Una empresa de reforma de tejados en Santander habla claro de la situación actual del parque inmobiliario en la ciudad y la región entera: «hay muchas viviendas bloqueadas por los okupas». En los últimos años, Santander se ha convertido en un punto de atención dentro del mercado inmobiliario por la aparición de anuncios de pisos en venta a precios sorprendentemente bajos —en algunos casos, desde apenas 49.000 euros—. Sin embargo, detrás de esas cifras tan atractivas se oculta una realidad problemática: muchas de esas viviendas están ocupadas ilegalmente por “okupas”, lo que genera importantes complicaciones legales, sociales y también estructurales.

Viviendas en venta con okupas en Santander: cómo afecta al mercado y estado de los edificios
Según los datos publicados en varios portales inmobiliarios, más de una veintena de pisos en la capital cántabra se encuentran en esta situación. Son propiedades que se ofrecen a precios llamativos, pero que no pueden visitarse, presentan restricciones legales y conllevan un riesgo evidente para el comprador, que debe asumir tanto el proceso de desalojo como los posibles costes de reparación y reforma.
Pisos en venta con okupas en Santander: precios bajos a cambio de riesgos elevados
Algunos ejemplos publicados en plataformas como Idealista, Fotocasa, Tucasa o Habitaclia muestran viviendas situadas en zonas céntricas o bien comunicadas de Santander, pero con un denominador común: el aviso explícito de que el inmueble está ocupado ilegalmente. Uno de los casos más destacados es el de un ático de 52 m² en la calle General Dávila, ofertado por 49.000 euros y actualmente en proceso de desalojo.
A simple vista, estos anuncios pueden resultar tentadores para inversores o particulares que buscan oportunidades en el mercado inmobiliario, pero los expertos advierten de que la adquisición de una vivienda con okupas no garantiza la posesión inmediata y puede implicar un largo y costoso procedimiento judicial.

El punto de vista técnico: deterioro, daños estructurales y costes de rehabilitación
Desde la experiencia de una empresa especializada en reformas integrales, instalación de tejados y rehabilitación de fachadas, se alerta de un aspecto muchas veces pasado por alto: el estado real de conservación de estos inmuebles.
“Cuando un edificio o un piso permanece ocupado de manera irregular durante meses o incluso años, el deterioro de las instalaciones es casi inevitable. Hemos visto casos en los que las cubiertas presentan filtraciones graves, los bajantes están rotos o los revestimientos de fachada muestran signos de humedad y desprendimiento”, explican desde la empresa.
Además, señalan que los sistemas eléctricos y de fontanería suelen encontrarse en mal estado, y en algunos casos, las zonas comunes del edificio (portales, escaleras o cubiertas) también sufren daños derivados de un mantenimiento deficiente o inexistente.
“En Santander, muchos de los edificios afectados por ocupaciones ilegales son construcciones antiguas, con más de 40 o 50 años de antigüedad. Esto significa que, tras un desalojo, el propietario probablemente deba invertir en una reforma completa que incluya impermeabilización del tejado, reparación de fachadas, sustitución de carpinterías y revisión de las instalaciones básicas.”

Restricciones para compradores e inversores
Los pisos ocupados se dirigen, principalmente, a inversores con experiencia o compradores dispuestos a asumir un nivel de riesgo elevado. En la mayoría de los casos, el acceso al interior del inmueble está prohibido, lo que impide conocer de antemano el estado real de la vivienda.
Desde el punto de vista financiero, la situación tampoco es sencilla: los bancos suelen negarse a conceder hipotecas para la compra de este tipo de propiedades, por lo que las transacciones se realizan al contado, lo cual limita aún más el perfil de comprador potencial.
Consideraciones legales: lo que dice la normativa
Aunque comprar un piso ocupado es legal, el nuevo propietario no adquiere la posesión inmediata. Para recuperar el inmueble, debe iniciar un procedimiento judicial de desalojo, regulado por el artículo 250 de la Ley de Enjuiciamiento Civil (LEC).
La Ley de Desahucio Exprés (2018) introdujo la posibilidad de agilizar los desalojos en casos de ocupación sin consentimiento, mientras que la Ley antiokupas de 2025 refuerza los derechos de los propietarios, permitiendo que incluso las segundas residencias puedan beneficiarse de un procedimiento más rápido si se demuestra su uso habitual.
No obstante, la duración del proceso depende de factores como la presencia de menores, personas vulnerables o la necesidad de intervención de los servicios sociales, lo que puede alargar considerablemente los plazos.
Etapas del proceso de desalojo
Identificación del tipo de ocupación:
- Usurpación: entrada sin consentimiento; se aplica el desahucio exprés.
- Inquiokupación: antiguo inquilino que deja de pagar; requiere un procedimiento diferente.
Reclamación judicial:
- El propietario presenta una demanda en el juzgado correspondiente.
- Si se cumplen los requisitos legales, puede solicitarse el desalojo exprés.
Duración del proceso:
- En los casos más claros, la nueva normativa puede reducir los plazos a unas pocas semanas.
- Si hay menores o personas en situación vulnerable, el proceso puede extenderse varios meses.
Alternativas extrajudiciales:
- Algunos propietarios optan por acuerdos económicos con los ocupantes, aunque esta práctica no siempre es recomendable ni garantiza resultados duraderos.

Opinión de los expertos en rehabilitación y reformas de tejados en Santander
Desde la empresa de reformas consultada, se destaca que la inversión en una vivienda ocupada no solo implica un riesgo legal, sino también técnico y económico.
“Un inmueble en mal estado puede requerir una intervención integral que abarque desde la reparación del tejado y la impermeabilización hasta la restauración de la fachada y la mejora del aislamiento térmico y acústico. En muchos casos, el coste total de la rehabilitación puede superar el valor de compra inicial.”
También subrayan que, una vez recuperada la posesión, la rehabilitación puede transformar por completo el valor del inmueble:
“En nuestras reformas en Santander hemos visto cómo una vivienda adquirida por menos de 50.000 euros puede revalorizarse hasta en un 200% tras una restauración completa, siempre que se trabaje con materiales de calidad y se mejore la eficiencia energética del edificio.”
Impacto urbano y social de las ocupaciones ilegales
El fenómeno de la okupación no solo afecta al propietario, sino también al entorno. Los vecinos suelen sufrir problemas de convivencia, falta de mantenimiento y degradación estética de los edificios. En zonas donde hay varios inmuebles ocupados, la percepción de inseguridad aumenta, y con ella, la depreciación del valor de las viviendas colindantes.
Las empresas de mantenimiento y rehabilitación advierten que esta situación también influye en el deterioro general del parque inmobiliario:
“Cada edificio abandonado o mal conservado supone un riesgo estructural para el conjunto urbano. En fachadas antiguas, por ejemplo, la falta de mantenimiento puede provocar desprendimientos o filtraciones que afecten a viviendas contiguas.”
Una inversión con riesgos, pero también con potencial
Comprar una vivienda con okupas en Santander puede parecer una oportunidad debido a su bajo precio, pero es fundamental valorar los riesgos legales, económicos y técnicos antes de dar el paso.
Las empresas especializadas en reformas, tejados y fachadas recomiendan realizar un análisis profesional de cada caso, incluyendo una inspección estructural del edificio una vez recuperada la posesión, para determinar el alcance real de los daños y planificar una rehabilitación eficiente y segura.
“Invertir en este tipo de inmuebles solo tiene sentido si se cuenta con asesoramiento legal adecuado y con un equipo técnico capaz de devolver al edificio su funcionalidad y valor original. De lo contrario, el bajo precio inicial puede convertirse en un gasto elevado a medio plazo.”
En definitiva, el fenómeno de los pisos ocupados en Santander revela una cara compleja del mercado inmobiliario: oportunidades de inversión a bajo coste, pero con un alto componente de riesgo y necesidad de intervención profesional.





























