Algunos de estos sitios reales te producirán ganas de comer más, porque tienen buena pinta o la comida parece rica, pero mira lo que ha pasado entre esas cuatro paredes antes de ocupar la mesa. ¡Avisados estáis!
Si quieres comer en condiciones ven al
Restaurante latino en Santander
Dirección: C. Vargas, 33, 39010 Santander, Cantabria.
Teléfono: 642 90 63 38
Bares y restaurantes en los que son unos cerdos o han intoxicado a gente
Las intoxicaciones alimentarias pueden ocurrir en cualquier lugar donde se preparen, manipulen o sirvan alimentos, incluyendo bares y restaurantes. A menudo, estas intoxicaciones son el resultado de alimentos contaminados o mal preparados.
“El mejor bar de mierda está en Burgos”: las reseñas de Google masivas del youtuber “Sin Dientes”
Para empezar, una historia interesante sobre un bar bastante peculiar en Burgos. Resulta que este bar de mierda en Burgos se hizo famoso no por su calidad, sino por todo lo contrario. Según sus palabras un lugar donde la limpieza, el servicio y la cortesía brillaban por su ausencia. Lo curioso es que, en este caso, en lugar de dejar malas reseñas en Google, la gente decidió hacer todo lo contrario: dejar reseñas buenísimas, pero con un toque de sarcasmo que se sigue en el video de Miquel Serrano (el Sin Dientes) sobre el bar de mierda en Burgos. Intercalaban estas reseñas falsas, pero excelentes, por hacer la gracia, con otras reales de clientes descontentos con una estrella. El resultado fue sorprendente: el bar llegó a tener unas 700 reseñas con una media de más de 4 puntos y eso que las reseñas reales, en realidad, distan mucho de esa calidad.
Sin embargo, recientemente, Google eliminó todas esas reseñas y el bar tuvo una puntuación mucho más baja. ¡Una verdadera tragedia! Pero el público no dejó que esto siguiera así y tal vez el propio dueño echaba de menos a los turistas que ya no se pasaban tanto por allí, así que enseguida volvieron esas reseñas para devolverle al “bar de mierda de Burgos” su antiguo esplendor y permitir que otros disfruten de esta experiencia única. Si te animas a compartir esta historia, estaremos ayudando a que el bar de mierda recupere su lugar entre los mejores bares de Burgos. Te dejamos aquí algunas de estas reseñas originales.
Un propietario de un local de kebabs cerrado por las autoridades sanitarias afirmó que las cucarachas y la suciedad «no eran para tanto»
Un propietario de un local de kebabs cerrado por las autoridades sanitarias afirmó que las cucarachas y la suciedad «no eran para tanto». La Policía Municipal de Madrid clausuró el establecimiento el año pasado, en el barrio de Peñagrande, debido a su grave estado de suciedad, grasa y la presencia de cucarachas, según informaron fuentes policiales. Durante una inspección rutinaria realizada por agentes de la Unidad de Distrito de Fuencarral-El Pardo, se descubrió una acumulación significativa de grasa sin limpiar en la cocina y suciedad generalizada en todas las áreas del local, junto con cucarachas y mosquitos muertos cerca de los alimentos.
A pesar de estas condiciones insalubres, que llevaron al cierre del establecimiento, éste reabrió al día siguiente después de subsanar las deficiencias señaladas por las autoridades. El propietario minimizó la gravedad de la situación en una entrevista con Más Vale Tarde, afirmando que las imágenes captadas por la Policía no reflejaban la realidad y que «la suciedad y las cucarachas no eran para tanto«. Argumentó que la grasa presente en el local no afectaba a los alimentos porque estaban tapados adecuadamente.
La Policía Municipal informó a la Junta de Distrito y se levantó un acta de cierre del local hasta que se corrijan las deficiencias señaladas. El responsable del establecimiento podría enfrentar sanciones por esta situación antihigiénica. A pesar de esto, el propietario aseguró que la situación no afectó mucho a su negocio, ya que estaban realizando reformas y limpiezas en el momento del cierre. Sin embargo, estas afirmaciones fueron recibidas con incredulidad por parte de la opinión pública y de expertos en higiene y sanidad.
Mugre y alimentos en mal estado en un restaurante chino en Usera
Es preocupante que un restaurante presente tales condiciones insalubres, como las salidas de emergencia tapiadas, la presencia de mugre y tuberías con grasa cerca de los alimentos, así como productos en mal estado como huevos podridos o marisco en mal estado. La falta de higiene y el manejo inapropiado de los alimentos representan un grave riesgo para la salud pública. La actuación de la Policía Municipal, en este caso, ha sido crucial para garantizar la seguridad y protección de los consumidores. Es fundamental que se tomen medidas inmediatas para abordar estas irregularidades y evitar que situaciones similares vuelvan a ocurrir en el futuro.
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Restaurante latino en Santander
Dirección: C. Vargas, 33, 39010 Santander, Cantabria.
Teléfono: 642 90 63 38
Los microorganismos como bacterias, virus y parásitos son las causas más comunes de intoxicaciones alimentarias. Es importante que los establecimientos de alimentos y bebidas sigan estrictas medidas de higiene y seguridad alimentaria para prevenir la contaminación y proteger la salud de los clientes. Esto incluye prácticas adecuadas de almacenamiento, manipulación y cocción de alimentos, así como la limpieza y desinfección de las instalaciones y equipos de cocina. Cuando se produce una intoxicación alimentaria en un bar o restaurante, es fundamental que se tomen medidas inmediatas para identificar la fuente del problema, evitar que se propague y proporcionar atención médica a las personas afectadas. Además, las autoridades de salud pública suelen llevar a cabo investigaciones para determinar la causa subyacente y prevenir futuros casos de intoxicación alimentaria.
El posible delito va asociado a las sanciones y multas asociadas, que son consecuencias graves pero necesarias para garantizar el cumplimiento de las normativas de salud pública y la protección de los consumidores, pero a menudo llegan cuando ya muchas personas han consumido comida en malas condiciones. El cierre del establecimiento y la imposición de una multa significativa son medidas justas dada la gravedad de las condiciones encontradas en este bar chino en Usera, en Madrid, que no será ni mucho menos un caso único o aislado.
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Yuca frita en Santander
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Bares y restaurantes en los que han matado a gente
En algunos locales de hostelería no se conforman con que salgas intoxicado por la falta de higiene o de sentido común de sus trabajadores, sino que directamente se puede salir con los pies por delante sin haber probado un bocado. Vamos a ver algunos ejemplos.
Los asesinatos reales en los bares de Goodfellas
El relato de los crímenes reales perpetrados por Thomas DeSimone (interpretado por Joe Pesci en Goodfellas), también conocido como «Tommy», es un ejemplo sombrío del oscuro mundo de la mafia en Estados Unidos durante la década de 1970. Su participación en una serie de asesinatos brutales lo convirtió en una figura temida y respetada dentro de la organización criminal en la que operaba.
En la foto, el compañero y amigo de DeSimone: Robert De Niro interpretando a Jimmy the Gent.
El primero de sus crímenes documentados ocurrió en 1970, cuando DeSimone participó en el asesinato de William «Billy Batts» Devino, un miembro de la familia Gambino. Devino, recién salido de prisión, representaba una amenaza para los negocios de DeSimone y sus asociados. En un violento encuentro en un bar, DeSimone y sus cómplices atacaron a Devino con brutalidad, tal y como se cuenta en Goodfellas, terminando con su vida a puros golpes. El segundo asesinato, ocurrido en 1974, tuvo como víctima a Ronald «Foxy» Jerothe, protegido de John Gotti. La muerte de Jerothe fue consecuencia de amenazas previas hacia DeSimone, lo que desencadenó una violenta respuesta por parte de este último.
Después de cumplir una sentencia de ocho años en prisión, en 1970, según las memorias de la mafia «Wiseguy», Henry Hill describe la fiesta de «bienvenida a casa» para Bentvena en el Robert’s Lounge, un club nocturno de su propiedad que terminó convirtiéndose en la sede de reuniones de las familias Gambino y Luchesse. En medio de sus diferencias económicas como mafiosos, Bentvena bromeó con Tommy DeSimone de mala manera, preguntándole «si todavía limpiaba zapatos», lo que DeSimone tomó como un insulto y respondió diciendo: «Voy a matar a ese cabrón». Dos semanas después, el 11 de junio de 1970, Bentvena estaba en The Suite, el club nocturno de Hill en Jamaica, Queens. Con el club casi vacío, DeSimone golpeó a Bentvena con una pistola, gritando: «¡Pule estos malditos zapatos!». Esto fue antes de golpearlo hasta dejarlo ensangrentado y medio inconsciente.
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Enchiladas en Santander
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DeSimone, Burke y Hill colocaron el cuerpo en el maletero del coche y se detuvieron en la casa de la madre de DeSimone
Después de que Bentvena fuera brutalmente golpeado y dado por muerto, DeSimone, Burke y Hill colocaron su cuerpo en el maletero del coche de Hill y se detuvieron en la casa de la madre de DeSimone para conseguir un cuchillo, cal agrícola y una pala. Al escuchar ruidos en el maletero, descubrieron que Bentvena todavía estaba vivo, por lo que DeSimone y Burke lo golpearon hasta matarlo con cuchillos, una pala y una barra de hierro. Burke tenía un amigo que era dueño de una perrera en Upstate New York, donde finalmente Bentvena fue enterrado. En el momento de su asesinato en 1970, Bentvena, de 49 años, era un hombre respetado y temido en la familia criminal Gambino.
El tercer asesinato, descrito por el colaborador de DeSimone, Henry Hill, en el libro «Wiseguy» de Nicholas Pileggi, revela la crueldad y falta de escrúpulos del mafioso. DeSimone disparó y mató a Michael «Spider» Gianco, un camarero, durante una partida de cartas, simplemente por negarse a bailar para él y por responderle de manera desafiante. Este crimen también aparece reflejado en Goodfellas.
La brutalidad y el desprecio por la vida humana que DeSimone demostró en estos crímenes revelan la oscuridad de su carácter y su total falta de remordimientos. Su participación en al menos once asesinatos, algunos incluso por mera diversión o para probar armas nuevas, lo convirtió en una figura siniestra dentro del mundo criminal.
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“El Amable” invitaba a sus víctimas a beber y luego les pedía perdón antes de matarlos
«El Amable» era una figura legendaria en el mundo criminal mexicano, conocido por su estilo inusual para ejecutar sus crímenes. Vestido con atuendo norteño y botas de piel exótica, su método era único: primero invitaba a su víctima a salir a la calle para tomar unos tragos, luego le pedía perdón y finalmente solicitaba permiso para acabar con su vida. Durante los años 80, José Alonso Pérez De la Rosa, también conocido como «El Amable», se ganó su reputación como un leal colaborador de Juan Nepomuceno Guerra y más tarde trabajó para Juan García Ábrego, líder del Cártel del Golfo en Matamoros.
Sin embargo, después de casi tres décadas en el mundo criminal, la vida de Pérez De la Rosa llegó a un abrupto final cuando decidió quitarse la vida con un disparo de una escuadra calibre 9 milímetros. Se dice que su decisión fue motivada por una enfermedad que lo aquejaba desde que salió de prisión. El reporte de su suicidio llegó temprano por la mañana en su modesta casa en la colonia Melchor Ocampo de Ciudad Victoria, Tamaulipas. Había pasado al menos un año desde que salió del penal federal, donde cumplió condena por varios delitos relacionados con el crimen organizado.
Conocido por su participación en el Cártel del Golfo, Pérez De la Rosa fue detenido por primera vez por el entonces fiscal especial de la PGR en Tamaulipas, Sergio Adame Ochoa, como parte de un esfuerzo para desmantelar la organización criminal. Durante su tiempo como pistolero, Pérez De la Rosa era temido por sus métodos poco convencionales. Invitaba a sus víctimas a beber y luego, en un gesto sorprendente, les pedía perdón antes de cumplir con su tarea y matarlos. Después de retirarse del mundo del crimen debido a su edad y enfermedad, Pérez De la Rosa se quitó la vida en su hogar, dejando atrás una historia de violencia y misterio que lo convirtió en una figura legendaria en el mundo criminal de Tamaulipas.
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Bares de bandoleros en la Plaza de Mayor de Madrid
¿Conoces “las Cuevas de Luis Candelas«? Corrían los primeros años del siglo XIX cuando Luis Candelas Cagigal vio la luz en el bullicioso barrio de Lavapiés. Desde joven, se labra una reputación como bandolero, destacando por su estilo peculiar y su audacia. Ataviado con una chaquetilla azul turquesa, pantalón de Mahón y faja de Corinto, Candelas se convierte en una figura célebre, robando establecimientos y asaltando diligencias. Tras cada uno de sus atracos, busca refugio en el Arco de Cuchilleros. Este emblemático lugar, situado en la histórica Plaza Mayor y conocido hoy como «Las Cuevas de Luis Candelas», era un punto de encuentro para lo más castizo de la época, donde las majas y los chisperos se reunían. Bajo el Arco de Cuchilleros y en sus cuevas, Candelas y su banda planeaban sus fechorías, aprovechando las múltiples salidas al exterior para despistar a sus perseguidores.
Después de contraer matrimonio con Manuela Sánchez en la Iglesia de San Cayetano, Candelas se traslada a Zamora por un tiempo, pero finalmente decide regresar a Madrid. En 1837, es capturado y condenado a muerte por garrote vil tras cometer al menos 40 robos. Su ficha policial lo describe como un hombre de 28 años, casado, natural de Madrid y residente en Cuchilleros, 1, con una constitución física robusta y distintivos rasgos faciales. El 6 de noviembre de 1837, cientos de madrileños se congregan en la Plaza de la Cebada para presenciar la ejecución de Luis Candelas, el bandido más famoso de la época. Sus últimas palabras: «He sido pecador como hombre, pero nunca se mancharon mis manos con sangre de mis semejantes. Adiós, patria mía. Sé feliz«. Una sentencia que desde entonces resuena en el aire contenido de la plaza.
Más de un siglo después, en 1949, Félix Colomo Díaz, un reconocido torero de Madrid, se enamora de las antiguas cuevas bajo el Arco de Cuchilleros y decide convertirlas en un restaurante. Así, cumpliendo con el último deseo de Candelas, Colomo crea un lugar donde la historia del viejo Madrid pueda perdurar en el tiempo, ofreciendo felicidad a todos los comensales que visitan su casa. Con este proyecto, Colomo combina su pasión por la tauromaquia con su amor por la tradición y la gastronomía. Hoy en día, «Las Cuevas de Luis Candelas» continúan recibiendo a sus visitantes, preservando el estilo y la autenticidad de aquella época pasada, y ofreciendo lo mejor de la gastronomía tradicional para el disfrute de todos los que se sientan en sus mesas.
La «calle 7 de Julio» se extiende desde la Casa de la Panadería hasta la calle Mayor en Madrid. Antiguamente, era conocida como la «calle de la Amargura». Según los cronistas, recibía este nombre porque por ella transitaban los condenados en su camino hacia la ejecución en la plaza. Con el tiempo, fue renombrada como «calle 7 de Julio» en honor a los héroes de 1822. Un poco más adelante se encuentra el «callejón del Infierno», así llamado debido al terrible incendio que arrasó la Plaza Mayor en 1672. Las llamas eran tan intensas que nadie podía transitar por esta vía, de ahí su ominoso nombre.
La Cava de San Miguel, conectada por el Arco de Cuchilleros, es una de las vías más singulares de Madrid. Su nombre, «Cava», en lugar de «calle», tiene un origen específico relacionado con la historia de la ciudad. En tiempos en que Madrid estaba amurallada, la ciudad se encontraba rodeada por una fosa que también llevaba el nombre de «cava». Es esta conexión con el pasado fortificado de la ciudad lo que le otorga a la Cava de San Miguel su distintivo nombre y su peculiaridad dentro del entramado urbano madrileño. La Cava de San Miguel, junto con sus vecinas Cava Baja y Cava Alta en el barrio de La Latina, formaban parte de las fosas defensivas destinadas a proteger la villa de Madrid de posibles ataques externos. Cuando las murallas cayeron, estas calles se llenaron de tierra para permitir la construcción de nuevas viviendas. Sin embargo, el desnivel entre estas calles y la Plaza Mayor aún es considerable. En su momento, los edificios de la Cava de San Miguel alcanzaron alturas sin precedentes en Madrid, llegando a tener hasta ocho pisos. Esto era totalmente innovador para la época y reflejaba la importancia y el crecimiento de la ciudad en ese momento.
Benito Pérez Galdós, uno de los más destacados escritores en la historia de la literatura española, otorgó a la ciudad de Madrid un papel protagónico en sus obras, además de sus personajes. En su novela «Fortunata y Jacinta», Galdós situó el domicilio de una de las protagonistas justo en el Arco de Cuchilleros de la Plaza Mayor. Según el libro: «Fortunata no se ha muerto, está en Madrid, vive cerca de la Plaza Mayor, en la Cava de San Miguel, en la casa de los escalones de piedra, y está fuera de cuenta desde hace un mes, asistida por D. Francisco de Quevedo». Explorar el «Madrid Galdosiano» es una experiencia gratificante, ya que saber que los personajes de sus obras transitaban por las mismas calles que uno mismo recorre es un privilegio que no todos pueden disfrutar.
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¿Croquetas de carne humana en Castro Urdiales?
La historia de Carmen Merino, acusada de decapitar a su pareja en Castro Urdiales (Cantabria), ha dado un giro inquietante con nuevas revelaciones. Según informes de la Guardia Civil, se ha descubierto que Merino buscó en Internet cómo desatascar una motosierra poco después de la desaparición de Jesús Mari Baranda. Además, en esas fechas, adquirió dos sierras eléctricas de 16 y 32 centímetros de hoja, que aún no han sido encontradas. Las autoridades están investigando si estas herramientas fueron utilizadas para desmembrar el cuerpo de Baranda. Ante la dificultad de llevar a cabo su tarea, Merino recurrió a buscar soluciones en Google.
Un detalle peculiar es que, tras la desaparición de Jesús, Merino comenzó a repartir croquetas entre sus vecinas de Castro Urdiales. Según reporta un periodista enviado a Castro Urdiales, «a partir de febrero y marzo se comenta en Castro Urdiales que le dio por repartir croquetas entre sus compañeras de baile de la Casa de Andalucía de Castro Urdiales». Merino lleva en prisión provisional comunicada y sin fianza desde septiembre, cuando se descubrió un cráneo en una caja. Residía con Baranda, un empleado de banca jubilado, en una vivienda en la calle Padre Basabe de Castro Urdiales. La detención de Merino se produjo después de que una mujer encontrara el cráneo al abrir una caja que Merino le había entregado meses atrás para que la guardara.
El hallazgo del cráneo desató numerosas conjeturas sobre lo ocurrido, incluida la identidad de la víctima, que se determinó días después mediante pruebas forenses. A pesar de que el juez ha decretado el secreto de las actuaciones, quedan muchas incógnitas por resolver, incluido el motivo del crimen y el paradero del resto del cuerpo de Baranda.
