Hablamos con un experto en trabajos forestales en Cantabria sobre la conservación de lo más preciado que tenemos: nuestro impresionante mundo natural, con sorpresas tan increíbles como estos viejos y enormes árboles de la región más hermosa y sus vecindades. Carlos Osma, del Grupo Multiservicios Osma, nos comenta las bondades de este mundo un poco desconocido de los árboles y sus trabajadores:
Los trabajos forestales en Cantabria desempeñan un papel vital en la gestión sostenible de sus extensos bosques y espacios naturales. Esta región, caracterizada por su rica biodiversidad y paisajes montañosos, cuenta con una industria forestal activa que abarca una variedad de especies y actividades que podemos hacer para conocerlo todo sin dañar nada.
Los árboles más grandes de Cantabria
No se puede amar lo que no se conoce, nos dice Carlos. Es importantísimo que los niños salgan al campo y se hagan amigos de su propio entorno, de los árboles tan maravillosos como éstos que vamos a contar aquí. Entre las actividades económicas y de conservación que podemos hacer en los bosques se incluyen la reforestación, el mantenimiento de senderos y áreas recreativas, la prevención de incendios forestales y la gestión de recursos madereros. Los trabajadores forestales en Cantabria realizamos labores como la tala selectiva de árboles, la poda, el desbroce de maleza y la recolección de productos forestales no madereros, como setas y frutos silvestres.
El árbol más gordo de Cantabria: la Nazerona es un castaño de Cillorigo de Liébana
Como el resto de los seres vivos, tienen una capacidad de supervivencia y longevidad increíbles, en muchos casos, al final los árboles se mueren después de pasar primero por una vejez que puede ser tan larga como el resto de su vida. Éste es el caso del Eucaliptón de Viérnoles, que en los últimos tiempos presenta ya señales inequívocas de que está en las últimas. Una larga vida arbórea que ha visto pasar generaciones de humanos a su alrededor y que ha albergado en su tronco, ramajes y raíces a un montón de otros seres vivos pequeños que se han aprovechado de la ingente cantidad que proporciona un gigante de estas características.
El Eucaliptón de Viérnoles es el tercer árbol más grueso de Cantabria y se encuentra en una situación de muerte inminente.
El eucalipto no es ni mucho menos una especie autóctona, sino que ha sido traído de Oceanía para darlo por su impresionante velocidad de crecimiento y desarrollo. Ha ocupado un papel importantísimo en la industria del papel, pero como nota negativa se puede decir que ha sustituido en gran medida a los cultivos tradicionales de árboles autóctonos y a las propias especies silvestres, cuyo crecimiento más lento no interesa por motivos económicos y hace que este tipo de árboles sobren en los pastizales y cultivos.
Árboles singulares de Cantabria
Nuestros antepasados guardaban mucho cariño por los árboles singulares, alrededor de los cuales se reunían para decidir las cosas. inclusive se han dado historias curiosas de emigrantes españoles, a América y otros lugares, que en sus cartas han preguntado por el nombre cariñoso que les pusieron los antepasados a estos árboles. Como si estuvieran preguntando por otro miembro más de la familia o del pueblo, pero uno que además era muy importante y del que se acordaban y al que añoraban en el exilio. Y claro, los árboles se vienen arriba, en el sentido del amor propio, y hasta se tumban en un derroche de confianza total, como el Roble Tumbado de Bujilices. El segundo árbol más grueso de Cantabria.
Como nos dice Carlos Osma, de esta empresa de trabajos forestales en Cantabria:
Cuando un árbol está tumbado o torcido, por lo general, o si recibe un rayo o algún tipo de traumatismo importante, o se seca en parte, resulta muy fácil que la tendencia a partir de ese momento sea a una vida corta y a una muerte más o menos rápida en términos arbóreos.
El árbol más alto de Cantabria es una secuoya roja: más de 50 metros
Y el segundo, con casi la mitad de altura, es un roble albar en Llanderetas, Liébana, superando los 28 metros. Como dice Carlos:
Creo que ni las fotos ni las mediciones logran capturar completamente la grandeza de este árbol. Solo al estar debajo de él se puede apreciar su enorme tamaño. Su copa es sumamente amplia y se divide en tres imponentes ramas a una altura de aproximadamente 5 metros, mientras que el tronco se ensancha notablemente en su base, a unos 3 o 4 metros del suelo. Durante la copiosa nevada de finales de octubre de 2018, perdió gran cantidad de ramas, aunque milagrosamente ninguna rama principal se desgajó. Este roble se encuentra a unos 1.310 metros sobre el nivel del mar, en un bosque compuesto principalmente por hayas y robles albares, los cuales, al estar más adaptados a nevadas tempranas, no sufrieron muchos daños. Sin embargo, el bosque de Quercus pyrenaica, que se encuentra por debajo de esta altitud, resultó gravemente afectado. La circunferencia del árbol, medida a 1,30 metros del suelo, es de 7,10 metros (medición realizada el 30 de noviembre de 2018 por Alberto Cuervo).
Este haya común en los bosques de Ruente se encuentra entre los 20 más altos de España. A la derecha, una poda en altura en Burgos, realizada con el equipo especializado y la maquinaria adecuada para estas tareas tan difíciles y peligrosas.
El árbol más grande de Cantabria jamás registrado: el Cajigo del Cubilón
Es una especie autóctona, aunque parece una auténtica secuoya por su tamaño de película: un cajigo o roble común que alcanzó las enormes proporciones que vemos en las fotos y que ya es Historia, seco y muerto desde hace ya varios años. Sus restos todavía impresionan a los viandantes que se acercan para ver lo que fue una auténtica torre natural. Este gigante cántabro asumió el segundo puesto de los árboles con más circunferencia de España, justo detrás de un drago milenario de casi 18 metros de cintura. Sin embargo, nuestro gigantón tuvo el récord insuperable de haber conseguido esa circunferencia en muchos menos siglos de vida.
En este gigante llegaron a caber tres parejas de vaca tudanca juntas, dentro de su hueco, antes de que la ruina natural de toda criatura viviente le llegara, después de siglos de existencia. La foto de la izquierda es de 1912, de antes de la I GM y poco antes de que el árbol se quemase, hace casi un siglo.
Aquí abajo, fotos de robles muy grandes en Cantabria que pasaron a mejor vida, también en este bosque de árboles singulares de Ruente:
Los árboles singulares se consideran así por sus proporciones y por su edad
Carlos Osma se ha pasado la vida en lo rural y se nota por su amor al medio natural que todos deberíamos cuidar. Y para ello no hay nada más apropiado que contar con empresas de trabajos forestales en Cantabria o la zona en que nos encontremos.
Los árboles singulares se consideran así por sus proporciones y por su edad. No es fácil llegar a una edad elevada ni aunque seas un árbol fuerte, ya que tu propia altura te condena a recibir los rayos en las tormentas, puesto que los árboles actúan como pararrayos en el medio salvaje. También la mano del hombre puede ser muy dañina con los árboles, así como la acción de otros animales, que no siempre actúan en simbiosis perfecta con los árboles que visitan. Y luego están las enfermedades y otros problemas, como la sequía o el viento que a veces azota el ramaje demasiado fuerte y acaba tumbando estas estructuras naturales gigantescas que son los árboles.
Aquí vemos los árboles más altos (izquierda) y los más viejos (derecha) según la página monumentaltrees.com. Sin embargo, en la lista de la derecha no me cuadra que no sea la Encina de Hoz de Anero la que lidere el ranking. Ahora hablaremos de ella. ¿Tal vez no lo cuentan ya por haber muerto hace unos 40 años?
Los árboles más viejos de Cantabria: la encina de Hoz de Anero
Y pasa mucho, todavía en la actualidad, que los vecinos se ponen las pilas cada vez que cualquiera de estos árboles singulares se pone enfermo o empieza a secarse en la localidad en la que echó raíces hace tantos años. Es como si el espíritu del pueblo se pusiera enfermo también y que se fueran a perder algo muy amado y que lleva toda la vida con ellos.
Esto es lo que sucede con la difunta Encina de Hoz de Anero. La desaparecida encina (La Encinona), perdida por varios factores entre los que destaca una fuerte nevada, fue el árbol mítico bajo el cual se reunió una de las autoridades locales más importantes y carismáticas. Bajo la Encinona de Hoz de Anero se ha congregado el cabildo de la Merindad de Trasmiera durante casi mil años. La nieve propició su caída, sí, pero no su muerte definitiva, que vino después. Desde aquí nuestro pequeño homenaje a este símbolo de nuestra tierra, de todo lo que merece ser conservado más allá de los recuerdos porque a veces, la verdad, la muerte sí se puede evitar y no faltan las acusaciones de haberse cargado tal o cual árbol mítico.
Pasa mucho, incluso cuando están muertos, que estos árboles parecen sacar un soplo de vida de toda la potencia natural que han ido acumulando en su interior durante generaciones humanas. Y siguen brotando ramas y hasta frutos de su carcasa ya marchita. Esto es lo que pasa con el Castaño de San Julián, en Burgos. También hemos hecho muchos trabajos forestales en Burgos y no es para menos, pues la masa de árboles y montes que tenemos que gestionar en el Norte es inmensa.
Trabajos forestales en Cantabria y Burgos
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Los árboles singulares de Campoo y Valderredible
Aquí presentamos algunos de los árboles singulares de Campoo de Suso, que explicamos abajo por orden de izquierda a derecha:
El impresionante tejo de La Lomba.
El nogal anciano y casi moribundo conocido como «El Abuelo», ubicado en el pueblo de Hoz de Abiada. En su apogeo, este árbol exhibía diez ramas enormes y una copa que se proyectaba sobre 400 m2 de terreno. A pesar de haber perdido gran parte de su follaje, aún conserva su esqueleto, lo que nos permite imaginar cómo lucía en su estado original.
Y la majestuosa Cagigona de Abiada. Se trata de uno de los árboles más imponentes de Cantabria, con un tronco que mide alrededor de 7 metros de circunferencia y una envergadura que alcanza los 40 metros. Destaca especialmente por la amplitud y equilibrio de su frondosa copa.
Limpieza de pueblos y caminos en Cantabria
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El roble es un árbol al que le han atribuido propiedades mágicas
El roble es un árbol autóctono al que nuestros antepasados le han atribuido propiedades mágicas y de contacto con los dioses desde hace muchísimos miles de años. De hecho, su carácter sagrado queda demostrado con una anécdota que sucedió con un roble que fue alcanzado por un rayo en tiempos de Nerón. Semejante conjunción de un rayo sagrado de Júpiter con un árbol no menos importante, desde el punto de vista religioso, llamó la atención de inmediato a los que fueron testigos de este momento sagrado y que rodearon de inmediato el tronco con hachas votivas que sumaban el número de doce. Esto se interpretó como un augurio de que el general que estaba por entonces al mando del norte de España, Servio Sulpicio Galba, iba a ser rodeado por doce electores con las doce fasces o hachas sagradas que caracterizaban la comitiva del César. Por lo tanto, esto significaba que ese general sería César más pronto que tarde y así fue, pues él mismo se puso en la cabeza de un golpe de Estado contra Nerón y marchó sobre Roma para tomar el poder una vez que este extravagante César se hubo suicidado.
Carlos Osma defiende el recuerdo y la importancia ancestral de todas las especies de árboles, ya que tenemos muchísimos ejemplares autóctonos que son muy singulares.
Aquí vemos un precioso ejemplar de haya común gigantesca en Cantabria (Fagus sylvatica), que se puede encontrar en los bosques de Ruente en el corazón de la Reserva del Saja Besaya. La circunferencia del árbol, medida a un tamaño de 1,30 metros, es sobre 4 metros. El haya es un árbol autóctono menos robusto que el roble, pero no menos hermoso y evocador. La verdad es que da gusto ver estas enormes masas de vegetación elevarse hasta esas alturas.
El tilo más grande de su especie en Cantabria
El Pinón es el árbol que da su nombre a la impresionante finca rural y ajardinada de los Diaz Bustamante, en Los Corrales de Buelna. bastante afectado por las tormentas. En la misma hay más árboles impresionantes como un tejo magnífico o este tilo pateado que se muestra a la derecha. En sus trabajos de poda y jardinería en Cantabria, que combinan con sus tareas en el monte, Carlos Osma destaca la existencia de algunos hermosos jardines donde se albergan ejemplares únicos:
Hace ya más 10 años, en noviembre de 2009, cayó un rayo sobre un árbol legendario en El Pinón. Un Tilo Plateado (Tilia Tormentosa) que recibía a la entrada a todo aquel que lo visitaba. Era hasta la fecha el tilo plateado más grande en Cantabria, con un tronco de 5 metros de perímetro, víctima de los vientos y de las acciones de algunos humanos, que tampoco ayudaron mucho.
Los antiguos cántabros se suicidaban con el veneno del tejo
El tejo también es un árbol que tiene muchas connotaciones en la cultura antigua de nuestros antepasados. De hecho, los antiguos cántabros se suicidaban con el veneno del tejo cuando ya no podían servir para la guerra o eran hechos prisioneros, no pudiendo soportar ni lo uno ni lo otro. Ni la vejez que les condenaba a estar lejos de las armas que tanto amaban ni una vida de esclavitud para el enemigo.
Abajo vemos un roble pedunculado, en actitud de tumbar en cualquier momento, del cual pondremos más reseñas más adelante. A su derecha, un tejo magnífico, también en Burgos.
Los castaños son árboles que toman unas formas muy curiosas cuando van creciendo y viven muchos años. Esto lo saben bien los habitantes de la comarca donde se encuentran las antiguas y romanas minas de Las Médulas, puesto que existe un castañar impresionante en las cercanías de este yacimiento arqueológico.
Rutas de árboles singulares de Cantabria en ruta separadores
Ahora os vamos a proponer unas cuantas rutas que comprenden a los árboles más singulares de Cantabria. Algunos de ellos son muy fácilmente accesibles porque se encuentran cerca de núcleos urbanos o en el propio centro de los mismos, pero otros echaron sus salvajes raíces en lugares de bastante difícil acceso.
Uno de los reservorios más importantes de árboles singulares en Cantabria es la Reserva del Saja Besaya y, en concreto, las localidades de Ruente y Ucieda, donde se encuentran muchos de nuestros arbóreos protagonistas.
También hay otra ruta muy importante de árboles singulares en el valle de Liébana, cuya mejor conservación natural ha permitido este crecimiento desmedido de muchos de los árboles de los que vamos a hablar aquí. Y encontraremos también una mayor variedad por la con función de climas diferentes que se dan en este valle tan peculiar.
También hay bastantes árboles curiosos en la zona de Campoo y Valderredible, como no podía ser de otra manera cuando son dos áreas muy extensas y con mucha naturaleza salvaje en su interior.
Muchos de estos árboles singulares de Cantabria están en jardines privados o parques públicos
Por otra parte, si queremos ver árboles interesantes sin necesidad de ponernos las botas de montaña, hacerlo en lugares como Santander o Torrelavega, donde podemos encontrar unos eucaliptos enormes, así como en el jardín increíble de los Diaz Bustamante en Corrales de Buelna. Porque muchos de estos árboles singulares de Cantabria están en jardines privados o parques públicos y han sido cuidados con todo mismo por los propietarios y los ayuntamientos.
Según la opinión de Carlos Osma, quien se ha criado en pueblos y está orgulloso de esa identidad tan nuestra, los ayuntamientos deberían implicarse más en los trabajos forestales y el cuidado de montes en Cantabria:
En todos estos lugares salvajes que hemos mencionado reina el lobo y a veces hasta el oso pardo cantábrico, dos especies que gozan ya de una salud excelente en cuanto a conservación y cuya problemática ha vuelto a ser ahora los daños que causan en el ganado y que nadie repara. Pero los animales salvajes, al igual que la flora, a la que pertenecen estos gigantes de los que vamos a hablar ahora, no son patrimonio de ninguna persona en concreto y tampoco son responsabilidad de una persona en concreto, sino que todos debemos hacernos cargo de una herencia que hemos recibido y que también nuestros padres antes que nosotros disfrutaron. Un entorno natural mágico que no podría ser posible sin nuestros amigos los árboles, esos compañeros silenciosos que nos dan frescor y oxígeno. Que nos proveen de madera para calentarnos o hacer barbacoas o materiales de construcción y muebles.
Pérgolas bioclimáticas en Cantabria
La mejor forma de disfrutar de tu jardín y espacio privado, más pequeño o más grande, con árboles centenarios o sin ellos, es una pérgola bioclimática.
Los ayuntamientos deberían implicarse más en los trabajos forestales y el cuidado de montes en Cantabria
Los árboles forman parte de la cultura local y nacional hasta extremos tan fuertes como que pueden salir en las banderas, como en el caso del Líbano, o en las condecoraciones militares, como es el caso de Alemania. Los animales salvajes más importantes de la región han dejado su huella más física en estos árboles, como cuando los osos se rascan o liman sus uñas en las cortezas, dejándonos un recuerdo muy visible de que pasaron por allí antes de que nosotros pudiéramos siquiera sentirlos. Pero por allí han estado.
Nuestros antepasados fueron grandes viajeros que recorrieron el mundo entero mucho antes que ninguna otra civilización y se trajeron muchos recuerdos con ellos. En ocasiones, también, las semillas de lo que luego iban a ser algunos de estos gigantes, los cuales fueron plantados en parques y jardines privados para goce y disfrute de los dueños y de otras personas. Por la parte que me toca, mi participación de tantos años en cuidado de jardines en Cantabria me ha enseñado mucho a conocer las distintas especies vegetales y a valorar, sobre todo, a estos gigantes amables que son los árboles singulares.
La llegada de las secuoyas a Cantabria supuso un antes y un después en este proceso, ya que sus proporciones gigantescas rompen todas las marcas autóctonas. Son los árboles más grandes del mundo y sacan más que la cabeza a los robles más altos de por aquí, aunque los grosores de los troncos de algunos árboles singulares autóctonos de Cantabria y las provincias vecinas son impresionantes. También su longevidad. Pero la región tiene mucho más que ofrecer que esto, incluso en el tema de los árboles, que los hay para todos los gustos.