Dra. Melitza González, experta en sexología en Torrelavega, nos habla hoy de esta fase tan desconocida de la madurez femenina. La menopausia sigue siendo un tema rodeado de mitos y tabúes. Durante años, la falta de información ha llevado a muchas mujeres a vivir esta transición en silencio, sin recursos para afrontarla. Sin embargo, lejos de ser el final de algo, esta etapa puede convertirse en una oportunidad para el autoconocimiento y el bienestar si se cuenta con el apoyo adecuado. «La menopausia es una etapa de cambio, no el fin de la feminidad»
Hablamos con una sexóloga y ginecóloga en Torrelavega

Para entender mejor este proceso, sus síntomas y las soluciones disponibles, conversamos también con la Dra. Elena Juncal, ginecóloga en Torrelavega, estética y funcional, además de con la especialista en sexología. Este enfoque integral de Elite Medical Group busca acompañar a las mujeres en cada etapa de su vida, especialmente en la menopausia.
La menopausia es una transición en tres fases
La menopausia no es un cambio repentino, sino un proceso que ocurre en diferentes etapas:
Perimenopausia: Se da en los años previos y se caracteriza por cambios hormonales que pueden generar ciclos irregulares, sofocos, insomnio y alteraciones emocionales.
Menopausia: Se diagnostica cuando han pasado 12 meses sin menstruación, marcando el final de la etapa reproductiva. Suele ocurrir en torno a los 50 años.
Postmenopausia: En esta fase, los niveles hormonales se estabilizan, pero pueden aparecer efectos a largo plazo como la pérdida ósea, cambios en la piel y mayor riesgo cardiovascular.
Más allá de los sofocos y otros síntomas de la menopausia
«La menopausia es un proceso de transformación que cada mujer vive de forma distinta», explica la doctora. «Conocerla y anticiparse a sus efectos ayuda a afrontarla con una mejor calidad de vida».
Los síntomas físicos más frecuentes incluyen sofocos, sudoración nocturna, sequedad vaginal, insomnio, aumento de peso, disminución de la densidad ósea y alteraciones en la piel.
Sin embargo, el impacto emocional también es importante. «Muchas mujeres experimentan ansiedad, irritabilidad, tristeza e incluso una disminución de la libido», comenta la Dra. Fernández del Bas. «Los cambios hormonales pueden influir en el estado de ánimo y generar inseguridad, pero es clave recordar que existen herramientas para afrontarlo».
Derribando estereotipos sobre la menopausia
A pesar de ser una etapa natural en la vida de todas las mujeres, la menopausia sigue viéndose como el fin de la juventud y la feminidad.
«Nos han enseñado que la belleza está ligada a la juventud, pero la menopausia no es sinónimo de envejecimiento», afirma la especialista. «Es un nuevo capítulo en el que el bienestar y el autocuidado pueden cobrar aún más protagonismo».
Para cambiar esta percepción, es esencial hablar de ello sin miedo. «Educarse, compartir experiencias y buscar apoyo profesional puede marcar una gran diferencia», añade. ¿Soluciones para aliviar los síntomas? Afortunadamente, existen múltiples opciones para mejorar la calidad de vida en la menopausia:
Terapia hormonal personalizada: Puede ser efectiva para aliviar síntomas como sofocos e insomnio, pero siempre debe estar supervisada por un especialista.
Suplementos y nutrición: Vitaminas, isoflavonas y colágeno pueden contribuir al bienestar general.
Hidratación íntima: Lubricantes e hidratantes específicos ayudan a mejorar la sequedad vaginal.
Ejercicio y fortalecimiento del suelo pélvico: Previene problemas como la incontinencia urinaria.
Terapias complementarias: El mindfulness y la psicoterapia pueden ser útiles para gestionar el impacto emocional.
Prepararse para la menopausia en Cantabria
Para transitar esta etapa con confianza, la doctora recomienda:
Priorizar el autocuidado: Mantenerse activa y llevar una alimentación equilibrada.
Informarse: Conocer los cambios y opciones disponibles puede hacer una gran diferencia.
Buscar apoyo profesional: Contar con especialistas en ginecología, nutrición y salud mental facilita el proceso.
Cuidar la salud emocional: Terapias y técnicas de relajación pueden ayudar a gestionar mejor esta etapa.
«La menopausia no es el final de nada», concluye la Dra. Melitza González. «Es una oportunidad para redescubrirse, cuidarse y vivir con plenitud. Lo más importante es saber que no estás sola y que hay muchas herramientas para afrontar este cambio con bienestar».
La menopausia: una etapa de transformación y no un final de nada
Durante años, la menopausia ha sido un tema rodeado de mitos y desinformación, llevando a muchas mujeres a atravesarla en silencio y sin las herramientas necesarias para afrontarla con bienestar. Sin embargo, este proceso natural no debe verse como una pérdida, sino como una transición que, con el apoyo adecuado, puede convertirse en una oportunidad para el autoconocimiento y el autocuidado.
La Dra. Elena Juncal, experta en ginecología en Torrelavega, explica que la menopausia no ocurre de un día para otro, sino que es un proceso que se desarrolla en tres fases: la perimenopausia, cuando comienzan los cambios hormonales; la menopausia, que se diagnostica tras un año sin menstruación; y la postmenopausia, cuando los niveles hormonales se estabilizan, aunque pueden surgir efectos como la disminución de la densidad ósea o alteraciones en la piel.
Uno de los mayores desafíos de esta etapa es el impacto físico y emocional. Además de los síntomas más conocidos como los sofocos, la sequedad vaginal y el insomnio, muchas mujeres experimentan cambios en su estado de ánimo, ansiedad o disminución del deseo sexual. Sin embargo, la Dra. Melitza González enfatiza que cada mujer vive la menopausia de manera distinta y que existen múltiples herramientas para sobrellevarla con calidad de vida.
Para reducir los efectos negativos, se recomienda adoptar un enfoque integral. Desde terapias hormonales personalizadas, suplementos nutricionales y ejercicios para fortalecer el suelo pélvico hasta estrategias de bienestar emocional como la meditación y la psicoterapia. Además, cada vez más marcas desarrollan productos diseñados para apoyar a las mujeres en esta etapa, desde cremas para la piel hasta suplementos que ayudan a equilibrar las hormonas.
La experta insiste en la importancia de cambiar la percepción sobre la menopausia. En lugar de verla como un final, debe considerarse una nueva etapa llena de posibilidades. La clave está en informarse, buscar apoyo y adoptar hábitos saludables que permitan vivirla con confianza y bienestar.
Sexualidad femenina y menopausia: desmontando mitos
Uno de los mitos más extendidos sobre la sexualidad femenina es que el deseo desaparece con la llegada de la menopausia. Sin embargo, la sexóloga de Torrelavega, Melitza González, explica que, si bien hay cambios hormonales que pueden influir en la libido, no todas las mujeres experimentan una disminución del deseo. De hecho, la plenitud sexual de muchas mujeres ocurre en torno a los 40 años, mientras que la de los hombres suele darse a los 20.

La idea de que la sexualidad femenina se apaga después de los 50 años se debe, en parte, a factores como el efecto Pigmalión, una profecía autocumplida que hace que muchas mujeres asuman que perderán el deseo simplemente porque es lo que se espera. También influye la rutina dentro de las relaciones de pareja, ya que la monotonía puede afectar el interés en la intimidad.
En lugar de aceptar pasivamente estos cambios, esta sexóloga de Torrelavega recomienda adoptar una actitud activa hacia la sexualidad. La comunicación con la pareja es fundamental para explorar nuevas formas de intimidad y placer. Además, es importante acudir a especialistas si se experimenta dolor o sequedad vaginal, ya que existen soluciones médicas y terapias que pueden mejorar la experiencia.
Las mujeres que atraviesan esta etapa no deben resignarse a la idea de que su deseo desaparecerá. La sexualidad no tiene una fecha de caducidad y puede vivirse de manera plena y satisfactoria en cualquier momento de la vida. Lo esencial es cuidar el bienestar emocional, explorar nuevas formas de placer y, sobre todo, romper con los mitos que han limitado la percepción de la sexualidad femenina durante generaciones.