Antes de nada, queremos explicaros un poco de dónde viene esto de la Fiesta Goda en Pampliega. Para los que os guste la buena música en directo, os felicitamos, porque con DJ Cheda eso está asegurado: es sin duda el mejor DJ para fiestas de pueblos en Burgos y toda CyL. Y para los que os mole un poco el rollito épico y la Historia, enhorabuena, porque estamos en un territorio de conspiraciones y asesinatos de reyes.
Fiesta Goda en Pampliega el 13 de abril
En esta localidad murió un rey godo anciano que no quiso reinar, Wamba, pero que fue elegido por otros nobles con insistencia. ¿Tal vez buscaban un líder veterano y con carácter benigno para mandarlos a todos por encima de sus problemas internos? Sin embargo, esta elección tan mayoritaria no impidió que hubiera varias rebeliones de nobles contra él, durante su reinado, la última de las cuales terminó con su cabeza rapada al cero como paso previo a su internamiento en un monasterio. De esta manera, se evitaba que el rey depuesto pudiera volver a intentar reinar nunca, pues esta rapada constituía una humillación pública irreversible. De hecho, el mismo Wamba coronó con una espina de pescado a un rebelde al que derrotó y luego mató, después de pasearlo por Toledo encima de un burro con ese pescado en la coronilla. La alternativa a decalvar al enemigo era cegarlo o matarlo.
Los orígenes de Pampliega, en la provincia de Burgos, se remontan a antes del Imperio Romano, destacando como uno de los cruces de caminos importantes de la época. Más tarde, la localidad mantuvo el nombre de Pamplica. En el año 642, el noble godo Chindasvinto se proclamó rey por los visigodos en esta zona. Además, la localidad tuvo relación con el rey visigodo Recaredo. Finalmente, Pampliega fue el lugar de retiro y muerte de otro rey godo, Wamba, quien falleció en el monasterio de San Vicente (actualmente desaparecido). Su cuerpo estuvo sepultado allí hasta que Alfonso X de Castilla ordenó su traslado a Toledo, a la iglesia de Santa Leocadia.
La historia del Rey Wamba se remonta al siglo VII, durante el periodo visigodo en la península ibérica. Wamba, también conocido como Flavius Wamba, fue un monarca visigodo que reinó desde el año 672 hasta el 680. Wamba ascendió al trono después de una serie de conflictos y luchas de poder dentro de la monarquía visigoda. Su reinado estuvo marcado por varios eventos significativos y políticas que influyeron mucho en la historia final de los godos de España. Hay un pueblo que hasta tiene su nombre. Wamba (Valladolid) es la única localidad de España cuyo nombre comienza con una uve doble; este nombre se debe al rey godo Wamba, quien fue elegido rey en esa localidad en el año 672. En aquel entonces, la localidad se llamaba Gérticos y el anterior rey, Recesvinto, tenía allí una villa de descanso. Tras la muerte de Recesvinto en esa villa, según su peculiar modo de democracia entre ricos, los nobles godos eligieron a Wamba como su sucesor en el mismo día. Pese a inicialmente rechazar el nombramiento, debido a su avanzada edad, Wamba, por iniciativa propia y para evitar que su elección fuera considerada una usurpación, exigió ser coronado en Toledo, donde se convirtió en el primer rey español en ser ungido el 20 de septiembre por el obispo Quirico. Y así fue, en la iglesia pretoriense de San Pedro y San Pablo.
Uno de los eventos más destacados de su reinado fue la Rebelión de Ilderico. En ese momento, Wamba se encontraba en Cantabria, que por entonces era una frontera con un pueblo bárbaro y pronto a las revueltas: los cántabros. Al parecer, el ejército godo estaba a punto de atacar a los vascos desde esta zona, ya que no se terminaban de someter al poder de los godos, pero la rebelión de un noble podía ser mucho más peligrosa que nada de esto. Para sofocarla, Wamba envió a otro noble, Paulo, pero lo que hizo este señor fuer apoderarse él de la revuelta contra el rey, desafiando su autoridad y reclamando el trono para sí mismo. Sin embargo, la rebelión fue sofocada por las fuerzas leales a Wamba en una campaña relámpago brutal, de la que tenemos muchos detalles y que llegó hasta las posesiones godas en la Galia. En sus refugios en el Sur de Galia, después de haber cruzado los Pirineos con sus tropas, Wamba tomó la ciudad donde el rebelde resistía en las últimas. Allí hubo unos combates durísimos entre godos, con muchos galos apoyando a la facción rebelde, pero al fin Paulo fue capturado y ejecutado. Se llegó a luchar hasta dentro de iglesias y en el anfiteatro de Arlés, teatro de esa última gran batalla entre Wamba y el rebelde Paulo. Para evitar más problemas de seguridad exterior en el futuro, tanto con francos como con posibles invasiones musulmanas o incluso rebeliones de cántabros o vascones, entre otras amenazas, Wamba promulgó una ley militar que obligaba a los súbditos del reino a apoyar al rey legítimo ante cualquier guerra que se presentase.
Wamba fue el último rey que otorgó esplendor a los visigodos. Sin embargo, con su muerte comenzó la decadencia de este reino. Su reinado estuvo marcado por numerosos desafíos, ya que tuvo que enfrentarse a las luchas internas de la nobleza contra la monarquía, conflictos entre los nobles, tensiones entre católicos y arrianos, así como la resistencia de la población hispanorromana contra los visigodos. Además, tuvo que sofocar rebeliones sucesivas de los astures y vascones. En el año 672, también se vio confrontado con una nueva amenaza: la invasión de norteafricanos o árabes, que intentaron penetrar en la Península por Algeciras, un intento que fue rechazado por visigodos e hispanorromanos juntos, apenas 40 años antes de que Tarik tuviera éxito y derrotase al rey Rodrigo.
Además de enfrentarse a rebeliones internas, Wamba también tuvo que lidiar con amenazas externas, como las incursiones de los francos y los vascones en el norte de la península ibérica. A pesar de estos desafíos, Wamba logró mantener la estabilidad en el reino visigodo durante su reinado. Sin embargo, el reinado de Wamba llegó a un abrupto final en el año 680. Según algunas fuentes históricas, Wamba fue depuesto en un golpe de estado liderado por el noble Ervigio, quien luego ascendió al trono como rey. Se dice que Wamba fue tonsurado y se retiró a un monasterio, donde pasó el resto de sus días en paz y tranquilidad, pero con esa humillación de haber sido rapado al cero por la fuerza.
A pesar de la naturaleza turbulenta de su reinado y de su posterior retiro, Wamba es recordado en la historia española como un rey que enfrentó desafíos con determinación y mantuvo la estabilidad en el reino visigodo durante un período tumultuoso de la historia de España. Su legado perdura en la memoria colectiva a través de monumentos, calles y otras manifestaciones culturales en varias regiones de España.
El rey Chindasvinto se coronó en este pueblo de Pampliega
Pedro Miguel es el concejal de festejos y teniente de alcalde y nos ha explicado un poco de qué va esto de la Fiesta Goda de Pampliega. Un homenaje a uno de los vecinos más ilustres que jamás ha tenido esta localidad burgalesa y uno de los grandes reyes del periodo visigodo.
Para nosotros es importante como pueblo, ya que todo aquí está referenciado a un gran rey que murió entre nosotros hace muchas generaciones, de lo que sigue presente en Pampliega como si fuera un vecino más. Pero con toda esa importancia que tiene un jefe de Estado y, además, uno tan notorio como fue Wamba. Y no sólo eso. También el rey Chindasvinto se coronó en este pueblo de Pampliega, aunque en su caso no tan pacíficamente como luego haría Wamba. Su advenimiento como rey fue brutal y enseguida ordenó matar a una gran cantidad de nobles que le hacían la competencia. En gran medida fue una especie de Stalin godo por las purgas que hizo, así que nosotros preferimos conmemorar la muerte de Wamba porque fue un rey más justiciero y bondadoso y porque además vivió entre nosotros una temporada.
En realidad, Wamba nunca quiso enterrarse en Toledo. Está allí por la voluntad de reyes posteriores que quisieron traerlo a la capital de España de entonces, pero la realidad es que Wamba no debió de quedarse con una buena impresión de su propia capital. La misma capital toledana en la que él quiso coronarse de forma solemne y tradicional, pero que al mismo tiempo fue también el escenario de una intriga palaciega en la cual el rey fue narcotizado y engañado para ser ingresado a toda prisa en un convento. Porque era la forma más rápida y eficaz de dar un golpe de Estado sin demasiados riesgos, ya que Wamba gozaría de bastante buen cartel entre su propio pueblo y no debía ser demasiado prudente coger y cargárselo como hicieron con tantos reyes anteriores para deponerlos del trono. Alguno terminó cegado también.
Wamba formaba parte de una élite goda gobernante de hombres influyentes
Según la Real Academia de la Historia, Wamba formaba parte de una élite goda gobernante de hombres influyentes:
“Ya en el año 655 ocupaba un destacadísimo puesto en el llamado “oficio palatino”, del que formaban parte los máximos representantes del grupo nobiliario hegemónico”.
No está muy claro lo que sucedió con este gran rey godo antes de ser ingresado en un monasterio, pero la versión más creíble es que fue narcotizado para dormirlo y aprovechar ese sueño para cortarle los cabellos, símbolo de la virilidad para los visigodos, de tal manera que cuando volviera del sueño no pudiera seguir reinando porque sería hacer el ridículo. Una vez completada la acción de raparle al cero sólo le quedaría como alternativa el aceptar ser ingresado en un monasterio cuanto antes y ceder la corona al que habría de sucederle. En todo caso, la maniobra para deponerlo del trono fue muy sucia y Wamba debió quedar bastante descontento con el resultado de esa conspiración toledana. Sobre todo, si tenemos en cuenta que él nunca quiso ser rey, sino que los propios nobles que luego le depusieron le colocaron ahí. Y por las crónicas sabemos que no lo hizo tan mal, pero a veces ése es el problema.
El rey Chindasvinto se coronó en este pueblo de Pampliega
En lo que respecta a Chindasvinto, como comentábamos antes, fue un rey anterior a Wamba. Otro noble ya mayor que intentó darle estabilidad a su propia dinastía mediante la estrategia del terror y la confiscación entre la nobleza goda a la que él pertenecía. De esta manera, ordenó ejecuciones masivas de nobles godos y se quedó con sus tierras y bienes y hasta con sus hijas y mujeres para repartirlas luego entre sus partidarios en matrimonios pactados. Su objetivo final debió ser la instauración de una multimillonaria dinastía familiar que copase todas las hegemonías del Estado sin que pudiera haber nadie que le hiciera sombra. Un reinado de terror y tiranía que debió tener la última de que no hubiera más revueltas internas entre facciones de godos diferentes, sino que todos obedecieran a un mismo rey y a sus descendientes: a Chindasvinto y sus descendientes, por supuesto.
Un plan que no fructificó jamás, sino que ya en vida de su hijo se vio que no iba a funcionar, pues a su muerte fue elegido otro noble que era Wamba. Los nobles godos estaban acostumbrados a elegir a sus reyes y no iban a terminar con esa vieja costumbre germánica porque se le pusiera en las narices a Chindasvinto.
Cronología de los reyes godos en Pampliega
Finales del siglo VI. Recaredo funda el Monasterio de San Vicente de Pampliega, donde más tarde sería ingresado por la fuerza Wamba, quien moriría allí.
Año 653. Golpe de Estado de Chindasvinto en Pampliega, con una primera medida de ejecutar a cientos de nobles godos para asegurarse en el poder.
Año 672. Su sucesor, Recesvinto, muere en Gérticos, donde es aclamado Wamba, por lo que este pueblo de Valladolid pasa a llamarse Wamba.
Año 680. Wamba es depuesto en Toledo sin sangre y obligado a tomar los hábitos en el monasterio de Pampliega donde muere en 688.
Siglo XIII. Un rey castellanoleonés (Alfonso X el Sabio) se llevó los restos de Wamba a Toledo, así como los de Recesvinto. A la iglesia de Santa Leocadia.
Año 1845. Este año, los restos de ambos monarcas, introducidos en una arqueta de madera adornada de terciopelo carmesí, fueron llevados a la Catedral de Toledo por orden de Isabel II, donde fueron colocados en el salón principal de la sacristía de la catedral. Un lugar en el que permanecen hasta ahora.
Año 2014. El ayuntamiento de Pampliega solicita la devolución de los restos del rey Wamba al cabildo catedralicio de la Catedral toledana, templo donde se encuentran en el momento presente.
Esperemos que os haya gustado esta pequeña historia de nuestro pasado y os esperamos a todos en la que puede ser la mejor fiesta de pueblo de Burgos en 2024. En gran medida, amigo/a, depende de ti.
Esta inestabilidad del trono suponía un constante y fuente de violencia entre los propios españoles
El problema fundamental del Estado godo era que la monarquía no pasaba de padres a hijos, sino que era una institución democrática dentro de lo que se podrían llamar unas votaciones entre ricos. Y hemos de suponer que el dinero y la capacidad militar de cada clan de ricos tendría mucho peso en la decisión final, por lo que tampoco era todo tan democrático sino más bien una cosa medio impuesta. Y si no se ponían de acuerdo, o uno de los clanes quería replantear la sucesión, pues surgían golpes de estado y asesinatos de Reyes que fueron constantes durante todo el periodo. La verdad es que era una cosa lamentable que al propio San Isidoro le desesperaba, católico y patriota como era, porque esta inestabilidad del trono suponía un constante y fuente de violencia entre los propios españoles. Algo que tampoco se evita cuando es una monarquía hereditaria y hay varios hermanos que pueden heredar. No es por ello de extrañar que de vez en cuando eligieran a gente que no era de ningún clan concreto poner un poco de paz y armonía entre ellos. Los casos más paradigmáticos pueden ser el de Leovigildo, que fue el mejor rey con diferencia de todos los reyes godos, así como el caso del propio Wamba, a quien tuvieron que insistir entre todos para que asumiera la gran responsabilidad.
El problema de estas guerras fratricidas entre los godos era que, a menudo, el clan con al menos poder podía llamar en su ayuda a potencias extranjeras o incluso, quién sabe, a los propios vascos y otros pueblos levantiscos de la península que se resistían al poder central de Toledo. Y todo esto generaba situaciones tan dramáticas y surrealistas como la ocupación de una gran parte de España por parte del Imperio Bizantino durante varias generaciones. Una especie de Gibraltar a lo bestia que se originó también por una guerra interna entre españoles y que costó muchísimos reyes sucesivos y batallas el poder arreglar. También las posesiones visigodas en la Galia, lo que se llamaba la provincia Narbonense, estuvieron en peligro debido a la acción de estos traidores que iban a buscar refuerzos en países extranjeros. A estos desleales se les llamaba tránsfugas y muchas veces la propia tiranía de reyes están brutales como Chindasvinto provocaban este tipo de situaciones peligrosas.
La invasión de los moros ocurrió cuando una facción del ejército real godo se pasara al enemigo
La última de estas acciones de tránsfugas, por lo poco que sabemos, tuvo su resultado final en la invasión de los moros en el 711 después de que una facción del ejército real godo se pasara al enemigo durante la batalla de Guadalete. Esto parece bastante verosímil y los responsables de la situación serían los del bando de Vitiza, que eran contrarios a los del rey de entonces: don Rodrigo. Pero también habría que ver lo que hicieron los de Rodrigo a vitiza para destronarlo. La verdad es que esto era un cuento de nunca acabar y no es de extrañar que los propios nobles involucrados se cansaran de tanta inestabilidad y guerra civil que ponían en riesgo sus propias vidas y las de sus familias. Esto se nota, especialmente, en el caso de la elección de alguien tan veterano y alejado de las ambiciones del poder como era el caso de Wamba. Sin duda alguna, la decisión mayoritaria de insistirle para que tomara la corona se basaría en criterios de Estado y armonía nacional entre los distintos clanes godos que gobernaban España. Por una vez, esta gente decidió dar un salto hacia adelante para poder vivir juntos en lugar de morir todos separados, rodeados como estaban de enemigos muy atroces.
En estos momentos del periodo godo, el siglo VII, Cantabria se encontraba ya más o menos sometida, junto a la vecina región de Asturias, con la que siempre compartió sus rebeldías y depredaciones sobre la meseta. Las distintas campañas de Leovigildo habían conseguido someter la cornisa cantábrica y también el foco de rebeliones de Sierra Morena, así como había hecho desaparecer el reino suevo de Galicia y se lo había anexionado. Para sus herederos había quedado la tarea incompleta de acabar de expulsar a los bizantinos, cosa que se logró poco antes de que Chindasvinto llegara al poder. Por aquel entonces, por tanto, el mayor peligro venía de los grandes enemigos de los godos de toda la vida. Los francos de la Galia. Una gran potencia que presionaba constantemente a sus parientes del Sur para arrebatarles sus posesiones en el sur de la Galia, cosa que no lograron jamás. Pero había otro peligro que estaba latente a las puertas del reino por el Sur y eran los adelantados del Califato de Damasco, que ya estaban tanteando por mar la forma de entrar en España desde África.
El mayor peligro de todos provenía de la propia desunión de los godos
Sin embargo, el mayor peligro de todos provenía de la propia desunión de los godos, que era una fuente de inestabilidad y de ataques extranjeros que propiciaban ellos mismos al llamar en su ayuda a cualquier potencia que pudiera apoyar a una de las facciones en lucha con tropas. Ya la Guerra Civil de Atanagildo y Agila la había traído a los bizantinos a nuestro país y era una cosa difícil de olvidar, pues a punto estuvieron de quedarse para siempre e incluso con el reino entero.
También el gran Leovigildo, sin duda uno de los grandes estadistas de la época, fue sin duda elegido junto a su hermano por esa necesidad nobiliaria de dejar de una vez la lucha y tener un poco de paz y estabilidad. Estos dos hermanos fueron monarcas y duraron bastante tiempo en el trono, con el propio hijo de Leovigildo muriendo también en la cama, cosa rara. Y provenían de la frontera más atacada y peligrosa de todo el reino: la provincia en la Galia de la Narbonense, último reducto en ese país de lo que había sido la Galia de los godos, con capital en Toulouse. Y a buen seguro que las grandes murallas de esas ciudades fronterizas con Francia ayudaron a mantener esa zona protegida y en manos españolas por mucho tiempo, pero la inestabilidad interna del reino era algo que carcomía a los godos y les obligaba a pasar por situaciones de grandes dificultades.