Causa asombro e incredulidad observar estas fotos de personas que son más que temerarias
Mucha gente se pregunta qué pasa en esta ciudad de menos de 200.000 habitantes para que tanta gente tenga tan poco miedo a la gravedad.
Definitivamente, no recomendamos a los lectores que imiten a estas personas tan inconscientes, que ponen en riesgo su vida y la de los demás.
La señora Spider-Man de Santander
En el top ten de los temerarios que se suben a los alféizares en Santander tenemos a esta señora, muy humilde ella, que teniendo superpoderes no presume de ello y sale en batín a limpiar los cristales por fuera.
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La chica que tomaba el sol en el tejado de su casa en Santander
Esta chica tomaba el sol en el tejado de su casa, sin preocuparse demasiado de si un mal resbalón la plantaba de repente en la calle. Ignoramos en qué planta se situaba esta chica ni cómo la dejaban acceder así al tejado, como si nada, pero definitivamente no debería ser poca la caída y si estamos ante otra gran irresponsable.
Otro limpiacristales con ínfulas de Spider-Man en Santander
Está escena es una primicia de este periódico. Otro temerarios que sale a limpiar los cristales de su casa tener en cuenta ningún tipo de amarre ni nada por el estilo. Una imprudencia qué puede costarle caro también a quien pase por debajo, pues no sería la primera vez que la caída de una persona desde una fachada produce la muerte de otra.
Haciendo el amor delante de todo el mundo en la playa de los peligros
Terminamos con otro tipo de escena que se vivió, por los mismos días, en esta curiosa ciudad, aunque en este caso no es peligrosa.
Ni cortos ni perezosos, esta pareja dio rienda suelta a su pasión en un lugar muy discreto. En la playa de los peligros, encima de una especie de bolla, sin preocuparse no más mínimo de las miradas de los curiosos.
Una pareja practica sexo en el tejado de un edificio en el centro de Santander
¿Pensabais que habíamos terminado? Venga, va, otra más de despedida, que tal vez sea la más impresionante. Y de nuevo en esta ciudad de auténticos locos.
Ni más ni menos que una pareja haciendo el amor públicamente, pero esta vez no en una plataforma flotante en una playa. No, no. Eso no tiene emoción. Lo que de verdad les debe poner a estos señores es la mezcla de exhibicionismo y riesgo extremo de romperse la crisma si se caen del tejado. De nuevo, unos irresponsables que ponen en peligro su vida y la de los demás.
La moda de hacer el imbécil en sitios peligrosos y dejar ver las intimidades se está extendiendo por toda Europa
La moda de hacer el imbécil en sitios peligrosos y dejar ver las intimidades se está extendiendo por toda Europa. En este caso, tenemos a una joven que provocó un accidente en cadena por estar tomando el sol, desnuda en su ventana.
Es importante que no quede un centímetro de piel sin recibir la dosis de sol correspondiente. En este caso, la protagonista es una mujer rusa cuyos vecinos están hartos de su exhibicionismo y quieren que las autoridades tomen medidas.
El señor que sale a pasear con su espada por Santander
Entre las cosas curiosas que podemos encontrar cuando paseamos por Santander destaca la gente que sale a la calle con su espada al hombro. Faltaría más. Y, ¿por qué no un bazooka? Porque la espada es más de caballero de toda la vida. Claro que sí.
La suciedad se adueña de Santander y su entorno
Aprovechamos para recoger aquí una queja de muchos vecinos de Santander. No puede ser que vivamos en una ciudad tan sucia cuando pagamos tantos impuestos. Una de las prioridades, se supone, es la limpieza de las calles, que corresponde al Ayuntamiento de Santander. Sin embargo, nunca ha estado Santander tan sucio como ahora mismo, un problema que parece que se ha atascado para las autoridades municipales.
De hecho, no hace tanto, la empresa que tenía la concesión de la limpieza en Santander finalizaba su relación con el Ayuntamiento de la forma más surrealista. Llevándose los contenedores de toda la ciudad a su base logística y sede, situada en las afueras de Santander. Curiosamente, una sede de una empresa que está en el límite entre Santander y el Ayuntamiento de Camargo, por lo que se dio lugar a una de las anécdotas más curiosas cuando efectivos de la Policía Local de Santander fueron a buscar los contenedores.
En la empresa concesionaria, que alegaba la propiedad de dichos contenedores, se negaron a proporcionárselos, en uno de los episodios más esperpénticos de los últimos tiempos en esta ciudad.
