Es algo que, de trascender afuera del círculo familiar, los llevaría a la cárcel. Alfonso Basterra es la cabeza pensante del crimen. Esto sostiene el autor, quien entrevistó dos veces a Rosario Porto en prisión
Unos días antes del estreno de la serie de Netflix sobre este suceso, Mark Guscin (Leeds, 1964) ha publicado la versión en castellano de su libro: «Lo que nunca te han contado sobre el caso Asunta» (Publicaciones Arenas). Un trabajo previamente editado en inglés. Además de investigar el asunto a fondo, tuvo la oportunidad de entrevistar en dos ocasiones, durante una hora cada vez, a la madre acusada de asesinato, Rosario Porto.
¿Por qué decidió escribir este libro sobre la verdadera historia del crimen de Asunta?
En 2013 y los años siguientes, en especial en Galicia, las noticias sobre el caso Asunta estaban constantemente en los medios. En algún momento pensé que me gustaría entrevistar a Rosario Porto y Alfonso Basterra. Poco después, mi editorial en Inglaterra me preguntó si estaba trabajando en algo nuevo. Yo vivo en Coruña, así que mencioné el caso de Asunta en Santiago. Les pareció interesante y me animaron a hablar con los protagonistas.
¿Cómo logró contactar con Rosario Porto?
Primero, hablé con los abogados, tanto con el de la defensa de Rosario, José Luis Aranguren, como con el abogado de la acusación popular, Ricardo Pérez Lama. También conversé con algunos guardias civiles que trabajaron en el caso, con el juez Taín y hasta con la profesora de ballet de Asunta. Aranguren me dijo que no perdiera el tiempo porque Rosario tenía prohibidas las visitas. Sin embargo, tres meses después, contra todo pronóstico, aceptaron mi solicitud.
¿Cómo fue el primer encuentro con Rosario Porto?
Fue en la prisión de A Lama. Era la primera vez que visitaba una cárcel y me impresionó mucho. Rosario llegó muy arreglada, con vestidito y tacones. Hablamos a través de un cristal usando un teléfono. Ella lloraba mucho y se mostraba arrogante y clasista. Despreciaba a los funcionarios de la cárcel y a los traficantes de drogas, a pesar de estar allí por un crimen peor.
¿Qué le preguntó primero?
Comenzamos hablando de temas ligeros para romper el hielo. Ella había sido cónsul en Francia y visitaba a menudo el Ayuntamiento de La Coruña, donde yo trabajaba. Luego, me contó detalles sobre la infancia de Asunta, aunque era difícil escuchar a una madre hablar así de su hija sabiendo que la había matado.
¿Mantenía su inocencia Rosario Porto?
Sí, Rosario insistía en su inocencia. Cuando le sugerí que la única otra opción era su exmarido, ella lo negó vehementemente. También negaba que le hubieran dado lorazepam a Asunta, a pesar de las pruebas científicas.
¿Creía ella en la culpabilidad de una tercera persona?
Rosario mencionaba que un hombre había entrado en su casa e intentado matar a Asunta. Yo pienso que ese hombre era Alfonso Basterra. Rosario dejó las llaves en la puerta y, curiosamente, justo ese día entró un ladrón. En cualquier caso, es sorprendente cómo puede haber pasado tan desapercibido este asunto en el juicio.
¿Qué cree que pasó esa noche?
Creo que intentaron matar a Asunta y ella se despertó. Al día siguiente, comenzaron a comprar lorazepam y a drogarla progresivamente.
¿Hicieron varios intentos previos al asesinato de Asunta?
Nadie ensaya un asesinato, como he oído que se proponía para este caso. No se trataba de «ensayos de asesinato», sino de asesinatos fallidos: en el último momento, a lo mejor, la niña reaccionó y no se decidieron a terminar con ella. La dosis de lorazepam aumentó, por tanto, hasta que finalmente la mataron por sofocación.
¿Cómo encaja la autopsia en esto?
Es difícil entender por qué no pensaron que la autopsia revelaría el lorazepam. Pero incluso en los asesinatos más planificados siempre hay algún despiste.
En cualquier caso, esta improvisación y esta ceguera con matar a la niña parecen reforzar esa teoría de Mark Guscin sobre que la niña podía conocer secretos inconfesables de sus padres, que se decidieron a acabar con tan incómodo testigo. Preguntamos a un abogado de Bilbao especialista en estafas sobre esta circunstancia curiosa del caso, entre otras.
Esta falta de sentido común y esta obsesión con acabar con la niña parece indicar que tenían algún asunto más grave entre manos que podría salirse de todo control, luego se animaron a jugársela y traspasar todas las líneas al matar desgraciadamente a la pequeña. Es algo que pasa mucho en los temas mercantiles y de estafas que trato semanalmente: los delincuentes y las personas que se están aprovechando de situaciones en general, a menudo, se embarcan en una huida hacia adelante en la que empiezan a considerar que los riesgos y los costos de salir impunes son lo de menos. También es curiosa la preponderancia que han tenido algunas evidencias de este caso sobre otras, que han quedado orilladas, pero es algo común que a la gente que no está familiarizada con este mundo judicial les sorprende: ¿por qué el juez no miró apenas esta prueba o usó esos otros elementos probatorios que no tienen importancia? Son conclusiones que la gente saca y son normales, pero es que los procedimientos siguen caminos que a veces no nos podemos imaginar y de ahí que me guste controlar en mis asuntos todos los posibles flecos de la situación: cuanto menos dejemos al azar o a la habilidad de la otra parte y cuanto más claro se lo demos al juez, como es lógico, mejor nos va a ir.
¿Cuál es su teoría sobre el asesinato de Asunta?
Creo que la drogaron, la llevaron al chalet y allí la sofocaron. Rosario no tenía la fuerza para mover el cuerpo, por lo que probablemente había una tercera persona involucrada.
¿Hay cabos sueltos?
Sí, muchos. La visibilidad en la pista forestal donde dejaron el cuerpo, la cuerda usada para atarla, y el hecho de que Rosario no tenía la fuerza para cargar el cuerpo.
¿Qué dijo Rosario en la segunda entrevista?
En la segunda entrevista lloró desde el principio hasta el final. Habló mucho sobre lo que Asunta estaría haciendo si estuviera viva. Pero seguía negando las evidencias. No tuvieron ni una instrucción justa ni un juicio justo. Estuvo todo desde el principio decidido, lo cual no quiere decir que no hubiera pruebas suficientes para condenar a estas dos personas. Pero había un interés desde el principio muy marcado para condenarlos a toda costa.
Creo que Asunta sabía algo muy serio sobre sus padres que los llevaría a la cárcel
¿Por qué cree que lo hicieron?
Se han sugerido varias motivaciones, como dinero o celos, pero creo que Asunta sabía algo muy serio sobre sus padres que los llevaría a la cárcel.
¿Qué teoría considera más probable?
Creo que Asunta podía denunciar abusos sexuales por parte de su padre y Rosario lo consentía. Alfonso Basterra es la mente detrás del crimen.
¿Qué ha hecho que este caso sea tan impactante?
Es raro que ambos padres planifiquen y ejecuten el asesinato de su propio hijo. Asunta no tenía a nadie más que a sus padres adoptivos, lo que hace este caso único y más trágico.
¿Qué opina de la serie de Netflix sobre el caso?
Me parece muy realista en cuanto a la representación de los padres. Candela Peña y Tristán Ulloa hacen un trabajo impresionante. Es lamentable que Candela haya sido insultada durante el rodaje en Santiago; ella no es Rosario Porto.
Rosario Porto se enamoró de un hombre imposible que nunca podría tener
Según Mark Guscin, Rosario Porto se enamoró de un hombre imposible que nunca podría tener más allá del tiempo de placer que pasaban juntos. Para este hombre, esta aventura esta aventura extramatrimonial era poco más que eso, momentos de diversión y sexo con una señora por la que no estaba dispuesto a dejar a su mujer embarazada. Ella sí estaba libre, por supuesto, ya que había dejado a su marido, el polémico Basterra, estando además muy convencida de esa decisión final.
Lo que sorprende del caso es que Rosario Porto le pagaba las prostitutas a su ex marido, una situación un poco surrealista qué tal vez tenga mucho que ver con lo que pasó con Asunta. Tengamos en cuenta que las propias prostitutas acudieron a la policía, al reconocerle en la prensa, para declarar que eran pagadas por este sujeto para vestirse de colegialas. Si unimos a esto las manchas de semen en el cuarto de Asunta que el ADN que se encontró de su ropa interior, todo ello perteneciente al tal Basterra, lo que llevaba a pensar que este personaje se había estado masturbando con su hija al lado y tocándola, si es que no hacía nada más. Esto explicaría el porqué la drogaban constantemente y hasta sería un móvil del crimen perfectamente plausible. Uno que tendría que ver con ocultar los abusos sexuales de este degenerado, que contaría con la complicidad necesaria de su esposa para todo. Inclusive se especula con la posibilidad de que acabasen juntos también con la vida de los padres de Rosario, los abuelos de Asunta, no mucho antes de que su adoptada de nieta fuera verdaderamente asesinada. Sin embargo, nunca hubo sospechas de que fueran muertes violentas o provocadas y por tanto tampoco hubo autopsia. El móvil para el asesinato podría ser, en este caso, una especie de venganza y liberación para Rosario Porto, quien había vivido siempre subordinada a esa voluntad férrea y un poco caprichosa de esos padres.
De hecho, su aventura con un hombre casado demuestra que estaba rompiendo esas ataduras paternas de una forma bastante radical y tal vez fuera de las pocas cosas que había hecho en la vida voluntariamente y con toda la pasión del mundo. En todo caso, llama la atención la subordinación total de esta mujer a su ex marido. No tiene mucho sentido esa forma de actuar.