Comentamos algunas historias curiosas de dentistas en Santander y en el mundo. Las anécdotas más llamativas en la larga historia de la odontología y del cuidado de la salud bucodental en general.
Un Sahitisuchus atrapó un Nanolophodon y lo destroza, con su potente mandíbula, a principios del Eoceno en Brasil. Del paleoilustrador Mauricio Oliveira.


La Clínica Dental Mantecón, ubicada en el centro de Santander, es una referencia en salud bucodental en Cantabria. Fundada en 1992, esta clínica se distingue por su equipo de profesionales altamente cualificados y en constante formación, comprometidos con ofrecer tratamientos personalizados y de calidad.
Mandíbulas prehistóricas revelan que nuestros antepasados humanos podrían haberse originado en Grecia y no en África
Un reciente estudio de fósiles antiguos hallados en el norte de Grecia está desafiando lo que hasta ahora se creía sobre la evolución humana. Investigadores que analizaron restos de 8 a 9 millones de años encontrados en el pueblo de Nikiti han identificado evidencias que sugieren que nuestros antepasados podrían haberse desarrollado en Europa sudoriental antes de migrar a África, cuestionando la teoría clásica de Darwin de 1871.

El equipo, liderado por David Begun de la Universidad de Toronto, examinó mandíbulas de un antiguo simio que podría representar una nueva especie. Estos fósiles indican que la historia de la humanidad pudo haber comenzado en montañas y bosques de la antigua Grecia, en lugar de en la sabana africana.
Este hallazgo se suma a investigaciones anteriores de 2017, cuando el mismo grupo descubrió Graecopithecus, otro simio griego de 7,2 millones de años, considerado por algunos como el hominino más antiguo conocido. Según esta nueva línea temporal, el simio de Nikiti sería anterior a Graecopithecus, y luego los primeros homininos habrían migrado hacia el sur, llegando a África hace unos 7 millones de años.
Begun también señala que en la antigüedad, el sudeste de Europa albergaba antepasados de jirafas, rinocerontes y antílopes que hoy asociamos con África. Si estos animales pudieron migrar exitosamente a África hace millones de años, ¿por qué no habrían hecho lo mismo nuestros antepasados simios?
No obstante, la comunidad científica no está unánime. Algunos expertos argumentan que el simio de Nikiti podría no estar relacionado con los humanos, habiendo desarrollado rasgos similares de forma independiente. La discusión continúa, pero el descubrimiento abre nuevas y fascinantes posibilidades sobre nuestros orígenes.
Sea cual sea el desenlace de esta teoría, una cosa queda clara: Grecia sigue sorprendiendo con sus contribuciones al conocimiento de nuestro pasado más antiguo.

Odontología infantil: Atención especializada para los más pequeños, creando una experiencia positiva en sus visitas al dentista.
Implantes dentales: Sustitutos de raíces dentales perdidas, colocados con técnicas avanzadas para garantizar resultados duraderos.
Ortodoncia: Desde autoligado hasta ortodoncia invisible (Invisalign), adaptándose a las necesidades de cada paciente.
Blanqueamiento dental: Utilizando la tecnología Philips Zoom para lograr una sonrisa más blanca y brillante.
Carillas dentales: Tratamientos mínimamente invasivos para mejorar la estética dental.
El Niño de Taung: el niño prehistórico asesinado por un águila

El Niño de Taung corresponde a un cráneo de un pequeño Australopithecus africanus, una especie extinta del género Australopithecus que vivió entre 3,3 y 2,1 millones de años. Los estudios indican que este individuo sufrió un ataque de un ave depredadora, probablemente un águila, antes de morir. El cráneo fue descubierto en 1924 en Taung, Sudáfrica, por el anatomista Raymond Dart, con la ayuda de canteros locales.
Características del cráneo y la dentadura
El fósil se compone de tres piezas: la cara, la mandíbula y un endocráneo, que permite observar la morfología del cerebro a través de la impresión en la pared ósea interna. Según el Dr. Juan Manuel Argüelles del Museo Nacional de Antropología de México, mientras que los cerebros de los antropoides actuales, como los chimpancés, son cortos y anchos, el cráneo del Niño de Taung es estrecho y alto, y el cerebro cubre por completo el cerebelo, algo que no ocurre en otros primates.
Los primeros estudios databan el fósil en 2.8 millones de años, asignándole una edad de 6 a 7 años. Sin embargo, mediante datación radiométrica y bio-cronológica, se estima hoy en 2.58 millones de años, y el análisis dental indica que el niño tenía entre 3 y 4 años al morir. Esto se determinó observando que las primeras muelas apenas comenzaban a brotar, y analizando la formación de la corona y la longitud de la raíz de los dientes.
La evidencia de que el Niño de Taung caminaba erguido proviene de la posición del foramen magnum, el orificio por donde la médula espinal se conecta con el cerebro. En los humanos bípedos, este orificio se ubica bajo el cráneo, equilibrando la cabeza sobre el cuello. En simios cuadrúpedos, el foramen magnum se encuentra hacia atrás, permitiendo que los ojos miren hacia adelante mientras caminan.
Los dientes de un Australopithecus africanus no son iguales a los de un Homo sapiens. Son más grandes y robustos, con características simiescas en algunos aspectos. Aunque los dientes del niño de Taung se parecen a los de un adulto de su especie, representan aún la dentición de un niño homínido, mientras que los humanos modernos tenemos una dentadura más adaptada a una dieta variada.
Causa de la muerte del Niño de Taung
Los científicos creen que fue atacado por un ave depredadora, ya que se encontraron marcas de punción en la parte inferior de las órbitas oculares, similares a las que dejan las águilas modernas al cazar monos. Además, en el sitio del hallazgo había cáscaras de huevo y restos de animales pequeños, como damanes, roedores, tortugas, lagartos, cangrejos, antílopes y babuinos, muchos con daños similares a los provocados por aves rapaces.
En un principio, las ideas de Raymond Dart fueron ridiculizadas por la comunidad científica, pero con el tiempo fueron aceptadas. Hoy, el Niño de Taung es un hito fundamental para el estudio de la evolución humana, mostrando rasgos tempranos de bipedismo y el desarrollo cerebral que caracterizarían a los primeros homininos. El hallazgo incluye recreaciones del ataque que sufrió el homínido y réplicas del cráneo que permiten observar estas características en detalle, recordando la importancia de este descubrimiento para la antropología y la paleoantropología moderna.
Uno de los primeros tratamientos dentales que conocemos está en Atapuerca

El cráneo de Miguelón es uno de los hallazgos más emblemáticos de la paleoantropología española y una de las piezas más conocidas descubiertas en la Sima de los Huesos, en la Sierra de Atapuerca (Burgos).
Este fósil, perteneciente a un Homo Heidelbergensis, fue encontrado en 1992 y bautizado cariñosamente con el nombre de “Miguelón” en honor al ciclista Miguel Induráin, quien por aquel entonces se encontraba en la cúspide de su carrera deportiva. El apodo se debe tanto a la coincidencia temporal del hallazgo con las victorias del deportista como al notable traumatismo que presenta el cráneo, que recordó a los investigadores a las caídas sufridas por los ciclistas en plena competición.
Dentistas en Santander en una clínica de toda la vida
En el corazón de Santander, un equipo de profesionales altamente cualificados ofrece servicios de dentista en Santander diseñados para cuidar la salud bucodental de toda la familia. Las clínicas dentales de la ciudad se distinguen por su enfoque personalizado, la tecnología de vanguardia y la atención cercana, pilares fundamentales para garantizar resultados óptimos y una experiencia cómoda para el paciente. Cada tratamiento se adapta a las necesidades individuales, con el objetivo de lograr una sonrisa sana, funcional y estéticamente armoniosa.

Un fuerte golpe en la cabeza que probablemente causó su muerte
Miguelón vivió hace aproximadamente 430.000 años y su cráneo, extraordinariamente completo para su antigüedad, ha permitido a los científicos reconstruir con detalle la anatomía y el modo de vida de los primeros pobladores europeos. Los estudios realizados sobre este fósil han revelado que el individuo era un adulto joven, posiblemente de unos 30 a 35 años de edad, y que presentaba varias lesiones en el rostro y la mandíbula, además de un fuerte golpe en la cabeza que probablemente causó su muerte. Estas heridas, junto con otras evidencias halladas en la Sima de los Huesos, han alimentado debates sobre la violencia interpersonal y las prácticas funerarias en las sociedades prehistóricas.
La importancia de Miguelón no radica sólo en su excelente estado de conservación, sino también en la información que aporta sobre la evolución humana. Su morfología combina rasgos arcaicos con características que anticipan la anatomía de los neandertales, lo que ha permitido a los científicos establecer una conexión evolutiva entre el Homo Heidelbergensis y los neandertales europeos. Gracias a Miguelón y a los más de 7.000 fósiles humanos, recuperados en la Sima de los Huesos, los investigadores han podido reconstruir uno de los capítulos más antiguos de nuestra historia biológica.

La estética dental en Santander es otro de los pilares de esta clínica, con tratamientos como el blanqueamiento dental, las carillas de porcelana o el diseño digital de sonrisa, que ayudan a mejorar la apariencia y la armonía facial sin comprometer la salud. Cada detalle se cuida con precisión, buscando siempre un resultado natural y personalizado.
Hoy en día, el cráneo de Miguelón se conserva en el Museo de la Evolución Humana de Burgos, donde se exhibe como una de las piezas estrella. Miles de visitantes acuden cada año a contemplar esta reliquia del pasado, que no solo representa un testimonio científico de incalculable valor, sino también una ventana abierta al misterio de nuestros orígenes. Miguelón simboliza el puente entre el pasado remoto y la humanidad moderna, un recordatorio tangible de cómo la ciencia y la arqueología permiten reconstruir la memoria más profunda de nuestra especie.
Homo Heidelbergensis, una especie ancestral de los neandertales
El cráneo de Miguelón, hallado en la Sima de los Huesos (Atapuerca), no sólo destaca por su excelente conservación y relevancia científica, sino también por la historia humana que parece ocultar entre sus fracturas y cicatrices. Los investigadores del yacimiento han podido deducir, gracias al estudio minucioso de los huesos, tanto la causa probable de su muerte como los cuidados que recibió antes de morir, lo que ofrece una visión extraordinariamente humana de una comunidad que vivió hace más de 400.000 años.

Miguelón fue un Homo Heidelbergensis, una especie ancestral de los neandertales. Su cráneo muestra una fractura severa en el pómulo izquierdo y otra lesión importante en la mandíbula. Los análisis realizados mediante técnicas de reconstrucción digital y tomografía computarizada indican que sufrió un fuerte golpe en el rostro, probablemente causado por otro individuo, lo que ha llevado a pensar que pudo haber sido víctima de una agresión interpersonal. La fractura craneal, sin embargo, parece haberse producido en un momento anterior a la muerte, ya que los bordes del hueso muestran signos de cicatrización parcial, lo que sugiere que Miguelón sobrevivió durante un tiempo después del impacto.

dentistas de Santander ofrecen servicios especializados en odontopediatría, enfocados en el cuidado dental de los más pequeños, fomentando hábitos saludables desde edades tempranas y evitando el miedo al dentista mediante un trato amable y pedagógico. También disponen de áreas dedicadas a la periodoncia, prótesis dental y cirugía oral, garantizando un enfoque completo en cada etapa del tratamiento.
Una infección generalizada que se originó en una grave infección dental
Sin embargo, los expertos coinciden en que la muerte de Miguelón se debió a una infección generalizada que se originó en una grave infección dental. En la parte inferior de su mandíbula se han identificado abscesos e inflamaciones derivados de caries profundas, que probablemente le causaron un dolor intenso y le dificultaban tanto la alimentación como la comunicación. Esta infección, al extenderse, pudo haberle provocado una sepsis, es decir, una infección sistémica que acabó con su vida. Se cree que este padecimiento fue largo y doloroso, lo que permite deducir que otros miembros de su grupo social le ayudaron a sobrevivir, proporcionándole alimento y cuidados durante su enfermedad. Y es que el pobre Miguelón no podría cazar ni hacer nada.
Este dato es especialmente significativo, ya que revela que los Homo heidelbergensis no eran simples seres primitivos guiados por el instinto, sino que mostraban comportamientos de empatía y cooperación. Miguelón, a pesar de sus graves dolencias, logró vivir más tiempo del que habría sido posible sin la ayuda de los demás. Los investigadores interpretan este hecho como una de las primeras manifestaciones de solidaridad social en la evolución humana: sus compañeros debieron alimentarlo con comida blanda, protegerlo de los peligros del entorno y atenderlo mientras su salud se deterioraba.
En el ámbito de la implantología dental, los especialistas ofrecen soluciones personalizadas para reemplazar piezas perdidas mediante implantes de titanio de alta calidad. Este procedimiento, realizado con planificación digital y técnicas de cirugía guiada, permite recuperar la funcionalidad y la estética de la sonrisa de forma segura y duradera. Los pacientes reciben un seguimiento completo durante todas las fases del tratamiento, garantizando una adaptación perfecta.

El hallazgo del cráneo de Miguelón junto con los restos de al menos una treintena de individuos en la misma cueva también sugiere un posible comportamiento funerario temprano. Algunos especialistas piensan que los cuerpos fueron depositados intencionadamente en la sima, lo que podría representar una forma primitiva de respeto hacia los muertos. Si esta hipótesis es correcta, estaríamos ante uno de los primeros indicios de rituales funerarios en la historia de la humanidad.
En la actualidad, Miguelón se conserva y exhibe en el Museo de la Evolución Humana de Burgos, donde sigue fascinando tanto a científicos como a visitantes. Su rostro reconstruido, marcado por las huellas del tiempo y de la enfermedad, refleja la dureza de la vida prehistórica, pero también la profunda humanidad de aquellos seres que, cientos de miles de años atrás, ya cuidaban de los suyos. Su historia, grabada en el hueso, nos recuerda que la compasión y el apoyo mutuo son rasgos tan antiguos como la propia humanidad.

El colosal Palaeoloxodon Namadicus, un Tyrannosaurus y un humano El Palaeoloxodon Namadicus fue tal vez el mamífero mas grande de la historia, Pesaba 22,000 kilogramos, tenia una altura al hombro de 5.2 metros y una longitud de 10–13 metros, También tenia unos grandes y peligrosos incisivos que median hasta 2 metros, y una fuerza descomunal, piel gruesa y resistencia.
Pérdida de dientes y caries en un inglés prehistórico
El Hombre de Ditchling Road fue un varón de la Edad del Bronce, que vivió entre 2.287 y 2.125 a.C. Sus restos fueron hallados en junio de 1921 por obreros durante las obras de ampliación de la carretera Ditchling Road, a unos 300 metros al sur de Old Boat Corner.
El análisis osteológico indica que tenía entre 25 y 35 años, medía aproximadamente 1,71 metros y presentaba una constitución ligera, sin rasgos musculares o robustos destacados. A pesar de que no existen señales claras sobre la causa de su muerte, las evidencias sugieren que sufrió episodios graves de malnutrición, lo que probablemente lo hacía pálido, enfermo y más vulnerable a enfermedades debido a una constitución debilitada.
Asimismo, el examen de sus huesos revela pérdida de dientes (ambos primeros molares), caries y áreas de porosidad ósea, indicadores de que probablemente padeció anemia. Estas características ofrecen un retrato de las dificultades de la vida cotidiana en la Edad del Bronce, reflejando las condiciones de salud y nutrición que podían afectar la esperanza y calidad de vida de las personas de esa época.

Dentistas en Santander: el testimonio de antiguos compañeros del Imperio Romano en sus peores catástrofes
Veamos ahora algunos casos curiosos de unos soldados romanos y de unos dentistas de la ciudad hermana de Pompeya que tienen en común el haberse cruzado con el desastre completo por culpa de un volcán y de la guerra. Los soldados, en concreto, sufrieron severos ataques en su cavidad oral, como parte del suplicio que debieron padecer tras su derrota.
Caja de instrumentos quirúrgicos en Herculano, junto a Pompeya

En el Antiquarium de Herculano se conserva una extraordinaria caja de instrumentos quirúrgicos descubierta entre los restos de la antigua ciudad romana que quedó sepultada bajo las cenizas del Monte Vesubio durante la devastadora erupción del año 79 d.C. Este hallazgo constituye uno de los testimonios más valiosos sobre la práctica médica en el mundo romano y sobre el nivel de desarrollo técnico alcanzado por sus profesionales de la salud.
La caja, cuidadosamente elaborada, albergaba un conjunto de instrumentos fabricados en bronce, hierro, madera y pizarra, materiales habituales en el instrumental quirúrgico de la época. Entre las piezas recuperadas se identifican bisturís de diferentes tamaños, pinzas, cucharillas, espátulas, sondas y otros utensilios destinados a intervenciones menores, curas y tratamientos médicos. Algunos de ellos muestran una sorprendente sofisticación, comparable a las herramientas quirúrgicas utilizadas muchos siglos después, lo que evidencia el conocimiento anatómico y la destreza de los médicos romanos.
A pesar de los efectos devastadores de la erupción —que carbonizó madera y restos orgánicos—, la conservación de estos objetos resulta excepcional. Gracias a ello, los investigadores han podido estudiar con detalle la estructura y disposición interna de los estuches médicos, que solían incluir compartimentos específicos para cada tipo de instrumento. Este tipo de cofres, transportables y funcionales, eran esenciales para los médicos, tanto en su práctica cotidiana como en campañas militares o visitas domiciliarias.
En todas las culturas, el destino para los enemigos de guerra y, en concreto, los de las guerras civiles, siempre fue bastante tenebroso. En la imagen, un guerrero maya es presentado atado por sus captores.

El hallazgo de esta caja no sólo confirma la presencia de médicos y cirujanos en Herculano, sino que también ofrece valiosa información sobre la organización sanitaria urbana en las ciudades del Imperio Romano. Los textos de autores clásicos como Celso o Galeno encuentran aquí un correlato material, demostrando que la medicina romana combinaba conocimiento científico, habilidad técnica e influencia griega.
En conjunto, esta pieza constituye un testimonio tangible del avance médico y quirúrgico alcanzado por la civilización romana y de su esfuerzo por sistematizar el cuidado de la salud. Hoy, el conjunto expuesto en el Antiquarium de Herculano es un ejemplo de la pericia artesanal y científica del pasado y también una ventana abierta hacia la comprensión de cómo el arte de curar se practicaba hace casi dos mil años, en una sociedad que valoraba la ciencia y la medicina como pilares de la vida civilizada.
🏛️ La Casa del Cirujano de Pompeya: historia y arquitectura

La Casa del Cirujano (Casa del Chirurgo en italiano) es una de las domus más antiguas y célebres de Pompeya. Su nombre proviene del hallazgo de instrumentos quirúrgicos antiguos de bronce y hierro en su interior, lo que sugiere la presencia de un profesional de la medicina en la vivienda. Sepultada por la erupción del Vesubio en el año 79 d.C., la casa permaneció oculta bajo cenizas y lava hasta su descubrimiento en 1770, durante el período borbónico, gracias al español Francisco La Vega.
Construida a principios del siglo III a.C., era originalmente una casa residencial samnita, que sufrió al menos dos importantes reestructuraciones, incluyendo la construcción de un piso superior en la zona rústica. La fachada se levantaba con grandes bloques de piedra caliza del Sarno, mientras que los muros internos combinaban madera y paneles de recuadros.
El diseño de la casa sigue el esquema clásico de la «domus italica», descrita posteriormente por Vitruvio. La entrada daba directamente a la calle, flanqueada por dos cuartos: uno abierto a la vía, posiblemente utilizado como tienda, y otro que solo se abría hacia el interior. Tras la puerta, un pequeño pasillo (fauce) conducía al atrio, donde en el siglo II a.C. se añadió un impluvium de toba. Del atrio partían cuatro cubicula en simetría, y después se encontraban dos alae que llevaban al triclinium (comedor) y finalmente al huerto (hortus). Es probable que contara con un pórtico sostenido por pilares de piedra caliza.
En la parte trasera había una entrada secundaria y estancias auxiliares como cocina con chimenea y letrinas, decoradas con un panel perdido que representaba un genio vertiendo libaciones sobre un altar sostenido por serpientes. Aún se conserva un fresco de un larario, aunque en mal estado.
Respecto a la decoración, alrededor de la ventana que daba al jardín se conservan restos de pintura del primer estilo pompeyano (siglo II a.C.) y del cuarto estilo (posterior al año 50 a.C.) en el interior. Entre las pinturas más destacadas se encuentran:
- Una mujer que pinta un cuadro de Dioniso con la ayuda de un cupido, actualmente en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles.
- Un hombre sentado con tableta en mano frente a dos mujeres, posiblemente un poeta ante dos musas, aunque muy deteriorado.
Otras habitaciones conservan pavimentos de mosaico con figuras geométricas, que reflejan la riqueza artística y la vida cotidiana de los habitantes de Pompeya.
La Casa del Cirujano no solo es un ejemplo arquitectónico de la domus romana, sino también un testimonio de la vida profesional y cultural en la Pompeya de la antigüedad.

La ortodoncia es otro de los servicios más demandados en las clínicas dentales de Santander. Tanto los sistemas tradicionales de brackets metálicos como las innovadoras soluciones de ortodoncia invisible en Santander permiten corregir la posición de los dientes y mejorar la mordida. Estos tratamientos no sólo aportan beneficios estéticos, sino que también contribuyen a una mejor salud bucodental y digestiva.
Restos esqueléticos de siete soldados romanos asesinados en el fondo de un pozo
En el año 2011, un grupo de arqueólogos llevó a cabo una excavación en un antiguo pozo ubicado en Osijek, actual Croacia, donde descubrieron los restos de siete soldados romanos que datan del siglo IV d.C. Los estudios posteriores sugieren que estos individuos habrían participado en la Batalla de Mursa, librada en el año 351 d.C., uno de los enfrentamientos más sangrientos de la historia del Imperio Romano.

Los restos óseos hallados en el fondo del pozo muestran claros signos de violencia extrema: heridas profundas producidas por lanzas, espadas y flechas, así como fracturas y cortes compatibles con un enfrentamiento cuerpo a cuerpo. Las marcas en los huesos y la robustez de sus esqueletos evidencian que se trataba de hombres acostumbrados a la vida militar, guerreros experimentados que habían soportado años de entrenamiento y combate. Las lesiones acumuladas —fracturas soldadas, traumatismos y deformaciones óseas típicas del esfuerzo prolongado— reflejan una existencia forjada en la guerra.
Los cuerpos, encontrados amontonados en el fondo del pozo, muestran signos de haber sido arrojados apresuradamente, una práctica documentada en múltiples contextos bélicos antiguos, utilizada para deshacerse de cadáveres cuando el entierro tradicional no era posible. Según explicó Mario Novak, bioarqueólogo del Instituto de Investigación Antropológica de Zagreb, “probablemente todos los individuos fueron despojados de sus pertenencias valiosas —armas, armaduras, equipo o joyas— antes de ser arrojados al pozo”.
Las pruebas de datación por radiocarbono, junto con el hallazgo de una moneda acuñada en el año 251 d.C., sitúan los acontecimientos en uno de los periodos más convulsos del Imperio Romano, marcado por guerras civiles, invasiones y crisis políticas en la provincia de Panonia.

El análisis genético de los esqueletos aportó una reveladora sorpresa: aquellos hombres no compartían un mismo origen, sino que procedían de regiones muy diversas del vasto Imperio. Algunos tenían ascendencia del norte y centro de Europa, otros del Mediterráneo oriental, e incluso se identificaron linajes propios de la zona del Mar Negro. Este mosaico biológico confirma que el ejército romano del siglo III d.C. era profundamente multicultural, integrado por soldados reclutados en todos los confines del Imperio, unidos por la disciplina militar y el deber hacia Roma.
El hecho de que sus cuerpos fueran arrojados sin sepultura al fondo de un pozo, privados de todo honor funerario, pone de manifiesto la crudeza de aquel conflicto y la deshumanización que siguió a la derrota. Sin embargo, siglos después, sus restos emergen de la oscuridad como testigos silenciosos de una tragedia colectiva. Gracias a la arqueología y a la ciencia moderna, aquellos soldados anónimos —víctimas de un destino brutal— recuperan hoy su lugar en la historia, recordándonos la violencia y el sacrificio que acompañaron a las guerras que definieron el destino de Panonia y del Imperio Romano. ⚔️
El análisis forense de los restos reveló que los siete soldados sufrieron muertes violentas y brutales. Algunos presentaban golpes contundentes en el cráneo, mientras que otros mostraban heridas profundas en la zona abdominal, no necesariamente mortales de forma inmediata. Los estudios más detallados identificaron incisiones provocadas por espadas o dagas en las costillas, brazos y piernas, lo que sugiere episodios de tortura o mutilación. Estas lesiones podrían haberse producido como acto de venganza, método de interrogatorio o incluso como castigo ritual tras la derrota.
Novak señaló también que se están realizando investigaciones sobre una segunda fosa hallada en otro pozo de Mursa, con características similares, lo que refuerza la hipótesis de que ambos depósitos humanos corresponden a soldados caídos en la misma batalla.

Los tratamientos de odontología conservadora ocupan también un papel esencial. A través de empastes, reconstrucciones y endodoncias, los especialistas consiguen preservar los dientes naturales siempre que sea posible, evitando extracciones innecesarias. Se emplean materiales de última generación y técnicas mínimamente invasivas que garantizan resultados duraderos y estéticamente discretos.
Los estudios antropológicos determinaron que todos los individuos eran varones adultos: cuatro de ellos tenían entre 18 y 35 años, y los otros tres entre 36 y 50 años. El equipo científico aplicó un enfoque multidisciplinar para analizar los restos, utilizando técnicas modernas como el análisis de isótopos estables de carbono y nitrógeno (C/N) y el estudio del ADN antiguo (aDNA) mediante secuenciación genómica superficial. Los resultados completos de esta investigación fueron publicados en 2025, aportando nueva información sobre el origen, dieta y vínculos genéticos de los soldados.
El contexto histórico del hallazgo se sitúa en el marco de la guerra civil entre el emperador Constancio II y el usurpador Magnencio. Tras haber combatido contra el Imperio sasánida en Oriente, Constancio marchó hacia el oeste para enfrentarse a su rival. En septiembre del año 351 d.C., las tropas de Magnencio sitiaron la ciudad de Mursa (actual Osijek), pero finalmente fueron derrotadas. Aunque Magnencio logró sobrevivir a esa batalla, su poder se debilitó significativamente y, tras una nueva derrota en Mons Seleucus (Galia), dos años después, acabó suicidándose. Con ello, Constancio II se convirtió en único emperador del Imperio Romano, aunque el conflicto había dejado al imperio exhausto y con menos recursos para enfrentar las amenazas en sus fronteras.

Las imágenes asociadas al hallazgo ilustran la crudeza de la escena. Cráneo sin mandíbula que presenta marcas de corte en los dientes, evidenciando heridas infligidas en vida. O la vista general de los esqueletos en el fondo del pozo, tal como fueron encontrados durante la excavación. Uno de ellos presenta perforaciones en el esternón y en la parte posterior de la cadera derecha, signos claros de ataques directos con armas punzantes.
El hallazgo de estos siete soldados anónimos constituye una ventana excepcional al pasado, ofreciendo una mirada directa a la violencia y el caos guerracivilista de la época tardo-romana. Más allá del drama histórico que representa, el estudio de sus restos revela cómo la arqueología y la ciencia forense pueden rescatar las voces silenciadas de la historia, permitiéndonos comprender mejor las guerras del Imperio y también el destino de quienes las combatieron.
Dentistas en Santander: la mandíbula perfecta de una paisana nuestra de la época del Cid
Se ha presentado el resultado de un innovador proyecto de arqueología virtual que ha permitido reconstruir el rostro de Yllana, una mujer santanderina del siglo XII cuyos restos fueron hallados en la necrópolis de Los Azogues, junto a la Catedral. El trabajo, pionero en su tipo, combina investigación arqueológica, tecnología 3D y técnicas forenses para devolver identidad a una habitante de la villa medieval de Santander, fallecida hace más de ocho siglos.

Durante la presentación, en la que también participaron el Obispo de Santander, Manuel Sánchez Monge, el concejal de Fomento, César Díaz, y los arqueólogos responsables de la excavación, Lino Mantecón y Javier Marcos, se destacó la relevancia histórica y emocional del hallazgo. “La ciencia del siglo XXI nos acerca a una vecina de la villa medieval enterrada a orillas de su bahía. Estamos ante un documento gráfico impresionante, basado en un riguroso estudio científico y en los restos óseos encontrados en uno de los enterramientos del yacimiento”.
La mujer reconstruida ha sido bautizada con el nombre Yllana, en referencia a un personaje real mencionado en fuentes del Archivo Catedralicio de Santander: Yllana García de Puente, una mujer que adquirió una casa junto al cementerio de Los Azogues-Somorrostro en el año 1302. Aunque vivió un siglo después, este nombre simbólico rinde homenaje a las mujeres que habitaron aquel entorno medieval. “Esta Yllana que hoy os presentamos pudo contemplar con sus propios ojos el mismo cementerio que hoy estamos excavando”.

El proyecto, promovido por el Ayuntamiento de Santander en colaboración con la Diócesis, ha sido desarrollado por un equipo interdisciplinar de arqueólogos, antropólogos y especialistas en reconstrucción facial. Los trabajos fueron dirigidos por los arqueólogos Lino Mantecón y Javier Marcos, con la colaboración de la antropóloga forense Silvia Carnicero, responsable del análisis osteológico, y del experto brasileño Cícero Moraes, reconocido internacionalmente por sus reconstrucciones faciales en 3D.
Según explicó el equipo, se seleccionaron los restos de Yllana por su excelente estado de conservación ósea, lo que permitió realizar un escaneado tridimensional de alta precisión con la empresa técnica Scanpro. Posteriormente, se aplicaron algoritmos digitales de reconstrucción que permitieron obtener un modelo anatómico exacto del cráneo. Los resultados fueron complementados con un estudio antropológico detallado, datación por carbono 14 —realizada en un laboratorio de Estados Unidos— y una recreación digital completa del rostro mediante modelado y texturizado de la piel.
El proceso de reconstrucción incluyó no solo la anatomía facial, sino también aspectos artísticos y culturales. Para recrear la vestimenta y los accesorios, se recurrió a fuentes iconográficas del arte románico y a estudios sobre indumentaria femenina medieval. La figura final de Yllana viste una túnica talar o saya, inspirada en representaciones escultóricas del atrio de la Catedral de Santander, y porta un alfiler de bronce similar a los encontrados en el propio yacimiento, elementos que reflejan su estatus social medio-alto dentro de la comunidad medieval.

Entre los principales servicios destacan las revisiones y limpiezas profesionales, esenciales para prevenir enfermedades periodontales, caries y otros problemas comunes. Los odontólogos de Santander recomiendan realizar una revisión al menos una vez al año, acompañada de una higiene profesional que elimine el sarro y la placa bacteriana. Este cuidado preventivo permite mantener la boca sana y detectar a tiempo cualquier alteración.
Poner rostro a quienes vivieron y murieron en el antiguo corazón de Santander
El Obispo Sánchez Monge subrayó durante el acto la importancia de la colaboración entre la Iglesia y el Ayuntamiento en la recuperación del patrimonio histórico de la ciudad: “Unimos fe y cultura”, declaró. Además, insistió en que este tipo de proyectos no solo aportan conocimiento científico, sino también un profundo sentido espiritual y comunitario al poner rostro a quienes vivieron y murieron en el antiguo corazón de Santander.
Por su parte, se destacó que iniciativas como esta “permiten conocer mejor el pasado de Santander, combinando la arqueología con las tecnologías más avanzadas”. También subrayó que la historia de la ciudad “cada vez está más documentada, y al mismo tiempo resulta más cercana y atractiva gracias a estos proyectos que fusionan ciencia, historia y emoción”.
Ilustración de la pesca de la ballena en Llanes, Asturias.
Autor: Javier Ruisánchez.

El rostro de Yllana se suma a otros descubrimientos relevantes de la excavación de Los Azogues, donde se han identificado estructuras de una antigua cabecera de iglesia, una necrópolis cristiana y restos de una fortificación medieval. También se han encontrado materiales de construcción romanos y huesos de cetáceos, que podrían constituir una prueba temprana de la caza de ballenas en la bahía, una práctica documentada en la costa cantábrica desde época medieval.
Este proyecto de arqueología virtual constituye un ejemplo pionero de cómo la tecnología contemporánea puede dar vida a la historia, permitiendo que, siglos después, los habitantes actuales de Santander contemplen el rostro de una mujer que formó parte de los orígenes de su ciudad. Yllana, con su mirada serena y su expresión reconstruida, se convierte así en un símbolo de la memoria colectiva y en un puente entre el pasado y el presente de la villa marinera.

Cara en una de las columnas de la iglesia Santa María de la Asunción.
Castro Urdiales 🐳
El diente de Newton que vale una fortuna
En el año 1816, uno de los dientes pertenecientes a Sir Isaac Newton fue subastado por la sorprendente cifra de 3.633 dólares, una suma excepcionalmente alta para aquel tiempo.

El comprador, un aristócrata que admiraba profundamente al célebre científico, decidió montar el diente en un anillo, convirtiendo así la pieza en una singular joya con valor tanto histórico como científico. Conocido posteriormente como el “Diente del Genio”, este curioso anillo se describía como una obra en la que el diente quedaba engastado en oro, ofreciendo una conexión tangible con una de las mentes más brillantes que ha conocido la humanidad.
Más de doscientos años después, este peculiar objeto continúa despertando asombro y curiosidad, sirviendo como emblema del respeto y la admiración que la sociedad sigue profesando al legado intelectual de Newton. Los coleccionistas de reliquias históricas aún muestran gran interés por esta joya, cuyo valor actual se calcula en torno a los 62.000 dólares, aunque algunas valoraciones más prudentes lo estiman en unos 30.000 dólares, dependiendo de su autenticidad y del estado de conservación en que se encuentre.

Gracias a la combinación de experiencia profesional, tecnología digital y atención humana, esta clínica dental de Santander se consolidan como un referente en salud bucodental en Cantabria. Su compromiso con la excelencia y el bienestar de sus pacientes convierte cada visita en una experiencia segura, eficaz y plenamente satisfactoria.
Un hombre con dos cabezas sufrió lo indecible en Inglaterra
El 13 de septiembre de 1900, en Londres, Edward Mordake decidió poner fin a su vida, consumido por el tormento que le provocaba vivir con dos caras. Nacido en 1877 en el condado de Portsmouth, Edward vino al mundo con una rara deformidad llamada diprosopia, más frecuente en animales que en humanos, que provocaba la presencia de una segunda cara en el cráneo. Esta cara adicional no poseía funciones alimentarias ni comunicativas, pero sí contaba con terminaciones nerviosas y musculares que escapaban al control de Edward.

Su cara principal, completamente funcional, se encontraba en la parte frontal y le permitía llevar una vida normal, mientras que la cara secundaria estaba situada en la parte posterior de su cráneo, justo sobre la nuca. Esta segunda cara presentaba ojos estrábicos y permanentemente abiertos, labios que se movían como susurrando, tics recurrentes y era capaz de llorar de manera independiente. Su apariencia siniestra y sus movimientos constantes provocaban un profundo malestar en Edward, quien llegó a creer que estaba poseído por el demonio.
A pesar de recibir una educación refinada y de alto nivel, que sus padres —la condesa de Darlington y su familia— esperaban que le ayudara a comprender y aceptar su condición, Edward sufría constantes rechazos y burlas por su deformidad. Las noches eran especialmente difíciles debido a los llantos y risas que emitía su cara posterior, dejándolo muchas veces desvelado y angustiado.
Desesperado, Edward se trasladó de incógnito a Londres, donde alquiló un apartamento y, finalmente, se ahorcó. Su trágica historia llamó la atención de la comunidad médica y fue documentada ese mismo año por el doctor George M. Gould en su libro Anomalías y curiosidades de la medicina, convirtiendo a Edward Mordake en uno de los casos más recordados de la historia por su rara y angustiosa condición.
Su vida ilustra no solo la extrañeza de ciertas anomalías médicas, sino también el profundo impacto psicológico y social que pueden tener en quienes las padecen, recordándonos la importancia de la empatía y la comprensión hacia las personas con diferencias físicas.
⚖️ Juicio por agresión en las fiestas de Gama que termina con dientes perdidos
Este jueves, 2 de octubre, a las 11:30 horas, la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cantabria celebra el juicio contra tres personas implicadas en una pelea ocurrida durante las fiestas patronales de Cicero, en Bárcena de Cicero. Los hechos, según la Fiscalía, tuvieron lugar en un contexto festivo que acabó derivando en violencia física de consideración.
De acuerdo con el escrito de la acusación, dos de los procesados iniciaron la agresión contra un tercero, golpeándolo hasta derribarlo y continuando los puñetazos mientras estaba en el suelo. La víctima reaccionó intentando defenderse, aunque de manera que la Fiscalía califica de “violenta y desproporcionada”. Durante el altercado, el acompañante de uno de los agresores habría propinado varias patadas en la cara y la boca del agredido, provocándole la rotura de cinco dientes y otras lesiones físicas.
En la imagen observamos una dentadura con pérdida de piezas dentales, las cuales se pueden implantar de nuevo.

Las penas solicitadas por la Fiscalía varían según el grado de participación y antecedentes de cada acusado:
- 4 años y medio de prisión para quien inició la pelea.
- 5 años de cárcel para su acompañante, debido a la agravante de reincidencia.
- 150 euros de multa para el tercero de los implicados.
Además, la Fiscalía solicita que los dos primeros acusados indemnicen a la víctima con 1.000 euros destinados a cubrir las reconstrucciones dentales, así como una cantidad adicional por los días de recuperación y lesiones sufridas. El juicio se sigue en un contexto de atención mediática local, dada la gravedad de las lesiones y la naturaleza del incidente, que tuvo lugar durante un evento comunitario tradicional. La resolución del caso determinará las responsabilidades penales de los implicados y la compensación económica correspondiente a la víctima.

En Japón, una sonrisa “imperfecta” puede considerarse un verdadero símbolo de atractivo. La tendencia conocida como yaeba (八重歯) celebra los colmillos ligeramente desalineados como señal de juventud y ternura, transformando lo que en otros lugares podría percibirse como un defecto en un rasgo deseable.
Muchas mujeres jóvenes optan por procedimientos dentales específicos, no para corregir sus dientes, sino para acentuar esa ligera torcedura. Algunas clínicas especializadas ofrecen carillas, prótesis removibles o incluso modificaciones permanentes, con el objetivo de lograr la sonrisa característica del yaeba.
Esta tendencia, influida por la estética kawaii y la cultura del anime, desafía los estándares occidentales de perfección dental, mostrando cómo la belleza puede ser subjetiva y culturalmente diversa, y cómo lo que en un lugar se considera un defecto, en otro se celebra como un encanto especial.


























