Hasta hace no tanto no existía la especialización médica, había pocos médicos y sanitarios en general y se precisaban métodos muy rudimentarios para cualquier intervención. Y hoy hablamos con un dentista en Palma de Mallorca sobre estos temas. La extracción de una muela sin anestesia, por ejemplo, ya requería la intervención de algún individuo fuerte que pudiera sujetar al paciente mientras el médico se desempeñaba con las tenazas. No debía de ser un espectáculo agradable.
Imaginemos, por tanto, el caos y la impotencia de tan escasos y limitados sanitarios si a esto se une la circunstancia de que de pronto podía haber un montón de heridos gravísimos después de una batalla. A lo largo de la propia batalla. Cientos de personas con unas heridas tremendas, perdiendo sangre y en muchos casos inconscientes. Las escenas dantescas que hemos visto en películas como Lo que el viento se llevó o Bailando con lobos, entre otros clásicos de cine bélico, debían ser la tónica habitual en cualquier campaña y después de cualquier batalla.
Hablamos con un dentista de Palma de Mallorca sobre las peculiaridades de estas emergencias dentales de nuestros antepasados
Hoy queremos compartir con vosotros algunos momentos históricos en los que estas emergencias dentales han pasado a la Historia, por medio de huesos y dientes, que nos cuentan historias pasadas de traumatismos y otras patologías. Avisamos al público de que algunas de las imágenes y situaciones que se van a contar aquí no son agradables, pues estaríamos hablando de heridas de guerra que son duras de imaginar y de comprobar en las fotografías. Y lo hacemos de la mano de Raúl, dentista en Palma de Mallorca, que nos va a contar las peculiaridades de estas emergencias dentales de nuestros antepasados.
Miguelón fue víctima de uno de estos castañazos en la cabeza con las rudimentarias armas de piedra
Empezamos fuerte con uno de los cráneos prehistóricos mejor conservados, de la burgalesa excavación de Atapuerca, en cuyo museo de Burgos podemos observar lo que podría ser la primera herida de guerra de la historia. Se trata de un varón bastante mayor para esos tiempos y también, como se corresponde con ese linaje humano al que pertenecía, el Homo antecesor, un tipo de una corpulencia exagerada. No podía ser de otra manera si se tiene que competir con leones y osos cavernarios por el territorio y la comida, faltaba la picardía más elaborada de sus descendientes posteriores.
Me parece que puede ser interesante comentar todo esto desde nuestra especialidad como dentistas en Mallorca, que es el tratamiento de urgencias dentales de todo tipo. Es nuestra principal vocación y sabemos que hay una gran necesidad de atención urgente para algunas situaciones tienen todo que ver con nuestra dentadura, con la cavidad oral en general, en el momento en que hemos tenido algún accidente o percance y nos ha perjudicado en este sentido.
Nos podemos figurar, por tanto, la potencia con la que estos individuos lanzaban sus golpes y, de hecho, Miguelón fue víctima de uno de estos castañazos en la cabeza con las rudimentarias armas de piedra y manuales que se gastaban por aquel entonces. Un golpazo tremendo en la quijada del que pudo sobrevivir, de momento, pero que le causó un flemón tremendo y una infección que probablemente pasó a la sangre y le causó la muerte, siendo el primer episodio de muerte violenta entre seres humanos que realmente ha quedado registrado en la historia. Pensemos que lo que no pudieron hacer los leones cavernarios o los osos o los lobos o cualquier accidente de caza habitual, que habría muchos, lo consiguió una silenciosa infección que tuvo lugar después de una más que probable pelea con otro miembro de su misma especie.
“La verdad es que resulta sorprendente que, en una época tan prehistórica, porque estamos hablando de hace un millón de años, los compañeros de Miguelón fueron capaces de tratar su herida con tanta efectividad. Pues, aunque los remedios que usaron son arcaicos, lógicamente, si los practicaban era porque daba resultado en muchas ocasiones. Sin embargo, aunque no podemos saber todo lo que pasó, es muy probable que esta patología del flemón fuera la última que sufrió este individuo, ya que con toda probabilidad le produjo la muerte. Y no es de extrañar. Pensemos, además, que la cavidad oral está muy próxima al cerebro, por lo que cualquiera patología o accidente que suframos aquí puede tener una repercusión muy grave para el organismo en general”.
¿Estamos ante la víctima de guerra más cruelmente ejecutada de la Historia?
No salimos de España para irnos a una gente que también estaba muy cabreada, pero en este caso son humanos actuales. Se trata de un caballero español de la Edad Media, aunque bien pudo ser un mercenario de otros países cercanos, puesto que con toda probabilidad se vio envuelto en el sangriento conflicto civil de la Guerra entre los Trastámaras y Pedro el Cruel. Una guerra entre hermanastros que terminó con la vida y la salud de muchas personas de la época hasta que Enrique de Trastámara se pudo alzar con el triunfo.
Lo más curioso de este esqueleto es que muestra una violencia inusitada. ¿Estamos ante la víctima de guerra más cruelmente ejecutada de la Historia? Las abundantes heridas que presentan su esqueleto sólo muestran una parte de una historia de horror que tendría su origen en la política con mucha probabilidad. En haber apoyado al bando equivocado en el momento equivocado, aunque de pudo ser cualquier otro motivo más personal lo que llevase a este cruel desenlace. En este caso, los golpes también acabaron afectando a la cavidad oral.
La fosa común en Towton es un recordatorio sombrío de la brutalidad de la guerra
La Batalla de Towton tuvo lugar el 29 de marzo de 1461, durante la Guerra de las Dos Rosas, que fue un conflicto dinástico en Inglaterra entre las casas de York y Lancaster. Esta batalla es conocida por ser la contienda más grande y sangrienta en la historia de Inglaterra. La batalla de Towton se libró en un campo cerca del pueblo de ese nombre, en el condado de Yorkshire, y resultó en una victoria decisiva para la Casa de York. El enfrentamiento dejó un gran número de muertos y heridos en el campo de batalla. Se estima que murieron entre 8,000 y la exagerada cifra de 30,000 hombres en ese día, lo que en cualquier caso lo convierte en uno de los enfrentamientos más mortales en la historia de Inglaterra.
Siglos después de la batalla, se llevaron a cabo las excavaciones casuales que dieron con fosas comunes para enterrar a varios de los miles de soldados caídos. Hoy en día, las fosas de Towton se consideran algunos de los lugares históricos más significativos relacionados con la Guerra de las Dos Rosas. Aunque la ubicación exacta de todos los caídos en la Batalla de Towton no se conoce con precisión, se cree que están todos más o menos cerca del campo de batalla original.
La Batalla de Towton fue un evento crucial en el conflicto entre las casas de York y Lancaster y allanó el camino para que Eduardo IV de la Casa de York se convirtiera en rey de Inglaterra. La fosa común en Towton es un recordatorio sombrío de la brutalidad de la guerra en ese período de la historia inglesa, pues muchos de los muertos sufrieron mutilaciones y golpes con ensañamiento.
El descubrimiento de fosas con caídos en la batalla de Towton
Es muy probable que a muchos os suene todo esto de la verdadera inspiración para Juego de Tronos, puesto que así es: esta obra literaria y de cine se basa en las Guerras de las Dos Rosas.
El descubrimiento de fosas con caídos en la batalla de Towton, en el norte de Inglaterra, ha impactado a mucha gente familiarizada con este tema por la brutalidad de las heridas infligidas a esos muertos. En muchos casos, además, resulta patente que los enemigos fueron asesinados a sangre fría cuando ya la batalla había terminado. Esto lo sabemos por las marcas de ataduras y la posición de las manos a la espalda, en un modo completamente antinatural. Varios son los cráneos que han llamado especialmente la atención de los forenses e historiadores que están estudiando el caso. En concreto, el cráneo del esqueleto número 25 muestra unos golpes brutales en la cara y un tajo que seguramente se hizo con un hacha o una espada que rompió, literalmente, esa cara en dos.
El cadáver 16 de la batalla de Towton presenta una herida anterior que le cruzó el rostro
Lo más curioso de todo es que el cadáver 16 de la batalla de Towton presenta una herida anterior que le cruzó el rostro y que tuvo tiempo de cicatrizar para cuando fue asesinado, con toda probabilidad, tras el combate propiamente dicho, y que fue el último para él. Como se dice en un reportaje de la BBC sobre el tema: algunas veces fue ganador y ahora es para siempre víctima. Lo que está claro es que sabía perfectamente a lo que venía cuando se presentó en lo que luego sería su última batalla. Un infierno de golpes y flechazos en el que había una alta probabilidad de salir mal herido o directamente con los pies por delante.
Los nobles más altos y los reyes tampoco se libraban de este destino cruel. Estamos hablando del Ricardo III que hizo tan famoso Shakespeare, quién escribió mucho sobre este periodo final de la Edad Media en Inglaterra. Un rey de la misma dinastía que había ganado en la batalla anterior que hemos contado, pero que al final fue derrocado y muerto en la batalla decisiva y final de esta Guerra de las Dos Rosas. Su cadáver fue también encontrado por trabajadores de la construcción de hoy en día y fue fácilmente reconocido por su escoliosis, tal y como Shakespeare y el cine basado en estas obras lo describieron: un señor completamente jorobado al que acabaron de jorobar a mazazos y tajos, una vez que fue rodeado en una ciénaga durante ese último combate.
En la batalla de Towton hubo nobles de mucha categoría que resultaron asesinados
También en la batalla de Towton hubo nobles de mucha categoría que resultaron asesinados junto a otros cuarenta y dos caballeros por lo menos, ajusticiados a sangre fría después de la batalla y probablemente con todo el acompañamiento final de golpes, de todo tipo, en especial contra cabeza y torso. Las partes más castigadas de estos cuerpos medievales tan reventados.
Un traumatismo tremendo que, si no terminaba en una infección, que podía ser mortal, en esa época no tendría ya remedio posible, pues no estábamos precisamente ante la más avanzada ortodoncia hasta la fecha. Visto lo visto, si las infecciones y flemones varios no terminaban con la vida del paciente, después de estas cuchilladas y golpes, estos veteranos pasarían a ser parte del nutrido grupo de zombies con la cara hecha polvo que debían deambular por todos los caminos y ciudades de la Edad Media. Un aspecto intimidatorio que les ayudaría a mantener alejados a otros guerreros como ellos y a gente que pretendiera robarles o estafarles, pero que muy difícilmente les ayudaría a ligar salvo con las chicas con preferencia por los verdaderos malotes.
“Hoy en día, como nos cuenta este dentista en Palma de Mallorca, la ciencia ha evolucionado para dar solución a este tipo de situaciones tan complicadas para tantos pacientes. los implantes de dientes, las coronas y hasta las carillas dentales nos permiten paliar totalmente cualquier pérdida de dientes o daño que se pueda producir en nuestra dentadura. Sin embargo, un traumatismo de este tipo en esas épocas, si no se llevaba por delante de la vida del paciente en un primer momento, lo podía dejar a expensas de una grave infección bucal que acabase de seguido con su vida. Son cosas que siguen pasando hoy en día en países donde la atención sanitaria es muy deficitaria y que podemos comparar muy bien con estas épocas pasadas de nuestra historia europea”.
La cabeza es lógicamente una de las partes más importantes a proteger de nuestro organismo y por eso invertían tanto dinero en armaduras y cascos que protegieran estos centros vitales, pero ni siquiera el rey de Francia estaba exento de que una astilla de una lanza penetrara por la mirilla del yelmo y le matase en el acto, como sucedió en una justa de entrenamiento después de que Nostradamus le hubiera pronosticado esa muerte.
En el otro lado de la moneda está este cráneo medieval de Santander, tan perfectamente conservado, que ha resultado una auténtica sorpresa para los arqueólogos que lo han investigado todo. Y hablamos con un dentista en Sevilla, Juan Mantecón, que nos comenta lo curioso que le resulta este hallazgo en su tierra de nacimiento.
“Mi origen es santanderino y me llamó mucho la atención esta noticia. Yliana, que así se llama esta muchacha de la época medieval, vivió muy cerca de donde mis padres tienen la consulta dental en Santander. Y su cráneo ha mostrado una información arqueológica importante y una sorpresa por su excelente conservación: la dentadura está completa y esto es rarísimo en unos restos de una época tan antigua. Por fortuna, tampoco pasó por esas experiencias traumáticas de las batallas que me mostrabas, con esos rostros desfigurados. Y esto también nos dice mucho de la salud que tenía esta gente cuando estaban ilesos y bien alimentados, pues en este caso parece una chica bien y con una dieta muy natural de pescado fresco y carne de ballena además de marisco y otras cosas. Y lo más importante: ¡aún no había llegado el azúcar a estos puertos!”
Curación casi milagrosa de heridas medievales de guerra
“Ya no es sólo el golpe primero que te puedan dar o el corte, sino que cualquier complicación en la cavidad oral es un riesgo potencial de muerte si no se trata a tiempo. El ejemplo de Atapuerca para mí es el más significativo de todos los que habéis expuesto aquí y porque además es muy probable que ese pobre antepasado nuestro muriese de ese flemón. Sin embargo, en los demás casos de batallas y violencia medieval estaríamos hablando de otras muchas heridas muy graves y muchas mortales de necesidad, aunque el caso del esqueleto número 16 de la batalla de Towton es bastante significativo por la exitosa recuperación de un individuo al que le habían cortado la cara en dos con una espada u otra arma de tajo. La verdad es que debía ser muy complicado para los cirujanos y médicos en general de esa época el poder tratar estas heridas tan graves sin los medios y conocimientos que hoy tenemos y, sobre todo, sin conocer el significado de lo que hoy llamamos desinfección. Por lo tanto, más que nadie me quito el sombrero ante gente que pudiera o siquiera intentara curar un grave como el que sufrió Miguelón de Atapuerca hace un millón de años. Y eso que tenían una inteligencia muy limitada por ser homínidos todavía poco desarrollados, pero es que un león le da la misma importancia a la salud bucodental cuando un hipopótamo le parte la mandíbula y no puede ni beber agua y acaba muriendo. Nuestros antepasados menos evolucionados, sin embargo, ya intentaban hacer curas de emergencia y dedicaban a sus heridos un tiempo y recursos que eran preciosos, aunque en gran parte de las ocasiones fracasarían”.
Los luchadores saben que la mandíbula es un punto débil muy importante
Sólo las personas más ricas podían disponer de un casco de metal y únicamente los millonarios de la época podían disponer, además, de alguna protección para su mandíbula inferior, que como todos los boxeadores saben es un punto débil muy importante. Por lo tanto, si tenemos en cuenta que todos los golpes tenían preferencia por ir hacia la cara, la cabeza en general, y que muchas heridas se realizaban desde arriba, ya sea desde una muralla o desde un caballo, el que tuviera un casco apropiado tenía muchas posibilidades de salir vivo ese día y los siguientes.
Muchos heridos en las batallas sobreviven al primer asalto, pero siempre se dio la circunstancia de que había que sobrevivir luego a las secuelas que podían dejar tantos cortes y heridas profundas. Contusiones que podían machacar huesos y que, en el caso de la cavidad oral, podían tener el mismo resultado de infecciones posteriores que un flechazo que llegase a lo que se llamaban las tripas y pudiera producir una peritonitis, por ejemplo, conocida en su momento como cólico miserere. Una sepsis grave que, de extenderse por todo el cuerpo, como sucede si no hay un tratamiento rápido, produce la muerte del individuo casi sin remedio.
Un ejército profesional atacó a un ejército de ciudadanos desentrenados en la Isla de Gotland y se produjo una masacre tremenda
Ahora hablaremos de una batalla que se libró en el Norte de Europa. Un ejército profesional atacó una ciudad en la Isla de Gotland y se produjo una masacre tremenda. De hecho, uno de los individuos encontrados se llevó un hachazo en la cabeza que le cortó la mandíbula en dos.
Esta isla habitada por una variedad de gentes del norte y este de Europa pagaba atributos al rey sueco, pero recibieron la visita de un importante contingente de soldados profesionales del rey danés, que pretendió someterlos a la fuerza. La población local intentó defenderse de la agresión y debían ser más numerosos, pero no le sirvió de nada frente al determinado profesionalismo de esta tropa de élite, que produjo una auténtica matanza entre aquellos hombres valientes de la zona, pero con menos experiencia militar. Por si fuera poca la diferencia de entrenamiento y organización de unos y otros, los daneses debían mostrar un armamento y defensas para su cuerpo muy superiores a las de sus enemigos, lo que también se tradujo en heridas más patentes y desesperanzadas.
Los brackets se pueden romper, los dientes se pueden aflojar por cualquier motivo o pueden aparecer infecciones y flemones
Aunque todo esto sea bastante épico, al final, creo que esta clase es de artículos pueden hacer reflexionar a la gente sobre la verdadera cara de la guerra, tanto en esas épocas pasadas como ahora. Esas heridas brutales representan lo peor que un ser humano le puede hacer a otro. Lo que debemos evitar a toda costa, la guerra, y que se siga produciendo en cualquier lugar del mundo. Como nos dice Raúl:
“A nosotros, los sanitarios en general, nos resulta muy difícil de entender toda esta brutalidad, pues nuestro oficio es salvar vidas y mejorar la calidad de vida de las personas desde el punto de vista de la salud. No todos los métodos son buenos para conseguir un objetivo y la violencia nunca es justificable salvo cuando uno se está defendiendo, que seguro que era el caso de muchos de estos casos que hemos visto aquí. En cualquier caso, aunque en la vida cotidiana no nos veamos involucrados en una actividad tan peligrosa como esta gente, sí hay muchos pacientes de mi clínica que son deportistas e incluso en las artes marciales y deportes de contacto. Y estas personas están más expuestas de lo normal, sobre todo, cuando no usan bucal para entrenar. También los oficios manuales muestran un alto índice de urgencias de todo tipo y también en salud bucodental, que estamos exentos de cualquier tipo de antología de este tipo imprevista y que necesita atención urgente. Los brackets se pueden romper, los dientes se pueden aflojar por cualquier motivo o pueden aparecer infecciones y flemones o hasta partirnos un diente en cualquier golpe tonto”.