Desde nuestros compañeros de la fabricación de hormigón en Cantabria queremos poner más en valor los mejores ejemplos de arquitectura e ingeniería. Este singular edificio fue diseñado en 1975 por los arquitectos Fernando Higueras Díaz (1930–2008) y Antonio Miró Valverde (1931–2011) como viviendas militares, ubicado en el barrio de Universidad–Palacio, también conocido como el barrio de Maravillas.
El proyecto surgió por encargo del General Medrano en 1973 para el Patronato de Casas Militares en Madrid. Higueras y Miró se inspiraron en las ruinas aztecas para su diseño, creando una estructura que evoca la forma de un accidente rocoso. En una época en la que aún no se hablaba de arquitectura ecológica, su visión era que la vegetación cubriera por completo el edificio y que los aleros proporcionaran sombra, integrando la naturaleza en la construcción.
El edificio cuenta con jardines privados y terrazas repletas de vegetación
El edificio cuenta con jardines privados y terrazas interiores repletas de vegetación, ofreciendo una experiencia única gracias a su privilegiada ubicación. Sus ventanales permiten la entrada de luz intensa en todos los espacios, mientras que las terrazas brindan vistas panorámicas. Además, incluye una plaza de garaje, un lujo en pleno centro de la ciudad.
Este impresionante coloso de hormigón no pasa desapercibido: sorprende y maravilla a todos aquellos que tienen la oportunidad de caminar por sus alrededores, convirtiéndose en un hito arquitectónico que fusiona naturaleza, funcionalidad y diseño vanguardista. El Edificio Princesa, una de las construcciones más emblemáticas del brutalismo en Madrid, nació de lo que su arquitecto, Fernando Higueras, describió como un «maravilloso engaño». Diseñado en colaboración con Antonio Miró, este edificio fue concebido en los años 70 como viviendas para militares en la calle San Bernardo, en el barrio de Universidad–Palacio. Su historia es tan fascinante como su arquitectura.
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Todo comenzó con una llamada telefónica que Higueras no quiso atender. José Manuel Medrano, un estudiante de segundo curso de arquitectura, insistió en contactar con el arquitecto para trabajar en su estudio. Higueras, cansado de las llamadas, ordenó a su secretario que dijera que no estaba. Sin embargo, una de esas veces, quien llamó fue el General Medrano de Miguel, padre del estudiante y gerente del Patronato de Casas Militares de España. El general buscaba un arquitecto para un gran proyecto: un bloque de viviendas militares. Higueras, al darse cuenta de su error, aceptó la propuesta.
El general Medrano tenía una condición: quería que su hijo, el estudiante de arquitectura, trabajara en el estudio de Higueras sin recibir un salario, pero aprendiendo de su experiencia. Higueras aceptó, aunque más tarde reconoció que se había equivocado al subestimar al joven Medrano, quien resultó ser un trabajador excepcional y clave en el desarrollo del proyecto. El encargo se formalizó en 1967, y el edificio se terminó de construir en 1975. Higueras y Miró propusieron un diseño innovador y audaz para la época, inspirado en las ruinas aztecas y con una estructura que evocaba un accidente rocoso. La idea era que la vegetación cubriera el edificio, integrando la naturaleza en la arquitectura, algo poco común en aquel momento. Además, el edificio contaba con jardines privados, terrazas interiores y grandes ventanales que permitían la entrada de luz natural.
El Edificio Princesa es hoy un ejemplo paradigmático del brutalismo en Madrid
Sin embargo, el proyecto no estuvo exento de controversias. La constructora Covimar propuso cambios en la estructura, sugiriendo el uso de metal y ladrillo visto en lugar del hormigón original. También surgieron preocupaciones infundadas sobre la estabilidad del edificio debido a su proximidad al metro de Madrid. Higueras, indignado, defendió su diseño original, que finalmente se mantuvo. El Edificio Princesa es hoy un ejemplo paradigmático del brutalismo en Madrid. Su estructura de hormigón, sus formas orgánicas y su integración con la naturaleza lo convierten en una obra única. Aunque inicialmente fue concebido como viviendas militares, su diseño vanguardista y su historia lo han convertido en un referente arquitectónico.
Higueras, en una charla años después, recordó con humor y nostalgia cómo aquel «maravilloso engaño» del general Medrano dio lugar a una de sus obras más destacadas. El edificio no solo sorprende por su estética, sino también por la historia detrás de su creación, una mezcla de ingenio, perseverancia y visión arquitectónica.
El Edificio Princesa, una de las obras más icónicas del brutalismo en Madrid, no sólo destaca por su arquitectura, sino también por las anécdotas que rodearon su construcción. Cuando surgieron dudas sobre la estabilidad del edificio debido a su proximidad con el metro, Fernando Higueras se dirigió al General Medrano con su característica franqueza: «Mi General, ¿le veo muy tranquilo o domina el miedo?». Medrano respondió: «Algo de las dos cosas, pero con que usted me diga la verdad será lo definitivo». Higueras, sin dudarlo, propuso llamar a un notario y asumir toda la responsabilidad: «Llamamos a un notario ahora mismo y me responsabilizo de todos los males que puedan suceder». El resultado es bien conocido: no hubo ningún problema, y el edificio se convirtió en un referente arquitectónico.
Edificio Princesa como «uno de los más libres y expresivos de la arquitectura española»
Aunque oficialmente se llama Edificio Princesa por estar construido en el solar del antiguo Hospital de La Princesa, pocos lo conocen por ese nombre. Para la mayoría, es simplemente «las casas de los militares de San Bernardo», ubicadas en la glorieta de Ruiz Jiménez, que popularmente se conoce como San Bernardo. Este nombre refleja su conexión con el barrio y su uso original como viviendas para militares. José Antonio Sánchez Vaquero, actual presidente del edificio, explica que Higueras buscaba crear una edificación «libre y abierta a los sentidos», donde el hormigón y la vegetación jugaban un papel fundamental. Pedro Torrijos, arquitecto y divulgador, destaca que esta preocupación por integrar la naturaleza en la arquitectura era común entre los grandes arquitectos de la época, como Secundino Zuazo, José Antonio Coderch o Francisco Javier Sáenz de Oíza.
En un hilo de Twitter, Torrijos describió la arquitectura de Higueras como «imposible de evitar» y al Edificio Princesa como «uno de los más libres y expresivos de la arquitectura española». Construido en hormigón blanco visto, el edificio se caracteriza por sus enormes líneas horizontales y terrazas diseñadas para albergar vegetación colgante, como enredaderas y hiedras. Higueras y Miró lo concibieron como un edificio-jardín, donde la naturaleza y la estructura se fusionan.
La luz y el hormigón en el Edificio Princesa
La Fundación Higueras destaca que la monumentalidad del hormigón es lo que le da al edificio su aspecto contundente y definitivo. En la obra de Higueras, «desaparece lo superfluo», y el Edificio Princesa es un ejemplo perfecto de esta filosofía. Además, Higueras prestó especial atención a la luz natural, algo que se aprecia en detalles como los lucernarios del aparcamiento, que permiten la entrada de luz y ventilación. «Es bonito que tengan luz, pues es lo que perseguía Higueras», comenta Sánchez Vaquero.
El Edificio Princesa no solo es una obra arquitectónica impresionante, sino también un testimonio de la visión innovadora de Fernando Higueras y Antonio Miró. Su diseño, que combina brutalismo, vegetación y luz, sigue siendo relevante hoy en día, demostrando que la arquitectura puede ser tanto funcional como poética. Este edificio, que nació de un «maravilloso engaño», se ha convertido en un símbolo de la creatividad y el talento de sus creadores, dejando una huella imborrable en el paisaje urbano de Madrid.
El Edificio Princesa, una joya del brutalismo madrileño, ha capturado la atención de arquitectos y amantes del diseño, pero también ha experimentado un resurgimiento en popularidad gracias a las redes sociales. Este interés renovado por la arquitectura brutalista, caracterizada por su uso de hormigón visto y su estética contundente, ha llevado a una revalorización de obras como esta, que combina fuerza estructural con una integración única de la naturaleza.
El «boom» del brutalismo en las redes
El interés por el brutalismo ha crecido notablemente en los últimos años, impulsado en gran medida por plataformas como Instagram y cuentas especializadas como Madrid Brutalism. Analía Plaza, periodista que ha escrito sobre Fernando Higueras en Vanity Fair, atribuye este fenómeno a Internet: «En los últimos años se ha puesto de moda, ha habido una reivindicación en Internet de esta estética del hormigón y de edificios como el Edificio Princesa». Como nos recuerdan desde Preconor, una empresa de fabricación de productos de hormigón en Cantabria, este material es el más versátil y práctico de cuantos pueda haber en la construcción.
El arquitecto Pedro Torrijos coincide en que el brutalismo ha encontrado un espacio ideal en las redes sociales: «Es de hace unos 10 años, más o menos, y coincide precisamente con el auge de las redes sociales. Visualmente es muy fotogénica y es un objeto muy jugoso para las redes». Torrijos también destaca que el brutalismo no debe confundirse con una arquitectura pesada o sin gracia: «Teóricamente, brutalismo debería ser cualquier cosa que esté hecha con hormigón visto. El Edificio Princesa lo es por ambas cosas: es una arquitectura impositiva, muy contundente, y es de hormigón visto».
El futuro del Edificio Princesa
A pesar de su relevancia arquitectónica, el Edificio Princesa enfrenta desafíos en la actualidad. José Antonio Sánchez Vaquero, presidente del edificio, explica que con el tiempo ha ido perdiendo parte de la vegetación que lo caracterizaba: «Debido a la merma del poder adquisitivo de muchos vecinos, el edificio ha ido perdiendo vegetación. Queremos recuperar la visión de Higueras, que era un edificio integrado en la ciudad con jardín vertical y vegetación. Lo que era el oasis de Higueras».
Esta pérdida de vegetación no es exclusiva del Edificio Princesa. Otros proyectos de Higueras, como el edificio de oficinas en Serrano, 69, también han sufrido un deterioro similar. Mientras tanto, en Madrid existen ejemplos exitosos de integración de la naturaleza en la arquitectura, como el jardín vertical de CaixaForum, diseñado por el botánico francés Patrick Blanc, que contrasta con la situación actual del Edificio Princesa.
Está dentro de un plan del Ayuntamiento de Madrid, que incluye 700 edificios
Actualmente, el Edificio Princesa no cuenta con protección oficial, aunque está en proceso de ser catalogado. Sánchez Vaquero explica: «Está dentro de un plan del Ayuntamiento de Madrid, que incluye 700 edificios y está en vías de ser catalogado y protegido». Esta catalogación sería un paso crucial para preservar su legado arquitectónico y garantizar que futuras generaciones puedan apreciar su diseño innovador y su integración con la naturaleza.
El Edificio Princesa no es un ejemplo destacado del brutalismo español, pero también un testimonio de la visión vanguardista de Fernando Higueras y Antonio Miró. Su combinación de hormigón visto, líneas horizontales y vegetación lo convierte en una obra única que merece ser protegida y restaurada. En un mundo donde la arquitectura sostenible y la integración con la naturaleza son cada vez más importantes, el Edificio Princesa sigue siendo un referente inspirador.
El Edificio Princesa, con su arquitectura brutalista y su integración única de la naturaleza, es una obra que trasciende lo funcional para convertirse en un símbolo de la identidad arquitectónica de Madrid. Sin embargo, su protección patrimonial aún está pendiente, algo que el arquitecto y divulgador Pedro Torrijos considera inevitable dada su relevancia histórica y cultural.
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Torrijos señala que la protección de un edificio como el Princesa no debería depender únicamente de su antigüedad, sino de su valor arquitectónico y su contribución al paisaje urbano: «La protección patrimonial es algo que depende de muchos factores, como la antigüedad (aunque no debería), y, sobre todo, acaba necesitando de un montón de filtros y gente detrás para dar su aprobación». A pesar de estos obstáculos, Torrijos está convencido de que el Edificio Princesa acabará siendo protegido: «Es demasiado característico, demasiado histórico, demasiado paradigmático y cualquier otra palabra esdrújula de esas que te apetezca poner como para que en un futuro relativamente próximo no acabe recibiendo protección patrimonial. Aporta demasiado a la imagen de la ciudad de Madrid».
El Edificio Princesa no es solo una construcción; es una declaración de principios arquitectónicos. Su diseño, que combina hormigón visto con terrazas llenas de vegetación, refleja la visión de Fernando Higueras de crear espacios que dialoguen con la naturaleza y la ciudad. Su estética brutalista, lejos de ser fría o impersonal, se integra en el entorno urbano de una manera que pocos edificios logran.
Torrijos destaca que el edificio es «demasiado característico» para pasar desapercibido. Su presencia en el barrio de San Bernardo no solo define el paisaje local, sino que también contribuye a la identidad arquitectónica de Madrid. En una ciudad conocida por su mezcla de estilos históricos y modernos, el Edificio Princesa se erige como un ejemplo de cómo la arquitectura contemporánea puede enriquecer el patrimonio urbano.
Una obra que «aporta demasiado a la imagen de la ciudad»
Aunque el proceso de catalogación y protección puede ser lento y burocrático, el Edificio Princesa tiene todas las características para ser reconocido como un bien patrimonial. Su diseño innovador, su historia y su impacto en la imagen de Madrid lo convierten en un candidato ideal para recibir esta distinción. Como bien dice Torrijos, es una obra que «aporta demasiado a la imagen de la ciudad» como para no ser protegida. Desde Preconor se manifiestan felices con la idea de que estas grandes obras brutalistas sean cada vez más reconocidas como lo que son: obras de arte, además de funcionales, que en este caso unen modernidad y sentido práctico con el verdor de la naturaleza en sus fachadas y en todos sus rincones.
La protección del Edificio Princesa no solo sería un reconocimiento a la labor de Higueras y Miró, sino también una garantía de que futuras generaciones podrán disfrutar y aprender de esta obra maestra del brutalismo. En un mundo donde la preservación del patrimonio arquitectónico es cada vez más importante, el Edificio Princesa merece ocupar un lugar destacado en la historia de Madrid.