En este restaurante especializado en comida a domicilio en Santander, con una gran variedad de comida Tex Mex, tenemos verdadera vocación por el mundo del cine y del Salvaje Oeste. Sin embargo, no hay que salir de España para ver algunos olvidados ejemplos de bandidos famosos al estilo de las películas western.
El bandolerismo en España tuvo sus inicios en el siglo XVI, aunque sabemos que el fenómeno existía desde épocas anteriores, dado que el pillaje ha sido una característica inherente al ser humano desde tiempos inmemoriales y más en las zonas apartadas de países como el nuestro, con una geografía dada a “echarse al monte” con facilidad. No obstante, en términos históricos, los primeros casos catalogados como «bandoleros» datan de este periodo más reciente. Surgieron en áreas con características particulares o más propicias para que las bandas pudieran operar sin ser perseguidas por las autoridades.
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Los nachos son una opción popular de aperitivo, donde chips de tortilla se cubren con queso fundido, frijoles, carne, jalapeños y otros ingredientes al gusto. Y no podemos olvidar los tacos, rellenos de carne asada, carnitas, pollo o pescado, acompañados de cebolla, cilantro, limón y salsa picante.
El propio Pablo Escobar no dejaba de ser un bandolero hispano de toda la vida
España exportó el fenómeno del bandolerismo a Sudamérica y a las regiones que formaban parte de los Estados Unidos de habla hispana hasta mediados del siglo XIX: el propio Pablo Escobar no dejaba de ser un bandolero hispano de toda la vida, con la diferencia de que podía comerciar un producto carísimo que le convirtió en multimillonario. Sin embargo, los bandoleros clásicos españoles y americanos vivieron fundamentalmente del robo a mano armada en golpes de mano que efectuaban, por lo general, en territorios apartados. En cada uno de estos asaltos se jugaban su vida y la de los demás, lo que no deja de ser llamativo cuando recibían tantas muestras de admiración y respeto por parte de la población.
Luis Candelas, quien dejó su huella tanto en las serranías como en las calles de Madrid
Dos regiones en España donde el bandolerismo floreció socialmente durante años fueron Cataluña y Andalucía. En Cataluña, figuras como Perot lo Lladre, los hermanos Margarit, Joan de Serrallonga, Ramón Felip o Panxampla destacaron, mientras que en Andalucía se encontraban personajes como el bandido generoso, Tragabuches, el Lero, José María el Tempranillo o el Barquero de Cantillana, cuya vida inspiró el personaje ficticio de Curro Jiménez, así como los Niños de Guadix. A estos nombres se suma el de Luis Candelas, quien dejó su huella tanto en las serranías como en las calles de Madrid, donde se hizo fuerte en las cantinas cavernosas de la Plaza Mayor.
España ejerció una influencia considerable en la propagación del fenómeno del bandolerismo hacia Sudamérica
Además de Cataluña y Andalucía, el bandolerismo también estaba presente en otras regiones de España como Extremadura, Galicia, Levante, el País Vasco o las Baleares. Como se puede observar, era una forma de subsistencia en una sociedad caracterizada por la economía de señoritos, con grandes disparidades sociales, el abandono de la gente currante por parte del poder y la necesidad. España ejerció una influencia considerable en la propagación del fenómeno del bandolerismo hacia Sudamérica y vastas regiones estadounidenses, las que estuvieron bajo dominio español hasta mediados del siglo XIX. El término «bandolerismo» cuenta con sinónimos como salteadores, bandidos, forajidos o relegados, y personajes de ficción como El Coyote de José Mallorquí o El Zorro de Johnston McCulley forman parte de esta exportación del fenómeno bandolero. Además, toda la cultura del Far West está intrínsecamente ligada a este término, y se puede afirmar que figuras como Jesse James son el equivalente norteamericano de Serrallonga o el Tempranillo.
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Otro clásico es el chili con carne, un guiso abundante hecho con carne molida de res, frijoles, tomates, chiles y especias, que se sirve tradicionalmente con arroz o tortillas de maíz. Las enchiladas tex-mex son una deliciosa combinación de tortillas rellenas de pollo, carne o queso, cubiertas con salsa de chile y queso derretido.
El solitario bandolero, armado hasta los dientes y montado en su corcel andaluz
El término «bandido» proviene del latín «bannitus», que significa desterrado. Y eso es precisamente lo que eran estos individuos: personas que optaron por vivir fuera de la ley o que se vieron obligadas por las circunstancias a hacerlo. En el siglo XIX, los bandoleros eran figuras que pasaban toda su vida al margen de la legalidad, ya sea dedicándose al pillaje o uniéndose al ejército carlista. En ambas circunstancias, eran considerados marginados. Tanto en España como en los Estados Unidos, figuras como Jesse James, los Dalton, Sam Bass, Cherokee Bill o Billy the Kid se encontraban fuera de la ley y eran perseguidos por la justicia, con sus cabezas puestas a precio. Pero esto también estimuló la imaginación del pueblo hasta convertirlos en héroes dignos de canciones y elogios.
El romanticismo contribuyó a mitificar la figura del bandolero. Autores como Lope de Vega, Tirso de Molina, Francisco de Rojas, Gonzalo Céspedes y Meneses, Alfonso Castillo de Sorlozano o Miguel de Cervantes ya habían escrito sobre ellos. Incluso autores extranjeros que visitaron España dejaron su huella, como Richard Ford, en «Gatherings from Spain». O Jean-Carles Davillier en «Voyage en Espagne». O Samuel Edward Cook en «Sketches in Spain during the years 1829-1832». También Prosper Merimeé en «Carmen» o Washington Irving en «Tales of the Alhambra». De este último, hemos seleccionado el siguiente fragmento:
«El solitario bandolero, armado hasta los dientes y montado en su corcel andaluz, andar recelosamente acechándolos, como el pirata que persigue un barco mercante, sin tener valor para dar el asalto (…) el bandido y el bandolero son héroes poéticos en España entre la gente baja (…) el bandolero de las montañas no tiene en manera alguna en España el abominable carácter que el ladrón de los demás países, sino que, por el contrario, es una especie de personaje caballeresco a los ojos del pueblo».
Ford escribía a los ladrones españoles como portadores de trabucos, colgados del arzón de la silla
Richard Ford enfatizaba la importancia de los bandoleros en la narrativa sobre España al comparar una olla sin tocino con un relato sobre España sin estos personajes. Describía a los ladrones españoles como portadores de trabucos, colgados del arzón de la silla, con una cubierta de lana azul o blanca, simbolizando su deseo de saquear a los demás. Hans Christian Andersen relató una anécdota sobre Alejandro Dumas, quien antes de viajar a España, envió un cheque de mil francos a un famoso líder de bandidos, solicitándole preparar una emboscada sin provocar daños graves. El bandolero le respondió que había cumplido con el encargo y adjuntó un recibo del cheque como justificación: no hay bandido en el mundo que se resista a demostrar lo bueno que es en lo suyo y mucho más si hay dinero fácil de por medio.
En cuanto a las ventas o posadas, donde tanto bandoleros como viajeros se congregaban, Ford las describía como lugares de poca calidad, categorizadas desde malas hasta pésimas, con las últimas siendo las más comunes y auténticas, y según Teófilo Gautier, los nuevos bandoleros en España eran los posaderos, ya que representaban un peligro mayor que los caminos, al despojar a los desprevenidos clientes no con armas, sino con la cuenta.
Los cuerpos de Noguera y sus compañeros fueron expuestos al público como escarmiento
La presencia constante de estos personajes fue una de las razones que motivaron la creación de la Guardia Civil, con el objetivo de reducir el número de salteadores de caminos y garantizar la seguridad en las vías de comunicación. En diversas comarcas españolas y más en concreto en algunas, como la zona entre Murcia y Málaga, la presencia de bandoleros era una realidad común desde tiempos muy remotos. Personajes como Marcos Ferrer «el manco de Alcantarilla», la cuadrilla de Juan Marín y la de Vicente Franco, entre otros, dejaron su huella en la historia local. Destaca especialmente la historia de Juan Manuel Noguera, quien cayó abatido por la Guardia Civil el 2 de octubre de 1847 en Los Royos.
Noguera, originario de Pliego, comenzó sus actividades delictivas alrededor de 1845, aparentemente motivado por agravios políticos o desamores, según diferentes versiones. Rápidamente se ganó cierta simpatía popular como un defensor de los desfavorecidos frente a los terratenientes opresores. Sus hazañas, que se extendieron por varias comarcas murcianas, lo convirtieron en una figura legendaria, alimentada por relatos como el de Ricardo Montes, que describe cómo Noguera acabó con un impostor que se hacía pasar por él para infundir más temor. Una de las anécdotas más famosas sobre Noguera es la del herrador ciego al que obligaba a poner las herraduras al revés para despistar a sus perseguidores.
Durante dos años y medio, Noguera logró evadir la justicia en numerosas ocasiones, gracias al apoyo de personas agradecidas por su generosidad y protección. Su enfrentamiento fatal con la Guardia Civil provocó una conmoción entre la población, y su muerte fue tema de coplas populares que se transmitieron a lo largo del tiempo. El informe oficial sugiere que las acciones de Noguera estaban motivadas por objetivos políticos, asociándolo con los sublevados carlistas. Tras su muerte, los cuerpos de Noguera y sus compañeros fueron expuestos al público como escarmiento, y posteriormente enterrados en el cementerio parroquial de Caravaca. La reina Isabel II reconoció la labor de la Guardia Civil en la persecución de la banda de Noguera, premiando a los agentes destacados y elogiando su eficacia en la lucha contra el bandolerismo.
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La cocina tex-mex ofrece una deliciosa fusión de sabores y tradiciones culinarias de Texas y México. Entre sus platos más emblemáticos se encuentran las quesadillas o las fajitas, donde tiras de carne de res, pollo o camarones se cocinan con pimientos y cebollas, servidas con tortillas calientes y una variedad de acompañamientos como guacamole, salsa, crema agria y queso.
El peculiar mausoleo de Antonio «El Tonto», conocido delincuente granadino
El peculiar mausoleo de Antonio «El Tonto», conocido delincuente granadino de Pinos Puente, fallecido en enero de 2018, ha convertido al pequeño cementerio local en un lugar de interés. Su tumba, adornada con una escultura a tamaño real que representa fielmente su persona, atrae la atención de quienes lo visitan. La representación de Antonio no es una típica estatua clásica en mármol blanco, sino que refleja su vida moderna en el siglo XXI. Viste prendas de marca reconocidas, como un plumas Moncler, una camiseta negra con una cadena de oro, una pulsera de Versace y un anillo de tres diamantes. En sus manos sostiene un costoso reloj Rolex Yacht-Master de oro amarillo, así como tres teléfonos móviles, un bolso Gucci, un paquete de tabaco Marlboro y un mechero, todos ellos reproducidos en bronce.
Esta representación detallada de Antonio refleja su estilo de vida y sus posesiones terrenales, como si estuviera listo para continuar su vida en el más allá. Su extravagante mausoleo no solo llama la atención por su diseño, sino que también despierta la curiosidad sobre la vida y las actividades de este personaje local. En el pequeño cementerio de Pinos Puente, una localidad granadina, descansa Antonio F.C., conocido como Antonio El Tonto o el ‘Pirata de los camiones’, en un imponente mausoleo de mármol blanco. Sobre este mausoleo, se erige una escultura a tamaño real que captura fielmente su imagen. Ésta no es una historia común de un cementerio, pero es que Antonio El Tonto no fue un hombre común. Él fue un hombre moderno del siglo XXI y así se refleja en su monumento funerario. Si bien podrías esperar una estatua clásica en mármol blanco, lo que encontrarás es una representación detallada de Antonio, vestido con sus atuendos habituales y rodeado de sus posesiones terrenales. Desde un plumas Moncler hasta un Rolex Yacht-Master de oro amarillo, su escultura funeraria está meticulosamente diseñada para representar su estilo de vida de gánster cani. La figura de Antonio, sentada en una actitud relajada, parece como si estuviera charlando en la plaza del pueblo con su primo. Y pronto, el mausoleo será aún más llamativo. Se espera que una réplica a tamaño real de su Ferrari favorito se instale pronto, completando así la imagen de su vida terrenal.
Antonio El Tonto fue un personaje polémico en vida, conocido por sus actividades delictivas. Su muerte en la cárcel de Jaén en enero de 2018 marcó el fin de una vida tumultuosa. Con más de sesenta detenciones y una reputación de ser uno de los delincuentes más activos de la provincia, su vida fue tan controvertida como su extravagante mausoleo. Antonio El Tonto dejó una marca indeleble en la memoria de su comunidad. A pesar de su turbulento historial delictivo, era apreciado y tenía una considerable base de seguidores en Pinos Puente y sus alrededores. Este afecto se manifiesta claramente en las flores frescas que adornan su mausoleo. Aunque sus acciones delictivas fueron audaces y controvertidas, muchos en la comunidad aún lo recuerdan con ese cariño inexplicable al tratarse de un criminal. Su carácter carismático y su estilo de vida extravagante pueden haber contribuido a su popularidad entre algunos sectores locales. Aunque su reputación se vio ensombrecida por sus actividades criminales, para algunos sigue siendo una figura emblemática de la región.
El Asalto al tren correo en Manzanares, en 1872
El robo del tren correo ocurrido en Manzanares el 31 de marzo de 1872 dejó una marca indeleble en la memoria de España. Capturado en un grabado publicado en el semanario La Ilustración Española y Americana, este suceso revela la violencia y el caos que se desataron durante el incidente.
En el centro de la imagen, los bandoleros aparecen subidos al techo del vagón, disparando al interior, reproduciendo fielmente la escena del guardia civil herido en un ojo durante el asalto. A la izquierda, se representa el momento del disparo contra el cómico de Granada, mientras que a la derecha, el teniente, sable en mano, intenta repeler el ataque de los bandoleros. Este grabado ofrece una representación visual de los eventos ocurridos durante el robo del tren en Manzanares, ilustrando la violencia desatada por los bandoleros. En un contexto donde la fiebre de los bandoleros estaba en su apogeo, la Guardia Civil fue creada para enfrentar esta amenaza, que ponía en peligro el desarrollo ferroviario y comercial del país.
El asalto al tren en Manzanares fue un ejemplo de la audacia de los criminales y la necesidad urgente de medidas para garantizar la seguridad en las vías ferroviarias. Como expresó un periodista de la época, este incidente destacó la vulnerabilidad de la región y la importancia de protegerla contra futuros ataques, ya que España estaba haciendo el ridículo en cuanto a persecución del crimen se refería.
Mediante una trampa, la Guardia Civil dio un golpe letal a los bandoleros toledanos
El 13 de octubre de 1880 quedó grabado en la historia como el día en que la Guardia Civil protagonizó una gesta legendaria al aplastar a los bandidos más crueles de España. Aquella jornada, conocida como el «tren del oro», marcó un punto de inflexión en la lucha contra el bandolerismo en los Montes de Toledo. Los líderes de las bandas de «Los Juanillones» y «Los Purgación» planearon un asalto al tren correo de Andalucía, con la esperanza de hacerse con un botín que les convertiría en verdaderos señoritos de La Mancha. Sin embargo, la Guardia Civil recibió un chivatazo y tendió una trampa a los bandidos.
En un enfrentamiento que se desató en la noche, tras el chivatazo de unos confidentes, las fuerzas del orden se enfrentaron a los criminales, logrando repeler su ataque y capturar a varios de ellos. El saldo final incluyó la muerte de varios bandidos y la captura de otros, marcando así el principio del fin del bandolerismo en la región. La valentía y el buen hacer de la Guardia Civil en esta operación fueron reconocidos con recompensas y felicitaciones por parte de las autoridades. Esta gesta no sólo significó un golpe letal para las bandas de bandoleros toledanos, sino que también reafirmó el papel crucial de la Guardia Civil en la lucha contra el crimen en España.