanes que conquistó España eran bastante nuevos en los rezos del Corán: visigodos e hispanorromanos que se convirtieron por conveniencia, o por verdadero fervor, pero también bereberes del norte de África que tampoco eran creyentes antiguos del Islam.
Toda esta gente se fue puliendo con el tiempo, adoptando el árabe y las costumbres coránicas como propias, lo que se ve en la evolución de las tumbas del cementerio árabe medieval de Madrid. Un cementerio que se encuentra debajo de las principales calles del Madrid de los Austrias, que en buena parte está levantado sobre el antiguo caserío medieval andalusí. El problema es que desenterrar todos estos secretos conllevaría la destrucción de las viviendas y locales que se encuentran encima, pero así y todo están saliendo a la luz muchísimos restos de estas épocas tan románticas.
Muchos moriscos se quedaron en Madrid tras la reconquista cristiana
La palabra Madrid viene del árabe, Magerit, y el dominio andalusí sobre esta villa se prolongó por varios siglos hasta que fue retomada por los cristianos a mediados del medievo. Una villa muy importante en el camino hacia la verdadera capital de toda la vida de nuestro país, Toledo, pero la presencia de los moriscos en esta ciudad siguió después de la conquista cristiana. Y al igual que hacían los musulmanes con la mayoría anfitriona, que en su caso eran cristianos, se les propuso continuar en la ciudad a cambio de pagar impuestos especiales o convertirse al cristianismo.
Os adjuntamos algunos mapas interesantes para que os hagáis una idea de cómo era la distribución del cementerio medieval árabe que se encuentra debajo de la zona del Palacio de Oriente y la Plaza Mayor. Éste era el territorio principal a intramuros, pero la mayoría de la población se encontraba más o menos arremolinada en torno a este núcleo fortificado y vivían en granjas que se extendían en la ribera del Manzanares. Los musulmanes de confianza en la Alcazaba o ciudadela fortificada, en la Medina, en torno al Alcázar donde vivía el gobernador, mientras que los mozárabes y musulmanes pobres o burgueses habitaban la ciudad exterior o los burgos y el campo.
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