Es una historia surrealista de estas que de repente te encuentras cuando menos te lo esperas. Estaba esperando a una amiga Nueva Montaña cuando de repente me fijo en la casa que tengo delante y veo que está claramente torcida. Al fijarme mejor compruebo que sí, que estaba torcida, y cuando viene mi amiga me dice que si no conozco la Torre de Pisa de Cantabria.
El edificio está totalmente volcado sobre un flanco y ha sido evacuado y tapiado para que nadie pueda pasar al interior. Pero las sorpresas no acaban ahí. Al día siguiente, me encuentro a lo que parecen ser topógrafos o ingenieros, en plena faena, observando con su instrumental la inclinación de estos edificios. Como es lógico, les saludé y les hice algunas preguntas.

Unas estructuras de hormigón en Cantabria que resultan afectadas por el terreno
El que has visto no es el único, sino solamente el que resulta más obvio a la vista, ya que hay varios edificios más afectados. Estos bloques se han asentado sobre un terreno que se ha hundido y lo que pasa aquí es que, si los ves todos juntos, al estar todos torcidos, no tienes una referencia clara de cómo deberían estar en realidad.
Es completamente cierto. Si los ves aisladamente, no hay tantas dudas sobre su inclinación, en algunos casos exagerada, mientras que todos juntos forman una especie de orquesta de músicos desafinados.
Me quedan más preguntas en el aire: ¿será que estamos en terrenos de marisma y por eso no es el sitio más idóneo para cimentar nada? ¿Será que esto también le ocurrió al famoso derrumbe del parking de Nueva Montaña, situado a escasos centenares de metros en línea recta y que también fue un hecho bastante llamativo?
Fabricantes de estructuras de hormigón en Cantabria comentan este caso curioso
Fabricantes de estructuras de hormigón en Cantabria comentan este caso interesante y fuera de lo común.
El edificio número 20 de ‘Las Acacias’ en Santander presenta una inclinación de 58 centímetros y preocupa a los vecinos. El bloque número 20 de la urbanización ‘Las Acacias’, situada en el barrio de Peñacastillo, muestra un alarmante grado de inclinación que ha alcanzado ya los 58 centímetros, según denuncian los vecinos del complejo residencial. La situación ha motivado que la comunidad de propietarios remita un escrito a la alcaldesa de Santander, Gema Igual, manifestando su inquietud por el estado actual del edificio, declarado en situación de ruina económica en el año 2002.
La misiva, suscrita por una veintena de residentes, expone la gravedad del problema y solicita la intervención del Ayuntamiento para evitar un posible colapso. El deterioro de este inmueble no es reciente: desde los años noventa, cuando se construyeron los seis bloques de la urbanización, por parte de la empresa López Pablo, ya se detectaron problemas relacionados con la cimentación, siendo el número 20 el más afectado.


Los asentamientos diferenciales son un fenómeno estructural que ocurre cuando diferentes partes de una edificación se hunden en el terreno a distintas velocidades o magnitudes. Este tipo de asentamiento es uno de los problemas más serios en ingeniería civil y arquitectura, ya que puede comprometer la estabilidad, funcionalidad y seguridad de cualquier construcción. A diferencia de los asentamientos uniformes, que afectan por igual a toda la estructura y suelen ser menos peligrosos, los diferenciales provocan deformaciones, grietas e incluso colapsos parciales si no se detectan y corrigen a tiempo.

Este fenómeno se produce generalmente por una distribución desigual de cargas en el edificio o por la heterogeneidad del suelo sobre el que se construye. Por ejemplo, si un edificio se asienta parcialmente sobre un suelo compacto y parcialmente sobre un terreno blando, es probable que la parte sobre el terreno blando ceda más, generando un asentamiento desigual. También puede deberse a fallos en el diseño de la cimentación, a una excavación cercana, a fugas de agua que erosionan el subsuelo o a variaciones en el contenido de humedad del terreno.
Los síntomas visibles de un asentamiento diferencial pueden variar según el tipo de estructura, pero los más comunes son las grietas inclinadas en paredes, especialmente en las esquinas de puertas y ventanas, desniveles en pisos, deformaciones en elementos estructurales y dificultad para abrir o cerrar puertas y ventanas. En algunos casos, incluso pueden aparecer fisuras en elementos no estructurales como azulejos, falsos techos o molduras. Desde el punto de vista técnico, los asentamientos diferenciales se analizan mediante estudios geotécnicos del terreno, que permiten conocer las características del suelo, su capacidad portante, su composición y su comportamiento frente a la humedad. En función de estos datos, los ingenieros estructurales diseñan la cimentación más adecuada, ya sea superficial (zapatas, losas) o profunda (pilotes, micropilotes), para garantizar un reparto homogéneo de las cargas. Si estos estudios no se realizan adecuadamente o se ignoran, las probabilidades de que ocurran asentamientos diferenciales aumentan considerablemente.
Una larga cronología de problemas afecta a estas torres de Pisa en Santander
1992: Se construyen los edificios, y pronto se identifican deficiencias estructurales.
2002: El bloque 20 es oficialmente declarado en ruina económica.
2014: Tras un incendio provocado en una de las viviendas desocupadas, el último inquilino abandona el edificio.
2015: El Ayuntamiento ordena el tapiado del portal, como medida preventiva, para que nadie pueda acceder al interior.
Pese a que el desalojo total del inmueble se efectuó hace ya varios años, la comunidad asegura que no se han cumplido las promesas sobre medidas de protección, ni se ha procedido a su demolición, a pesar de existir una orden municipal en ese sentido. A su juicio, el abandono del edificio lo ha convertido en un riesgo potencial tanto para las personas como para los inmuebles cercanos.
Las torres de Pisa de Santander: preocupaciones técnicas y demandas vecinales
El escrito de los residentes cita un informe técnico elaborado por el arquitecto Ramón Peredo de la Cruz, en el que se indica que, dadas las características de estos edificios, el límite de inclinación admisible debería ser de un 3%, es decir, 45 centímetros. Superar esa cifra podría suponer un riesgo de colapso estructural. Sin embargo, el bloque 20 ha sobrepasado ya esa medida, lo que ha incrementado el temor de los vecinos.
Entre las cuestiones que plantean en su comunicación al Ayuntamiento se encuentran interrogantes como:
¿Por qué no se ha ejecutado aún la demolición del edificio pese a los informes técnicos?
¿Por qué no se han instalado las medidas de seguridad necesarias para proteger a los residentes y transeúntes?
Asimismo, cuestionan si el Consistorio y su alcaldesa están actuando con la responsabilidad que exige una situación tan delicada.
La postura del Ayuntamiento, como de costumbre, no es clara. Desde el Ayuntamiento se recuerda que se trata de un conflicto de carácter privado entre la comunidad de propietarios y la promotora. No obstante, el Consistorio sostiene que ha colaborado desde el principio con diversas actuaciones, entre ellas:
Dictar la orden de desalojo.
Aprobar la demolición del bloque (posteriormente aplazada, a petición de los vecinos).
Ordenar el tapiado del portal.
Realizar inspecciones periódicas para evaluar la pérdida de verticalidad.
El propio Consistorio asegura que desde septiembre de 2016 solicitó a la comunidad de propietarios que intensificaran el control mediante un calendario de mediciones más riguroso. Desde entonces, afirma no haber recibido nuevas comunicaciones por parte de los vecinos.
Prevenir los asentamientos diferenciales en Cantabria
Para prevenir los asentamientos diferenciales en Cantabria, es crucial realizar una planificación rigurosa antes de iniciar cualquier construcción. Esto implica no solo el estudio del terreno, sino también el análisis de las cargas que soportará la estructura, la correcta elección del tipo de cimentación y el control de factores externos, como obras cercanas, circulación de aguas subterráneas o la presencia de árboles cuyas raíces pueden alterar la composición del subsuelo. En caso de que los asentamientos ya se hayan producido, existen técnicas de corrección que varían en función de la gravedad del problema. En situaciones leves, se puede optar por el refuerzo estructural mediante cosidos de grietas, inyecciones de resinas expansivas en el terreno o recalces de cimentación con micropilotes. En casos más graves, puede ser necesario intervenir de forma más drástica, como reconstruir partes del edificio o aplicar sistemas de nivelación con gatos hidráulicos.
Es esencial destacar que los asentamientos diferenciales no afectan únicamente a construcciones nuevas. También pueden presentarse en edificaciones antiguas que, con el paso del tiempo, han sufrido cambios en el entorno o en las condiciones del suelo. Por esta razón, la monitorización periódica y el mantenimiento preventivo son fundamentales, especialmente en edificaciones patrimoniales o ubicadas en terrenos con antecedentes de inestabilidad.
Los asentamientos diferenciales representan un desafío complejo tanto para arquitectos como para ingenieros, ya que implican un entendimiento profundo del comportamiento del suelo, del diseño estructural y de los factores externos que pueden alterar el equilibrio de una construcción. Detectarlos a tiempo y actuar con criterio técnico adecuado puede marcar la diferencia entre una reparación sencilla y un daño irreversible en la estructura.
Un futuro incierto para más de 300 viviendas de hormigón en Santander
Mientras tanto, los residentes del resto de la urbanización —un total de 340 viviendas distribuidas en varios bloques— siguen pendientes de una solución definitiva para este grave problema estructural. Aunque se han planteado proyectos de reconstrucción, estos aún no se han materializado y la incertidumbre sobre el futuro del edificio continúa.
Las cosas raras no terminan aquí. Fijaos en el golpe que debió pegar el otro día un vehículo contra este muro de hormigón, justo al lado de estos bloques, dejándose la defensa en el incidente y dándose a la fuga después de haber tirado abajo el cerramiento.



Y este edificio abandonado, ocupado e incendiado de Nueva Montaña ha vuelto a la vida en fechas recientes después de haber pasado por el completo proceso de dejadez que tantos santanderinos recuerdan.
El informe técnico sobre el colapso del parking en Nueva Montaña confirma que la causa fue una sobrecarga de tierra
Las conclusiones del informe pericial sobre el colapso de los garajes situados en el barrio de Nueva Montaña, en Santander, han revelado que el origen del hundimiento se debió a un exceso de carga de tierra sobre la estructura del aparcamiento subterráneo. El desplome afectó también a un parque infantil y a una pista deportiva situados en la superficie.

En un encuentro con los vecinos, el titular de la Consejería de Obras Públicas, Ordenación del Territorio y Urbanismo (cargo de Revilla que tuvo que dimitir por la corrupción tremenda que había en su servicio) explicó que el análisis técnico determinó que la carga de tierra presente superaba considerablemente los niveles contemplados en el diseño original del proyecto. Según se detalló, esta sobrecarga era especialmente pronunciada en un punto concreto donde existía una diferencia de altura entre dos forjados. En lugar de adaptarse al desnivel, se optó por un relleno uniforme, lo que provocó un aumento significativo en el volumen y peso de los materiales.
Además de esta causa principal, se identificaron otros factores que pudieron haber contribuido al siniestro. En particular, se detectaron dos cavidades en pilares de la estructura, una de ellas situada precisamente en la zona de mayor carga. Aunque estos defectos por sí solos no habrían generado un riesgo, bajo condiciones normales, se considera que pudieron intensificar el nivel de peligro cuando se combinan con la sobrecarga detectada y ya explicada.
Afirman que los edificios son estructuralmente seguros, pero nada se dice de su impermeabilización
Tras confirmar el origen del hundimiento, vino el proyecto de reconstrucción de la losa del aparcamiento. Esta intervención se encuentra en fase avanzada de redacción, y se han completado las labores principales de vaciado en la zona afectada. No obstante, también se está realizando un estudio de los bordes perimetrales del área, dado que la caída pudo haber provocado tensiones adicionales que requieren una solución específica.
Una vez finalizado el análisis de esa parte del terreno, se procederá a culminar el diseño de la nueva estructura. Paralelamente, los residentes también están elaborando un informe sobre las causas del colapso, así como otro documento técnico relativo a la seguridad de las viviendas del entorno. Según se ha indicado, estos informes concluyen que los edificios son estructuralmente seguros, aunque persiste la preocupación entre los vecinos respecto al estado de los garajes aún en pie, particularmente en lo relacionado con la impermeabilización.
Trabajos de desescombro en Santander
La misma Consejería que se encuentra parasitada de corrupción y que a menudo no evita estos problemas ha manifestado su disposición a seguir colaborando estrechamente con los equipos técnicos, de todas las partes implicadas, con el objetivo de encontrar una solución definitiva lo antes posible. El desplome, aunque no ocasionó daños personales, sí afectó a infraestructuras clave para los vecinos de esta zona residencial, donde residen centenares de personas. Encima del aparcamiento afectado se encontraban instalaciones de uso infantil y deportivo que también resultaron destruidas. Y se ha comunicado que estos trabajos de desescombro en Santander concluyeron tras más de un mes y medio de ejecución, dejando preparada la zona para los trabajos de reconstrucción.
El peculiar atractivo de las torres inclinadas que esconde España
La famosa torre inclinada de Pisa se ha convertido en un icono mundial gracias a su peculiar estructura y su inverosímil equilibrio. Sin embargo, no es la única construcción que parece desafiar la verticalidad. En distintos rincones de España existen torres que, por errores de cálculo, asentamientos irregulares o simples casualidades, también se inclinan con gracia. No son tan conocidas, ni gozan de la misma promoción, pero su singularidad es igualmente cautivadora.
A continuación, un recorrido por cinco de estas sorprendentes estructuras que podrías encontrar sin salir del país. Muchas de ellas son torres de iglesias cuya altura no fue respaldada por la cimentación de entonces, falta de elementos como el hormigón, o por la falta de estabilidad del terreno. Pero como acabamos de ver, en el caso de las torres inclinadas de Nueva Montaña, en Santander, estos problemas estructurales son comunes, incluso, hoy en día.


San Juan de los Panetes, Zaragoza
Muy próxima a la célebre Plaza del Pilar, esta iglesia zaragozana alberga una torre que llama poderosamente la atención por su inclinación. El edificio ha sufrido importantes daños a lo largo del tiempo, incluyendo varios incendios que han dejado su interior prácticamente sin decoración. La torre, de estilo mudéjar con influencias renacentistas, fue levantada en el siglo XVI y estuvo a punto de ser demolida en el siglo XX. Sin embargo, su carácter emblemático consiguió salvarla. Hoy en día, lejos de ser vista como un defecto, su inclinación se ha convertido en uno de los símbolos arquitectónicos de la ciudad.
La Torre del Reloj de Ateca
En la localidad zaragozana de Ateca, junto a la iglesia de Santa María, se alza la Torre del Reloj. La actual estructura, construida en el siglo XVI, se levantó sobre los restos de una torre anterior. En su edificación participaron tanto cristianos como musulmanes, lo que queda reflejado en la fusión estilística de sus distintos cuerpos.
El tramo superior es el más característico, no solo por su diseño, sino por la inclinación que presenta. Se cree que fue consecuencia de una construcción apresurada, que generó un defecto estructural que nunca se corrigió. A día de hoy, ese error la convierte en un atractivo visual singular.
La torre de Nuestra Señora de la Asunción, Bujalance
En el corazón de la campiña cordobesa, Bujalance presume de su iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, conocida también como la “Catedral de la Campiña”. Su majestuosa torre, de más de 50 metros de altura, destaca por su notable inclinación lateral, que alcanza cerca de metro y medio.
La torre se comenzó a construir a inicios del siglo XVII y no se terminó hasta casi dos siglos después. Está realizada en ladrillo y puede verse desde varios kilómetros de distancia. Su inclinación es tan pronunciada que ha pasado a formar parte del paisaje y del imaginario local como un elemento distintivo.

Santa Eugenia de Nerellà, la joya inclinada de la Cerdanya
En el pequeño pueblo leridano de Nerellà se encuentra una de las torres más antiguas y singulares del país. El templo al que pertenece figura en documentos del siglo IX, aunque el campanario fue añadido en el siglo XI. Este campanario románico ha permanecido intacto desde su construcción, lo que hace pensar que la inclinación que muestra, de más de un metro, ya estaba presente desde el inicio. Su particular geometría le ha valido el apodo de la “torre de Pisa catalana”, con la curiosidad añadida de que fue erigida varios siglos antes que la italiana.
La Torre Nueva de Zaragoza, un recuerdo inclinado
Durante siglos, la Torre Nueva fue la edificación más alta de Zaragoza, alcanzando los 80 metros. Construida en el siglo XVI para albergar un reloj y servir de campanario, se erigió en un tiempo récord de 15 meses. Sin embargo, esa rapidez fue su condena. Pronto comenzó a inclinarse, lo que afectó al funcionamiento del reloj y a la estabilidad general del conjunto. Pese a su valor simbólico, acabó siendo demolida en el siglo XIX. Aunque ya no existe físicamente, su recuerdo persiste en la memoria colectiva de la ciudad como una de sus construcciones más carismáticas.

Estas torres inclinadas españolas, aunque menos famosas que su homóloga italiana, cuentan historias propias de errores, decisiones apresuradas o simplemente del paso del tiempo. Todas ellas representan ejemplos únicos del patrimonio arquitectónico nacional, donde incluso lo imperfecto puede volverse admirable.