Los trabajos de demolición en Santander del antiguo restaurante ‘El Vivero’, ubicado en el Barrio Pesquero, finalizaron en 2019. Esta intervención permitió ampliar el parque adyacente en 900 metros cuadrados, alcanzando así una superficie total de 2.700 metros cuadrados. El concejal de Infraestructuras, Urbanismo y Vivienda, César Díaz, explicó que esta demolición era el primer paso para acondicionar nuevos espacios públicos en la zona, con áreas verdes, zonas de descanso y juegos infantiles.
Derribo de edificios en Santander
Tras el derribo del edificio en Santander, en una zona tan valiosa para todos los vecinos de la ciudad, el terreno fue preparado y vallado temporalmente hasta que puedan iniciarse las obras de ampliación del parque. Los trabajos de renovación comenzaron después de ese verano, una vez redactado y adjudicado el proyecto. Según Díaz, la intención era crear un parque que priorice la vegetación y que incluya mobiliario urbano diverso y zonas de recreo para los más pequeños.
Según Carlos Osma, de Multiservicios Grupo Osma, los pasos para un derribo de un edificio en Santander tienen que ser los que siguen si queremos evitarnos problemas:
El proceso de demolición de un edificio comienza con una fase de planificación y evaluación inicial. En esta etapa, se realiza un estudio exhaustivo del edificio para identificar su estructura, los materiales utilizados y la presencia de elementos que requieran tratamiento especial, como el amianto. Además, se gestionan los permisos y licencias necesarias ante las autoridades locales y se elabora un plan detallado que contemple el método de demolición, las medidas de seguridad y la gestión de los residuos generados.
Antes de iniciar el derribo, se llevan a cabo una serie de preparativos. Es esencial desconectar los servicios básicos como agua, electricidad y gas para evitar riesgos durante el proceso. También se acondiciona el área mediante la instalación de barreras y señalización, y se procede al desalojo del edificio, retirando mobiliario, maquinaria y elementos que puedan ser reutilizados o reciclados.
El método de demolición elegido depende de las características del edificio y su ubicación. Entre los métodos más comunes se encuentran la demolición manual, utilizada en estructuras pequeñas; la demolición mecánica, que emplea maquinaria pesada como excavadoras; las explosiones controladas, destinadas a grandes estructuras; y el desmantelamiento selectivo, enfocado en preservar materiales para su reciclaje. En todos los casos, se debe trabajar de manera controlada, empezando por las partes superiores del edificio para evitar colapsos imprevistos.
Una vez completada la demolición, se realiza la gestión de los escombros. Estos residuos se recogen y clasifican para su reciclaje, reutilización o eliminación, respetando las normativas ambientales. Posteriormente, se inspecciona el terreno para garantizar que no queden residuos peligrosos y que la superficie esté en condiciones adecuadas para futuros usos. Para terminar, se lleva a cabo una limpieza exhaustiva del área y se entrega un informe detallado que documente todo el proceso y asegure el cumplimiento de las normativas aplicables.
Plantación de árboles en Santander
El diseño del nuevo parque contemplaba la incorporación de un sistema de riego autónomo, un sistema de drenaje y saneamiento moderno, y una iluminación basada en báculos de siete metros de altura con focos LED orientables. En total, el parque cuenta con 1.462 metros cuadrados de áreas verdes, 197 metros cuadrados destinados a juegos infantiles, 975 metros cuadrados de césped, 486 metros cuadrados de plantaciones arbustivas, y 726 metros cuadrados de caminos y zonas de estancia. Además, se plantaron 63 nuevos árboles y se instalaron 7 papeleras, 13 bancos y 5 estructuras de juegos infantiles.
Esta ampliación formaba parte de un proyecto integral promovido por el Ayuntamiento de Santander en colaboración con el Puerto. Entre las actuaciones incluidas también figuraba la demolición de la casa-tapón situada en el número 1 del paseo Alberto Pico y la ampliación de la calzada en ese tramo. Con estas obras, se eliminaba el estrechamiento de la vía, asegurando una anchura uniforme que permite un mejor tránsito de vehículos, incluidos los autobuses municipales que circulan cada día por esta zona.