Lo que conocemos bien esta parte tan afortunada del mapa terrestre, con parajes tan bellos y bucólicos, y hemos leído la obra de Tolkien a conciencia, sabemos que estamos ciertamente ante uno de los más perfectos lugares para filmar muchas de las escenas del Señor de los Anillos. Porque tenemos aquí prácticamente todos los paisajes urbanísticos y naturales que se condensan en la Tierra Media y sus cuentos.
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¿Tienes alguna idea sobre algún paraje concreto que pueda cuadrar con la obra de Tolkien en Cantabria?
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Si hay un sitio en el mundo que merezca ser Rivendel es Comillas, por ejemplo, mientras que los abundantes castillos de la región (muchos de ellos, costeros) nos pueden recordar a los sitios fortificados en los que se dieron tantas batallas. Pero vamos a analizar una pequeña serie de rutas del Señor de los Anillos en Cantabria y empezando por Torrelavega, lugar estratégico para emprender cualquier camino turístico, por situarse en el centro de todo el panorama regional. Pero empecemos ya.
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Salimos de Isengard (Torrelavega), en primer lugar, en dirección hacia la antigua capital de Gondor (Santander), representada en esta bucólica foto con carabelas, por uno de los tramos de autovía más transitados de toda España. Por cierto: si necesitáis un guía por la zona, no lo dudéis: contactadme en el 623191492.
Muchos no saben que hasta tuvimos un grupo de rock local muy curioso llamado Mordor.
Isengard podría ser perfectamente la fábrica de Solvay de Torrelavega
Isengard podría ser perfectamente la fábrica de Solvay de Torrelavega, con sus grandes chimeneas como Torre de Orthanc que domina todo el paisaje de derredor. Además, se da la circunstancia de que Saruman tenía un problema político y ecológico con los lugareños y hasta con los animados árboles locales, que le cogieron bastante manía por sus procesos industriales de fabricación de los mejores orcos del mundo. Y tenemos la curiosa y simpática anécdota de que Isengard y Gondor siempre tuvieron una relación un poco peculiar, como ocurre con Santander y Torrelavega.
La Cima de los Vientos fue un disputado monte en el corazón del antiguo reino de Arnor
La Cima de los Vientos fue un disputado monte en el corazón del antiguo reino de Arnor, que acabó fragmentado en otros tres reinos pequeños y al final fagocitado por Angmar, el territorio del Rey Brujo de los Nazgul. La verdad es que no estoy seguro de relacionar esta disputada cima con el monte de La Picota, situado entre Santander y Torrelavega y con grandes vistas de toda esta zona, pero mucho más de la propia Liencres y de su playa, así como de la desembocadura de la ría de Mogro.
La Cima de los Vientos juega un papel crucial en La Comunidad del Anillo, el primer libro de la trilogía. Es aquí donde Frodo, Sam, Merry y Pippin, mientras intentan escapar de los Nazgûl, se encuentran en una situación crítica. La tensión aumenta cuando los espectros se acercan, buscando al portador del Anillo. Durante esta confrontación, Aragorn, el heredero de Isildur, se enfrenta a los Nazgûl y protege a los hobbits, demostrando su valía como líder y guerrero.
Mucha gente sabe que, en esta Cima de los Vientos, que aparece en la escena en la que Frodo es herido por los Nazgul, se erigía una torre defensiva en la cual se custodiaba uno de los escasos Palantir. Pues bien: también en la cima de La Picota existen ruinas de fortificaciones, en este caso de la Guerra Civil, que fueron levantadas para dar protección a la costa frente a un desembarco del Ejército Nacional que nunca se produjo por aquí. También podemos decir que guardamos un tesoro en esta zona y es el santuario de aves rapaces, que existe en estos montes de La Picota y que ha sido amenazado por la especulación urbanística, quedando la mitad de un monte destrozado para siempre.
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La Cueva de El Juyo: un auténtico agujero hobbit en Cantabria con «licántropos»
La Cueva de El Juyo te puede recordar perfectamente a un agujero hobbit, ya que la puerta es muy similar y estamos hablando, además, de un rincón lleno de auténticos misterios que tienen que ver con osos prehistóricos, así como hienas y leones y humanos que se transforman en estos depredadores tan admirados.
Santander bien podría ser la antigua capital de Gondor, Osgiliath
Santander bien podría ser la antigua capital de Gondor, Osgiliath, la cual fue destruida por la guerra civil entre los propios dunedain de este reino del sur que era Gondor. En el Señor de los Anillos se nos describen las ruinas de esta portentosa ciudad, montada sobre el río Anduin, que fue arrasada por sus propios habitantes en una guerra fratricida. Pues bien, eso es exactamente lo que hemos hecho los santanderinos con nuestra propia ciudad a lo largo de varias generaciones de decadencia con respecto a lo que hemos sido. Una gran capital industrial y marinera que también era el centro administrativo de un sector primario puntero en el mundo. Pero todo eso lo hemos cambiado por una economía de servicios que no siempre da de sí todo lo que necesitamos los currantes de aquí.
Osgiliath es una ciudad de gran importancia en la obra de J.R.R. Tolkien, especialmente en El Señor de los Anillos. Situada a orillas del río Anduin, Osgiliath fue en su tiempo la capital de Gondor y un lugar de gran esplendor, pero también es un símbolo de decadencia y la lucha constante entre el bien y el mal. Osgiliath fue construida por los hombres de Gondor en la época de su grandeza. Originalmente, la ciudad fue un centro político y cultural, donde se encontraban los palacios de los reyes de Gondor y un importante punto de defensa contra las amenazas de Mordor. Con el tiempo, sin embargo, la ciudad comenzó a caer en el abandono y la ruina, en parte debido a la corrupción y las luchas internas.
Hermosos cuadritos de un bar de la Calle Lealtad, en Santander.
Santander ha sufrido varias veces a la furia de la guerra de las catástrofes y ha quedado destruida
También se puede decir que Santander ha sufrido varias veces a la furia de la guerra de las catástrofes y ha quedado destruida, incluso por el fuego, como se cuenta que ocurrió con Osgiliath en la guerra de parientes entre los de Gondor que terminó con una Palantir sumergida en las aguas del Anduin. De hecho, la capital santanderina fue frente de combate naval y aéreo en la Guerra Civil Española del 36, sufriendo importantes matanzas y destrozos entre parientes, igual que hicieron los Dunedain con su capital sobre el Anduin. También es un paralelismo que por Santander discurra un río que ahora ha quedado sepultado y que es la Ría de Becedo, la cual separaba la isla de Somorrostro donde está la catedral del resto del centro urbano histórico. Como paralelismo con la Palantir también se podría decir que tenemos en la Catedral las cabezas de los mártires de Calahorra, San Emeterio y San Celedonio, que por poco no se pierden también al resultar quemadas en un incendio.
Restaurante latino en Santander especializado en comida del Salvador y Centroamérica
Ven al Sivar, en la Calle Vargas, por donde pasaba esta Ría de Becedo que en nuestro cuento es el Anduin.
Dirección: C. Vargas, 33, 39010 Santander, Cantabria
Teléfono: 642 90 63 38
Las leyendas de Santander que nos pueden interesar, a los curiosos de la Historia, incluyen algunas de las siguientes:
Misterios y asesinatos famosos en Santander. Las historias reales del crimen en Cantabria y de otros temas turbios.
Anécdotas típicas de los pescadores y buscavidas y marinos del puerto.
Batallas medievales en el centro de Santander.
La ruta de las fortificaciones carlistas de Santander: el castillo circular de Corbanera y la línea de trincheras entre Santander y la Maruca, con el castillo de la Traída de Aguas como entrada a la ciudad.
Rutas por el muestrario de arquitectura Art Decó de Santander.
La historia de la explosión del Cabo Machichaco: la mayor catástrofe civil con más muertos de la Historia de Europa.
Las historias reales de la mafia de Santander del siglo XIX que se relatan en Los cuatro naufragios del Capitán, de Miguel de Cervera.
Misterios prehistóricos centrados en la Cueva de El Juyo, del tiempo de Altamira, pero más desconocida.
Prueba una aventura con actores profesionales, ideales para celebraciones con amigos como las despedidas de soltero en Santander y otros lugares.
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En esta foto, se aprecia la cuesta de Sotileza que hicieron a mano nuestros antepasados y en cuya curva mortal quedan atrapados tantos autobuses que no conocen Santander. Hablaremos de esto más tarde.
Descripción del Castillo de la Corbanera en Santander
Un castillo de la época carlista que se hizo famoso por la legalización de su propiedad a favor de unos «okupas» que llevaban muchísimos años dentro, pero que lo ocuparon cuando estaba realmente en un estado miserable de abandono total.
Esta fortificación y la línea de trincheras donde está enclavado a mí me recuerda bastante a la línea defensiva que erigieron los elfos en la Primera Edad para rodear a Morgoth y defenderse de sus ataques. A decir verdad, presenta un aspecto habitado que es poco frecuente en estas fortificaciones, que suelen verse desnudas y sin ocupantes reales en su interior.
El Castillo de la Corbanera presenta una estructura defensiva característica del neomedievalismo español. Su muralla circular, de mampostería reforzada con mortero, abarca un diámetro de 50 metros, con un grosor de dos metros y una altura de casi seis metros. Esta muralla almenada incluye aspilleras y un foso con acceso mediante un puente levadizo, añadiendo al castillo elementos típicos de las fortificaciones medievales. En sus extremos, cuenta con cuatro torres circulares —o cubos— que funcionaban como caponeras, mientras que una torre central más robusta servía tanto de cuartel para la guarnición como de polvorín.
La torre central troncocónica, con un diámetro de 14 metros, representa una versión moderna de la tradicional torre del homenaje medieval. Desde su parte superior se disponían una o dos piezas de artillería, empleadas en la defensa del recinto. Actualmente, el terreno del castillo y algunas fincas aledañas pertenecen al municipio. Sin embargo, la desatención por parte del Ayuntamiento ha favorecido la colonización progresiva de los terrenos. Con el tiempo, tanto el castillo como sus muros han sido aprovechados de manera informal para actividades agroganaderas, en consonancia con prácticas comunes en la franja norte de la península de Santander, lo que ha establecido usos y costumbres que han perdurado con el paso de las décadas.
La guerra que nunca llegó: el castillo de Corbanera y su historia de abandono
El Castillo de Corbanera, también conocido como el fuerte de La Maruca, es una fortificación militar construida durante la Tercera Guerra Carlista (1872-1876) para defender Santander de un posible ataque del Ejército del duque Carlos, pretendiente al trono español. Aunque la guerra carlista tuvo frentes en distintas partes de España, el norte fue una de las zonas más conflictivas. La proximidad de los combates llevó a las autoridades a construir una línea defensiva que sellara el acceso a la capital cántabra desde la península de Santander. Esta línea defensiva comenzaba en La Maruca, atravesaba La Albericia y se extendía hasta la antigua lonja en la calle Marqués de la Hermida. Entre los principales puntos de esta barrera se encontraba el castillo de Corbanera, uno de los hitos más importantes de esta línea.
Aunque se construyeron murallas, fortines y el propio castillo en previsión de un ataque, la ofensiva nunca se materializó. La guerra terminó en 1876 con la derrota carlista y, con ella, los preparativos defensivos quedaron sin utilidad. Esto inició un proceso de reversión de los terrenos expropiados, y las fortificaciones entraron en declive rápidamente: los fosos fueron rellenados, los accesos reabiertos y la piedra de los muros empleada para otros fines. El castillo y las estructuras que sobrevivieron quedaron abandonados.
En 2006, la asociación Mortera Verde solicitó la declaración del castillo como Bien de Interés Cultural (BIC). Sin embargo, no fue hasta 2012, cuando el arquitecto Annibal González de Riancho, miembro del Grupo Alceda, renovó esta solicitud, que se otorgó la protección. Según la legislación de castillos, y al ser el castillo de Corbanera considerado como tal, debía ser preservado. El Grupo Alceda, conocido por su compromiso en la defensa del patrimonio cántabro, ha denunciado el estado de abandono en que se encuentra el castillo. En sus palabras, “su estado actual es de absoluto abandono, habiéndose construido a su alrededor e incluso en su interior varias viviendas y cobertizos de manera improcedente. Esto ocurre a pesar de haber sido declarado Monumento Nacional en 1949 y recientemente BIC, con la categoría de monumento. Hasta el día de hoy no se han tomado medidas para su conservación, y el deterioro amenaza con llevar al colapso de esta histórica fortificación”.
En la foto, la fortificada entrada a Santander por la parte de la rotonda de los Osos, en General Dávila y junto a la Traída de Aguas. Otro punto fuerte de estas fortificaciones exteriores de Santander que nunca llegaron a ser realmente utilizadas contra los temidos carlistas.
El Abismo de Helm podría ser también el ascensor de la Calle Alta – Calle Castilla, con las Montañas Nubladas al fondo:
El emplazamiento de Mordor y la Torre de Sauron en Cantabria
Podría haber discusión sobre el emplazamiento de Mordor y la Torre de Sauron en Cantabria, aunque creo que todos tenemos en mente un complejo industrial con chimeneas y fuego a tope, como era antes la Ferrovial en Maliaño. También podría valernos la Petronor de Musques, en la vecina Vizcaya, pues aquí las chimeneas siguen echando fuego y hasta tienen una imponente fortificación dentro de estas instalaciones, como es el Castillo de Muñatones. Y no faltan quienes atribuyen a la torre del Banco Santander en Solares esa fortificación siniestra, con un ojo rojo brillante en la cima, aunque yo he preferido atribuirle este sitio a Minas Mogul.
La Torre de Sauron, conocida como Barad-dûr, es uno de los símbolos más icónicos del mal en la obra de J.R.R. Tolkien, especialmente en El Señor de los Anillos. Esta ominosa estructura se encuentra en el reino de Mordor y es la fortaleza principal de Sauron, el Señor Oscuro. Barad-dûr, que se traduce literalmente como «La Torre Oscura,» es una torre colosal y aterradora que se eleva sobre la llanura de Gorgoroth. Construida con piedra negra y reforzada con magia oscura, la torre es imponente tanto en su altura como en su apariencia. Sus muros son extremadamente gruesos, y está rodeada por un foso y fortificaciones, lo que la convierte en una fortaleza casi impenetrable. La torre es famosa por su ojo, conocido como el «Ojo de Sauron», que representa su vigilancia constante sobre la Tierra Media. Este ojo no es solo un símbolo físico, sino que también personifica el control y el poder opresivo de Sauron. Desde la cima de Barad-dûr, Sauron puede ver todo lo que sucede en sus territorios, así como los movimientos de sus enemigos. La historia de Barad-dûr se remonta a la Segunda Edad, cuando Sauron se levantó nuevamente después de haber sido derrotado en la Primera Edad. La torre fue originalmente construida como una fortaleza para su dominio, y se dice que fue el lugar donde Sauron forjó el Anillo Único. Con el poder del Anillo, Sauron buscó controlar a los Reyes de los Hombres y a los Elfos, y Barad-dûr se convirtió en el centro de su poder. Sin embargo, Barad-dûr no fue indestructible. Durante la Guerra de la Última Alianza, una gran coalición de Hombres y Elfos sitió la torre. En la batalla, Isildur, el hijo de Elendil, cortó el Anillo Único del dedo de Sauron, lo que llevó a la destrucción de la torre y la caída del Señor Oscuro.
Un lugar no menos siniestro, situado a caballo entre Minas Tirith y Mordor y que también sirve de atalaya vigilante del Ojo que todo lo ve. En cualquier caso, está el hecho de que todo el mundo aquí y hasta investigadores de la talla de Miguel Amigot, en su libro Nacidos para la banca, hayan atribuido a la familia Botín tanto poder decisión en esta Tierra Media cántabra. En el caso de Amigot, que conocía bien toda su historia, llegando a decir que ningún negocio de cierta importancia se emprende aquí sin el visto bueno de esta potente familia de magnates locales.
Hay quien afirma que la antigua Residencia Cantabria es Minas Mogul, por la prominencia de un edificio grande y abandonado en medio de la nada y que es como la puerta al reino de Santander.
También hay quienes afirman que Bilbao es el verdadero Mordor, con el Monte del Destino en la Petronor de Musques. La Barad Dur o Torre Negra de Sauron ha querido ser identificada con la prominente torre de oficinas de Baracaldo que se ve a la derecha y las cosas se ponen peor cuando encima colocan la bandera de la eterna bestia negra de nuestro Racing:
Corred, insensatos! El largo brazo de Sauron hace que tengamos toda la tormenta encima de Santander. Esto sin duda es culpa de Bilbao, es decir, de Mordor.
Hablando de Mordor, todo el mundo sabe que los Nazgul son turistas de Madrid que vienen a robarnos los sobaos. Los cabrones siempre se llevan el último que queda en la tienda, dejándonos a los autóctonos en la oscuridad absoluta de Mordor, pero los hobbits locales hemos jurado ir a Mordor si hace falta (Bilbao) a por lo que es nuestro.
Las Colinas de Hierro pueden ser el paraje donde se establece el actual Parque de la Naturaleza de Cabárceno
Las Colinas de Hierro pueden ser el paraje donde se establece el actual Parque de la Naturaleza de Cabárceno, el cual fue una antigua mina que explotaron los cántabros y romanos desde tiempos bastante remotos. Recordemos que las Colinas de Hierro era uno de los parajes donde habitaba una mayor cantidad de enanos cuando Frodo vino al mundo.
Las Minas de Hierro de Cabárceno, situadas en el municipio de Penagos en Cantabria, son un fascinante vestigio de la industria minera de la región. Este sitio no solo es conocido por su riqueza en recursos minerales, sino que también se ha transformado en un importante atractivo turístico y natural.
La explotación de las minas de hierro en Cabárceno comenzó en el siglo XIX, cuando la demanda de mineral de hierro estaba en auge debido a la expansión industrial en España y Europa. Durante más de un siglo, estas minas jugaron un papel crucial en la economía local, proporcionando empleo y contribuyendo al desarrollo de la región. El proceso de extracción de hierro era laborioso y peligroso, con trabajadores que enfrentaban duras condiciones en el subsuelo. Sin embargo, la mina fue un motor de crecimiento para la comunidad, y muchas familias dependían de la actividad minera.
Con el paso de los años y la llegada de nuevas tecnologías, las minas de hierro comenzaron a ser menos rentables. En la década de 1980, la minería en Cabárceno cesó su actividad, dejando tras de sí un paisaje lleno de huellas del pasado. El cierre de las minas, aunque trajo consigo dificultades económicas para la comunidad, también abrió la puerta a nuevas oportunidades. En 1990, la antigua mina fue transformada en el Parque de la Naturaleza de Cabárceno, un proyecto que ha revitalizado la zona y ha dado un nuevo sentido a la herencia industrial de la región. Hoy en día, el parque no solo preserva el entorno natural de la zona, sino que también alberga una variedad de especies animales que viven en semilibertad, incluyendo elefantes, jirafas, osos y muchos más. El paisaje creado por las minas, con sus formaciones rocosas y lagos, se ha convertido en un entorno atractivo para los visitantes que desean disfrutar de la naturaleza y la vida salvaje. Además, el parque cuenta con rutas de senderismo, áreas recreativas y espacios educativos, convirtiéndose en un lugar ideal para familias y amantes de la naturaleza.
Las Minas de Hierro de Cabárceno no solo son un sitio de interés histórico, sino que también se han convertido en un importante destino turístico. El Parque de la Naturaleza atrae a miles de visitantes cada año, quienes vienen a explorar sus senderos, observar la fauna y aprender sobre la historia minera de la región. El parque ofrece visitas guiadas, actividades educativas y programas de conservación que ayudan a crear conciencia sobre la importancia de la biodiversidad y la historia industrial de Cantabria. Así, las Minas de Hierro de Cabárceno se han convertido en un lugar donde la historia y la naturaleza coexisten, ofreciendo una experiencia única a quienes lo visitan. Las Minas de Hierro de Cabárceno son un ejemplo perfecto de cómo la historia industrial puede transformarse en un recurso turístico y natural. A través de la conversión de las antiguas minas en un parque de naturaleza, Cantabria ha sabido aprovechar su legado, creando un espacio donde la historia, la educación y la conservación se unen para ofrecer una experiencia rica y variada. Visitar Cabárceno es no solo un viaje a través del tiempo, sino también una oportunidad para conectar con la naturaleza en su máxima expresión.
El Hombre Pez de Liérganes bien puede ser Gollum
El lugar de Los Gamos, de donde son oriundos los Brandigamo, bien podría ser Liérganes, al ser un sitio pequeño y tranquilo con un río que hay que cruzar. De lo que no hay duda es que el Hombre Pez de Liérganes bien puede ser Gollum, una criatura fluvial y degradada, si nos metemos también a describir personajes de mitología cántabra, aunque este personaje en concreto fue muy real. Porque el Hombre Pez de Liérganes existió y tuvo esas aventuras que se describen en los libros de Historia. Y sobre el bosque de árboles inquietantes que está en la Comarca, del que no se fían los hobbits, seguramente con razón, pienso que este misterio se puede situar en el pequeño bosque de pinos de Liencres, de tan fácil acceso y que da pie a bonitas excursiones por los acantilados cercanos y por las playas.
Hobbiton y la Comarca en general pueden ser el valle de olla de Matienzo
Hobbiton y la Comarca en general pueden ser el valle de olla de Matienzo, tan lleno de cuevas que los hobbits sólo tienen que preocuparse de hacer sus típicas puertas redondas para tener un poco de intimidad. Un lugar precioso, lleno de colinas, aunque tal vez demasiado montañoso para los paisajes que Tolkien describe cuando habla de la comarca. De todos modos, no faltan parajes en el norte de España que nos puedan recordar a los agujeros Hobbit que se describen en El Señor de los Anillos, como las bodegas subterráneas que hay por toda Castilla la Vieja. Y el paraje de túneles y montañas de Moria, la patria perdida de los enanos, bien puede ser el complejo kárstico del Valle de Soba y sus alrededores, donde se han descubierto simas de profundidad equivalente a la altura de las Torres Gemelas.
El puerto fortificado de Santoña y una historia real de la pelea por una ballena
Santoña podría ser el puerto de Umbar, tan disputado entre Gondor y Harad, con los numenoreanos negros o corsarios como grandes enemigos de sus parientes dunedain. La importancia militar y pesquera de Santoña es indiscutible, aunque lo ha sido mucho menos a lo largo de los siglos anteriores, cuando se estableció aquí un complejo de fortificaciones con cañones inexpugnable. También podríamos reflejar esa rivalidad entre los corsarios y los de Gondor en la interminable pelea entre los de Laredo y Santoña, la cual llegó a su culmen cuando estuvieron discutiendo por los restos de una ballena que había quedado varada entre las dos poblaciones.
El puerto de Umbar es un lugar destacado en la mitología de J.R.R. Tolkien, especialmente en su obra El Señor de los Anillos y en El Silmarillion. Se encuentra en la costa sur de la Tierra Media, cerca de las tierras de Harad, y juega un papel importante en la historia de las naciones y culturas que habitan este mundo. Umbar es un puerto formidable y estratégico, conocido por ser un importante centro comercial y militar. Originalmente, fue una de las ciudades más poderosas de los hombres del Oeste y un punto de referencia para los navegantes. A lo largo de los siglos, ha sido asociado con la corrupción y la piratería, convirtiéndose en una fortaleza de los corsarios que operan en las aguas del sur. La ciudad de Umbar está situada en un abrigo natural, lo que la convierte en un puerto seguro para sus barcos. Sus muelles están llenos de naves de guerra y mercantes, reflejando su papel como un centro de comercio y piratería. La arquitectura de Umbar es imponente, con murallas altas y edificios que reflejan la influencia de su pasado noble. Umbar tiene una rica historia que se remonta a la Segunda Edad. Fue fundada por los hombres de Númenor, quienes llegaron a establecerse en la región y crearon una ciudad próspera. Sin embargo, tras la caída de Númenor, la ciudad fue tomada por los hombres de la Tierra Media que se habían corrompido por el poder de Sauron, lo que llevó a su declive moral y a su transformación en un refugio de piratas. Durante la Tercera Edad, Umbar se convirtió en un bastión de la cultura haradrim y fue conocido por sus ataques a Gondor y a las costas del oeste. Los corsarios de Umbar eran temidos en el mar, llevando a cabo incursiones y asaltos a los barcos de la Alianza de los Pueblos Libres.
Por cierto, para los más frikis (conocedores del Silmarillion): ¿recordáis cuando los hijos de Númenor recorren el mundo en sus navíos y hasta descubren que el mundo en que se encuentra la Tierra Media es redondo? Pues bien: las técnicas marineras de los navegantes del Cantábrico fueron fundamentales para el descubrimiento de las Canarias y, más tarde, de América y otros dos continentes descubiertos por los españoles. Y el primer mapamundi de la Historia lo hizo un santoñés, Juan de la Cosa.
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Y donde te encuentres. Envíos a todo el país.
Y terminando la ruta oriental, que bordea la costa hasta la Ría de Bilbao, Castro Urdiales podría ser el puerto élfico en el que Cirdán, el carpintero de barcos, realizaba sus veleros para la última travesía de los elfos que querían abandonar la Tierra Media con rumbo a Valinor.
También sería de reseñar la gran Galerna de Viernes Santo de 1878, cuando cientos de pescadores vascos y montañeses se fueron a pique en una tormenta terrible que llevó a sus embarcaciones de remos al fondo del mar. Una tragedia que nos puede recordar a la destrucción de la flota numenoreana por los Valar.
Equivalentes cántabros a Bree y su famosa Posada del Pony Pisador
Volvemos a Torrelavega (Isengard) para tomar ahora el camino hacia el interior del país, por la ruta que lleva directamente a la Meseta (las tierras calurosas de Harad). Podríamos ponerle muchos equivalentes cántabros a Bree y su famosa Posada del Pony Pisador, ya que no faltan en la región ese tipo de poblaciones fronterizas con lo salvaje. En este sentido, podríamos comparar esta población del noroeste de la Tierra Media con el hermoso pueblo de Cabezón de la Sal, que tiene muchos ejemplos de arquitectura montañesa tradicional que nos recuerdan a la época de la Edad Media. Y según sales de esta población se encuentras con el bosque más salvaje posible, la reserva del Saja Besaya, que es el último remanente del Bosque Atlántico que cubría antes todo el norte de España. Y hablando de bosques, para los que hayáis leído El Hobbit, el Bosque Negro podría ser perfectamente el bosque de secuoyas que hay no lejos de Cabezón de la Sal y que es único en esta zona de Europa. Y el bosque de Lothlorien, donde vive la Dama Galadriel, podría ser Bárcena Mayor, ya que esta gente habita literalmente dentro de un gran bosque.
La Posada de Bree es un lugar icónico en el universo de J.R.R. Tolkien, conocido principalmente por su aparición en El Señor de los Anillos y El Hobbit. Situada en la aldea de Bree, a un día de viaje de la Comarca, la posada es un punto de encuentro crucial para viajeros, comerciantes y aventureros de diversas razas, incluidas las de los hobbits, humanos y, ocasionalmente, elfos. La Posada de Bree, también conocida como «El Poney Pisador», es un establecimiento acogedor de esta historia que refleja la atmósfera rural de la Tierra Media. Su arquitectura es típica de las construcciones de Bree, con paredes de piedra y techos de paja. El ambiente es cálido y familiar, con una gran sala común donde los clientes pueden reunirse, charlar y disfrutar de comida y bebida. El interior de la posada está decorado con objetos sencillos y rústicos, pero hay un aire de hospitalidad que hace que los visitantes se sientan bienvenidos. La chimenea siempre arde, proporcionando un refugio del frío exterior. En el bar, los taberneros sirven cervezas locales, sidra y comidas caseras, ofreciendo un menú que destaca por su simplicidad y sabor. La Posada de Bree es un lugar de encuentro clave en la narrativa de El Señor de los Anillos. Es allí donde Frodo, Sam, Merry y Pippin se encuentran con Aragorn (también conocido como Trancos) por primera vez. Esta reunión establece el tono para la aventura épica que se avecina, ya que Aragorn se convierte en un aliado esencial para los hobbits en su misión para destruir el Anillo Único.
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Una plaga peor que los orcos que infestan las fronteras de Gondor y que amenaza seriamente la seguridad de las personas y el equilibrio de los ecosistemas.
También es digno de toda la mención nuestra joyita medieval, Santillana del Mar, que sin duda nos hará sentir igual que en Bree y en pleno camino hacia las Montañas Nubladas.
La Compañía del Anillo recorrió la senda del Camino de Lebaniego
Y es que está bastante claro que la Compañía del Anillo recorrió la senda del Camino de Lebaniego para entrenar un poco antes de emprender esa gran aventura. De hecho, los acompañantes de Frodo pasaron por las Montañas Nubladas que son los Picos de Europa. Y si piensas que los lebaniegos son más amigables que los orcos, y conste que esto es una broma, recuerda el dicho local de que ni amigo lebaniego ni río por lindero. El abismo de Helm podría ser el Desfiladero de la Hermida y, en general, parajes como el de Cosgaya, donde se han realizado emboscadas muy exitosas por lo estrecho del terreno. Y entraremos en este desfiladero desde la población fortificada de San Vicente de la Barquera, próxima al mar y con una poderosa ciudadela como en el caso de Minas Tirith.
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Don Pelayo nos puede recordar también a Aragorn, ese héroe fronterizo que de pronto se convierte en rey
La rebelión de Don Pelayo fue un tema más cántabro que asturiano, como queda patente cuando atacaron a los musulmanes en la zona que históricamente se encontraba entre el Sella y el Nervión. En concreto, además, la propia naturaleza o los lugareños terminaron con los supervivientes de Al Ándalus al caérseles encima un alud de piedras que los sepultó en su vida en el paraje lebaniego de Cosgaya. Y Don Pelayo nos puede recordar a Aragorn, por ser ese héroe fronterizo que de pronto se convierte en rey por méritos propios. En este sentido, Elendil es claramente una figural al estilo de Alfonso I o Fernán González, quien crea un reino fronterizo (Castilla) a partir de la debacle de un imperio. Y el hijo de este último, García Fernández, que muere en una escaramuza sin importancia con las tropas de Almanzor, nos puede recordar demasiado a Isildur y su trágico final.
Sauron puede ser perfectamente Almanzor, un estadista guerrero tan temible que los cristianos no descansaban jamás y recorrió todos sus territorios saqueándolos a mansalva. De hecho, si hubo un general andalusí al que todos los cristianos y muslimes temieron, en toda la Reconquista, ése fue Almanzor, el gran Senescal del Califa de Córdoba.
Comillas, uno de los sitios más hermosos de toda España y recargado de Historia y cosas de arte
Pero antes de llegar a Liébana, en una parada necesaria en este Camino Lebaniego, la capital de Númenor podría ser Comillas, uno de los sitios más hermosos de toda España y recargado de historia y cosas de arte para ver. Se dice que cuando Sauron fue conducido prisionero a Armenelos, la capital numenorana, se quedó con la boca abierta y comprendió que jamás podría someter a la gente tan avanzada y poderosa, sino que tenía que buscar la manera de poner todo eso a su disposición.
Pues bien, creo que eso es exactamente es el conjunto arquitectónico de Comillas, puesto a disposición del arte y la cultura más avanzada de su tiempo antes de un declive que llegó sobre mediados de este siglo XX pasado. También nos encontraremos con las tumbas de guerreros tan importantes en España como uno de los máximos héroes de la Brigada Paracaidista, Ortiz de Zárate, que fue quien pronunció esas palabras famosas en plena guerra de Ifni:
Entraremos en Tzelata o en el cielo.
Se refería a que tomarían esta posición sahariana, que estaba siendo sitiada por fuerzas marroquíes, con un montón de compañeros en problemas, o que morirían en el intento. Un auténtico héroe en una de las últimas guerras de gran intensidad que ha tenido España, en el año 1957-58.
Gandalf puede ser perfectamente el Beato de Liébana
Liébana es seguramente la tierra de los beórnidas, puesto que aquí tienen los osos pardos cantábricos uno de sus santuarios. Afortunadamente, gracias al esfuerzo de conservación de mucha gente, entre los que cabe destacar a los voluntarios de la Fundación Oso Pardo, las colonias de osos pardos cantábricos están aumentando en número y cada vez queda más lejos esa penosa situación en la que estuvieron a punto de extinguirse del todo. Incluso con anécdotas tan lamentables como cuando se observó a una pareja de osos en plena cópula, con uno de ellos sin mano y el otro con un lazo en la cabeza: una imagen muy elocuente del estado penoso de conservación en que ha llegado a estar este tótem local, tan bello como misterioso.
Gandalf puede ser perfectamente el Beato de Liébana, que se enfrentó en una lucha desigual junto al rey de Asturias contra el imperio de Al Ándalus mientras una coalición europea lo ayudaba. También creó el Camino de Santiago junto a otros. Y esto nos lleva a que el Desfiladero de La Hermida, que lleva al corazón de Liébana desde la costa, bien podría ser ese Desfiladero o Abismo de Helm del que hablábamos antes.
Parajes llenos de misterio en la ruta hacia el Sur de Cantabria
Rivendel estaba en Las Fraguas, eso está casi claro, aunque lo cierto es que sobran parajes peculiares de este tipo en la región. Las Fraguas es el escenario de la famosa película de Amenábar llamada Los otros, protagonizada por Nicole Kidman. Un conjunto palaciego que puede recordarnos bastante a lo que todos hemos imaginado del universo de Tolkien y luego visto, en las películas, a lo largo de estos años de evocadoras aventuras.
Y si seguimos adelante, llegaremos a las tierras de Harad en la Meseta, donde empezaremos a notar el calor al que están acostumbrados los sureños y sus enormes elefantes Múmakil.
En la siguiente foto, por ejemplo, vemos cómo unos elefantes muy grandes son atrapados por la gente de Faramir con toda la gente de Harad en su interior: dos autobuses que quedan completamente atascados en la antigua rampa de Sotileza, en pleno centro de Santander. Una obra faraónica que se hizo a mano en el siglo XIX para comunicar el alto barrio de los pescadores con los playazos de lo que ahora son las estaciones de tren y autobuses, pero que ahora se ha transformado en una trampa mortal para estos últimos (fotos de El Diario Montañés y el Diario de Cantabria). Debajo de estas dos situaciones curiosas de dos autobuses en la misma trampa, los pobres, tenemos a un Dúnedain que reflexiona en este lugar carismático de Santander sobre sus próximas aventuras (el youtuber local Lobo Estepario).
En esta foto siguiente, vemos una pareja de Dunedain que patrulla por otra posible Arnor (Castilla la Vieja) antes de la fracturación de este reino en pequeños condados enfrentados entre sí: Arthedain, Cardolan y Rhudaur. Este tipo de paisaje mesetario es típico del Sur de la provincia y del Norte de las provincias de la Tierra de Campos con las que limita: León, Palencia, Burgos y Álava.
¿Violentos enanos de Moria cerca de Cantabria?
O tal vez se trate de los dundelinos del Norte hispano, que habitaban en la zona fronteriza entre reinos que bañaba el Anduin antes de su paso por Rohan. En cualquier caso, estos violentos moradores de cuevas en la frontera de la Reconquista no eran violentos de por sí, sino que claramente los obligaron a serlo.
El sitio arqueológico de Las Gobas, en el Condado de Treviño, Burgos, ha revelado una fascinante y violenta comunidad altomedieval que permaneció aislada durante más de cinco siglos en cuevas y viviendas excavadas en la roca. Esta comunidad, que habitó la región desde mediados del siglo VI hasta el XI, estaba situada en la frontera entre los reinos cristianos del norte y el Al-Ándalus islámico, un contexto histórico complejo y convulso. El estudio interdisciplinario, dirigido por el Centro de Paleogenética de Estocolmo y con la colaboración de investigadores de la Universidad del País Vasco, ha aportado luz sobre su estructura social, su vida cotidiana y la endogamia que caracterizó a esta comunidad.
Uno de los hallazgos más notables es la evidencia de violencia en los restos óseos, con señales de heridas probablemente causadas por espadas, lo cual sugiere conflictos armados frecuentes para este clan fronterizo. Esto se relaciona con el ambiente de tensión entre estados que marcaba la Península Ibérica, dividida entre los reinos cristianos y el Califato de Córdoba, especialmente a partir del siglo X. El análisis genético de 39 de los 41 entierros en Las Gobas muestra un grado considerable de endogamia y bajos niveles de ascendencia norteafricana y de Oriente Medio, lo cual es notable dado el contexto de la ocupación islámica del sur de la península. Según el investigador Ricardo Rodríguez Varela, la comunidad mantuvo una notable homogeneidad genética a pesar de la gran movilidad y los intercambios típicos de la época, lo que sugiere un aislamiento cultural y territorial.
La investigación también ha identificado la presencia de varios patógenos en los restos humanos. Entre ellos, Erysipelothrix rhusiopathiae, una bacteria que infecta a humanos a través de animales domésticos, lo que indica la relevancia de la ganadería en su economía. Además, se identificó el virus de la viruela en uno de los entierros más recientes, un hallazgo relevante porque la cepa es similar a las encontradas en otras regiones europeas, lo que implica que la viruela ya estaba extendida en Europa medieval y no necesariamente llegó a Iberia a través de las rutas islámicas, como se creía previamente. Este hallazgo en Las Gobas no solo ofrece un vistazo detallado a la vida de una comunidad medieval en una zona de frontera, sino que también reconfigura las teorías sobre el contacto y las dinámicas culturales en la península ibérica durante el periodo altomedieval. La combinación de aislamiento, endogamia, violencia y enfermedad compone una historia compleja de resiliencia en un ambiente hostil, donde la cultura y la comunidad resistieron las influencias externas durante siglos.
La Pirámide de los Italianos y el Monumento a la Columna del Águila
Y si seguimos hacia el Sur, el embalse artificial en el que está sepultado parte del Valle de Corconte nos puede recordar a la caída de Númenor, cuando esta famosa isla fue sumergida por las aguas. La tierra de Rohan, los jinetes famosos que son tan amigos de los de Gondor, podría tener su asiento en los valles de Campoo, con capital en el Castillo de Argüeso. Y merece mucho la pena detenerse en los escasos y amenazados monumentos que recuerdan uno de los enfrentamientos más dramáticos y trascendentales de nuestra Guerra Civil en esta zona: la Pirámide de los Italianos y el Monumento a la Columna del Águila. Y fuera de ideologías políticas, ya trasnochadas, son dos pedazo de monumentos épicos que nos recuerdan el sacrificio y el tremendo dramatismo de estas grandes batallas que decidieron toda la Guerra Civil entre los años 36 y 37. Los auténticos Túmulos de las tierras desérticas de los Páramos de Arnor:
Ruta de la Guerra Civil en Cantabria y Burgos
Si quieres un guía por estos misteriosos y bellos lugares, entre lo real y la leyenda, cuenta conmigo (Miguel, 623191492).
El Monte del Destino en Peña Amaya, escenario de grandes batallas por el control de la Meseta y España entera
Este paraje montañoso, que controla una enorme extensión de lo que ahora es la aproximación a la Tierra de Campos, fue capital de los cántabros antiguos, que se enfrentaron aquí en batallas tremendas contra invasores romanos, germanos o musulmanes.