Desde este medio queremos solicitar al Ayuntamiento de Santander una calle para Teodosio Ruiz González, alias el Piloto, por las siguientes razones que vienen a continuación. Las aventuras reales de este héroe popular de Santander están relatadas en el libro Los cuatro naufragios del Capitán, de este señor que os habla, Miguel de Cervera, y que podéis conseguir a un muy bajo precio y firmado por el autor en el 623191492 o en info@ponteaclick.com.
Los cuatro naufragios del Capitán
Podéis conseguir a un muy bajo precio y firmado por el autor en el 623191492 o en info@ponteaclick.com.
En primer lugar, porque era un vecino de Santander muy ilustre, en concreto del barrio de cajo o Campogiro, ya muy cerca de Peñacastillo, y en esta ciudad nuestra nació un veintiocho de mayo de 1870.
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Dirección: C. Vargas, 33, 39010 Santander, Cantabria
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Un marino heroico de Santander con aires de Sandokán
En segundo lugar, porque fue un activo marino montañés que durante dieciocho largos años ocupó muy dignamente los distintos puestos de trabajo y responsabilidad que se le encomendaron en distintos buques y cubriendo trayectos tan largos y azarosos como la ruta entre Santander y las Antillas. Su carrera náutica llegó a lo más alto desde sus estudios en la Escuela Náutica de Santander y sus grados obtenidos en la de Ferrol hasta llegar a Capitán de la Marina Mercante después de haber sido consecutivamente piloto entre otros cargos de oficial. De hecho, su alias de Piloto se debía a su habilidad en la dirección de los buques en un período en el que no había todavía tanta tecnología los barcos eran a vapor y bastante rudimentarios. Inclusive se puede decir que en gran parte dio hasta su salud por la Marina Mercante, ya que sus propios amigos reconocieron a su muerte que había adquirido una muy grave enfermedad típica de marinos en sus largos periplos, si bien no sabemos qué enfermedad era.
En tercer lugar, su marcada vocación por el periodismo, que le llevó a denunciar las más graves injusticias y los mayores escándalos que se llevaban en los más desprotegidos y, en concreto, en mujeres y menores que se veían abocados a la trata de blancas y blancos. También se puede decir que esto le llevó arriesgar durante varios años su vida, ante la complicidad de unas instituciones que en el mejor de los casos se mantenían en una colaboradora pasividad con los criminales a los que Teodosio denunciaba constantemente. Muy en concreto, hablamos de los distintos gobernadores corruptos que pasaron por aquí y del propio comisario de Santander, el infame Narciso Tomás, que entre otras cosas fue acusado por la presidenta de la Junta contra la trata de blancas, la Marquesa de Mansilla, de interferir en la redención de las chicas y mujeres que sacaban del negocio de la prostitución para volver a ponerlas por la fuerza en la calle. En este afán por contar verdades incómodas fundó dos periódicos junto a sus amigos que se llamaban El Descuaje y el Don Preciso, de los cuales se conservan algunas páginas por ahí que convendría guardar a buen recaudo. Estas denuncias públicas de corruptelas y crímenes llevaron a la censura absoluta de establecer la surrealista obligación de que el gobernador de Santander tuviera que leer los periódicos antes de publicarlos. Y hubo también juicios contra dichos periódicos en los que Teodosio Ruiz, director de los mismos, recibió multas que resultaban impagables para una persona normal de la época.
En cuarto lugar, relacionado con el punto anterior, tenemos el dato de que constantemente estuvo Teodosio, junto a sus colaboradores más cercanos, tratando de depurar un Ayuntamiento de Santander que también se veía aquejado de una gran corrupción en esa época. Circunstancia que se notaba especialmente en su Cuerpo de Policía Local.
Su lucha a brazo partido y de frente contra el entramado delincuencial organizado en Santander
En quinto lugar, por su lucha a brazo partido y de frente contra el entramado delincuencial organizado en Santander, con ramificaciones en otras provincias, que se dedicaba a explotar distintos delitos a cuál más grave: desde la trata de blancas y la explotación del juego ilegal a los robos con grandes botines que jamás se resolvían del todo. En esta guerra popular contra el crimen en Santander que él dirigía tuvo varios enemigos muy importantes en las personas del propio comisario de Santander, Narciso Tomás, y el matón cubano que probablemente vino a reemplazarle cuando dicho comisario fue trasladado después de algunos escándalos que denunciaron con éxito Teodosio y sus amigos. Y es que en los meses en que Narciso Tomás estuvo fuera de Santander se dio la circunstancia de que ese matón cubano, Diego Martín Veloz, se puso al frente de los mafiosos locales mientras era constantemente señalado por el valeroso Teodosio Ruiz.
En sexto lugar y más en concreto, en esta lucha contra el crimen en Santander, Teodosio se distinguió por su denuncia constante de la explotación de la ludopatía por parte de los mafiosos que administraban negocios ilegales de juego. Este negocio infame era tan nocivo que equivalía a la droga de hoy, pues había mucha gente metida en el vicio y familias enteras terminaban arruinadas y en situaciones desesperadas por culpa de esta situación. De hecho, la propia muerte de Teodosio Ruiz González demostró post mortem que sus denuncias eran reales y que existía un cosmos de garitos de juego ilegal donde se cometían todo tipo de tropelías. Aunque esto ya era bastante obvio para la mayoría absoluta de la población, qu eran conscientes de la gravedad del problema del negocio del juego ilegal en Santander.
Teodosio tuvo sensibilidad por colectivos tabú de mujeres que ejercían la prostitución y jóvenes chaperos
En séptimo lugar, podemos insistir en esta cruzada personal y muy humana de Teodosio Ruiz por los más desfavorecidos y al mismo tiempo explotados, incluso sexualmente, pero también de forma laboral, si es que se puede llamar así a la trata de blancas y blancos. Una cruel industria en la cual Teodosio tuvo una especial sensibilidad por estos colectivos tabú de las mujeres que ejercían la prostitución y los jóvenes chaperos, que hacían lo mismo y con el estigma añadido de ser homosexuales. Teodosio Ruiz González fue el único que yo haya visto hasta ahora de esa época que ha hablado de todo eso públicamente, en un periódico, y con esa sensibilidad que a tantos cómplices de la situación parecía faltarles. Esto León respectivamente cuando Teodosio Ruiz González no era precisamente de tendencia homosexual y se había criado en una familia muy conservadora, pero tenía esa visión comprensiva y humana de la sociedad que sin duda pudo desarrollar en sus múltiples viajes por el mundo como marino, viendo lo mejor y lo peor de muchas personas diferentes. El dolor ajeno desde luego no le era indiferente y esto lo demostró en una denuncia pública constante del abuso sexual de las personas en cuyas acusaciones concretas fue apoyado por la Junta contra la Trata de Blancas.
Tal vez una buena parte de esta sensibilidad de la que hablábamos venga también del hecho trágico de que el propio Teodosio fue víctima de una enfermedad que muy probablemente era de transmisión sexual y más probablemente era la sífilis.
Duelos a muerte con enemigos de España que insultaron a la bandera española delante de él
En octavo lugar se puede destacar su patriotismo, que expresó de mil maneras diferentes, inclusive con duelos a muerte con enemigos de España que insultaron a la bandera española delante de él. Esto está documentado y hasta detalles del independentista cubano que profirió esas ofensas contra la bandera de España y al parecer también contra la Marina, siendo miembro de la secta afrocubana de los ñáñigos, tan peligrosa que fue declarada ilegal en el Imperio español y cuyo rito de iniciación incluía el apuñalamiento por la espalda de un hombre blanco. También es bastante probable que Teodosio participase en la guerra de Cuba bajo las órdenes de otro gran héroe y marino como fue el capitán Fernando Gutiérrez Cueto, natural de Cabezón de la Sal y cuyas aventuras también lo hacen digno de otra calle con su nombre. Se da también la circunstancia curiosa de que el gran enemigo de Teodosio, don Diego Martín Veloz, también fue héroe de Cuba y se contaba de él que fue el soldado que defendió la última bandera española para que no cayera en poder del enemigo.
En noveno lugar se puede poner de manifiesto el amor y el favor popular de los que gozó Teodosio Ruiz en Santander, siendo su trágica muerte el desencadenante de lo que pudo ser prácticamente un motín popular para las corruptas autoridades y los miembros del hampa de Santander. De hecho, el último juicio que motivó Teodosio Ruiz González se celebró en el Ayuntamiento de Santander por la importancia del evento.
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El poeta marino de Santander, José del Río Sainz, alias Pick, tenía a Teodosio en un pedestal
En décimo lugar sería bueno recordar que el poeta marino de Santander, José del Río Sainz, alias Pick, tenía a Teodosio en un pedestal desde su juventud y siempre elogió su figura de justiciero popular por encima de los evidentes defectos y vicios del personaje. Y lo describe como el hombre más bravo y más fuerte que ha habido nunca en la historia de Santander a juicio del pueblo.
En undécimo lugar, creo que pocos personajes pueden representar como él el romanticismo y la realidad de una época legendaria en la historia de Santander. El hermanamiento de nuestra ciudad con lugares tan vinculados a nosotros como la isla de Cuba, representaba también muy bien Teodosio Ruiz, encubrió esa línea de transporte de personas y mercancías por casi veinte años seguidos y con una guerra terrible de por medio en 1898. Una época en la que Santander tuvo su belle epoque más evidente, tanto desde el punto de vista de la arquitectura y el arte, de la cultura en general, como desde la perspectiva de la economía y la grandeza de haber sido uno de los puertos principales de España y de toda Europa.
Creo que todas estas razones son más que suficientes ponerle nombre a una calle en Santander a Teodosio Ruiz González, alias Piloto.