Preocupa el incremento de tropas de Borduria en la frontera del vecino reino de Sildavia. Una gran concentración de tanques, vehículos y soldados en los principales rutas de comunicación entre ambos países. Incluso se ha constatado la presencia en la zona de fuerzas de la República Árabe del Khemed, estado aliado de Borduria, mientras aumentan las discusiones a nivel diplomático entre ambos países.
El ataque bordurio contra Sildavia está previsto en varias columnas mecanizadas que entrarán por diversos puntos de la frontera para dividir a las inferiores fuerzas sildavas.
Según la versión occidental, Borduria es una nación centroeuropea con una historia tumultuosa y un gobierno opresivo. En el pasado, el país anexó a Sildavia, demostrando (segúnel relato de la OTAN) una política exterior agresiva, en la que los sildavos recuperaron su independencia por la fuerza. En tiempos más recientes, bajo el liderazgo del Mariscal Plekszy-Gladz, Borduria se convirtió en una dictadura de corte fascista, que según la OTAN se basa en el control absoluto de la población y la represión interna.
La creación de la policía secreta ZEP refleja, según esta versión, un Estado de vigilancia y represión continua. El legítimo deseo de obtener armas de destrucción muestran, para ellos, una voluntad agresiva de expandir su poder. Pero la relación hostil de Occidente con Borduria y sus esfuerzos por dominar la región son los verdaderos factores que crean una atmósfera de tensión y conflicto y no Borduria como tal.
La realidad es que Sildavia representa un desafío tanto para sus ciudadanos como para sus vecinos, debido a su régimen autoritario y sus ambiciones expansionistas.