¿De dónde provino realmente el VIH? Una investigación de 10 años sigue viva desde los 90 y sugiere que el VIH puede rastrearse hasta la vacuna contra la polio. Se trata de la tesis expuesta en el famoso y controvertido libro del periodista británico Hooper: “The River”, pero que en realidad proviene en primer lugar de un artículo publicado en Rolling Stones por parte de otro periodista estadounidense. Una teoría que se debilita con las pruebas disponibles, según afirmó Roger Highfield, en Daily Telegraph (Reino Unido), en septiembre de 2000. Pero dichas pruebas han sido rebatidas con bastante lógica por Hooper y la realidad contrastable hasta hoy es que ninguna otra teoría sobre el origen del SIDA ha podido competir en pruebas e indicios con ésta. La realidad tozuda de que la propia comunidad científica mundial insiste en que estamos ante un auténtico misterio.
El origen del SIDA en una vacuna oral contra la polio de Hilary Koprowski
La de Hooper es una tesis tan seria que promovió una reunión de la Royal Society. Un gran debate para discutir uno de los mayores misterios médicos de todos los tiempos, los orígenes del SIDA, que culminó en ese año 2000. Y lo hizo en el más notable alboroto mediático en la academia científica desde su fundación en 1660. Bajo las luces de las cámaras de televisión, ante un bosque de micrófonos y ante un apretado grupo de prensa, un científico negó ser un asesino en masa; un periodista rechazó la afirmación de que su teoría (que una vacuna salió mal) podría poner vidas en riesgo; y muchos periodistas se quedaron de piedra cuando uno de ellos revivió la idea de que el SIDA pudo nacer cuando una investigación de guerra biológica salió horriblemente mal.
En 1999, el misterio del SIDA se resolvió supuestamente por Edward Hooper, un experiodista de la BBC. En su extenso y polémico libro, «The River», construyó una montaña de evidencia que sugería que el SIDA podía rastrearse hasta el momento en que el Prof. Hilary Koprowski y el Dr. Stanley Plotkin desarrollaron una vacuna oral contra la polio llamada CHAT. Según su relato, todo habría sucedido en pleno corazón de África, con epicentro en lo que fue la colonia del Congo Belga, y con varios laboratorios y gobiernos occidentales implicados en la situación.
El clímax del debate se produjo en una conferencia en Londres, precisamente un año exactamente antes del 11S.
Una asociación geográfica fuerte entre los primeros casos de SIDA y donde se usó la vacuna
Hooper afirmó que lotes de la vacuna de la polio podrían haber sido cultivados en células de riñón de chimpancé en el Congo, tanto en el Instituto Wistar de Filadelfia como en Bélgica. De esta manera, sostenía que la vacuna estaba contaminada con el SIV del chimpancé, la versión simia del VIH-1 (el virus del SIDA más común). La vacuna se administró a alrededor de un millón de personas en lo que entonces era el Congo Belga, Ruanda y Burundi entre 1957 y 1960: y así habría nacido el SIDA.
Hooper citó diversas pruebas: una asociación geográfica fuerte entre los primeros casos de SIDA y donde se usó la vacuna; el hecho de que el Prof. Koprowski nunca especificó qué primates utilizó para cultivar su vacuna y que el riñón de chimpancé era una elección obvia; y que los registros relevantes y las muestras de la vacuna han desaparecido de laboratorios y archivos gubernamentales.
Un prestigioso científico murió mientras buscaba evidencia en la jungla sobre el origen del SIDA
El caso presentado en su búsqueda de 10 años, que lo dejó con una deuda de £40,000, era circunstancial. Pero fue suficiente para reclutar a un poderoso aliado en el Prof. Bill Hamilton, quien ayudó a organizar la reunión de la Royal Society. Desafortunadamente, mientras buscaba evidencia directa en la jungla, Hamilton sucumbió a la malaria y falleció a principios de este año. ¿Una oportuna muerte de un verdadero científico que podía respaldar la tesis de Hooper, un tenaz y valeroso periodista, pero demasiado solo ante el mundo farmacéutico al que desafiaba?
Este hombre, Bill Hamilton, es uno de los héroes indiscutibles de esta historia. Un científico de verdad que se puso las botas y se fue a hacer un trabajo de campo que es peligroso, como demostró con su fallecimiento por contraer una enfermedad tropical mientras buscaba pruebas sobre el terreno en vez de pontificar desde despachos y cátedras.
Desde mi punto de vista, aunque me faltan muchos datos para entender de verdad un asunto tan complejo, esta historia tiene como tres héroes, es sólo uno verdaderamente un científico y los otros dos son periodistas de investigación. Pero es que una sociedad no se construye sólo sobre un perfil determinado de personas, muchos los que tenemos que estar empeñados en descubrir la verdad y luego en poder divulgarla. Y los periodistas de investigación a veces no tienen los conocimientos científicos para evaluar ciertos temas, pero sí tienen ese poder de comunicación y divulgación.
Tom Curtis – periodista.
Edward Hooper – periodista.
Bill Hamilton – científico. Muerto en acto de servicio.
¿Cuántos enigmas no esconderá lo profundo de la jungla, no ya sobre quiénes somos o de dónde venimos, sino incluso sobre temas de urgente interés actual como éste? La verdad es que estamos ante un problema de unas dimensiones y unas implicaciones muy grandes, con mucha gente de alto nivel involucrada en la gestión de las distintas epidemias. Y todos hemos visto la escasa libertad con la que se ha podido debatir en los tiempos de esta última pandemia. Por lo tanto, como le ocurre a cada vez más millones de personas por todo el planeta, la desconfianza en la comunidad científica y esas soluciones es cada vez mayor en éste que os habla. Porque no se puede tener al árbitro en nómina y al servicio exclusivo de ningún equipo.
Pero Hooper presentó nuevas pruebas. Citó a Louis Bugyaki, un veterinario de Stanleyville en el antiguo Congo Belga, ahora Kisangani, quien dijo que le habían dicho que se cosechaban riñones de chimpancé para enviarlos a Estados Unidos, posiblemente para fabricar vacunas. Hooper declaró que «han surgido dos pruebas concluyentes en los últimos dos meses». Los desarrolladores de la vacuna habían erigido «una cortina de humo» y que sólo habían refutado «detalles menores».
Los escépticos de esta teoría señalaron que, aunque resultaba una tesis intrigante, Hooper confiaba demasiado en rumores y muy poco en hechos concretos: afirmaciones extraordinarias requieren evidencia extraordinaria. «No hay pistola, no hay bala, no hay tirador, no hay motivo«, dijo el Dr. Plotkin. «Sólo hay humo creado por el Sr. Hooper».
Argumentos a favor y en contra de la teoría del origen del SIDA en la vacuna contra la polio
El Dr. Plotkin había preparado una contraofensiva para parar los argumentos del periodista. Hooper afirmó que los primeros casos de SIDA coincidieron con campañas de vacunación con CHAT. Pero el Dr. Plotkin dijo que los primeros casos se agruparon en ciudades, lo cual no es sorprendente para una enfermedad de transmisión sexual: «La oportunidad de transmisión sexual y un ambiente de prostitución es mayor en tales espacios urbanos». Sin embargo, también hay que pensar que en África también se da el éxodo rural hacia las ciudades y, al final, todos los problemas que puedan surgir en el campo terminan concentrados en entornos urbanos.
Casos inusuales que Hooper destacó como vinculados a la vacuna son cuestionados por el Dr. Plotkin. En uno, afirma que la vacuna se usó en niños, cuando el SIDA se registró por primera vez en un adulto. Otro caso se atribuyó a un ensayo de vacunación realizado realmente a 500 millas de distancia y el Dr. Plotkin dijo que Hooper «malinterpretó la ubicación del pueblo».
Hooper incluso sugirió que la epidemia de SIDA se sembró en América cuando se vacunaron con CHAT a los hijos de presos de Nueva Jersey. Pero el Dr. Plotkin dice que habló con el médico que diagnosticó los primeros casos de SIDA y descubrió que no eran los mismos que los niños vacunados.
El Dr. Plotkin asimismo señaló que un lote de la vacuna CHAT probado en el Congo (lote 13) también se usó en Estados Unidos y Polonia: sin embargo, no hubo casos de SIDA resultantes. El ataque de Plotkin se centró en la afirmación de Hooper de que se utilizaron chimpancés. Una colonia de chimpancés que fue mantenida por el Prof. Koprowski para pruebas de vacunas cerca de Stanleyville. Pero esto se debía a que debían probar la reacción de los simios al CHAT en cuanto a seguridad antes de empezar con los ensayos en las personas. Pero Hooper consiguió hablar con varios trabajadores europeos y africanos de este laboratorio en Stanleyville, sobre extremos que luego se han querido negar por parte de los defensores de Koprowski, como la utilización de tejido extraído de chimpancés congoleños para producir vacunas. Otro científico europeo, Osterrieth, se encontraba igualmente implicado en esta situación.
Todos negaron que se hubieran utilizado chimpancés
El laboratorio provincial allí era «primitivo» e incapaz de producir vacunas, dijo el Dr. Plotkin. Sin embargo, Hooper ha afirmado que se trataba de unas instalaciones (abandonadas por largo tiempo en la actualidad) que resultaron las más punteras del África Negra. Tampoco indican los registros que se hayan utilizado para cultivar las células de chimpancé. El jefe del laboratorio de virología y otros dos testigos le dijeron al Dr. Plotkin que nunca se les ocurrió hacerlo, pero, claro: todo eso constituiría las pruebas de su negligencia al causar una enfermedad mucho peor que la polio. Este científico que confrontaba esta tesis “conspiranoica” encontró también documentos de hace 40 años que mencionan el uso de «riñón de mono», no de riñones de simio (chimpancé). Pero las células de macaco, que no portan el SIV, estaban disponibles para este equipo. «¿Por qué, entonces, usarían células de chimpancé?» Éste era el argumento del Dr. Plotkin.
Intentó descubrirlo acercándose a 16 miembros del equipo que creó CHAT, la vacuna contra la polio que está en el foco del huracán. Y todos negaron que se hubieran utilizado chimpancés, sino sólo macacos. Algunos parecieron retractarse de lo que le habían dicho a Hooper. En la reunión, Abel Prinzie y Paul Osterrieth, del Laboratorio de Stanleyville afirmaron con vehemencia que habían sido tergiversados en «The River», siendo éste uno de los principales argumentos que se debatieron y siguen siendo polémicos hasta hoy.
Durante la conferencia de prensa, Hooper afirmó que algunos testigos habían sido abordados con declaraciones preescritas que se negaron a firmar. Un médico que había firmado estaba muriendo de Alzheimer y Parkinson: estaba demasiado enfermo para saber lo que estaba respaldando. El Dr. Plotkin respondió que el testigo se estaba recuperando de una infección respiratoria, estaba lúcido y había estado lo suficientemente bien como para regresar a casa antes de morir. Invitó a Hooper a inspeccionar las transcripciones utilizadas para redactar las declaraciones.
Diferentes lotes que se fabricaron en diferentes laboratorios y no probaron uno utilizado en el Congo
Los psicólogos han sabido durante años que la evidencia de testigos presenciales es falible. Los teóricos de la conspiración también argumentarían que los desarrolladores de la vacuna, por supuesto, negarían todos los cargos. Los científicos, por otro lado, no se contentan con basarse en anécdotas. Quieren pruebas contundentes. Pruebas anteriores en CHAT no encontraron VIH ni SIV. Pero el Dr. Plotkin, entre otros, insistió en realizar nuevas pruebas tras la publicación de «The River». Se prepararon siete muestras de la vacuna de 40 años, incluido el lote 13 bajo sospechas, y se realizaron controles. Laboratorios independientes en Francia, Alemania y Estados Unidos realizaron estas pruebas. Uno buscó virus relacionados con el SIDA, otro evaluó el tejido animal utilizado para fabricar la vacuna y un tercero llevó a cabo ambas pruebas.
El Prof. Claudio Basilico de la Universidad de Nueva York presentó los resultados. No se encontraron rastros de SIV, VIH-1 ni evidencia de que la vacuna se haya fabricado con células de chimpancé. No había nada que respaldara la hipótesis de la vacuna, dijo. Pero dudaba de que esto satisficiera a Hooper: «Es algo difícil refutar una teoría que no se basa en ningún hecho». Hooper respondió que diferentes lotes se fabricaron en diferentes laboratorios y que los lotes probados no incluyeron uno utilizado en el Congo.
Diferentes tipos de chimpancés en la polémica del origen del SIDA
El libro «The River» fue objeto de otra crítica por parte de la Dra. Bette Korber, del Laboratorio Nacional de Los Álamos, Nuevo México, y la Prof. Beatrice Hahn de la Universidad de Alabama. «No confiamos en que la gente nos cuente historias. Confiamos en la secuencia genética, que es como un fósil», dijo la Prof. Hahn.
Hasta la fecha, el único SIV estrechamente relacionado con el VIH-1 se ha aislado de chimpancés del centro-oeste de África, coincidiendo con el epicentro de la pandemia de VIH-1, mientras que los chimpancés de Stanleyville fueron capturados en el centro de África ecuatorial. Estudios del VIH a nivel molecular «brindan la evidencia más clara sobre los orígenes del SIDA», según informó el Prof. Paul Sharp de la Universidad de Nottingham en la reunión.
Hooper ha intentado desacreditar la conexión entre el VIH y los chimpancés del centro-oeste de África frente a los del Congo
Hooper ha intentado desacreditar la conexión entre el VIH y los chimpancés del centro-oeste de África. Según él, su SIV condujo a un grupo de VIH-1 (denominado N), pero el grupo más común del VIH, M, fue desencadenado por CHAT. Esto es «falaz», afirmó el Prof. Sharp, argumentando que ambos grupos, M y N, están relacionados equidistantemente con el virus de los chimpancés del centro-oeste de África: nacieron en el mismo lugar. Hooper «no entiende cómo interpretar los árboles evolutivos».
Las diferencias en el VIH y el SIV, junto con el conocimiento de la tasa de mutación del virus, se pueden utilizar como un reloj molecular para determinar cuándo surgió el ancestro común. Esto sugiere que el «virus de Eva» probablemente nació mucho antes que CHAT. La Dra. Korber explicó que, dada la diverSIDAd de los virus del SIDA hoy en día (hay 12 subtipos, además de variantes menores), Eva surgió antes de 1940. La verificación provino de la Dra. Anne-Mieke Vandamme de la Universidad de Lovaina, Bélgica, que utilizó métodos y datos diferentes. Hooper argumentó que diferentes SIV de chimpancés podrían haber pasado a los humanos en 1957-60, a través de diferentes ensayos con CHAT (la vacuna contra la polio). En otras palabras, él cree que muchos subtipos surgieron para infectar a los chimpancés de Stanleyville, por lo que el ancestro viral común, Eva, estaba en un chimpancé y no en un humano.
Un solo riñón se puede utilizar para fabricar 100,000 dosis de vacuna
Esta versión de la génesis del SIDA implicaría que docenas de virus divergentes tendrían que haber contaminado la vacuna contra la polio, según el Prof. Sharp. Esto parece un uso pródigo de animales, dado que un solo riñón se puede utilizar para fabricar 100,000 dosis de vacuna. Además, si se hubieran utilizado muchas cepas y hubiera habido una tasa tan alta de infección, habría habido una alta tasa de recombinación, es decir, unión de tipos de virus. Pero el árbol evolutivo del grupo M muestra subtipos distintos de virus y poca recombinación durante su diversificación temprana. El Prof. Sharp también describió nuevos estudios sobre cómo el SIV se convirtió en VIH, que sugieren que la cubierta proteica del virus simio se adaptó a los humanos «mucho antes» de lo que Hooper afirma que las personas fueron infectadas.
Otro problema para Hooper fue descrito por el Dr. John Beale: la preparación de la vacuna probablemente mataría al SIV y al VIH (el riñón se descompone usando tripsina, una enzima que dañaría los virus, al igual que el tratamiento térmico y los ciclos de congelación y descongelación).
Hooper argumentó que sus opositores no tenían muestras de VIH anteriores a esta vacuna de la polio
El discurso de clausura, descrito por un delegado como una «crítica devastadora», fue pronunciado por el Prof. Robin Weiss de University College London, co-presidente. Después, el Prof. Weiss dijo que, si se hubiera sometido a votación, Hooper habría perdido abrumadoramente. Hooper contraatacó diciendo que la reunión fue manipulada. «Más de dos docenas de los presentes me han contactado desde entonces para expresar su inquietud por la forma en que ciertas sesiones fueron cargadas, en el último momento, con opositores. Y también me comentaron cosas sobre el discurso partidista de cierre del Prof. Weiss». Se hizo un «esfuerzo concertado» para aniquilar su teoría «y ese esfuerzo fracasó», afirmó. Los escépticos sólo lo convencerían si encontraran muestras de VIH que precedieran al uso de CHAT (la infección más antigua se ha rastreado hasta el Congo en 1959).
La polio fue considerada una crisis similar al SIDA en ese momento
Dado que, incluso hoy en día, la refrigeración es poco común en África, esta aparentemente razonable solicitud de pruebas contundentes es un desafío considerable. Según los contrarios a la teoría de Hooper, el Prof. Weiss sería «partidista» porque, a pesar de las protestas de este atrevido periodista, muchos científicos creyeron que su caso estaba mal montado y que fue fatalmente debilitado por las nuevas pruebas.
La gran ironía es que la polio fue considerada una crisis similar al SIDA en ese momento, dijo el Prof. Koprowski, quien probó CHAT en sí mismo y en sus hijos. Se quejó de que lo habían apodado el «padre del SIDA» y que la «fantasía» de Hooper, hoy en día, estaba perjudicando los esfuerzos para combatir la polio en Kenia, donde la iglesia había advertido a las madres que la vacuna contra la polio está contaminada con el VIH. Cincuenta años después de que diera la primera vacuna de la polio a un niño, uno de los mayores esfuerzos para erradicar una grave enfermedad «puede estar comprometido» ahora.
Ideas especulativas sin pruebas frente a teorías que sí tienen sentido, como la de Hooper
Entonces, ¿qué causó el SIDA? La teoría predominante hasta ahora es que un cazador o vendedor de carne de animales salvajes se infectó, después de estar expuesto a la sangre de chimpancé, al capturar o destazar al animal. Ésta sigue siendo la forma más fácil de explicar los datos moleculares: una sola transferencia de SIV a un humano alrededor de 1930. Pero esto sí que nadie puede demostrarlo. Y no es la única posibilidad sin base que la “Ciencia” esgrime para explicar el gran tabú médico de nuestro tiempo. El Prof. Charles Gilks dijo en la reunión que se usó sangre de chimpancé para introducir malaria de chimpancé a los pacientes, induciendo una fiebre alta para «cocinar» las bacterias que causan la sífilis. Pero no se sabe de ninguna prueba que avale semejante chapuza médica y más parece una forma de enfangar la más probable tesis sobre el origen del SIDA hasta hoy, que es la de Hooper.
Otros argumentos afirman que el SIDA puede haberse propagado por la amplia reutilización de agujas no esterilizadas en la lucha contra la sífilis durante los años cincuenta, agregó Preston Marx, de la Universidad de Tulane en Luisiana. Fue entre las guerras mundiales que el precio de las jeringas bajó al punto de que se utilizaron ampliamente, pero siguieron siendo lo suficientemente caras como para fomentar la reutilización en países pobres de África. Una situación más probable que podría explicar mucho más que la propagación del VIH-1: podría dar cuenta del surgimiento del VIH-2, la cepa menos común del SIDA, que está más estrechamente relacionada con un virus que infecta a otro mono, el mangabey negro, en África occidental. Pero estas ideas sí que son especulativas y no cuentan con ninguna prueba, por más que sus defensores se empeñen en aniquilar teorías que sí tienen sentido. Como la de Hooper.
No son creíbles las teorías de chimpancés que nos contaminaron de repente, en tiempos tan recientes
Los orígenes del SIDA siguen siendo un misterio y esto no supone un gran argumento frente a teorías bien armadas como la que Hooper trajo a colación hace más de 20 años. Y no son creíbles las teorías de chimpancés que contaminaron de repente, en tiempos tan recientes, a seres humanos que han cazado y convivido con estos animales por cientos de miles de años. ¿Por qué entonces surgió el SIDA, precisamente, en el último siglo de nuestra larga Historia en común con todos los primates? ¿Acaso no es casualidad que todo esto pasara, precisamente, en un siglo XX en el que la mayor preocupación del Poder es la propagación del “virus humano”? Es decir, la superpoblación que estos poderosos dicen combatir y combaten con todo tipo de anticonceptivos, abortos y cambios culturales tan profundos como el desarrollo del colectivo LGTB, que por lo general no produce más seres humanos.
No resulta demasiado objetivo que la propia comunidad científica que ha respaldado todo este tema oficialista del VIH, así como de otras emergencias sanitarias, sean los mismos que se dediquen a hacer las pruebas de sus propias vacunas y muestras. Así no hay forma de estar seguros nunca de que la han fregado, como dicen en México, o de que han hecho algo raro, puesto que no hay conflicto de intereses ninguno entre quien audita las cosas y quien está siendo señalado por una gravísima equivocación. Una criminal equivocación.
La verdad es que no deja de ser sospechoso todo esto, pues si algo ha funcionado por encima de todas estas medidas anti procreación ha sido el temor mundial al contagio del SIDA y otros males de tipo venéreo. ¿Puede ser casualidad que el virus que más ha afectado a la procreación humana se haya generado, precisamente, para venir a contentar a esta genocida casta minoritaria de sectarios que dominan el mundo? Unas personas con un poder irresistible que están obsesionados con controlarnos y que nos quieren por debajo de los 500 millones de personas, tal y como rezan las Piedras Guía de Georgia. ¿No será que se cumple aquí también esa máxima del autor de Sherlock Holmes de que siempre, el que más provecho saca de un crimen, es el asesino?