Rutas de autocaravana en Cantabria para aventura y relax
Como suele pasar en todo destino turístico, y nuestra región es uno de los primeros a nivel nacional, pasa mucho que el marketing potencia unos lugares y hace pasar a otros desapercibidos. Sin embargo, la independencia que nos da una autocaravana en Cantabria nos va a permitir que podamos disfrutar de los rincones más alejados y secretos.
El perfil del viajero de autocaravana es un poco más aventurero de lo normal. No solemos ser personas que nos conformemos con ver lo típico y seguir rutas establecidas, como si estuviéramos en la cola de un espectáculo por el que todos tenemos que pasar. A nosotros nos gusta más ir por libre.
Es por ello que queremos proponeros algunos rincones especialmente escondidos. Rutas de autocaravana en Cantabria que realmente puedan colmar nuestra sed de aventura y relax.
Ruta en autocaravana por Soba
Se trata de una ruta muy especial y queremos empezar por ella porque es el gran tesoro escondido de la región. De hecho, se trata de uno de los valles más grandes y más despoblados del norte de España, con una mayoría absoluta de economía ganadera.
Por tanto, aquí no vamos a encontrar el paisaje más urbanizado al que estamos acostumbrados en lugares como Potes o Comillas. Esto es muy diferente. Aquí parece que el tiempo se ha detenido de verdad, más incluso que en Santillana del Mar, por la sencilla razón de que la población local se queda en el valle se mantiene fiel a sus costumbres. No en vano, la ganadería sigue siendo el pilar económico de esta comarca, por donde parece que el tiempo no ha seguido pasando.
Además, el legado histórico que veremos aquí es impresionante. Iglesias antiguas, cementerios rurales muy bien cuidados y hasta castillos al más puro estilo norteño. Es decir: Torres cúbicas de piedra muy potentes, rodeadas por bardas que en su momento fueron modestas murallas.
Como nota personal, decir que es facilísimo contemplar espectáculos tan impresionantes como el nacimiento de un recental o cría de vaca. Y la gente del Valle es espectacular. También se come muy bien, por supuesto, en cualquiera de los establecimientos por los que vamos a pasar.
Ruta en caravana por Campoo
Se trata de un valle o, mejor dicho, conjunto de valles, situados al sur de la región. Una comarca esplendorosa en cuanto a naturaleza, historia y cultura. No es fácil encontrar otro exponente tan claro y hermoso de lo que ha sido y es el norte de España.
Aquí nace el Ebro, para empezar. El río más caudaloso de la Península Ibérica, cuya cuna está a los pies del Pico Tres Mares. Y el nombre de esta montaña es muy curioso, porque de este monte bajan aguas que se derraman en Tres Mares diferentes: Cantábrico, Mediterráneo y la Atlántico abierto.
La historia nos contempla desde todas las épocas posibles, con castillos e iglesias medievales pero la nos transportan a otros tiempos. Pero la presencia humana en esta comarca se remonta a los tiempos más antiguos, a los íberos y antes, puesto que se trata de un enclave estratégico por muchos aspectos. Aquí los cántabros dieron sus últimas batallas contra Roma, sufriendo una gran derrota y genocidio, pero sirviendo inmediatamente después a los intereses de sus conquistadores. No sólo como pueblos más o menos subordinados, sino también como mercenarios expertos. Ésa era su gran especialidad junto a la ganadería y la minería.
El monumento a los soldados italianos de la guerra civil
Se trata también de un reservorio natural único en Europa, con grandes poblaciones de todo tipo de rapaces, reptiles y mamíferos de considerable tamaño: ciervos, corzos, jabalíes, lobos, etc. Una variedad de fauna muy rica que se corresponde con un entorno también muy diverso y rico.
El pantano de Corconte es uno de los sitios a visitar, de origen artificial, pero también muy importante para aumentar la biodiversidad del entorno. Y hay un montón de cosas misteriosas por la zona que merece la pena descubrir. Por ejemplo, el monumento a los soldados italianos de la guerra civil, que tiene una curiosa forma de pirámide enorme de piedra. No muchas veces podremos ver algo tan significativo, curioso y enigmático. Porque esta zona fue el escenario de los principales combates de lo que se ha llamado la batalla de Santander, una de las más decisivas de toda la guerra civil española.
Ruta en caravana por las Merindades
El nombre de esta gigantesca y hermosa región se debe a un término medieval cómo son las Merindades, es decir: el territorio que controlaban los oficiales del rey de Castilla y que administraban el nombre de éste. Estos oficiales se llamaban merinos y era común que la gente corriente quisiera ser gobernados por ellos.
Esta mágica región tiene mucho que enseñarnos, para empezar, por su enorme extensión geográfica. Las Merindades ocupan una porción de territorio más grande que toda Vizcaya, correspondiendo partes de esta provincia también a las Merindades. Y es que estamos hablando de un territorio que engloba partes de Cantabria, Burgos, Álava y Vizcaya.
La abundancia de castillos es la mejor prueba de que ha sido un territorio muy disputado y no en vano aquí nace Castilla, la tierra de los castillos, como fue conocida desde un principio por los andalusíes.
La fertilidad de su tierra todavía es evidente en sus extensos campos de cereales, que están por todas partes, rodeados de bosques autóctonos muy hermosos. No es difícil ver por aquí, de hecho, todo tipo de animales salvajes. Incluso los veremos correr por delante nuestro en cualquier senda o carretera.
Uno de los sitios más icónicos de toda esta región, llena de lugares misteriosos, es sin duda Puentedey. El puente de Dios, creado por la mano de la naturaleza, puesto que es un enorme puente de roca sobre el cual está dedicado el pueblo. Y por debajo pasa un río, por supuesto, un sitio mágico que no podemos dejar de visitar.
Lleva varios días conocer medianamente esta comarca preciosa y llena de encanto, por lo que recomendamos no pasar por aquí con prisas si podemos evitarlo.
Ruta en caravana por los valles pasiegos y el valle de Ruesga
Los valles pasiegos son muy conocidos en toda España. Es uno de los sitios más icónicos del pasado rural de todos nosotros, de nuestras familias, que el pueblo pasiego ha llevado a un extremo por sus estoicas costumbres.
Su economía de subsistencia no se diferencia tanto de la que podían tener nuestros antepasados más remotos. Hasta hace no tanto, y algunos restos de esto quedarán, los pasiegos continuaban con su ancestral costumbre de hacer la muda. Esto significa ir detrás de sus reses durante todo el año, teniendo en propiedad varias cabañas y terrenos a los que desplazarse con sus rebaños.
De esta manera, era posible sacarle todo el partido a sus vacas lecheras, que necesitan una gran cantidad de pasto para poder vivir y ofrecer el mejor producto lácteo del mundo. De hecho, los pasiegos tienen una reconocida fama de haber criado la vaca frisona considerada como la mejor del mundo.
Pero hay mucho que ver por aquí. Los paisajes naturales se combinan con la arquitectura tradicional pasiega, con sus tradicionales tejados de pizarra, así como se puede disfrutar de una gastronomía típica que hará las delicias de todos los visitantes.
Cuevas que forman auténticos laberintos subterráneos
Sin embargo, no hay que olvidar las comarcas vecinas, consideradas como zonas de influencia pasiega. Estamos hablando de los valles de Ruesga y de Soba, también vecinos al País Vasco y con unas peculiaridades propias que también merece la pena conocer.
Toda esta zona está llena de cuevas que forman auténticos laberintos subterráneos. Y en particular existen sistemas de cuevas que se concentran en determinadas localizaciones, como el valle de Matienzo, en el cual parece que el tiempo se detuvo hace generaciones. Un valle conocido como el de la niebla, porque no tiene salida natural y la niebla se queda aquí retenida, formando unas escenas ideales para hacer fotos.
La arquitectura montañesa está muy bien representada en cada pueblo de esta zona, así como el tradicional modus vivendi, basado en la ganadería. Y, por supuesto, como en cualquier otro sitio del Norte, se come muy bien y muy barato.