Hablamos con una especialista en Medicina Estética en Cantabria sobre el aumento de procedimientos de esta índole entre los jóvenes, especialmente en personas de unos 20 años, lo que está generando una preocupación notable en la sociedad y entre los profesionales. ¿De verdad que es algo positivo que tanta gente joven se sienta insegura o no a gusto con su aspecto exterior? Según la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME), la edad media de acceso a estos tratamientos ha bajado de los 35 a los 20 años, principalmente debido a la influencia de las redes sociales. Plataformas como Instagram y el uso de filtros fotográficos han creado nuevos estándares de belleza que impulsan a las personas jóvenes a modificar sus rasgos físicos, buscando labios más gruesos, pómulos prominentes o cambios en la nariz, entre otros.
Hablamos con Diana López Gordillo, médico estética en Cantabria
Según Diana López Gordillo, médico estética en Cantabria, la tendencia preocupa por la banalidad de los motivos a la hora de abordar tratamientos que incluso pueden acarrear cirugía y por la edad media de estos pacientes, cada vez jóvenes.
Este fenómeno refleja una creciente presión social y modelos de perfección casi inalcanzables que influyen en la decisión de someterse a estas intervenciones a una edad cada vez más temprana. Las ‘influencers’ y famosas que comparten sus procedimientos estéticos abiertamente en redes sociales alimentan la comparación y, en muchos casos, generan la falsa expectativa de que estos cambios físicos resolverán problemas de autoestima o aceptación social.
Psicólogos y expertos advierten sobre el peligro de abordar problemas psicológicos mediante procedimientos estéticos. La tendencia a realizar estas operaciones sin una madurez emocional y sin un análisis profundo del verdadero motivo detrás del deseo de cambiar el aspecto físico puede tener consecuencias negativas a largo plazo. Por ejemplo, el trastorno dismórfico corporal, que implica una preocupación excesiva por los defectos físicos, puede llevar a una búsqueda constante de intervenciones sin llegar nunca a una satisfacción completa.
El uso de procedimientos estéticos para abordar problemas psicológicos está generando preocupación entre psicólogos y expertos, quienes advierten sobre los riesgos que esto conlleva. En la actualidad, cada vez más personas recurren a cirugías plásticas o tratamientos estéticos no solo para cambiar su apariencia, sino como una solución superficial a problemas emocionales más profundos, como la baja autoestima, ansiedad o depresión. Esta tendencia plantea serios peligros, ya que puede llevar a una insatisfacción continua y una dependencia de los cambios físicos para sentirse bien consigo mismo, sin resolver las verdaderas causas de su malestar psicológico.
Especialista en Medicina Estética en Cantabria: no todo es legítimo a la hora de ofrecer tratamientos
Para Diana López Gordillo, especialista en Medicina Estética en Cantabria, la supervisión médica también incluye esa preocupación del profesional sanitario por el estado general de su paciente:
Nosotros, los médicos estéticos, no somos comerciales ni nos caracterizamos por una obsesión con los beneficios que vamos a conseguir con los tratamientos. Nos preocupamos por la salud integral de los pacientes y esto también significa que las motivaciones de los pacientes a la hora de cambiar su apariencia sean lógicas desde una perspectiva médica. Uno de los principales riesgos es que los procedimientos estéticos no abordan los problemas subyacentes. Aunque pueden ofrecer una mejora temporal en la percepción de la autoimagen, no resuelven cuestiones como la inseguridad, la autocrítica o los trastornos más serios como la dismorfia corporal. En estos casos, el deseo de modificar la apariencia puede volverse compulsivo, llevando a múltiples procedimientos sin que el individuo logre sentirse satisfecho con su imagen. Además, el entorno social, las redes sociales y la cultura de la apariencia juegan un papel clave en esta problemática. La exposición constante a ideales de belleza inalcanzables genera una presión intensa, y muchas personas, en lugar de buscar ayuda psicológica para mejorar su autoestima o tratar problemas emocionales, optan por soluciones rápidas a través de procedimientos cosméticos. Sin embargo, los expertos subrayan que este enfoque puede ser contraproducente, empeorando el malestar emocional a largo plazo.
Por lo tanto, los psicólogos y especialistas recomiendan una evaluación adecuada antes de someterse a cualquier intervención estética, especialmente si el motivo subyacente está relacionado con problemas psicológicos. Abordar la salud mental a través de terapia psicológica o de otras formas de apoyo es crucial para tratar los problemas de raíz, en lugar de enmascararlos con cambios físicos. Para esta médico estética en Cantabria, Diana, el componente psicológico es importantísimo a la hora de tener en cuenta cuáles son las motivaciones de personas que a lo mejor no están en edad o en las condiciones que son lógicas a la hora de abordar estos tratamientos.
El problema no radica en las intervenciones en sí, sino en la falta de un adecuado asesoramiento psicológico antes de someterse a ellas. Aunque los médicos formados en medicina estética reciben instrucción sobre esta perspectiva de la psicología de los pacientes, muchos jóvenes optan por clínicas o centros donde se prioriza lo comercial sobre la salud mental del paciente. Como resultado, se corre el riesgo de que las intervenciones estéticas no resuelvan el malestar psicológico y de que las personas sigan buscando correcciones innecesarias.
Presuntos centros de medicina estética en Cantabria han sido clausurados por la Guardia Civil
Y también hay que señalar el aumento del intrusismo en el sector. El auge de la medicina estética ha hecho que muchos lugares no regulados, como gimnasios o incluso domicilios particulares, se ofrezcan tratamientos estéticos de la manera más irresponsable, lo que plantea graves riesgos de seguridad. La falta de supervisión médica puede derivar en complicaciones de salud, que en algunos casos pueden ser fatales, como ha ocurrido con operaciones mal realizadas o en contextos inadecuados. En tiempos recientes, presuntos centros de medicina estética en Cantabria han sido clausurados por la Guardia Civil y con detenciones en el proceso, pero lo peor es que varias personas terminaron en el hospital por ponerse en manos de estos falsos profesionales de nada.