El metro de las grandes ciudades se lleva toda la fama, pero luego hay que ver cómo vamos en el autobús urbano de cualquier ciudad pequeña. Es que parecemos piojos en costura. Y la inepta de alcaldesa que tenemos no se da por enterada. Tampoco su Junta Municipal, que lleva tantos años fracasando en algo tan simple como mantener la ciudad limpia. En los meses de verano se une el factor turístico con el calor y parece que vamos en un tren de ganado del Oeste.

Si queremos vivir en Santander podemos tener unos servicios públicos que valgan la pena y no perder la calidad de vida que teníamos. Y si queremos vivir en Ruanda también podemos hacer lo posible para no dar vergüenza ajena a los ruandeses.
En la foto, aunque parezca mentira, la nostalgia de unos tiempos más serios y más profesionales desde el punto de vista de la gestión. Recordamos que de todo lo que se cuenta aquí, por favor, LOS CONDUCTORES DEL TUS NO TIENEN LA CULPA.
Además de todo lo que significa el hacinamiento humano y más con este calor se da la circunstancia de que las rampas para personas discapacitadas pueden no funcionar, con lo que supone esto de más retraso.
Hace poco se hacía viral el autobús extranjero que se quedaba atrapado en la Bajada de Garmendia.


Parada de autobús santanderina, a falta de marquesina y banco. La solución: silla al canto.
Crecen las críticas al TUS: usuarios denuncian autobuses abarrotados, largas esperas y mal ambiente en las paradas
El servicio de Transportes Urbanos de Santander (TUS) atraviesa una de sus etapas más difíciles en cuanto a valoración por parte de quienes lo utilizan a diario. Tanto vecinos de Santander como visitantes muestran su descontento con lo que califican como un “auténtico caos”: conductores sobrepasados por la situación y viajeros enfrentados entre sí debido a la mala organización.
Cada día surgen nuevas quejas por la saturación de los autobuses, que muchas veces pasan de largo sin recoger a quienes esperan, obligando a soportar demoras interminables y generando crispación en las paradas. La situación, lejos de mejorar, parece empeorar con el paso del tiempo, según relatan quienes dependen de este servicio para desplazarse por la ciudad.
Uno de los principales problemas señalados es la falta de capacidad en determinadas rutas y franjas horarias. “Llevamos casi media hora esperando y cuando por fin llega, ni siquiera abre las puertas porque va lleno. Y así todos los días”, lamenta una pasajera habitual. No es raro ver autobuses repletos que, al no poder admitir a más viajeros, continúan su trayecto sin detenerse.
Esta situación desencadena roces y discusiones entre los usuarios que pugnan por subir a vehículos ya completos, y en algunos casos los reproches acaban dirigiéndose a los propios conductores, quienes aseguran que poco pueden hacer para resolver la situación. “Nos increpan como si fuera decisión nuestra, pero nosotros solo cumplimos con las órdenes y los horarios establecidos”, explica un conductor que pide no dar su nombre. Muchos de ellos admiten estar “saturados” y sin margen de maniobra.
Mientras tanto, los santanderinos siguen esperando: esperando en las paradas, esperando que el autobús se detenga, y sobre todo, esperando una solución real que mejore un servicio que consideran imprescindible para la vida diaria de la ciudad.

Visto en Facebook:
Buenos días, David y a todo el grupo:
Me veo obligada a comentarlo porque, de verdad, si no lo hago reviento. Hoy he aparcado en la calle Vázquez de Mella y al ir a sacar el ticket del parquímetro, que está justo al lado de los contenedores de basura, el olor era absolutamente insoportable. Los contenedores estaban rotos, con muebles tirados alrededor, una nevera con comida podrida dentro… Hasta aquí, todo ya bastante asqueroso, pero cuando vi la rata me quedé completamente paralizada.
En la imagen: el subdesarrollo del mantenimiento urbano.
Es vergonzoso e insalubre. Da igual que hablemos del centro o de los barrios: toda Santander está igual. Esto fue justo frente al Colegio Quinta Porrúa. ¿De verdad los niños de Santander merecen tener esta porquería al lado de su patio, oliendo a basura durante su recreo? Y, para rematar, el colmo de la obscenidad es que anuncian una subida de la tasa de basuras en Santander para el año que viene. ¡Y se quedan tan panchos!
El buen samaritano del Evangelio aparece vestido de repartidor en Londres
Un repartidor con buena puntería acudió en ayuda de los pasajeros atrapados en un tren del sur de Londres mientras las temperaturas superaban los 30 °C. Una avería en un tren cerca de Loughborough Junction el sábado detuvo todos los servicios en la zona, dejando a tres trenes detenidos fuera de los andenes, según informaron Thameslink y Network Rail en un comunicado conjunto.
En la foto: pasajeros del tren entre Bezana y Santander, tirados como de costumbre en mitad del trayecto.

En el video se puede ver al repartidor de Just Eat lanzando con gran precisión botellas de agua a un pasajero que esperaba de pie en una puerta abierta del tren, varios metros por encima de él. En otros videos compartidos en redes sociales, desde dentro del tren, se escucha a los pasajeros vitorear al repartidor. Este señor hizo realidad la frase del Evangelio de que quien dé siquiera un vasito de agua a estos pobrecitos míos no se quedará sin su paga.