La prevención de enfermedades y de infecciones de transmisión sexual (ITS) es un pilar fundamental para el mantenimiento de la salud individual y colectiva. A continuación encontrarás un texto extenso, estructurado en múltiples párrafos, que aborda en profundidad las estrategias, prácticas y recomendaciones para reducir el riesgo de contagio de ITS y otras enfermedades, así como para promover conductas saludables y responsables. Hoy comentamos sobre infecciones de transmisión sexual en Santander con varios profesionales asociados a esta labor de prevención y tratamiento de estas patologías.

La doctora Maritza González, por ejemplo, que es una sexóloga en Cantabria con mucha experiencia desde el punto de vista médico, ya que también es ginecóloga:
La educación sexual integral constituye la base de toda estrategia preventiva. Desde edades tempranas, es esencial que niños, adolescentes y jóvenes reciban información clara, veraz y adaptada a su nivel de comprensión acerca de la anatomía, la reproducción, las emociones, el consentimiento y el respeto mutuo. Una educación sexual de calidad no se limita a describir los métodos anticonceptivos o las vías de transmisión de infecciones, sino que también aborda aspectos afectivos, de género, de autoestima y de toma de decisiones. De esta manera, las personas desarrollan habilidades para negociar el uso de preservativos, expresar sus límites y deseos, y tomar decisiones informadas sobre su vida sexual y reproductiva.
Tratamiento de infecciones de transmisión sexual en Santander
El urólogo de Santander, doctor Monge Mirallas, también quiere recordar a todos los lectores la importancia de cuidarse uno mismo y pensar en los demás:
El uso correcto y constante del preservativo es una de las medidas más eficaces para prevenir la mayoría de las ITS, incluyendo el VIH, la sífilis, la gonorrea, la clamidia y el virus del papiloma humano (VPH). Existen dos tipos principales de preservativos: los de látex (masculinos y femeninos) y los de poliuretano o poliisopreno, recomendados para personas con alergia al látex. Para asegurar su eficacia, es fundamental comprobar la fecha de caducidad, almacenarlos en un lugar fresco y seco, colocarlos antes de cualquier contacto genital y retirarlos con cuidado tras la eyaculación. Asimismo, el lubricante es un aliado importante: los lubricantes a base de agua o de silicona reducen la fricción y el riesgo de rotura del condón, mientras que los lubricantes a base de aceite pueden dañar el látex y no se aconsejan.

Detección temprana de las ITS en Santander
La detección temprana de las ITS es clave para interrumpir las cadenas de transmisión y evitar complicaciones a largo plazo. Muchas infecciones, como la clamidia o la gonorrea, pueden cursar de forma asintomática, por lo que no esperar a tener síntomas es esencial. Las pruebas de laboratorio (análisis de orina, exudados genitales, serologías) deben realizarse de forma periódica en personas sexualmente activas, especialmente si tienen múltiples parejas o practican sexo sin protección. Clínicas de atención primaria, centros de salud sexual y reproductiva y ONG especializadas ofrecen tests gratuitos o de bajo costo, con confidencialidad garantizada. Un diagnóstico precoz permite iniciar un tratamiento oportuno, reducir la morbilidad y prevenir la propagación a otras personas.
Prácticas de reducción de riesgos y el autocuidado juegan un rol fundamental
La profilaxis preexposición (PrEP) y la profilaxis posexposición (PEP) representan avances farmacológicos significativos en la prevención del VIH. La PrEP consiste en la toma diaria de antirretrovirales por parte de personas VIH-negativas con alto riesgo de exposición, reduciendo la probabilidad de infección en más del 90 % cuando se sigue de forma adherente. La PEP, por su parte, se administra tras una posible exposición (por ejemplo, una relación sin protección o una agresión sexual) y debe iniciarse idealmente en las primeras 72 horas, durante un curso de 28 días. Ambos enfoques deben acompañarse de seguimiento médico, pruebas periódicas y apoyo psicológico para maximizar su eficacia y garantizar la salud integral de la persona.
Según el doctor Monge Mirallas, especialista en salud sexual en Cantabria, debemos tener cuidado con la gestión de nuestros riesgos en la vida sexual que tengamos si queremos evitar ciertos problemas.
Más allá de las barreras físicas y las intervenciones biomédicas, las prácticas de reducción de riesgos y el autocuidado juegan un rol fundamental. Conocer el estado serológico propio y el de la pareja, discutir abiertamente el historial sexual, acordar el uso de métodos de barrera y establecer reglas claras antes de mantener relaciones son conductas que fomentan la confianza y la responsabilidad compartida. Asimismo, limitar el número de parejas sexuales y optar por relaciones monógamas recíprocas —siempre con pruebas previas y periódicas— disminuye las probabilidades de exposición a patógenos.
Conductas sexuales de riesgo en Santander y Cantabria
El enfoque de la prevención de conductas sexuales de riesgo en Cantabria puede ser puramente médico, pero también cultural y de hábitos personales. Según esta ginecóloga en Cantabria, especializada en sexología, existen prácticas que para nada nos ayudan a mantenernos fuera del alcance de estas ITS:
El consumo de alcohol y otras drogas está asociado a conductas sexuales de riesgo en Santander, como en el resto del país: desinhibición, olvido o reemplazo del preservativo y toma de decisiones impulsivas. Por ello, es recomendable evitar el consumo excesivo de sustancias en contextos sexuales. Cuando se elija beber, hacerlo con moderación y mantener la conciencia de la necesidad de protección. En entornos de ocio nocturno, algunas organizaciones distribuyen preservativos gratuitos y material informativo; aprovechar estos recursos contribuye a la prevención.
La atención integral de la salud sexual incluye también la promoción de la salud genital y anal: mantener una higiene adecuada, evitar duchas vaginales frecuentes (que alteran la flora y favorecen infecciones), secar bien la zona tras el baño y usar ropa interior de algodón transpirable. En el caso de personas insertando objetos en el ano o la vagina (juguetes sexuales), es importante limpiarlos correctamente, usar preservativo sobre ellos y no compartirlos sin una desinfección adecuada. Estas medidas reducen el riesgo de infecciones bacterianas, fúngicas y de transmisión sexual.
La comunicación asertiva y el consentimiento son componentes éticos y preventivos de primer orden. Saber expresar los propios deseos y límites, escuchar al otro, respetar un “no” y negociar de forma empática son habilidades que protegen frente a situaciones de vulnerabilidad, violencia sexual y transmisión de infecciones. Programas de educación emocional y de género, tanto en el ámbito escolar como comunitario, fortalecen estas competencias y contribuyen a relaciones más sanas y equitativas.
Los riesgos y los problemas asociados a la sexualidad
Las campañas de salud pública desempeñan un papel esencial en la sensibilización y en la normalización del uso de métodos preventivos. Carteles, anuncios en medios de comunicación, redes sociales y acciones en espacios urbanos informan sobre dónde obtener pruebas de ITS, cómo acceder a la PrEP y desmontan mitos sobre la sexualidad. Cuando estas campañas incluyen testimonios reales, lenguaje inclusivo y enfoque de derechos, su impacto es mayor, ya que generan identificación y reducen el estigma asociado a las infecciones.

El estigma y la discriminación hacia las personas con ITS dificultan la búsqueda de atención médica y el diálogo abierto. Para combatirlos, es necesario promover una visión de la salud sexual basada en el respeto, la confidencialidad y el apoyo. Los profesionales sanitarios estamos capacitados en enfoques no juzgadores, que garantizan privacidad y ofreciendo siempre un trato empático, que facilita que las personas acudan a realizarse pruebas, sigan tratamientos y participen en programas de prevención.
En el nivel comunitario, la creación de redes de apoyo y grupos de autoayuda brinda un espacio seguro para compartir experiencias, dudas y estrategias de afrontamiento. Saber que no se está solo ante ninguna situación, intercambiar información práctica y recibir contención emocional fortalecen la adherencia a tratamientos y refuerzan conductas preventivas. Asociaciones de pacientes, ONG y colectivos en los que estos problemas son más recurrentes suelen ofrecer estos servicios de forma gratuita.
La investigación científica continúa desarrollando nuevas herramientas para la prevención. Entre ellas, se encuentran vacunas en estudio frente al VIH, geles microbicidas de aplicación vaginal o rectal, y tecnologías para la auto-prueba rápida en el domicilio. Estos avances prometen ampliar las opciones disponibles y facilitar el acceso a la prevención en poblaciones con barreras geográficas, sociales o culturales. Sin embargo, es imprescindible que estos productos se introduzcan acompañados de educación, provisión gratuita y seguimiento profesional. Y que la gente se mentalice de los riesgos y los problemas asociados a la sexualidad.
La prevención de ITS en Santander
Las mujeres, especialmente en entornos con desigualdades, pueden tener menos poder de negociación para el uso de preservativos. Programas que empoderan a las mujeres les enseñan a reconocer situaciones de riesgo y les facilitan el acceso a métodos de prevención contribuyen a cerrar brechas y a reducir la incidencia de infecciones. Asimismo, atender las necesidades específicas de población como homosexuales y trabajadoras sexuales, con servicios adaptados y sin discriminación, mejora los resultados en salud general.
La colaboración intersectorial —salud, educación, justicia, vivienda, medios de comunicación— refuerza las estrategias de prevención. Por ejemplo, incluir contenidos de salud sexual en los planes educativos, garantizar el acceso a preservativos gratuitos en centros penitenciarios o centros de acogida, y regular la publicidad de servicios de salud sexual son medidas que amplían el impacto de las intervenciones. La implicación de líderes comunitarios, religiosos y de opinión ayuda a adaptar los mensajes a contextos culturales diversos.
La prevención de ITS en Santander no es responsabilidad exclusiva de los sistemas de salud, sino de toda la sociedad. Cada persona puede contribuir: ofreciendo información veraz, desmontando mitos, donando a organizaciones que trabajan en salud sexual, participando en voluntariados o apoyando políticas públicas que garanticen el acceso universal a métodos de prevención y a servicios de salud. Un enfoque solidario y colectivo multiplica los beneficios individuales y reduce la carga global de enfermedades.
Prevención de enfermedades e infecciones de transmisión sexual en Cantabria
La prevención de enfermedades e infecciones de transmisión sexual en Cantabria requiere un conjunto de acciones complementarias: educación sexual integral, uso de preservativos y barreras, vacunación, acceso a pruebas y tratamientos, estrategias biomédicas como la PrEP/PEP, fomento del autocuidado, comunicación asertiva, eliminación del estigma, empoderamiento de poblaciones vulnerables, campañas de salud pública y colaboración intersectorial. Al combinar estas herramientas y adaptarlas a las realidades locales, es posible reducir de forma drástica la incidencia de ITS y mejorar la salud sexual y reproductiva de la población.
La adopción de estas medidas salva vidas, previene complicaciones a largo plazo como infertilidad o cáncer y promueve relaciones más sanas, placenteras y seguras. La responsabilidad es de todas las personas, comunidades y gobiernos: invertir en prevención es ahorrar sufrimiento, costos médicos y fortalecer el derecho de cada individuo a una vida sexual informada y protegida. Con conocimiento, diálogo y acceso a herramientas preventivas, podemos construir sociedades más saludables, libres de estigmas y con mayores niveles de bienestar para todos.