Servicio de enterrador en Santander, Cantabria
¿Estás buscando un enterrador para tu localidad? Nosotros podemos ayudarte, con un personal cualificado y serio y la sensibilidad que sabemos que implica esta tarea tan delicada.
Necrópolis cántabras: tumbas a medida, excavadas en la roca
Servicio de enterrador en Cantabria
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En Castrillo de Valdelomar, en Valderredible, existe una pequeña colina rocosa en la que nuestros antepasados han excavado tumbas antropomorfas. Las hay de varios tamaños, incluso para niños, debido a la alta mortalidad de estas épocas.
Sepulturero en Cantabria: las tumbas romanas en la región
Una joven cántabra que murió hace dos mil años
Un padre de lo que hoy es Cangas de Onís enterró a su querida hija, hace unos dos mil años, bajo una lápida en la que podemos ver un caballo. Es probable que el animal ayudase a la muchacha en esa otra vida, en la que su padre le animaba a vencer.
“Monumento dedicado a los dioses manes. Dovidero (lo erigió) a su querida hija Flavia, de 20 años. ¡Que venzas, Flavia!”
Necrópolis de Juliobriga: arte funerario en Cantabria
Los romanos fueron pioneros en la planificación funeraria en Cantabria, de modelo municipal, con grandes cementerios que situaban en las cercanías de los caminos. En Julióbriga, sin embargo, los colonos godos que vinieron después, cristianos devotos, se enterraron todos en torno a la iglesia de Rebolledo. Para estar más cerca del altar.
Servicio de sepulturero en Santander, Cantabria
Tumbas medievales en la catedral de Santander
Se trata de una accesible muestra medieval funeraria en Santander, pues estos sarcófagos de piedra se encuentran en el claustro de la Catedral. Pertenecieron a nobles locales, de los tiempos en que Santander era un pequeño pero importante puerto europeo.
Joya funeraria en San Vicente: el sepulcro del inquisidor Corro
Es una obra maestra del Inquisidor Corro, semejante al Doncel de Sigüenza, pero con la vestimenta de un clérigo del Siglo de Oro. Un sepulcro renacentista de un importante cargo eclesiástico, el Inquisidor Antonio Corro, labrado en mármol por Juan Bautista Vázquez el Viejo. El suelo de toda la iglesia está formado por tumbas de la época.
Capilla funeraria de Comillas (Palacio de Sobrellano)
La familia del Marqués de Comillas se caracterizó por su fortuna y su gusto por el arte, pero también por su gran espiritualidad. De hecho, construyeron una hermosa iglesia privada, en cuyo sótano se enterraron. Y el resultado es impresionante, incluso dentro de la riqueza artística funeraria de Comillas.
Tumba de Menéndez Pelayo: icono funerario de Santander
Es una de las joyas del arte funerario en Santander. Un sarcófago de piedra en cuya tapa descansa una escultura que representa a Don Marcelino Menéndez Pelayo**, uno de los historiadores más importantes de España. Recuerda un poco al estilo del Doncel de Sigüenza, pues también se encuentra tumbado y con un libro entre las manos.
El cuerpo del sabio viajó hasta aquí desde Ciriego, el Cementerio de Santander más espacioso y artístico, donde su familia poseía un bello panteón.
Pirámide de los italianos en Corconte: la tumba más polémica después del Valle de los Caídos
Está de moda hablar de la construcción de la Pirámide de los Italianos, pero deberíamos considerar este asunto en el contexto histórico específico de la Guerra Civil Española y la participación de Italia en el conflicto del lado franquista. La presencia de Galeazzo Ciano, ministro italiano de Asuntos Exteriores y yerno de Mussolini, en la inauguración de este monumento, subraya la conexión entre el régimen fascista italiano y el bando franquista en España.
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El diseño de la Pirámide de los Italianos, con sus elementos futuristas, fascistas y racionalistas, refleja la ideología y estética de la época, así como la glorificación de los caídos en combate. La referencia a Mussolini con la entrada en forma de «M» es un claro ejemplo de cómo se buscaba vincular el monumento con la figura del líder fascista italiano. ¿O tal vez era una M de masonería? Mucha gente se pregunta esto a sabiendas de que Franco pertenecía a una famosa de asentada tradición masónica.
El hecho de que los cuerpos de los combatientes fueran exhumados décadas después y reubicados en otros lugares refleja los cambios políticos y sociales que tuvieron lugar en España desde entonces, con una progresiva marginación del bando ganador en todos los aspectos. La pervivencia del mausoleo también ilustra cómo los monumentos conmemorativos pueden adquirir nuevos significados, reflejando las evoluciones políticas y culturales de la sociedad. Según parece, la afición por la Historia se ha impuesto en este asunto y la pirámide seguirá asombrando a propios y extraños, al menos por ahora. La Pirámide de los Italianos en Corconte es un monumento que encapsula la historia compleja y controvertida de la Guerra Civil Española, la intervención extranjera y los ideales políticos de la época, así como los cambios posteriores en la memoria histórica y la interpretación de estos eventos.
Servicio de enterrador en Cantabria: monumentos funerarios del siglo XIX.
La última generación del siglo XIX, en el Norte de España, fue testigo de una auténtica belle epoque de comercio con América y auge cultural. Y esto se manifestó también en los cementerios, pues de estos años datan los mejores exponentes de la riqueza funeraria de Santander, Castro, Comillas y otras importantes localidades montañesas.
Panteón de la familia Sel: belleza funeraria en Castro Urdiales
El cementerio de Ballena de Castro Urdiales es Bien de Interés Cultural desde 1994 y guarda grandes paralelismos con otra joya funeraria de Cantabria: el Cementerio de Ciriego. Ambos fueron erigidos en una época de esplendor regional, en pleno auge comercial del Norte de España con América, por lo que no se escatimó en gastos. Se eligieron parcelas volcadas al mar y se llamó a los mejores arquitectos y escultores del país.
El Cementerio de Castro fue proyectado por Joaquín Rucoba y Octavio de Toledo a finales del siglo XIX. Y este increíble panteón fue diseñado por Leonardo Rucavado, siendo construido en 1909. Los materiales empleados son mármol y piedra caliza local, con elementos de bronce. Los ángeles son comunes en los cementerios de esta época y representaban optimismo, en la idea de una vida futura, más allá de la muerte. Sin duda la obra Cumbre funeraria de Castro Urdiales y una de las mejores de la región y del país entero.
Panteón de Adolfo Pardo: obra maestra funeraria en Santander
Fue edificado en la misma piedra de la misma cantera que el de la familia Sel, de Castro. El estilo es neorrománico-bizantino, siendo la única construcción de esta escuela artística en el Cementerio de Ciriego. Los capiteles están muy decorados y el techo está erigido en bóvedas de medio punto, con una cúpula central sobre el crucero. Tiene mosaicos en su exterior y, adentro, pinturas al fresco de Gerardo Alvear.
Pero, ¿quién era Adolfo Pardo? Un naviero montañes que se arruinó tras la Guerra Mundial. Fue el anterior propietario de lo que es actualmente la casa de la familia Botín, en el Promontorio, emplazada junto al Hotel Real. Un miembro de esta familia, Jesús Pardo, ha sido un prolífico periodista y escritor, con libros centrados en Santander como “Ahora es preciso morir”, en el cual se advierte este ambiente melancólico de una burguesía santanderina en declive.
Monumento a las víctimas del Machichaco
Santander ha tenido días peores que el del gran incendio de 1941. Si algo marcó a la última generación del siglo XIX fue la inesperada explosión de un vapor, el Machichaco, que se aproximó a nuestro puerto, en 1893, con un incendio en cubierta y un cargamento de dinamita en las bodegas. El resultado fue una masacre sin parangón en la Historia de España, incluso hoy.
El drama humano que supuso la explosión del Machichaco, a finales del siglo XIX, queda patente en los recuerdos que permanecen en Santander desde entonces. Se trata de la mayor catástrofe no militar de la Historia de España, con casi seiscientos muertos. Y el sencillo monumento del cementerio de Ciriego nos recuerda, con la columna partida que lo preside, que muchas vidas se perdieron en un triste instante.
El angel exterminador, famosa estampa funeraria de Comillas
Las fechas vuelven a coincidir en torno a la explosión del Machichaco, en 1893, cuando se ampliaron y diseñaron tantos cementerios de localidades importantes de Cantabria. Y de nuevo, los mejores artistas de España acudieron al llamado del dinero regional. Gaudí fue el más conocido y nos dejó el Capricho de Gaudí, pero la riqueza artistica funeraria de Comillas le debe mucho también al arquitecto modernista Lluís Domènech i Montaner.
O al escultor Josep Llimona, suyas manos forjaron la famosa escultura del Ángel Exterminador. Se trata del Ángel apocalíptico Abadón, Ángel del Abismo sin Fondo, pensada en orígen para adornar el mausoleo del hijo mayor del Marques de Comillas. Hoy, sin embargo, vigila las ruinas de esta antigua iglesia medieval, abandonada hace siglos, en cuyo interior se encuentra el Cementerio de Comillas.
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