El Museo de la Tortura de Santillana del Mar, ubicado en este pintoresco municipio de Cantabria, es uno de los museos más singulares y sorprendentes de España. Con una colección que incluye más de 50 instrumentos originales de tortura y ejecución, este museo ofrece una visión profunda y a menudo perturbadora de las prácticas de castigo y pena capital que marcaron la historia europea, especialmente entre la Edad Media y el siglo XIX.

Este museo se distingue por su extenso repertorio de herramientas de tortura y pena de muerte, que provienen de diversas épocas y regiones de Europa. Aunque existen otros museos similares en España, como en Toledo y Madrid, el de Santillana del Mar destaca por la amplitud y el detalle de su colección.





El Museo de la Inquisición de Santillana del Mar, Cantabria
El museo está dividido en diferentes áreas temáticas que exploran aspectos específicos de la tortura y la pena capital:
- Castigo ejemplarizante y humillación pública: En esta sección se presentan instrumentos utilizados para castigos públicos, diseñados no sólo para penalizar a los delincuentes, sino también para intimidar y controlar a la sociedad mediante el castigo extra que suponía el escarnio público.
- Castigo físico y tortura de reos: Aquí se exponen herramientas que causaban un dolor físico extremo a los prisioneros, reflejando la brutalidad de las técnicas utilizadas para obtener confesiones o castigar a los reclusos más despreciados o dignos de odio.
- Instrumentos de ejecución: Esta área está dedicada a los métodos de ejecución, con piezas como la guillotina o la horca, que fueron empleadas para llevar a cabo las penas de muerte a lo largo de los siglos.
- Aparatos creados para torturar específicamente a mujeres: Una sección que aborda las prácticas de tortura a mujeres que existieron en diferentes épocas.


Cada pieza del museo está acompañada de ilustraciones históricas y explicaciones detalladas sobre su uso, los delitos que castigaban y el contexto histórico en el que se empleaban. Con esto no solamente se busca informar al visitante, sino también invitar a la reflexión sobre el impacto que estas prácticas tuvieron en las sociedades de su tiempo.
La brida del regaño: un castigo silenciador del pasado
La brida del regaño, también conocida como branks en Gran Bretaña, fue un perturbador instrumento de castigo que apareció en el siglo XVI en Alemania y se extendió por el norte de Europa. Diseñado para reprimir la conducta considerada inadecuada —especialmente en mujeres—, este artefacto refleja de forma cruda los mecanismos de control social y los valores patriarcales profundamente arraigados de la época.
El dispositivo consistía en un collar metálico con bisagras que se aseguraba alrededor del cuello y una pieza que se introducía en la boca, a menudo dentada o afilada, para impedir hablar. A esto se sumaba una gran pieza para la nariz y una campanilla que colgaba del conjunto, cuyo objetivo era llamar la atención pública y aumentar la humillación del portador.

Este castigo se aplicaba principalmente a mujeres acusadas de “hablar demasiado”, cotillear o mostrar una actitud considerada desafiante o autoritaria. Aunque existen registros de algunos hombres que también fueron sometidos a esta pena, los casos eran claramente minoritarios, dejando en evidencia una represión sistemática del discurso femenino.
El uso de la brida del regaño no solo buscaba castigar físicamente, sino también infundir vergüenza pública, obligando al portador a desfilar por las calles mientras la campanilla advertía a todos de su «delito». Era un método brutal de silenciamiento que encarnaba la intolerancia hacia las voces disidentes y el rol subordinado que se esperaba de las mujeres en la sociedad del momento.
Hoy, este inquietante artefacto se conserva como un símbolo de los abusos históricos cometidos en nombre de la moral y el orden social. Sirve como un sombrío recordatorio de la importancia de la libertad de expresión y del largo camino recorrido —y aún por recorrer— hacia la igualdad y la dignidad humana.
¿Cuándo abre el Museo de la Tortura de Santillana del Mar?
La visita al Museo de la Tortura dura entre 30 y 40 minutos, y el precio de entrada incluye el acceso a todas las secciones del museo. Las tarifas son las siguientes:
Entrada general: 5 €.
Entrada reducida: 3 € (para mayores de 65 años y jóvenes de 8 a 14 años).
Entrada gratuita: Para niños menores de 8 años, siempre que vengan acompañados de un adulto y con previa aprobación.
Los horarios de apertura varían según la temporada:
Verano: Lunes a Domingo, de 10:00 a 21:00 (sin interrupción).
Invierno: Lunes a Domingo, de 10:30 a 14:00 y de 15:30 a 19:00.
El museo está ubicado en Santillana del Mar, un hermoso y histórico pueblo cántabro, famoso por su patrimonio medieval y su belleza natural. Para más información o para organizar visitas en grupo, se recomienda consultar el sitio web oficial del museo o ponerse en contacto directamente con la administración. Es un museo que ofrece una experiencia única y educativa, aunque con una temática fuerte y perturbadora que no deja indiferente a quien lo visita.

Algunos de los museos más raros del mundo
Como probablemente ya sabes, en Misterio Studio nos dedicamos al diseño y montaje de exposiciones para museos y entidades culturales.
Consideramos los museos como espacios dinámicos que pueden adoptar diversos discursos y formatos, además de estar dirigidos a públicos muy distintos: desde aquellos familiarizados con estas instituciones hasta otros que pueden percibirlos como ajenos a su entretenimiento habitual.
En esta publicación, queremos invitarte a recorrer una selección de los museos más peculiares del mundo. Existen muchos, pero hemos elegido aquellos que nos han parecido más originales y creemos que, más allá de los espacios culturales tradicionales que conocemos, estos pueden ser sitios de lo más curiosos y entretenidos. ¡Disfruta el recorrido!
Museo de las Brujas en Zugarramurdi, Navarra, España
Este museo es un auténtico viaje en el tiempo. Explora temas relacionados con la brujería y la sociedad navarra del siglo XVII, abordando mitos y leyendas. El recorrido comienza con una introducción a la comarca de Xareta y su particular paisaje, fuertemente ligado a aquelarres y prácticas esotéricas. Además, los visitantes pueden ver el documental La caza de brujas y conocer la historia de María Ximilegui, protagonista del nacimiento de este mito. Si decides visitarlo, no dejes de acercarte a la cueva de Zugarramurdi, donde se realizaban rituales mágicos y satánicos.
Museo del Orinal en Ciudad Rodrigo, España
Encabezando la lista de museos insólitos, este peculiar espacio en Salamanca alberga 1.320 piezas utilizadas a lo largo de la historia para recoger la orina. Con objetos procedentes de 27 países y fabricados en distintos materiales como oro, plata, porcelana y hierro, la colección se extiende desde el siglo XIII hasta la actualidad. También incluye una pequeña muestra de escupideras, usadas en tabernas para escupir tabaco y vino.
Museo de Saleros y Pimenteros en Castell de Guadalest, España
Este curioso museo en Alicante cuenta con 20.000 saleros y pimenteros de formas insólitas, desde figuras de animales hasta diseños con aspecto de dentadura. Su propietaria, Andrea Ludden, ha reunido estas piezas a lo largo de 25 años, convirtiéndolo en un destino imprescindible para los amantes de lo inusual.
Museo de las Microminiaturas en Castell de Guadalest, España
En el mismo municipio, este museo exhibe diminutas obras maestras, como una réplica de la Estatua de la Libertad o el cuadro «Los fusilamientos del 3 de mayo» de Goya, pintado sobre un grano de arroz. También alberga una versión en miniatura del «Guernica» de Picasso plasmada en una semilla.
Museo del Botijo en León, España
Situado en el Castillo-Palacio de Toral de los Guzmanes, este museo posee la mayor colección de botijos del mundo, con más de 2.500 piezas. Fundado en 1991, es un homenaje a este tradicional recipiente utilizado para mantener el agua fresca.
Museo del Tatuaje en Torremolinos, España
Un recorrido por la historia del arte del tatuaje, desde 1900 hasta la actualidad. Exhibe antiguas máquinas e instrumentos de tatuado, además de fotografías de las primeras convenciones internacionales de tatuadores.
Museo del Bandolero en Ronda, España
Dedicado a los míticos bandoleros andaluces, este museo ofrece una visión sobre sus vidas, mostrando más de 1.300 objetos históricos y 500 volúmenes que narran sus andanzas.
Museo del Chocolate en Estepa, España
Ubicado en un edificio del siglo XIX, este museo sevillano sumerge a los visitantes en el mundo del chocolate. A través de varias salas, es posible conocer su proceso de fabricación, contemplar herramientas antiguas y, por supuesto, degustar diferentes variedades de este delicioso manjar.
Museo del Mamut en Barcelona, España
Este museo exhibe restos de mamuts de la Edad de Hielo y reconstrucciones a tamaño real de estos impresionantes animales. Además, cuenta con una exposición de pinturas rupestres que recrean el arte prehistórico en sus paredes y techos.
El turismo cultural ofrece una gran variedad de experiencias. Hoy en día, los museos han dejado de ser simples espacios de contemplación y se han convertido en lugares donde es posible interactuar, experimentar y hasta degustar productos. Si te ha gustado este recorrido por algunos de los museos más raros del mundo, ¡compártelo y cuéntanos cuál visitarías primero!
Museo de los fideos instantáneos en Osaka y Yokohama, Japón
Los fideos instantáneos son uno de los grandes inventos del siglo XX, y este museo les rinde un merecido homenaje. Abierto desde 1958, su atracción principal es una exposición de envases de fideos instantáneos de todo el mundo. Además, cuenta con una sala de cine en forma de paquete de fideos y una fábrica donde los visitantes pueden crear su propia versión. El museo está dedicado a Momofuku Ando, el creador de este popular alimento.
Museo del preservativo, Tailandia
Este museo educativo fue creado con el propósito de concienciar a los jóvenes sobre la importancia de mantener relaciones sexuales seguras. También homenajea a los preservativos por su papel en la lucha contra la pandemia del sida en los años 90. La exhibición incluye preservativos masculinos y femeninos, lubricantes y explicaciones sobre salud sexual. Hay una sala donde se realizan pruebas de resistencia inflando los condones hasta que estallan y otra donde se llenan de agua para comprobar su elasticidad. El objetivo gubernamental es reducir las enfermedades de transmisión sexual y desmitificar el VIH.
Museo de los Ovnis, Estados Unidos
Fundado en 1991, el Museo Internacional de Ufología de Nuevo México tiene como fin informar sobre ovnis, abducciones y platillos voladores, ofreciendo una explicación del famoso incidente de Roswell. En 1947, un supuesto ovni se estrelló en un rancho cercano a Roswell, Nuevo México. El museo cuenta con una extensa biblioteca sobre ufología y una sala con imágenes de círculos en cultivos, supuestamente creados por seres extraterrestres.
Museo de la comida quemada, Arlington, Massachusetts
Este peculiar museo fue fundado en los años 80 por Deborah Henson-Conant como un tributo a todos aquellos alimentos que, por descuido, terminan carbonizados en la cocina. Desde pasteles hasta carnes y pescados, la colección es una curiosa recopilación de platos que han sufrido un destino fatal en los fogones. ¡Si vas con hambre, seguro que se te quita!
Museo de los perros salchicha, Alemania
El perro salchicha (dachshund o teckel) es tan icónico en Alemania que incluso fue la mascota de los Juegos Olímpicos de Múnich en 1972, el famoso Waldi. Este museo alberga más de 4,500 objetos relacionados con esta raza, incluyendo juguetes, fotografías y elementos decorativos. Un paraíso para los amantes de los teckels.
Museo de las relaciones rotas, Zagreb, Croacia
Dedicado a las historias de amor fallidas, este museo exhibe objetos personales que alguna vez pertenecieron a parejas separadas. Desde cartas y fotografías hasta recuerdos sentimentales, cada pieza ha sido donada junto con una breve descripción de su significado. Según sus creadores, el museo surgió como una forma de conservar las memorias y emociones asociadas con estas relaciones, ofreciendo un espacio simbólico de despedida y reflexión.
Museo de la patata frita, Brujas, Bélgica
Desde 2008, este es el único museo del mundo dedicado a la patata frita. El Frietmuseum exhibe utensilios usados en su preparación, así como fotografías, esculturas y pinturas sobre este alimento. La primera planta narra la historia de la patata, mientras que en la segunda se explica su llegada a Bélgica y el nacimiento de las primeras papas fritas. La visita concluye en el sótano, donde los visitantes pueden degustarlas. Además, el museo se encuentra en el histórico edificio Saaihalle, construido en 1399 y ampliado en 1441.
Museo de las marionetas Vent Haven, Estados Unidos
Este museo alberga más de 1,000 marionetas, incluyendo el famoso Lamb Chop de la presentadora Shari Lewis. Entre las piezas más valiosas se encuentra una cabeza de papel maché con ojos de cristal, una de las más antiguas de la colección. Grandes ventrílocuos como Jeff Dunham y Terry Fator han donado algunos de sus personajes. Un verdadero espectáculo para los amantes del arte del ventriloquismo.
Museo de las boinas, Bilbao, España
Ubicado en las afueras de Balmaseda, Boinas La Encartada Museoa tiene como objetivo difundir la historia de la emblemática fábrica textil que, desde 1892 hasta 1992, se dedicó a la producción de boinas. Este museo cuenta con una impresionante maquinaria antigua, incluyendo una turbina hidráulica de principios del siglo XX y un complejo sistema de poleas y correas. Las visitas guiadas permiten conocer el proceso de fabricación de estas icónicas prendas.
¡Explora el turismo cultural! El turismo cultural es una opción fascinante para planificar tu próximo viaje. Los museos ya no son solo espacios de contemplación, sino lugares donde puedes vivir experiencias interactivas, participar en actividades y hasta degustar productos. Si te ha parecido interesante este artículo o conoces otros museos inusuales, déjanos un comentario o compártelo en redes sociales. ¡Esperamos que hayas disfrutado este recorrido cultural!
La momia del asesino en serie brasileño conocido como Paraibinha
El Museo de Ciencias Forenses, ubicado dentro del Instituto Médico Legal (IML) de Paraná en Curitiba, aún no es ampliamente reconocido por el público. En su colección se pueden encontrar objetos de diversas escenas del crimen, fetos, cráneos, equipamiento utilizado por científicos forenses e incluso cuerpos momificados. Uno de los casos más notorios exhibidos en el museo es el del asesino en serie conocido como Paraibinha (tercero en la imagen de izquierda a derecha), quien fue responsable de la muerte de decenas de personas con un rifle. Irónicamente, su propia vida terminó de manera violenta cuando fue apuñalado durante una riña en la región. Posteriormente, su cuerpo fue momificado y puesto en exhibición.

En el pasado, las visitas al museo estaban restringidas a estudiantes y profesionales del área forense. Sin embargo, en un esfuerzo por acercar el conocimiento a toda la población, se ha decidido abrir sus puertas al público en general. Actualmente, las visitas están permitidas el último lunes de cada mes, ofreciendo una oportunidad única para conocer más sobre la ciencia forense y los casos que han marcado la historia criminal de la región.
Una calzada romana de 2.000 años fue encontrada debajo de un local de McDonald’s en Roma. En 2014 encontraron una calzada romana de 2.000 años de antigüedad, justo debajo de un restaurante de McDonald’s en Roma. Junto con la calzada, también encontraron tres esqueletos de esta misma época, seguramente. Es increíble lo bien conservada que está esta antigua calzada, lo que demuestra lo impresionante y funcional que era la ingeniería romana. Además, desenterrar un yacimiento tan histórico justo debajo de un concurrido local de comida rápida pone de relieve cómo el pasado y el presente pueden encontrarse de la forma más inesperada y hasta compatible.


Hallazgo forense del cráneo de una niña de 14 años, llamada «Jane» por los arqueólogos, mostrando marcas de canibalismo que nos transportan a una época de carestía y violencia total. Una evidencía de que los colonos hambrientos de Jamestown Colony practicaron canibalismo en el invierno de 1609, tan duro como fue, por no poder recurrir a ninguna otra fuente de alimento. También se cree que le abrieron el cráneo para llegar a su cerebro y poder comerlo.
Ciudad Fantasma de Arizona, EE.UU


1982. Curiosa fotografía de época en la que vemos un vagón de ferrocarril en Madrid, en la Avenida de Oporto, a la altura de la calle Valle de Oro. Estamos en 1982. No es que el viejo vagón estuviese abandonado. Se colocó ahí para poner una biblioteca pública y un centro de reuniones para la juventud. También se proyectaban en él películas y se daban charlas, pero terminó siendo un refugio de vagabundos y toxicómanos. Finalmente, desocupado y mal utilizado y abandonado, desapareció para siempre del paisaje urbano de Madrid.