
Vinari, Letari, Ludere, Ridere, Hoc-est Vivere!




Mapa del Norte de España y en concreto, la región aludida en el relato. La ciudad cántabra de Julióbriga (1), donde sirve el hermano de los señores (Cesaro). Y Lacóbriga (2), el actual Carrión de los Condes, población muy próxima a la Casa, junto a la estratégica carretera hacia las Galias. Una ruta que enlazaría la actual León, que aquí es nombrada como entonces, Legión (3), con Pamplona (3). En Legión, se acuartelaba la Legión VII Gémina. Y Pamplona estaría cerca de los pasos pirenaicos donde resisten los dos hermanos teodosianos, jefes del Clan al que pertenece la Casa. Al otro lado, en el Sur de la Galia, estarían ya los pueblos bárbaros y las tropas de Usurpador. Y toda la zona mostrada estaría bajo el rango de acción de las bagaudas o guerrillas. Señalo también el emplazamiento de Castro Urdiales (5), cerca ya de Bilbao, para situar mejor al lector.
Agradecimientos:
A mi familia, por inculcarme el amor por la Historia.
A José Ramón Almeida, por sus inspiradoras ilustraciones sobre La Olmeda, que aparecen aquí (todas las que no son fotografías y, en concreto, la espectacular visión de la comarca en torno a La Olmeda que hay en el principio de este libro).
A la Diputación de Palencia, por haberme enviado unas fotos detalladas muy necesarias para esta publicación, con el objeto de que sea más conocido el yacimiento.
A Séneca, Marcial, Ovidio, Epícteto, Homero y todos los grandes clásicos, que hoy han sido relegados por quienes perpetran los planes de estudios actuales, destinados a hacer esclavos y no ciudadanos libres.
Los dueños de esta finca pensaron que podían vivir para siempre aislados en una burbuja autista, liberarse de las penosas circunstancias del mundo y quedarse sólo con lo bueno, con lo placentero de su extraordinaria riqueza, pero las circunstancias los acabaron encontrando en un escondite que tampoco era tan difícil de localizar.


El General Asturio era el antiguo Señor de la Casa, padre de Víctor y Serena, así como de algún que otro bastardo como Liberato. Adquirió el sobrenombre de Asturio por sus duras campañas contra cántabros y astures, que amenazaban las minas del César. Su gobierno de la Casa también fue brutal y, de hecho, era el presunto asesino de los padres de Eugenio. En la realidad, aunque es misteriosa, existe una evidencia arqueológica de la Casa donde se puede leer “Asturius” y que adjunto en la foto: un bocado de caballo de bronce que es casi el único fragmento que se ha conservado, en toda La Olmeda, de una posible identidad de alguno de sus posibles moradores o visitantes. ¿Sería el caudillo guerrero posterior apodado Asturio, tan famoso? Un personaje del mismo siglo de este relato, aunque suponemos que un poco posterior a los eventos aquí narrados. Varias de estas fotos pertenecen al archivo fotográfico de la Diputación de Palencia cedidas para la divulgación cultural del yacimiento.
La madre de Serena, Víctor, Flavia y Cesaro. Era la esposa del General Asturio y Señora de la Casa, que gobernaba sentada a la derecha de su marido. No era una mujer sin carácter, pese a que su marido era una auténtica figura de la política y el Ejército, y toda la fortuna familiar provenía en primer lugar de su patrimonio. Mantuvo una lucha sin cuartel contra la amante favorita de su esposo y sus hijos, a los que consideraba rivales de ella misma y su progenie. Varias de estas fotos pertenecen al archivo fotográfico de la Diputación de Palencia cedidas para la divulgación cultural del yacimiento.


Madre de Eugenio y Liberato. Una esclava originaria de Mauritania Tingitana (que se corresponde en gran parte con el Marruecos actual). Fue comprada por el padre de Víctor y Serena y también asesinada por él, según se comentaba en la Casa. Y antes que eso Liberato fue el hijo de ambos, pero primero tuvo un hijo de otro hombre, que fue Eugenio, también asesinado entre esos muros. En la imagen de la derecha, en el mosaico principal de la Casa, un león de la misma región norteafricana de la que esta mujer procedía. Varias de estas fotos pertenecen al archivo fotográfico de la Diputación de Palencia cedidas para la divulgación cultural del yacimiento.
Víctor era el actual Señor de la Casa, hijo del General Asturio y hermano de Serena, Cesaro y la difunta Flavia (y también hermanastro de Liberato). Pertenecía al Clan Teodosiano que respaldaba al César de entonces, Honorio, así como al anterior: el castellano Teodosio el Grande. En el retrato aparece en sus años mozos, al igual que sus hermanos, cuando todavía no había recibido el mando de la Casa. Ancho y fornido y no muy alto, como su padre, no estaba tan predispuesto como éste a desempeñarse con el nivel de violencia que había hecho legendario al General Asturio. De hecho, las bagaudas se habían crecido en la comarca y en especial cuando Liberato se puso al frente de una de ellas.


Serena era la hermana del Señor, Víctor Próculo, hija como él del antiguo Señor de la Casa: el General Asturio. Había heredado de éste el valor y la autoridad, pero no la compasión y el sentido de la Justicia que la caracterizaban y que había compartido con su fallecida hermana (Flavia). Soñaba con casarse con Eugenio algún día, pese a que eso no era siquiera imaginable por el abismo social entre ambos. Varias de estas fotos pertenecen al archivo fotográfico de la Diputación de Palencia cedidas para la divulgación cultural del yacimiento.
Flavia era una hermana de Víctor y Serena que murió años antes, siendo muy amada por todos y también por Eugenio. Su nombre está sacado de una tumba de una mujer de Cantabria, de los primeros tiempos del cristianismo, donde puede leerse: “que venzas, Flavia”. El motivo y la causa de su muerte era objeto de muchas especulaciones en la Casa, como se verá a lo largo del relato. En esta escena principal del mosaico, Aquiles, que viene de estar disfrazado de mujer, ya ha tomado las armas que le ha tirado por delante Ulises, pero aún lleva puestos los pendientes de las hijas del Rey de Esciros.


Cesaro era el hermano menor de Víctor, Flavia y Serena. Tribuno de una Cohorte acuartelada no demasiado lejos de la Casa, en Julióbriga (Reinosa, Cantabria), Víctor soñaba con que su hermanito hiciera una carrera brillante en el Ejército. Como ocurrió con el padre de ambos, el General Asturio. Y Cesaro enviaba a la Casa remesas de caballos, sal y cautivos, entre otras mercancías extraídas del pueblo cántabro, las cuales su hermano le compraba a buen precio. En el retrato nos aparece siendo aún un niño, mientras que en el otro mosaico (externo a la Casa, del yacimiento italiano de Casale) aparecen soldados de caballería como él.
Cornelio era el Señor de otra hacienda vecina, situada en el actual pueblo de Cervatos de la Cueza. Pretendía a Serena abiertamente y Víctor quería casarles, para fortalecer su posición, tanto en los Campos Palentinos como en el Clan Teodosiano, al cual todos ellos pertenecían. En la imagen, una escena de caza del mosaico de la Villa de Salar, Granada. Y es que todos estos potentados se entretenían en cacerías, banquetes y desenfreno en los placeres en general. Su única obligación era participar en sus deberes políticos y militares de su clan, lo que cobró un gran realismo cuando fuerzas enemigas cruzaron los Pirineos.


El Mayordomo era un brutal lugarteniente del Señor, encargado de la protección de la Casa y la vigilancia de los criados. Odiaba a muerte a Eugenio por considerarle un rival, además de porque éste toleraba mal sus abusos hacia los criados. Era un hombre cruel que mataba con mucha facilidad y no sólo a los bagaudas, sino que podía ser despiadado con cualquiera que se cruzara en su camino.
Liberato era hermanastro de Eugenio por parte de madre, pero también de Víctor y Serena: porque era hijo ilegítimo del General Asturio con la madre de Eugenio. Un rebelde que huyó de la Casa hacía tiempo y rondaba la finca de Víctor y de otros señores, para incitarles a la rebelión. Liberato es un nombre que tiene su origen en la palabra “liberto” o esclavo liberado. Pero Liberato no era su nombre real de cuna, sino un mote que la madre de Serena le había puesto en señal de desprecio. Pues entendía que había nacido esclavo y que sólo la predilección de su marido por la esclava madre de ellos lo había liberado. Pero el interesado no se mostró nunca ofendido por semejante alias y, con el tiempo, supo utilizarlo en su favor para ganarse la simpatía de la mayoría humilde, muchos de los cuales eran auténticos libertos cuando no guerrilleros o bagaudas.


Eugenio, apodado el Cazador, era uno de los principales criados de la Casa. Hijo de una esclava de origen norteafricano y de un colono palentino, ambos al servicio de la Casa, era huérfano desde muy niño y desarrolló una gran destreza como cazador. Le unía una cálida amistad con la hermana del Señor, Serena, aunque mantenía excelentes relaciones con el propio Patrón y con todo el servicio, eso sí, con la excepción del brutal Mayordomo. Prudente y a la vez decidido, su carrera al servicio de sus señores se antojaba como un crecimiento sin límites. El suyo no es un nombre elegido por el autor porque sí, pues Eugenio significa “de buen origen” (y también es el nombre de mi abuelo, que era de Carrión).
Ana era una criada de la Casa que pasa desapercibida, incluso en el relato, pero que representa a esa mayoría silenciosa que también hace la Historia, desde atrás. Las mujeres en general eran objeto de una especial explotación en un tiempo en que el dueño de la finca podía hacer cuanto quisiera con cualquiera subordinado. A la izquierda, escena erótica del mosaico de yacimiento de Casale, en Italia. Y, a la derecha, una de las muchachas del mosaico de Aquiles de La Olmeda.
