El hombre que se había atrincherado en un primer piso, ayer, en la calle Respuela de Santa Cruz de Bezana forzó la participación de la Unidad de Seguridad Ciudadana (USECIC) de la Guardia Civil a intervenir en la vivienda. El hombre, de mediana edad, estaba tirando objetos por la ventana hacia la calle y dejó la vivienda destrozada. La unidad de intervención del Instituto Armado ha logrado acceder a dicho piso, finalmente, tirando la puerta abajo y reduciendo a este hombre de mediana edad. Hoy hablaremos con un psicólogo de Torrelavega sobre este tipo de crisis, a veces espectaculares, que tienen razones profundas y necesitan siempre de tratamiento.
A la entrada de la vivienda, este hombre, que parecía ser víctima de alguna crisis importante, ha recibido a los agentes con múltiples objetos contundentes y puntiagudos. Finalmente, la situación ha quedado resuelta por los agentes con el apoyo de sanitarios y bomberos. Según las fuentes consultadas por este medio, la situación del hombre podría estar provocada y agraviada por algún posible trastorno de tipo psicológico o psiquiátrico. A última hora de esta tarde, el incidente, que congregaba a múltiples servicios de emergencias en la calle Respuela, entre ellos bomberos de Santander, ambulancias del 061, Policía Local y Guardia Civil, quedaba resuelto y con el hombre en cuestión reducido. No fue una tarea fácil.
Hablamos con un psicólogo de Torrelavega, Cantabria, sobre estas crisis y brotes
El afectado en cuestión tiró media casa por la ventana y la otra media, y estoy hablando de muebles y hasta de persianas y demás, la utilizó para atrincherarse en la creencia absurda de que realmente la policía no iba a poder entrar cuando quisieran y como quisieran. Sin embargo, a pesar de haber bloqueado todas las posibles vías de entrada, se lo acabaron llevando. El ambiente era de folklore en Bezana y todo el pueblo prácticamente estábamos aquí mirando si salía o no salía el tipo, por lo que la policía insistió bastante en que los curiosos se alejaran y, sobre todo, que no sacasen fotos.
Podría ser un familiar vuestro y no os gustaría que estuvieran haciendo fotos y vídeos.
Incluso el jefe de estación de tren se vino arriba y se creyó también que era parte de la policía, por lo que empezó a censurar a la gente que estábamos mirando en el andén lo que sucedía con una perspectiva buenísima.
O cogéis el tren u os marcháis, nos decía, pero ante el poco caso que se le hacía y las contestaciones que le dieron unos chavales se vino más arriba y empezaron los insultos. Incluso pensé que iba a haber bofetadas en la misma estación por estas estupideces cuando un tercer señor se metió en la discusión. También hubo otro paisano por allí que se vino arriba con bastante agresividad, porque parecía tener relación cercana con el señor atrincherado en el piso. Realmente parecía una película de Berlanga.
La empatía y la sensibilidad que requiere la persona que está sufriendo este brote
También había un mediador intentando tranquilizar al señor del piso y todo el mundo pudimos escuchar sus frases conciliadoras y hasta los acercamientos que hicieron personas que le conocían y que manifestaban su voluntad de querer ayudarlo y su preocupación.
Comentamos con un psicólogo de Torrelavega estas cosas, ya que no son tan infrecuentes estos brotes o estas crisis.
En una situación como ésta es preciso valerse de toda la empatía y la sensibilidad que requiere la persona que está sufriendo este brote. Evidentemente nadie destroza su propia casa y tiene razón por la ventana si no está pasando por una crisis de algún trastorno psiquiátric o incluso una crisis pasajera de mucha ansiedad. En cualquier caso, la mediación suele ser la clave para conseguir que la persona se relaje y no sienta que está siendo atacada o juzgada o culpada por alguna situación. La comprensión y la escucha son factores importantes cuando una persona se encuentra de alguna forma contra las cuerdas y explota en una crisis de estas características. A menudo se están dejando atrás las necesarias visitas a un psicólogo o un psiquiatra para poder diagnosticar y ayudar a la persona. Esto de la policía lo sabe muy bien y por eso cada vez más actúan con la perspicacia y la humanidad que requieren estos casos.
El valerse de personas conocidas y hasta de amigos de la persona que está sufriendo este episodio es una táctica habitual de los mediadores para que dicha persona se dé cuenta de que la policía y el mundo en general no están conspirando contra él o ella. Es una forma muy buena también de aproximarse a lo que puede ser incluso un paciente psiquiátrico está completamente fuera de control y que puedes sentir sensaciones como miedo, soledad y hasta distintas paranoias. Es muy típico que estos pacientes se encuentren en una especie de peligro irracional en un momento de crisis y que cualquier intento de tranquilizarlos fracase porque están predispuestos a pensar que desde el exterior están todos contra ellos. Es una sensación de soledad y de alerta muy difícil de explicar para quien no la ha vivido nunca y hasta los propios pacientes no son capaces de explicarse cómo estaban así en esos momentos. Y si la persona ha tomado ciertas sustancias de abuso o alcohol es muy probable que la crisis, si es que no viene causada por este consumo de por sí, sea mucho más complicada.
Por eso tenemos que implicarnos en la ayuda inmediata de estas personas y en comprender que ponerse violentos de inmediato con ellos o contestarles con las mismas malas formas que a lo mejor están usando no es el mejor camino. Por ejemplo, en este caso, este señor estaba tirando las cosas por la ventana como una forma de comunicar algo. Su impotencia para manejar la situación que estaba viviendo en ese momento. Y a la vez es una forma de decir que necesitan ayuda.